El Sal­va­dor: ¿Con quién está el FMLN?- La Haine

Sin­di­ca­lis­tas piden inter­ven­ción del Minis­te­rio de Tra­ba­jo en un con­flic­to: no les hacen caso. Empre­sa­rio pide inter­ven­ción de la poli­cía en mis­mo con­flic­to: 42 dete­ni­dos

Según el perió­di­co Cola­tino (cer­cano al FMLN), varios sin­di­ca­tos exi­gie­ron la libe­ra­ción de 42 emplea­dos de la empre­sa de segu­ri­dad Wachenhut, quie­nes fue­ron encar­ce­la­dos por pedir la con­tra­ta­ción colectiva.

La madru­ga­da del domin­go, a pedi­do de la patro­nal, la Poli­cía Nacio­nal Civil (PNC) cap­tu­ró a esas per­so­nas, miem­bros del Sin­di­ca­to de Emplea­dos de las Agen­cias de Segu­ri­dad Pri­va­da. Los emplea­dos se encon­tra­ban hacía unas horas den­tro de las ins­ta­la­cio­nes de la empre­sa Wachenhut como medi­da de pre­sión para nego­ciar la con­tra­ta­ción colec­ti­va y el cum­pli­mien­to de los dere­chos labo­ra­les, cuan­do agen­tes de la PNC los cap­tu­ra­ron acu­sán­do­los de «usur­par la empresa.»

Días antes, los emplea­dos de segu­ri­dad habían entre­ga­do las armas, a fin de pro­tes­tar de for­ma pací­fi­ca, por el cum­pli­mien­to de sus dere­chos. «Nos sor­pren­de esta acción por­que había­mos soli­ci­ta­do la inter­ven­ción del Minis­te­rio de Tra­ba­jo a efec­tos de que se ins­ta­ra a las par­tes a la nego­cia­ción», ase­gu­ró el sin­di­ca­lis­ta. Pero pasa­dos esos días, el Minis­te­rio, diri­gi­do por Hum­ber­to Cen­teno ‑uno de los coman­dan­tes his­tó­ri­cos del FMLN- no dio seña­les de vida. Al igual que en varios otros con­flic­tos labo­ra­les, espe­cial­men­te en las maqui­las, el minis­te­rio de Tra­ba­jo o no actúa, o actúa a favor de la patronal.

El fis­cal pidió deten­ción pro­vi­sio­nal acu­sán­do­los de “des­ór­de­nes públi­cos agra­va­dos en per­jui­cio de la Paz Públi­ca”, dado que la poli­cía se pre­sen­tó a las ins­ta­la­cio­nes de la empre­sa y cons­ta­tó que “había per­so­nas con pan­car­tas”. Los sin­di­ca­lis­tas deman­dan la gene­ra­ción de empleos decen­tes con igual­dad de dere­chos, sobre todo para los jóve­nes, quie­nes en muchas oca­sio­nes reci­ben suel­dos “dife­ren­cia­dos” (eufe­mis­mo que sig­ni­fi­ca «meno­res que el sala­rio bási­co», exiguos 208 dóla­res al mes) por no tener expe­rien­cia laboral.

«Muchas veces los jóve­nes son los más vul­ne­ra­dos por­que les exi­gen hacer jor­na­das ate­nuan­tes dife­ren­cia­das, sin reco­no­ci­mien­to extra­or­di­na­rio, por eso esta­mos exi­gien­do una mejor cali­dad de tra­ba­jos», reite­ró el sin­di­ca­lis­ta. Lo de «jor­na­das ate­nuan­tes dife­ren­cia­das» es otro eufe­mis­mo que sig­ni­fi­ca que tra­ba­jan 24 horas corri­das y tie­nen 24 de des­can­so, duran­te todo el mes. Por lo tan­to, en lugar de tra­ba­jar las 176 horas men­sua­les esta­ble­ci­das por ley (44 horas sema­na­les) tra­ba­jan 360 horas men­sua­les, sin cobrar horas extras ni tener días de descanso.

Más papis­tas que el papa

Los famo­sos acuer­dos de paz al final de la gue­rra no fue­ron acuer­dos de paz, sino la nego­cia­ción de una serie de pun­tos nece­sa­rios para ter­mi­nar con la gue­rra y esta­ble­cer estruc­tu­ras polí­ti­cas para que los coman­dan­tes y altos jefes del FMLN obtu­vie­ran un lugar­ci­to en el apa­ra­to esta­tal. Cosa que antes de la gue­rra no tenían: la oli­gar­quía cafe­ta­le­ra y el Ejér­ci­to aca­pa­ra­ban todas las posi­bi­li­da­des de ascen­so social. El fin de la gue­rra mili­tar no supu­so el fin dela gue­rra de cla­ses, por­que esto no fue lo que se nego­ció. Los acuer­dos polí­ti­cos pro­du­je­ron efec­ti­va­men­te el fin de la gue­rra pero no abor­da­ron el con­flic­to social, eco­nó­mi­co y polí­ti­co que fue lo que gene­ró la guerra.

Pero hay algo más gra­ve, por­que todos estu­vie­ron de acuer­do en renun­ciar a la pos­gue­rra: de una gue­rra san­grien­ta que duró 20 años, se pasó de inme­dia­to a algo que se lla­mó paz, sin pasar por una eta­pa que pudie­ra repa­rar y recons­truir el teji­do social des­trui­do. La paz, enton­ces, apa­re­ce como una tabla de Moi­sés, escri­ta en letras de oro, into­ca­ble, que pasa a fun­cio­nar como ador­me­ce­do­ra de la com­ba­ti­vi­dad del pue­blo. En todos los dis­cur­sos, tan­to de la dere­cha como del FMLN, la ponen como una con­quis­ta de la gue­rra, que es nece­sa­rio cui­dar y pre­ser­var, no pro­tes­tan­do, no recla­man­do, por­que, en caso con­tra­rio, podría regre­sar la gue­rra. Este dise­ño tenía un cla­ro con­te­ni­do elec­to­ral para los par­ti­dos de dere­cha pero tam­bién para el nue­vo par­ti­do FMLN, el que había suce­di­do al FMLN gue­rri­lle­ro, muer­to inclu­so antes de que se fir­ma­ran los acuerdos.

Como dice el ana­lis­ta Dago­ber­to Gutié­rrez, la sola pala­bra gue­rra des­apa­re­ce del len­gua­je polí­ti­co y la pala­bra paz pasa a ser la red más con­ve­nien­te para la cap­tu­ra de votos. En reali­dad se esta­ban sen­tan­do las bases para que la gue­rra civil, que ter­mi­nó como nego­cia­ción, se con­vir­tie­ra duran­te 20 años en la actual gue­rra social que estre­me­ce a la sociedad.

Ade­más de no hablar de gue­rra, tan­to los ex-coman­dan­tes como los cua­dros medios del FMLN se nie­gan a hablar de cla­ses. Pare­ce que hubie­ra una con­sig­na no escri­ta pero meti­da pro­fun­da­men­te en el cere­bro de la mili­tan­cia: las cla­ses no exis­ten, somos todos sal­va­do­re­ños, unos malos ‑los de Are­na- y otros bue­nos ‑el par­ti­do FMLN-; unos empre­sa­rios y otros tra­ba­ja­do­res; unos de buen pasar y otros caren­cia­dos. Pero lo que no hay son ricos y pobres.

Cola­bo­ra­ron con esto tan­to la pro­fu­sa pro­pa­gan­di­za­ción de los Acuer­dos de paz, que evi­tó cui­da­do­sa­men­te hablar de las cau­sas de la gue­rra, como la ingen­te pre­sen­cia de ONG’s que daban tra­ba­jo a miles de uni­ver­si­ta­rios que habían par­ti­ci­pa­do en la gue­rra y lue­go no con­se­guían tra­ba­jo ni en los gobier­nos de Are­na ni en las empre­sas del la bur­gue­sía (y por supues­to no esta­ban dis­pues­tos a irse de espal­das moja­das). Esas ONG’s die­ron miles de cur­sos y semi­na­rios en los que se tra­ta­ban fun­da­men­tal­men­te temas de auto­ayu­da en sus más diver­sas varian­tes, como ya lo denun­cia­ra James Petras en su momen­to, con el obje­ti­vo de des­po­li­ti­zar a esas capas medias, que a su vez iban al tra­ba­jo de cam­po con un men­sa­je des­po­li­ti­za­dor. Hoy el gobierno del cam­bio fir­ma acuer­dos con las ONG’s para que esos uni­ver­si­ta­rios se dedi­quen a cosas como «reso­lu­ción de con­flic­tos» de cam­pe­si­nos con sus patro­nes, y se olvi­den de las cla­ses socia­les, so pena de que­dar­se sin trabajo.

Siguien­do ese razo­na­mien­to, en el ima­gi­na­rio de la mili­tan­cia efe­me­le­nis­ta las maras (pan­di­llas) son vio­len­tas por­que son malas, no por­que sean hijos de padres muer­tos en la gue­rra y cuyas fami­lias des­tro­za­das hoy no tie­nen nin­gu­na ayu­da, o por­que sus padres emi­gra­ron como espal­das moja­das o aban­do­na­ron a sus madres (el 70% de los hoga­res de El Sal­va­dor son mono­pa­ren­ta­les diri­gi­dos por muje­res), o por­que no tie­nen acce­so a salud o edu­ca­ción de míni­ma cali­dad, o sen­ci­lla­men­te por­que son par­te del 85% de pobres que con­sig­na el eco­no­mis­ta Sal­va­dor Arias, de la izquier­da del FMLN. Por lo tan­to, si son malas, hay que apli­car solu­cio­nes repre­si­vas. Diga­mos que en esos círcu­los hablar de cla­ses es casi tan malo como hablar del abor­to o cri­ti­car a la igle­sia (siem­pre hay excep­cio­nes, claro).

En estos días está en el can­de­le­ro un caso que demues­tra esto que deci­mos: cómo ha cam­bia­do el FMLN des­de los días de la gue­rra y de la direc­ción de Scha­fik Han­dal. En el año 2002, con gobierno de Are­na, el pre­si­den­te de enton­ces reali­zó una emi­sión de bonos por 800 millo­nes de dóla­res a 20 años, bajo la moda­li­dad PUT, que sig­ni­fi­ca que pagan­do una can­ti­dad extra, los tene­do­res de bonos pue­den cobrar capi­tal e intere­ses a los 10 años. Are­na per­mi­tió a los tene­do­res gozar de esa cláu­su­la sin el pago extra.

La cláu­su­la ven­ce este diciem­bre, y el gobierno no tie­ne los 800 millo­nes para res­pon­der al pago com­pro­me­ti­do, por lo que soli­ci­ta al Par­la­men­to que le per­mi­tan pedir un nue­vo prés­ta­mo por esa can­ti­dad. Y aquí vie­ne lo increí­ble: Are­na se nie­ga a aprobarlo.

El FMLN lo tie­ne fácil, bas­ta con decir­le a los oli­gar­cas cen­tro­ame­ri­ca­nos y a los fon­dos de pen­sio­nes yan­quis que com­pra­ron los bonos «Noso­tros que­re­mos pagar, pero no hay dine­ro y Are­na se nie­ga a auto­ri­zar el prés­ta­mo», con lo cual la pelo­ta que­da­ría en el terreno de Are­na. Pero como son más papis­tas que el papa, y al igual que muchos otros par­ti­dos social­de­mó­cra­tas arden en deseos de que la dere­cha los reco­noz­ca como igua­les ‑ade­más de que no quie­ren arries­gar los nego­cios par­ti­cu­la­res de los ex-coman­dan­te­s‑, no se atre­ven a incum­plir «los com­pro­mi­sos con­traí­dos por la Nación», y siguen rogán­do­le a Are­na que por favor dé los votos para apro­bar el préstamo.

Are­na lo que bus­ca es que el FMLN des­víe fon­dos de los pro­yec­tos socia­les para pagar los bonos, soca­van­do así su base social y pre­pa­ran­do el terreno para las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les de 2014. Segu­ra­men­te lo consiga.

El par­ti­do y el Gobierno

El Pre­si­den­te Funes (que lle­gó al gobierno em 2009 como can­di­da­to del FMLN), des­de el prin­ci­pio dejó cla­ro que su guía y refe­ren­te eran dos pre­si­den­tes «pro­gre­sis­tas»: Barack Oba­ma y Lula Da Sil­va. Funes insis­tió prác­ti­ca­men­te des­de el día siguien­te al triun­fo elec­to­ral, y duran­te estos 3 años, en que no per­te­ne­ce a nin­gún par­ti­do polí­ti­co, y de mane­ra abun­dan­te y has­ta exce­si­va enfa­ti­zó que el par­ti­do FMLN no tie­ne que ver con sus deci­sio­nes como presidente.

Sin embar­go, a la hora de pre­sen­tar su gobierno tie­ne cui­da­do de hacer­lo remar­can­do que se tra­ta del pri­mer gobierno del cam­bio y, según las audien­cias o las peleas cir­cuns­tan­cia­les con la dere­cha, que se tra­ta tam­bién de un gobierno de izquier­da, «el pri­me­ro en la his­to­ria del país». Por su par­te, el par­ti­do FMLN, pese a ser mal­tra­ta­do, humi­lla­do y des­co­no­ci­do por el Pre­si­den­te, y de que pier­de cada día su inde­pen­den­cia polí­ti­ca con res­pec­to a la ges­tión pre­si­den­cial, con­ti­núa pega­do a la teta. Se tra­ta de un par­ti­do cuya acti­vi­dad empre­sa­rial tie­ne nece­si­dad estra­té­gi­ca de con­tro­lar el apa­ra­to guber­na­men­tal, del cual depen­de en bue­na medi­da el éxi­to de sus nego­cios y sus alian­zas comer­cia­les. Pero tam­bién para sus aspi­ra­cio­nes elec­to­ra­les el FMLN nece­si­ta pre­sen­tar al gobierno Funes como su gobierno, un gobierno del cam­bio y de izquierdas.

En el dis­cur­so pre­si­den­cial, en oca­sión de su ter­cer año de gobierno, el Pre­si­den­te enume­ró las medi­das guber­na­men­ta­les más recien­tes, que inten­tan repa­rar de algu­na for­ma los males pro­du­ci­dos por el neo­li­be­ra­lis­mo en el país. Pero en nin­gún momen­to este gobierno ha inten­ta­do tras­to­car, per­tur­bar, ni mucho menos afec­tar en lo más míni­mo las reglas del jue­go del mer­ca­do, las reglas neo­li­be­ra­les, aun­que Funes se dedi­que al ven­da­je de las peo­res heri­das que el mode­lo gene­ra. Esto lo demues­tra el eco­no­mis­ta Rigo­ber­to Pal­ma, quien con­fir­ma que en tér­mi­nos rela­ti­vos el actual gobierno ha ejer­ci­do menor pre­sión fis­cal que los ante­rio­res, pues su recau­da­ción ha aumen­ta­do 21% des­de el año 2009, muy por deba­jo del aumen­to de los gobier­nos are­ne­ros: 45% duran­te el gobierno de Cal­de­rón Sol, 37% en el de Fran­cis­co Flo­res y 38% en el de Anto­nio Saca, últi­mo antes de Funes.

Por su par­te, el par­ti­do FMLN, gol­pea­do fuer­te­men­te en las últi­mas elec­cio­nes par­la­men­ta­rias de mar­zo, vin­cu­la cada vez más su des­tino al de la nave guber­na­men­tal para tra­tar de rever­tir esa ten­den­cia, aun­que Funes esté dis­pues­to a ero­sio­nar sus bases si lo ve conveniente.

Can­di­da­to a las pró­xi­mas elecciones

Para las elec­cio­nes del 2014 ya han ele­gi­do como can­di­da­to a Sal­va­dor Sán­chez Cerén, actual vice­pre­si­den­te y ex-líder de las Fuer­zas Popu­la­res de Libe­ra­ción (FPL), la orga­ni­za­ción gue­rri­lle­ra más gran­de de las que com­po­nían el FMLN de la guerra.

Des­de un pun­to de vis­ta de izquier­da, Sán­chez Cerén posi­ble­men­te sea el mejor can­di­da­to que se pue­de nomi­nar en estos momen­tos, ya que tie­ne amplio reco­no­ci­mien­to en las bases, nun­ca fue sos­pe­cho­so de corrup­ción y es uno de los pocos (si no el úni­co) altos diri­gen­tes del FMLN que habla públi­ca­men­te de Cuba y Vene­zue­la, y en gene­ral lla­ma a las cosas por su nom­bre. Ade­más ha hecho una bue­na ges­tión como minis­tro de Edu­ca­ción. Pero des­de el pun­to de vis­ta mayo­ri­ta­rio en el par­ti­do, el elec­to­ra­lis­ta, no pare­ce ser una bue­na deci­sión. Por un lado, esa «ausen­cia de cla­ses» que men­cio­ná­ba­mos lo hace sos­pe­cho­so, por rojo, a ojos de una por­ción de la cla­se media adic­ta al FMLN, emplea­dos esta­ta­les, pro­fe­so­res uni­ver­si­ta­rios, emplea­dos de ONG’s. Por otro lado, es intra­ga­ble para la dere­cha, por la mis­ma razón, y ya están todos los caño­nes mediá­ti­cos apun­tán­do­le. Y la dere­cha tie­ne los caño­nes más poten­tes, con mucha diferencia.

Ade­más se publi­ci­tó su nom­bre poco des­pués de las fra­ca­sa­das elec­cio­nes de dipu­tados y alcal­des en mar­zo, cuan­do fal­ta­ban meses para que la con­ven­ción par­ti­da­ria (léa­se buró polí­ti­co) con­fir­me el can­di­da­to, ya que las vota­cio­nes en la base se prohi­bie­ron hace años. Esto lla­mó la aten­ción, por­que tuvo que renun­ciar al car­go de minis­tro de Edu­ca­ción, don­de era muy bien valo­ra­do, y le da tiem­po para des­gas­tar­se antes de la con­ven­ción. Y los corri­llos hablan de que el par­ti­do uni­fi­ca­do FMLN en reali­dad no es tal, si no la unión por intere­ses de las dos orga­ni­za­cio­nes más gran­des, FPL y PC, que siguen muy vivas y dispu­tan­do los pues­tos más jugosos.

Cuan­do uno dis­cu­te con mili­tan­tes del FMLN sobre estos temas, el argu­men­to final y supues­ta­men­te irre­ba­ti­ble es “nos gus­ta­ría hacer más cosas, pero al no tener mayo­ría en el Par­la­men­to no pode­mos, la dere­cha no nos deja.” La deri­va que ha toma­do el “ins­ti­tu­to polí­ti­co” FMLN (como gus­tan lla­mar­lo) es tal que impi­de a los pro­pios mili­tan­tes ver que, como decían los clá­si­cos, la lucha par­la­men­ta­ria es sólo una de las herra­mien­tas que pue­de usar el pue­blo, pero mien­tras no ten­ga­mos el poder, la prin­ci­pal es la calle. Allí es don­de Are­na, con todo su dine­ro, todas sus ONG’s, todos sus medios de comu­ni­ca­ción, se que­da sin res­pues­ta, sin capa­ci­dad de reac­cio­nar más que repri­mien­do, como hizo siem­pre y aho­ra no pue­de hacer. Y allí es don­de el FMLN podría con­se­guir cam­bios más profundos.

A pesar de eso, la diri­gen­cia de cen­tro-izquier­da sólo admi­te la lucha de des­pa­chos, de pasi­llos, de hote­les de lujo, pero nun­ca la de la calle. Cuan­do los movi­mien­tos socia­les salen a la calle a pro­tes­tar por algo, como ocu­rre más veces de las que qui­sie­ra el FMLN, el argu­men­to es que “estar en con­tra del gobierno del cam­bio es hacer­le el jue­go a la dere­cha”. Aún en temas con los que el FMLN está de acuer­do, como por ejem­plo la prohi­bi­ción de la mine­ría a cie­lo abier­to, ante las movi­li­za­cio­nes la acti­tud es igno­rar­las o enviar a los anti-disturbios.

Así vemos que el fren­te gue­rri­lle­ro FMLN dejó paso al fren­te par­ti­da­rio FMLN, que impul­sa una demo­cra­cia que solo com­pren­de a las elec­cio­nes, pero no a la eco­no­mía, ni a la polí­ti­ca, ni a la vida de las per­so­nas. Y en este terreno siem­pre gana la derecha.

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