A lo largo de los años apenas recuerdo haber visto carteles de las juventudes del PNV aunque tampoco es de extrañar. Supongo que cuando se tiene la concentración puesta en alcanzar puestos institucionales, pisar algo de moqueta y tener un despachillo no queda mucho tiempo para la lírica.
El caso es que si me acuerdo de uno, colocado insistentemente por las calles de este país, en el cual se hacía apología de la ertzaintza remarcando su supuesto carácter de soldado al servicio del pueblo vasco, de gudari. No se si a estas alturas de la película seguirán pensando lo mismo, aunque estaría bien preguntar, especialmente a los chicos y chicas de Gogorregi del Aste Nagusia bilbotarra que al parecer tuvieron la imprudencia de no servir unos kalimotxos a estos servidores del pueblo. “Antes nos montaban la bronca los borrokas y ahora lo hacen ertzainas borrachos” afirmaron contrariados y con nostalgia. No les quitaré la razón, pues hasta las maderas de su txozna fueron en ocasiones elementos de construcción de barricadas, pero no deberían olvidar que tanto ayer como hoy sus “gudaris” no han dejado de montar gresca. Y no simplemente una incidencia borrachuza a altas horas de la madrugada.
Ahí tenemos a Ares que después de que sus chicos en una “caza de ciervos” segaran la vida de Iñigo Cabacas no tuvo el menor escrúpulo de reírse a la cara de la sociedad vasca, humillar a toda una familia y dar todos los pasos necesarios con la frialdad adecuada para que todo quedara como está. No extraña por tanto que se haya ido de rositas abandonando el gobierno pucherazo de Lakua con las espaldas bien cubiertas y pase a ser el coordinador de la campaña electoral del PSE de cara a las próximas elecciones del 21 de octubre. Es la persona indicada para el españolismo civilizado. Claro que si el PSE representa al españolismo civilizado, nos podemos hacer una idea de que clase de civilización se gastan.
Uno de los puntos del programa de EH Bildu de cara a la gestión del gobierno de Lakua es el cambio de modelo policial. Una manera de escenificarlo ha sido mediante la sustitución de la nomenclatura. Sin embargo va a hacer falta mucho más que cambiar un simple nombre para extirpar la esencia represiva y criminal de la policía y simplemente con la profundización de la justicia social no va a ser suficiente. La policía autonómica española es irreformable. Y lo es por una sencilla razón. Porque no depende simplemente de una gestión más o menos intensa, o una caracterización más o menos punitiva y de castigo, sino de las leyes españolas a las cuales están obligados de cumplir y mientras esas leyes estén basadas en el capitalismo y en la negación de los derechos de Euskal Herria, el choque está más que garantizado. Minimizar ese choque lo máximo posible puede ser un objetivo prágmatico que se puede poner en marcha pero sin un horizonte estratégico e incluso en algunos casos desobediente, el mal causado en las clases populares será incluso mayor que el de una estrategia represiva clásica. Y es que “esto” solo existe en youtube.