Recogido de Herrikolore
Asi es. Ezkerraldea y sus habitantes somos lucha obrera. A menudo nos cuesta echar la vista adelante y tratar de adivinar qué es lo que le depara el futuro a esta comarca tan castigada. Lo que si conocemos es tanto el presente como el pasado. El presente desdibuja, tal vez de manera intencionada, que procedemos de barrios obreros construidos en cuestión de semanas para ofrecer “cobijo” a las miles de familias que se desplazaron de otras tierras próximas y lejanas.
Las fábricas que tiñeron durante años el cielo de gris plomizo e impulsaron la economía del país, requerían del trabajo de miles de personas. La solicitud de mano de obra no tardó en concretarse en la llegada a Ezkerraldea de miles de familias en busca de un modo de vida más satisfactorio. Las maletas que colapsaron las estaciones traían algo más que mudas y camisas en su interior.
Culturas, identidades, cancioneros, experiencias, paisajes… tan diversos dieron paso a un amplio mosaico que generó tensiones de convivencia mejor o peor resueltas en cada caso. Se trataba de un enorme collage de culturas entroncado en una misma característica: la pertenencia a la misma clase obrera y la necesidad de luchar por los derechos sociolaborales de todas las personas.
Así es como durante años, la lucha obrera ha ido entretejiendo redes de solidaridad que a día de hoy solo quedan en el recuerdo de las personas más mayores. El proceso de desindustrialización en la década de los 90 dio al traste con un sector económico estratégico para el país. Tal vez por esa razón ha sido tan fulminante su caída. Las nuevas generaciones de la comarca desconocen el pasado luchador de sus antepasados. El poder establecido se ha encargado de que así sea, eliminando hasta el último atisbo de este pasado en forma de patrimonio histórico.
Pero la lucha obrera es el hilo conductor de la Historia de Ezkerraldea y así deberá de continuar si no queremos que todos los logros obtenidos a través de la lucha se diluyan como un azucarillo en el café cortado del capitalismo.
Esta misma semana se cumplen 20 años de una iniciativa que logró recabar la solidaridad y la lucha del pueblo trabajador vasco y de otros muchos pueblos. Nos referimos a los 20 años desde que se llevara a cabo la “Marcha de hierro” que partió desde Sestao y que tras numerosas etapas logró arribar a Madrid en defensa de los puestos de trabajo de Altos Hornos de Vizcaya.
Hemos tratado de recuperar diversos documentos audiovisuales, así como testimonios e imágenes con el fin de mostrar un episodio más de la Historia de nuestra comarca, construida a base lucha solidaria mediante asambleas obreras, huelgas, protestas solidarias o barricadas.