Itzia­rren Semeak : «La revo­lu­ción no se hace vien­do la tele­vi­sión ni por inter­net, face­book o twitter»

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Cons­tan­tes y evo­lu­cio­na­dos se mues­tran Itzia­rren Semeak en su nue­vo dis­co «Dale can­de­la». Album que reco­rre, como en una carre­ra ciclis­ta, una eta­pa reple­ta de dife­ren­tes rit­mos, pai­sa­jes e inten­cio­nes. Es su álbum más adul­to, mejor tra­ma­do. Des­po­ja­dos de temo­res, com­ple­jos o auto­res­tric­cio­nes, el gru­po de Mun­gia dis­fru­ta con su álbum más ambicioso. 
Itzia­rren Semeak lle­va cin­co años de tra­jín. Han gra­ba­do tres dis­cos, una demo y un ep. Han toca­do alre­de­dor de 150 con­cier­tos y en cada dis­co, o de bolo en bolo, el gru­po no ha cesa­do en bus­car su iden­ti­dad den­tro de un cam­bio lógi­co, de trán­si­to desea­do, ver­sá­til y no caren­te de ins­pi­ra­ción. Con «Dale can­de­la» la ver­dad tópi­ca vuel­ve a reite­rar­se, pero no lo dicen ellos, lo cuen­ta el dis­co: es su álbum más com­ple­to y de lar­go. Itzia­rren Semeak lo logra con com­po­si­cio­nes diná­mi­cas, colo­ca­das sobre el freno y el ace­le­ra­dor, cer­ca de una bue­na melo­día que pasa­ba a media tar­de… Se fija en las cade­ras y su movi­mien­to, tam­bién en los dife­ren­tes rit­mos de aquí y de allá. El ska es el canu­ti­llo late­ral que une todas las can­cio­nes, pero los rit­mos lle­gan des­de todos los pun­tos car­di­na­les. Los vien­tos apor­tan los mejo­res arre­glos de su his­to­ria y los deta­lles solis­tas y pun­tua­les enri­que­cen cada títu­lo. Manex jue­ga con las sono­ri­da­des, como esas notas lim­pias y rever­be­ra­das de «Txitxi­bi­ritxe». «Dale can­de­la» le sigue debien­do ver­sos a los Clash, pero tam­bién es muy latino, qui­zá y como comen­ta Ibon más ade­lan­te, gra­cias a la línea abier­ta por Esne Bel­tza. Todos son más músi­cos y, como bue­nas espon­jas, absor­ben todo lo que les lla­ma la aten­ción. Y, ade­más, un tra­ba­jo grá­fi­ca­men­te impe­ca­ble. Están alerta.
Escu­char «Igo bolu­me­na» vie­ne a decir: «Aquí esta­mos, somos los mis­mos, pero nos gus­ta avanzar…».
La ver­dad es que era lo que bus­cá­ba­mos, inten­tar sor­pren­der des­de la pri­me­ra can­ción al que escu­che el dis­co. Podía­mos que­dar­nos repi­tien­do la mis­ma fór­mu­la de dis­cos ante­rio­res, pero lo mejor que tie­ne la músi­ca es que siem­pre apren­des algo nue­vo y a noso­tros nos gus­ta pro­bar un poco de todo. Este dis­co tie­ne eso, prác­ti­ca­men­te no hay nin­gu­na can­ción igual, son todas dis­tin­tas. Por eso lo hemos pre­sen­ta­do como un cóc­tel tro­pi­cal, lleno de sabores..
Decla­ra­ción de principios…
Hemos cogi­do como eslo­gan para la pri­me­ra can­ción «The revo­lu­tion will not be tele­vi­sed», de Gill Scott-Heron. Para que cam­bien las cosas es nece­sa­rio mover­se. Noso­tros hemos cam­bia­do un poco con el esti­lo, y que­re­mos lograr que se mue­va la gen­te con rit­mo. La idea es tras­la­dar que hay que mover­se si quie­res que cam­bien las cosas, que la revo­lu­ción no se hace vien­do la tele­vi­sión ni por inter­net, en face­book o twit­ter, sino en la calle, en el día a día. Será la can­ción con la que abri­re­mos tam­bién los con­cier­tos de la nue­va tem­po­ra­da. Ade­más da pie a que todo el gru­po luz­ca en esta canción.
Otra elo­cuen­te mues­tra de bio­di­ver­si­dad musi­cal es «Dale candela»
«Dale Can­de­la» tie­ne dos influen­cias cla­ras. Por una par­te, esa rum­ba cata­la­na al esti­lo Manu Chao y el reg­gae­ton. Sin­ce­ra­men­te, nun­ca nos hubié­ra­mos atre­vi­do a hacer un tema así, si en Eus­kal Herria Esne Bel­tza no hubie­ra abier­to ese camino. La reali­dad es que aun­que mucha gen­te lo nie­gue en públi­co, el rit­mo del reg­gae­ton es pega­di­zo, el pro­ble­ma sue­len ser sus letras retró­gra­das y machis­tas, de ahí que en esta can­ción haya­mos mez­cla­do esos dos rit­mos, y haya­mos bus­ca­do en la letra jus­to todo lo con­tra­rio que el reg­gae­ton (qui­tan­do algu­na excep­ción como Calle 13), ya que es una can­ción dedi­ca­da a las muje­res lucha­do­ras. Y es que, aun­que crea­mos que hemos avan­za­do, toda­vía hay mucho com­ple­jo en la socie­dad de Eus­kal Herria en lo que a la músi­ca se refie­re, y por supues­to con la liber­tad de la mujer. Creo que lo de «Jain­goi­koa eta lege zaha­rra» esta dema­sia­do enrai­za­do en esta socie­dad, don­de hay muchos vigilantes-moralistas..
¿Se per­ci­be que que­da mar­gen para seguir avanzando?
Hemos ido paso a paso, apren­dien­do y tra­tan­do de mejo­rar cada día. La evo­lu­ción del gru­po creo que es evi­den­te, pero hay mucho mar­gen de mejo­ra. Los que ten­gan la pri­me­ra demo y escu­chen «Dale Can­de­la» segu­ro que se pre­gun­tan si somos los mismos.
Pero qui­zá con los Clash siem­pre presentes…
Sí, tan­to por ideo­lo­gía como por la diver­si­dad de esti­los musi­ca­les que uti­li­za­ban. Es algo más que un gru­po, diría que has­ta una for­ma de enten­der la músi­ca y la vida. Se atre­vían con rit­mos muy dis­tin­tos y en cier­ta medi­da, y con toda la dis­tan­cia que hay entre lo que somos noso­tros y ellos, tam­bién nos guia­mos por ellos, mez­clan­do esti­los y bus­can­do pro­bar otras cosas. No somos nada puris­tas, nun­ca hemos teni­do com­ple­jos con eso, y creo que en este dis­co se nota bas­tan­te. Hay un paso hacia delan­te de for­ma intencionada.
«Esai­da­zu» recuer­da a Fer­min Mugu­ru­za vía Clash…
Sí, sobre todo algu­nos arre­glos de vien­tos son pare­ci­dos a can­cio­nes de la últi­ma épo­ca de Fer­min. Nues­tras influen­cias son bas­tan­te evi­den­tes y tam­bién sue­na un poco a «Guns of Brix­ton» de The Clash con esos acor­des meno­res. Lue­go, la apor­ta­ción del dj de Nor­te Apa­che y un poco de jun­gle pro­gra­ma­do, creo tam­bién le ha dado un toque más a la canción.
Deta­lles.
Aho­ra nos fija­mos más en cómo tocan los otros gru­pos: peda­les, amplis y soni­dos que bus­can. Antes no per­día­mos ni un minu­to, no nos impor­ta­ba. Al prin­ci­pio era todo con dis­tor­sión has­ta el reg­gae y ska ¡Viva el punk! Des­de hace un tiem­po mira­mos efec­tos, peda­les, los amplis para grabar… 

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