La impor­tan­cia de la Revo­lu­ción de Octu­bre- Nes­tor Guadaño

Nues­tra con­cien­cia de cla­se se va nutrien­do de los hechos obje­ti­vos que nos rodean. En nues­tra épo­ca, la mayo­ría de los tra­ba­ja­do­res tie­nen pre­jui­cios toma­dos de la bur­gue­sía, se creen la inmu­ta­bi­li­dad del capi­ta­lis­mo. Sopor­tan la baja­da de sala­rios, el incre­men­to de los pre­cios, el des­ca­ro del robo con­sen­ti­do de los ban­cos, mul­ti­na­cio­na­les y la cla­se polí­ti­ca deca­den­te bur­gue­sa, quie­ren imi­tar has­ta su for­ma de vida. Esta con­cep­ción es idea­lis­ta pues se ha con­ver­ti­do en un dog­ma, ya que es inevi­ta­ble su frac­tu­ra, no se ana­li­za de modo cien­tí­fi­co, mate­ria­lis­ta, que el régi­men basa­do en la mer­can­cia y en el tra­ba­jo asa­la­ria­do, no tie­ne sali­da, el impe­ria­lis­mo des­tru­ye más que cons­tru­ye. Bien nos han macha­ca­do para que no pen­se­mos en otra alter­na­ti­va social. Muchos no quie­ren recor­dar que es posi­ble otra socie­dad, que ilu­mi­nó La Revo­lu­ción de Octubre.

En tales años, como hoy, la posi­ción de la gran mayo­ría de los escri­to­res, ana­lis­tas e inte­lec­tua­les paga­dos por el régi­men impe­ria­lis­ta en todos los paí­ses del mun­do, imbuían en los obre­ros la inuti­li­dad de sus luchas, de la huel­ga polí­ti­ca, de las alga­ra­das en las calles, todo debía ser regu­la­do por los seño­res dipu­tados y el par­la­men­to. Macha­can que la polí­ti­ca es un asun­to para per­so­nas “res­pon­sa­bles”, para sal­va­guar­dar los nego­cios y las ganan­cias. Argu­yen que todo acto que difi­cul­ta este obje­ti­vo, sea per­se­gui­do y rápi­da­men­te “eti­que­ta­do” con leyes “blo­quea­do­ras” para que no vuel­va a suce­der. Hablar, repar­tir pre­ben­das, rea­li­zar con­ce­sio­nes cari­ta­ti­vas, si,pero cuan­do se dis­cu­te la auto­ri­dad de esa mino­ría de explo­ta­do­res fren­te a la mayo­ría de los asa­la­ria­dos, sale el puño dic­ta­to­rial de la cla­se burguesa.

Todos esos “plu­mì­fe­ros” argüían el fra­ca­so de una revo­lu­ción del pro­le­ta­ria­do. En el siglo pasa­do y en el pre­sen­te ellos defien­den con sus escri­tos la posi­ción de cla­se del impe­ria­lis­mo. Y es has­ta “lógi­co” por­que es un tra­ba­jo que deben ven­der en el mer­ca­do, un pro­duc­to que debe con­ten­tar a una gran mayo­ría de lec­to­res, son rehe­nes de la deman­da. Pero afor­tu­na­da­men­te, quie­nes escri­ben, hoy somos muy pocos des­de las filas de los tra­ba­ja­do­res, pero cada vez somos más. Nues­tra con­cien­cia de cla­se, nos obli­ga a espar­cir lo que hemos apren­di­do y luchar des­de nues­tras trin­che­ras tan­to ava­sa­lla­mien­to, hos­ti­ga­mien­to de las con­quis­tas del pro­le­ta­ria­do y sobre todo impul­sar el socialismo.

Hechos más que palabras

Una de las pri­me­ras con­se­cuen­cias del triun­fo de Octu­bre, fue que muchos inte­lec­tua­les, cuan­do vie­ron los hechos rea­li­za­dos por los bol­che­vi­ques, com­pren­die­ron que no había alter­na­ti­va den­tro del régi­men de opre­sión capi­ta­lis­ta, y se proletarizaron.

Los tra­ba­ja­do­res, los comu­nis­tas bol­che­vi­ques y los asa­la­ria­dos enton­ces fue­ron por delan­te de las pala­bras. Vie­ron la inuti­li­dad de las pré­di­cas del bien o del mal. Muchos años de lucha tan­to ideo­ló­gi­ca como huel­guís­ti­ca, ger­mi­na­ron en una con­cien­cia de cla­se “en sí” a cla­se “para si”. Con­fian­za que la cla­se explo­ta­da pue­de lle­var a toda la socie­dad al umbral de la liber­tad. Con­cien­cia que pode­mos dic­tar nues­tras leyes por enci­ma de las ansias de poder de los explo­ta­do­res de “mer­can­cía humana”.

Lec­cio­nes de una socie­dad más jus­ta y colectiva

Sola­men­te por los avan­ces de la huma­ni­dad gra­cias a la Revo­lu­ción de Octu­bre, mere­ce que luche­mos por su continuación:
1.- Erra­di­có el ham­bre en la Unión Sovié­ti­ca e inten­tó que todo el mun­do siguie­ra su ejemplo.
2.- Implan­tó la sani­dad uni­ver­sal para toda su pobla­ción, aca­ban­do con un gran núme­ro de enfer­me­da­des cró­ni­cas, impul­san­do las medi­das pro­fi­lác­ti­cas y en imi­ta­ción las siguie­ron en todos los países.
3.- Lo más bási­co para vivir casi gra­tis: agua, luz, cale­fac­ción, cul­tu­ra, depor­te, trans­por­te, medicinas.
4- Garan­ti­zó la edu­ca­ción públi­ca, alfa­be­ti­zan­do a su pobla­ción, sien­do gra­tui­ta y obli­ga­to­ria; des­de la cuna has­ta la uni­ver­si­dad, for­man­do a los obre­ros en diri­gen­tes de la socie­dad, de for­ma colec­ti­va se rea­li­za­ban los pla­nes de estu­dio, median­te la cien­cia y el mate­ria­lis­mo dialéctico.
5.- Impri­mió la nue­va for­ma de tra­ba­jar, labo­rar para cons­truir socia­lis­mo. La colec­ti­vi­dad como iden­ti­dad de cla­se para toda la pobla­ción. Ir al pues­to de tra­ba­jo para crear una nue­va socie­dad, todos jun­tos, don­de los obre­ros ele­gían de entre los mejo­res a sus diri­gen­tes, ense­ña­ban a com­por­tar­se a estos, esta­ban subor­di­na­dos en un úni­co plan esta­tal cen­tra­li­za­do de producción.

Sola­men­te por esos avan­ces es impor­tan­te que cele­bre­mos y luche­mos por un nue­vo Octu­bre. Cuan­do el sis­te­ma socia­lis­ta esta­ble­ció el poder obre­ro, esté en una déca­da dejó muy atrás a los prin­ci­pa­les paí­ses capi­ta­lis­tas en tér­mi­nos de desa­rro­llo. Les ense­ñó el abis­mo que sepa­ra a la mayo­ría de los tra­ba­ja­do­res de la mino­ría de ren­tis­tas e impe­ria­lis­tas explotadores.

Pero, la fan­tás­ti­ca antor­cha que ilu­mi­nó el dis­pa­ro del cru­ce­ro “Auro­ra”, hizo posi­ble que hoy los tra­ba­ja­do­res ten­ga­mos los dere­chos socia­les, sin­di­ca­les y polí­ti­cos arran­ca­dos a los explo­ta­do­res. Su ejem­plo hizo que los pode­ro­sos mag­na­tes, a fin de aca­llar las suble­va­cio­nes de los opri­mi­dos duran­te los años 20, 30, 40, 50 y 60, repar­tie­sen bene­fi­cios y pre­ben­das a una par­te exigua de los obre­ros. Con estas medi­das sobor­na­ron a una par­te de estos, para que no pen­sa­ran en barrer­los del poder.

Pero, hoy más que nun­ca la socie­dad se divi­de en cla­ses socia­les anta­gó­ni­cas. De una par­te la cla­se bur­gue­sa, de la oli­gar­quía finan­cie­ra, sus cor­po­ra­cio­nes, sus par­ti­dos, sus diri­gen­tes sin­di­ca­les corrup­tos, sus aso­cia­cio­nes de cari­dad “ongs” y su apa­ra­to pro­pa­gan­dis­ti­co perio­dís­ti­co, reli­gio­so idea­lis­ta. De otra par­te la inmen­sa mayo­ría de los obre­ros asa­la­ria­dos autóc­to­nos e inmi­gran­tes, para­dos, semi­pro­le­ta­rios, de los autó­no­mos arrui­na­dos que aca­ban proletariazándose.

Pero, la ofen­si­va des­truc­ti­va por con­se­guir más bene­fi­cio de los pará­si­tos capi­ta­lis­tas, nos lle­va a luchar por no per­der esas miga­jas con­se­gui­das con tan­to esfuer­zo. A plan­tear­nos, si tene­mos que espe­rar un nue­vo ata­que sin res­pon­der. Si nues­tras res­pues­tas ya no están en con­so­nan­cia con el ata­que reci­bi­do. Si quie­ren con­ver­tir en deli­to la pro­tes­ta, la huel­ga no es sufi­cien­te, por­que el egoís­mo, el des­pil­fa­rro, mer­can­ti­lis­mo, y el míni­mo esfuer­zo ani­dan en las men­tes obreras.

¿Cómo luchar con­tra tan­to mie­do entre los trabajadores?

La fuer­za prin­ci­pal de la Revo­lu­ción de Octu­bre era el Par­ti­do Comu­nis­ta Bolchevique.Una de las lec­cio­nes fun­da­men­ta­les de aque­lla fecha, es que sin el ins­tru­men­to del movi­mien­to con­ti­nuo hacia el comu­nis­mo, o sea el Par­ti­do Comu­nis­ta, no habrá una nue­va Revo­lu­ción Proletaria.

La bur­gue­sía ha hecho de todo por des­truir la Unión Sovié­ti­ca y des­truir en cada país sus par­ti­dos comu­nis­tas mar­xis­tas-leni­nis­tas. Los pel­da­ños con­tra la URSS, des­de el exte­rior fue­ron la inter­ven­ción, la gue­rra civil, los com­plots de los kulaks, el ais­la­mien­to, la 2ª Gue­rra Mun­dial, y el chan­ta­je nuclear. Des­de el inte­rior los inten­tos con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios de los social­de­mó­cra­tas y anar­quis­tas, el sabo­ta­je trost­kis­ta, la men­ta­li­dad peque­ño­bur­gue­sa de una par­te del cam­pe­si­na­do y la inte­lec­tua­li­dad, el inten­to de gol­pe de esta­do de Buja­rin y Tuja­chevs­ki, y el gol­pe de esta­do de Jruhschov.

Tam­bién la Revo­lu­ción de Octu­bre, nos ense­ñó que la con­cien­cia de cla­se de los tra­ba­ja­do­res es muy peli­gro­sa para la bur­gue­sía. Aún esta­mos ata­dos a sus cade­nas. A sus carros y laca­yos. Es urgen­te que en todos los sin­di­ca­tos la uni­dad de cla­se esté por enci­ma de las siglas.

Nos ense­ñó, que cuan­do las huel­gas par­cia­les, lle­van a huel­gas gene­ra­les y estas a huel­gas polí­ti­cas con­tra el sis­te­ma social de explo­ta­ción impe­ran­te, sien­do nece­sa­rio que toda la pobla­ción tra­ba­ja­do­ra se impli­que. Para ello, impres­cin­di­ble es levan­tar orga­ni­za­cio­nes de lucha, aso­cia­cio­nes rei­vin­di­ca­ti­vas que pon­gan en cues­tión la apro­pia­ción pri­va­da de los bene­fi­cios de la pro­duc­ción, las alian­zas de todas las orga­ni­za­cio­nes para com­ba­tir los retro­ce­sos sociales.

Nos ense­ñó, que este­mos vigi­lan­tes ante los derro­tis­tas, dile­tan­tes, ago­re­ros, pan­cis­tas ven­di­dos que se con­for­man con las miga­jas. Que la lucha por nues­tros dere­chos socia­les y polí­ti­cos no tie­nen su hori­zon­te den­tro de la actual dic­ta­du­ra de cla­se de la bur­gue­sía. Por ello la lucha con­tra el impe­ria­lis­mo es la lucha por aca­bar con sus estruc­tu­ras nacio­na­les, supra­na­cio­na­les y económicas.

Nos ense­ñó, que todo comien­za cuan­do la cla­se “para si” ins­tau­ra el Poder de los Obre­ros. En cada país. Esta­mos en la era de las revo­lu­cio­nes pro­le­ta­rias, e ir en su con­tra, es ir con­tra la his­to­ria, con­tra la cien­cia y con­tra la pro­pia liber­tad de la huma­ni­dad. “Nun­ca se apa­ga­rá el deseo de una nue­va socie­dad, más jus­ta y más huma­na, será estran­gu­la­do el inten­to mil veces, pero se levan­ta­rá la rebe­lión una y mil veces” (Romain Rolland)

Por­que el sis­te­ma impe­ria­lis­ta está dan­do sus últi­mas boca­na­das, podrá des­truir y sobor­nar, podrá bus­car refu­gios y tre­tas des­de don­de opri­mir, pero si las obre­ras y obre­ros adqui­ri­mos con­cien­cia del poder de nues­tras men­tes y nues­tras manos, habrá un nue­vo 7 de Noviem­bre, de eso no ten­go duda.

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