El fas­cis­mo uti­li­za todos los medios a su alcan­ce para garan­ti­zar la impu­ni­dad de sus crí­me­nes- Lau Hai­ze­ta­ra Gogoan

Lau hai­ze­ta­ra gogoan, coor­di­na­do­ra que agru­pa a gran par­te de los movi­mien­tos memo­ria­lis­tas de Eus­kal Herria, mues­tra todo su apo­yo y soli­da­ri­dad a Pedro José Fran­cés. A este inves­ti­ga­dor se le ha impues­to una mul­ta de 160 € y se le ha con­de­na­do a pagar otros 281,33 € en con­cep­to de res­pon­sa­bi­li­dad civil por el sim­ple hecho de pro­mo­ver actos de recuer­do a los fusi­la­dos en Buñuel tras el alza­mien­to mili­tar del 18 de julio de 1936. Esto se suma al aco­so y las agre­sio­nes que ha teni­do que sufrir como con­se­cuen­cia de su com­pro­mi­so en la defen­sa de los dere­chos de las víc­ti­mas del fas­cis­mo. Nos encon­tra­mos ante un ejem­plo más de que el fas­cis­mo uti­li­za todos los medios a su alcan­ce, tan­to lega­les como ile­ga­les, para garan­ti­zar que sus crí­me­nes sigan que­dan­do impunes.

El día 8 de noviem­bre hemos cono­ci­do la noti­cia de que Pedro José Fran­cés, inves­ti­ga­dor de los crí­me­nes come­ti­dos por los res­pon­sa­bles del alza­mien­to mili­tar del 18 de julio de 1936 en la loca­li­dad nava­rra de Buñuel y pro­mo­tor de actos de home­na­je a las víc­ti­mas, ha sido con­de­na­do a pagar una mul­ta de 160 €, así como a abo­nar al Ayun­ta­mien­to de Buñuel, en con­cep­to de res­pon­sa­bi­li­dad civil, la can­ti­dad adi­cio­nal de 281,31 €, por dos hechos sim­bó­li­cos en recuer­do de las per­so­nas ase­si­na­das en esta loca­li­dad nava­rra: la “colo­ca­ción de pla­cas” (de papel) en el Ayun­ta­mien­to el pasa­do 14 de abril y a la colo­ca­ción, el 23 de julio, fren­te al mis­mo Ayun­ta­mien­to, de unas silue­tas recor­dan­do a los 52 fusi­la­dos. Mien­tras se con­de­na a este mili­tan­te del movi­mien­to memo­ria­lis­ta, los ase­si­na­tos de los habi­tan­tes de Buñuel, y de otros miles de ciu­da­da­nos vas­cos, siguen impunes.
Esta sen­ten­cia se suma a la cam­pa­ña de aco­so, agre­sio­nes como rotu­ra de cris­ta­les en su domi­ci­lio y “con­de­na” al ostra­cis­mo social a que ha sido some­ti­do Pedro José Fran­cés por su defen­sa de los dere­chos de las víc­ti­mas del geno­ci­dio lle­va­do a cabo por los fas­cis­tas. Y no ha sido el úni­co caso: otras per­so­nas com­pro­me­ti­das con el movi­mien­to memo­ria­lis­ta han sido aco­sa­das por ello, lle­gan­do inclu­so a ser ame­na­za­das de muerte.
Una vez más, como en el 36, el fas­cis­mo uti­li­za tan­to medios lega­les (de una lega­li­dad que hoy es aún here­de­ra del fran­quis­mo) como ile­ga­les para impe­dir que se haga jus­ti­cia. Ayer com­bi­na­ron los tri­bu­na­les (sin garan­tías para los acu­sa­dos) con los ase­si­na­tos extra­ju­di­cia­les. Hoy com­bi­nan las denun­cias con los ata­ques a los monu­men­tos de recuer­do o a hoga­res como el de Pedro José Fran­cés. El “fran­quis­mo socio­ló­gi­co”, los here­de­ros ideo­ló­gi­cos (y en muchos casos bio­ló­gi­cos) de quie­nes per­pe­tra­ron los crí­me­nes de geno­ci­dio y lesa huma­ni­dad, siguen empe­ña­dos en que siga impu­ne la bar­ba­rie que duran­te tres cuar­tos de siglo les ha pro­por­cio­na­do una situa­ción polí­ti­ca y socio-eco­nó­mi­ca de privilegio.

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