Sasoia, colec­ti­vo de pen­sio­nis­tas vasc@s, lla­ma a la Huel­ga gene­ral del día 26

Pensionistas de Sasoia y el colectivo 'Nafarroako Pentsionistak Martxan' han protestado este martes frente a las sedes de Caja Navarra, el Banco Santander y BBVA.

Es hora de dejar de estar aga­rro­ta­dos y salir de esa pasi­vi­dad que nos mata. Somos muchos y muchas. Lo que tene­mos que con­se­guir es agru­par­nos y pelear con ilu­sión. No debe­mos dar­nos por derrotados

Ante la lla­ma­da de los sin­di­ca­tos y movi­mien­tos socia­les a la huel­ga para el día 26 de este mes, que­re­mos expre­sar la valo­ra­ción de las per­so­nas jubi­la­das de Sasoia.

Par­ti­mos de nues­tra pro­pia situa­ción, eco­nó­mi­ca y sani­ta­ria fundamentalmente.

Fue un gol­pe el que duran­te un año nos con­ge­la­ran las pen­sio­nes, pero aún es mayor la caí­da con­ti­nua de su valor real en los últi­mos años, acer­cán­do­nos al 18% de pér­di­da en los últi­mos 10 años, según exper­tos. La pal­pa­mos a la hora de hacer las com­pras y en las fac­tu­ras que paga­mos. Una mayo­ría pue­de que cobre­mos por deba­jo del umbral de la pobre­za. Es nece­sa­rio des­ta­car la situa­ción de las muje­res jubi­la­das que mien­tras vive el mari­do no tie­nen nin­gu­na, con lo que supo­ne de depen­den­cia matri­mo­nial, y cuan­do enviu­dan, les que­dan pen­sio­nes irrisorias.

Por si esto fue­ra poco, muchas pen­sio­nes se con­vier­ten en col­chón para nece­si­da­des fami­lia­res. Ade­más, los recor­tes siguen hacien­do estra­gos en otras nece­si­da­des nues­tras: eche­mos una mira­da a las resi­den­cias que resul­tan inac­ce­si­bles, a la Ley de Depen­den­cia vacía de con­te­ni­do, a la asis­ten­cia a domi­ci­lio cada vez más esca­sa… Y nos ama­ne­ce sep­tiem­bre con el aumen­to del IVA. ¿Cómo nos ama­ne­ce­rán los pró­xi­mos meses?

A nues­tra edad, la sani­dad es el pro­ble­ma que más nos preo­cu­pa. Y se han atre­vi­do con la gra­tui­dad. Lo que nos pare­cía into­ca­ble lo han vio­la­do. Y poco a poco van sacan­do medi­ci­nas de la Segu­ri­dad Social, abo­cán­do­nos a una sani­dad públi­ca para pobres y a una bue­na sani­dad para el nego­cio pri­va­do. Para los que man­dan tam­bién nues­tra salud tie­ne un precio.

Si dicen que hay cri­sis, habrá cri­sis. Lo que vemos cla­ro es para qué está sir­vien­do. Para empu­jar­nos a la mise­ria, mien­tras ellos viven en la opu­len­cia y no tie­nen pro­ble­ma en usar el dine­ro de todos para sus negocios.

Des­de esta situa­ción, vemos impor­tan­te la con­vo­ca­to­ria de la huel­ga general.

Por expe­rien­cia sabe­mos que ir a la huel­ga es una deci­sión seria. Recor­da­mos las que hici­mos en nues­tros tiem­pos. Fue­ron días de fuer­te ten­sión, de mie­dos y de rabias, de con­flic­tos, pero sobre todo de soli­da­ri­dad, pues pre­do­mi­na­ba el ser par­te de un colec­ti­vo sobre los pro­ble­mas per­so­na­les. De muchas de ellas sali­mos con resul­ta­dos posi­ti­vos con­cre­tos y de otras orgu­llo­sos de haber defen­di­do nues­tra dig­ni­dad como per­so­nas tra­ba­ja­do­ras y vascas.

Hoy resul­ta más difí­cil. Cree­mos que la situa­ción en los pues­tos de tra­ba­jo ha varia­do para peor. El capi­ta­lis­mo ha empeo­ra­do las rela­cio­nes de tra­ba­jo y el con­su­mis­mo hace hue­lla en la con­cien­cia de muchas per­so­nas. Por ello damos la enho­ra­bue­na a los sin­di­ca­tos con­vo­can­tes y espe­ra­mos que sea un día de lucha y afir­ma­ción obre­ra en todo Eus­kal Herria. Es una pena que otros sin­di­ca­tos se hayan que­da­do al mar­gen, difi­cul­tan­do el éxi­to de ese día.

No enten­de­mos la huel­ga sólo como una para­da del tra­ba­jo en fábri­cas y ofi­ci­nas; la vemos como un día de pro­tes­ta gene­ral de todas las per­so­nas, con tra­ba­jo o sin tra­ba­jo, jóve­nes y mayo­res, autóc­to­nos e inmi­gran­tes… La situa­ción es crí­ti­ca y si no le hace­mos fren­te, va a ir a peor. Es la hora de decir ¡bas­ta!

No va a ser un día de solu­cio­nes, pero va a ser un día de dig­ni­dad y de adver­ten­cia, como han sido la mar­cha de los jor­na­le­ros anda­lu­ces, las luchas de los mine­ros de varios luga­res del Esta­do y los enfren­ta­mien­tos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra en otros pue­blos del mun­do. Es un dar pasos, aunar fuer­zas, tener la mecha encen­di­da has­ta con­se­guir una socie­dad sin clases.

Así enten­de­mos la huel­ga: como un día de soli­da­ri­dad con toda la cla­se tra­ba­ja­do­ra en gene­ral y en con­cre­to tam­bién con las per­so­nas jubi­la­das más nece­si­ta­das. Hace­mos una lla­ma­da a las per­so­nas jubi­la­das. La huel­ga tam­bién va con noso­tros y noso­tras. Somos cons­cien­tes de la situa­ción que vivi­mos y del futu­ro negro que nos espera.

Es hora de dejar de estar aga­rro­ta­dos y salir de esa pasi­vi­dad que nos mata. Somos muchos y muchas. Lo que tene­mos que con­se­guir es agru­par­nos y pelear con ilu­sión. No debe­mos dar­nos por derrotados.

La deja­ción es sen­tar un pre­ce­den­te, y debe­mos dejar bien cla­ro que no esta­mos de acuer­do o esto irá a más. La solu­ción a nues­tros pro­ble­mas la tene­mos que con­se­guir noso­tras y nosotros.

Y a los sin­di­ca­tos con­vo­can­tes que­re­mos decir­les que cuen­ten con nues­tro apo­yo en ese día y siem­pre que nece­si­ten ayu­da para defen­der a la cla­se obrera

Sebas­tian Rosino y Patxi Erdo­zain | Sasoia

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