Amagoia, Irantzu eta Leire – Delegadas de LAB en Konecta
Llevamos 12 años en el Call Center del municipio de Güeñes dando el servicio de atención telefónica a los clientes de Iberdrola. Durante estos años Iberdrola ha realizado varios cambios de empresas para prestar el servicio telefónico y desde la llegada en diciembre del 2010 de Konecta, esta empresa ha despedido a 80 compañeras además de precarizar más aún este sector dónde más de 90% de la plantilla somos mujeres.
El pasado marzo aprovechando la reforma laboral impuesta por el Gobierno español Konecta despidió a otras 11 compañeras y a 7 las ofertaron el traslado a Barcelona, es decir despidos encubiertos. La destrucción de empleo que estamos sufriendo no es motivada por la falta de trabajo ya que Konecta continúa creando puestos de trabajo en las plataformas que la empresa ha instaurado en Chile y Barcelona por lo que nos hace pensar que su objetivo final es la deslocalización de Euskal Herria.
Lo único que quieren es criminalizar a los que defendemos a los trabajadores frente a los despidos y la precariedad laboral
Llevábamos años luchando por nuestros derechos (denuncias, manifestaciones, concentraciones frente a Iberdrola y diferentes instituciones, huelgas, …) pero siempre nos hemos encontrado en total indefensión ya que tanto en los medios de comunicación como en las instituciones prevalecía el todo poderoso Iberdrola, así que el 9 de marzo dos delegadas de LAB decidimos iniciar una huelga de hambre con el fin se readmitiera a las despedidas y se paralizara la sangría de despidos.
Durante la huelga se realizaron diferentes movilizaciones y una de ellas fue una acción pacífica frente a la torre Iberdrola por parte de LAB cuyo objetivo era pedir una reunión, y mientras esperaban la contestación decidieron realizar una sentada. Sin recibirles, Iberdrola llamó a la Ertzaintza, los desalojaron, y procedieron a interponer una denuncia.
Las consecuencias fueron 21 personas imputadas por supuestos desordenes públicos y el pasado 29 de octubre se celebró el juicio en el que el fiscal sostenía que habían incurrido en “responsabilidad criminal” y se amparaba en un informe policial lleno de errores, realizado 90 días después del acto, el cual no se asemeja en nada a lo ocurrido como bien declararon todos los testigos y lo corroboran los vídeos e imágenes que se emitieron en el juicio tanto de Bilboko Branka como de Hamaika Telebista.
Lo que nos ha quedado claro es que lo único que quieren es criminalizar a los que defendemos a los trabajadores frente a los despidos y la precariedad laboral, pero esto aún no nos hace sino más fuertes.
Branka