Auro­re Mar­tin, pre­sa en Madrid por míti­nes y rue­das de pren­sa- Naiz​.Info

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Tres actos polí­ti­cos, dos com­pa­re­cen­cias ante los medios y una reu­nión son los moti­vos por los que el juez Ruiz la envía a la cár­cel y la ame­na­za con una con­de­na de doce años. La izquier­da aber­tza­le recuer­da a Hollan­de que ni Sar­kozy lo hizo. Pro­tes­ta con­jun­ta de elec­tos vas­cos del PS.

La mili­tan­te de Bata­su­na Auro­re Mar­tin ya se encuen­tra en Soto del Real. El juez de la Audien­cia Nacio­nal espa­ño­la Pablo Ruz orde­nó ayer su encar­ce­la­mien­to apo­yán­do­se en una úni­ca acu­sa­ción: su acti­vi­dad polí­ti­ca. Un tra­ba­jo que la pro­pia Mar­tin no ha ocul­ta­do, ni antes ni des­pués de que el tri­bu­nal de excep­ción le impu­tase por «inte­gra­ción en orga­ni­za­ción terro­ris­ta» el 29 de mar­zo de 2009. Tam­po­co lo hizo ayer, duran­te los 15 minu­tos que duró su com­pa­re­cen­cia fren­te al magis­tra­do, tre­ce horas des­pués de ser entre­ga­da a la Guar­dia Civil en Biria­tu tras haber sido dete­ni­da por la Gen­dar­me­ría en Maule.

En vir­tud de esta acu­sa­ción polí­ti­ca, el magis­tra­do cons­tru­ye una impu­tación que podría aca­rrear una pena máxi­ma de 12 años de cár­cel, tal y como indi­ca el auto. Ade­más, Ruz advier­te que el jui­cio oral con­tra 43 mili­tan­tes aber­tza­les, entre los que se inclu­ye la pro­pia Mar­tin, podría estar cer­ca de cele­brar­se, ya que el suma­rio ha sido ele­va­do ya a la Sala de lo Penal de la Audien­cia Nacional.

En una ope­ra­ción sin pre­ce­den­tes, Mar­tin fue arres­ta­da el jue­ves en un con­trol de carre­te­ra. Pos­te­rior­men­te, la Poli­cía fran­ce­sa la puso en manos del cuer­po arma­do espa­ñol, que la con­du­jo a la Audien­cia Nacio­nal. Según rela­tó la joven zube­ro­ta­rra a su defen­sa, el tra­to por par­te de los agen­tes fue «correc­to» en todo momen­to. Tras pasar la noche en los cala­bo­zos del tri­bu­nal de excep­ción, Mar­tin pres­tó decla­ra­ción pasa­das las 10.30 horas. Según indi­có su abo­ga­da, la mili­tan­te aber­tza­le rei­vin­di­có en todo momen­to que su acti­vi­dad había sido exclu­si­va­men­te «polí­ti­ca». Pese a ello, alre­de­dor del medio­día el juez Ruz se sumó a las tesis de la Fis­ca­lía y decre­tó su ingre­so en pri­sión fren­te a la peti­ción de liber­tad rea­li­za­da por su defensa.

Miti­nes como prueba

Un acto públi­co en Iru­ñea, dos rue­das de pren­sa, la pre­sen­ta­ción de una pro­pues­ta polí­ti­co-ins­ti­tu­cio­nal rea­li­za­da en Uzta­ritze, un mitin en Anai­ta­su­na, una reu­nión en Agu­rain y un artícu­lo publi­ca­do en GARA son algu­nas de las prue­bas que esgri­me el juez para jus­ti­fi­car el ingre­so en pri­sión de Mar­tin. Estar dada de alta en la segu­ri­dad social como tra­ba­ja­do­ra del PCTV en 2006 (cuan­do la for­ma­ción era legal y dis­po­nía de nue­ve par­la­men­ta­rios en Gas­teiz) o diver­sos ingre­sos de esa for­ma­ción son tam­bién argu­men­tos uti­li­za­dos por el toga­do. Para­dó­ji­ca­men­te, el auto no men­cio­na que las acti­vi­da­des de Bata­su­na en Ipa­rral­de, de don­de es ori­gi­na­ria Mar­tin, nun­ca han esta­do prohi­bi­das, a pesar de que el Esta­do espa­ñol ile­ga­li­za­se la for­ma­ción aber­tza­le en 2003.

Ni el cese defi­ni­ti­vo decre­ta­do por ETA ni la nue­va fase polí­ti­ca abier­ta en Eus­kal Herria son toma­das en con­si­de­ra­ción por el juez Ruz. Tam­po­co el hecho de que Mar­tin estu­vie­se par­ti­ci­pan­do acti­va­men­te en Bake Bidea y la con­fe­ren­cia de paz que se des­aro­lla­rá en diciem­bre en Baio­na. Por el con­tra­rio, su escri­to se remi­te a los razo­na­mien­tos esgri­mi­dos por el magis­tra­do Bal­ta­sar Gar­zón en julio de 2009, don­de ya se acor­da­ba el encar­ce­la­mien­to de la mili­tan­te zube­ro­ta­rra a cau­sa de «con­tri­buir a la obten­ción del fin delic­ti­vo común sigien­do las direc­tri­ces de la orga­ni­za­ción terro­ris­ta ETA». Se refie­re así a las diver­sas ope­ra­cio­nes de moti­va­ción polí­ti­ca lan­za­das en octu­bre de 2007 y febre­ro de 2008.

«Tales razo­na­mien­tos per­ma­ne­cen inal­te­ra­dos al pre­sen­te esta­dio pro­ce­sal», indi­ca el auto dic­ta­do ayer, que recuer­da que, tras no com­pa­re­cer cuan­do fue cita­da en 2009, la Audien­cia Nacio­nal decre­tó sen­das órde­nes euro­peas de deten­ción y entre­ga fecha­das el 14 de julio de 2009 y el 13 de octu­bre de 2010. Unas soli­ci­tu­des que, final­men­te, fue­ron acep­ta­das por el Tri­bu­nal de Ape­la­ción de Pau el 23 de noviem­bre de ese mis­mo año, y con­su­ma­das ahora.

Argu­men­tos para la prisión

En con­cre­to, Ruz res­pon­sa­bi­li­za a Auro­re Mar­tin de las «acti­vi­da­des insi­tu­cio­na­les y orgá­ni­cas lle­va­das a cabo en el seno de la ile­ga­li­za­da orga­ni­za­ción Bata­su­na duran­te el perío­do com­pren­di­do entre 2006 y 2008». Por este moti­vo, le impu­ta un deli­to de «inte­gra­ción en orga­ni­za­ción terro­ris­ta», con posi­bles penas de has­ta 12 años de cár­cel. Para­dó­ji­ca­men­te, las cua­tro pági­nas que ocu­pa el auto se cen­tran más en jus­ti­fi­car la pri­sión que en argu­men­tar por qué se encuen­tra impu­tada. De hecho, la acu­sa­ción se basa úni­ca­men­te en su par­ti­ci­pa­ción en actos polí­ti­cos y en vin­cu­lar­la con la Mesa Nacio­nal de Batasuna.

Sobre su ingre­so en la cár­cel, el magis­tra­do se afe­rra al «ries­go de fuga» y a su incom­pa­re­cen­cia ante los tri­bu­na­les espa­ño­les, que pre­ten­dían encar­ce- lar­la por su tra­ba­jo polí­ti­co, tal y como ha ocu­rri­do. Lo que no toma en con­si­de­ra­ción es que, tras pasar medio año en la clan­des­ti­ni­dad debi­do al per­se­cu­ción de la que era obje­to, Auro­re Mar­tin regre­só a la vida públi­ca en 2011. Tam­po­co el hecho de que la pro­pia arres­ta­da mani­fes­ta­se ayer mis­mo su dis­po­si­ción a seguir resi­dien­do en su domi­ci­lio habi­tual e inclu­so some­ter­se a con­trol policial.

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