Futu­ro repre­si­vo- Borro­ka Garaia

La estra­te­gia repre­si­va de los esta­dos tie­ne fecha de cadu­ci­dad. O al menos la estra­te­gia que hemos cono­ci­do has­ta el día de hoy. La que está vigen­te actual­men­te. Una estra­te­gia de una fase repre­si­va que empe­zó a dar sus pri­me­ros pasos a media­dos de los 90, con un auto de la audien­cia nacio­nal espa­ño­la fir­ma­do por Bal­ta­sar Gar­zón en enero de 1996 que seña­la­ba que KAS debía ser inves­ti­ga­da. En esos momen­tos es pro­ba­ble que la izquier­da aber­tza­le no fue­ra cons­cien­te de que ese tipo de seña­les no eran más que los pro­le­gó­me­nos de una estra­te­gia que en pri­me­ra ins­tan­cia con­sis­tía en el aná­li­sis de que ante la impo­si­bi­li­dad poli­cial de poner fue­ra de jue­go a ETA, se lan­za­rían con­tra el movi­mien­to polí­ti­co y civil, de esta mane­ra pre­sio­nan­do vio­len­ta­men­te a la izquier­da aber­tza­le y al pue­blo no arma­do, a modo de chan­tan­je se bus­ca­ba la des­ac­ti­va­ción de ETA como paso impres­cin­di­ble al colap­so total del MLNV.

Esta estra­te­gia ha teni­do vic­to­rias evi­den­tes y qui­zás una de la más impor­tan­te es que amplios sec­to­res inte­rio­ri­za­ron que ETA era un estor­bo para la lucha. Y eso ha sido, se quie­ra reco­no­cer o no, uno de los fac­to­res que ha impul­sa­do el cam­bio estra­té­gi­co de la izquier­da aber­tza­le. Que ade­más esta­ba asen­ta­do en un esta­do de ansie­dad ante las impli­ca­cio­nes que supo­ne estar fue­ra de las ins­ti­tu­cio­nes, lo cual solo enca­mi­na hacia la mar­gi­na­ción. Esta estra­te­gia ha ser­vi­do en defi­ni­ti­va para gol­pear cuan­do y don­de se quie­ra ante una masa popu­lar no clan­des­ti­na y por lo tan­to en teo­ría no pre­pa­ra­da para enfren­tar­se a medi­das repre­si­vas que se aden­tran en cier­ta mane­ra en la cruel dure­za de las apli­ca­das a la clandestinidad.

Sin embar­go esta estra­te­gia tam­po­co ha con­se­gui­do lograr todos sus obje­ti­vos. No han podi­do “clan­des­ti­ni­zar” al movi­mien­to polí­ti­co ni des­ac­ti­var­lo. Y la mili­tan­cia polí­ti­ca ha aguan­ta­do el hor dago del esta­do pese a encar­ce­la­cio­nes y dura repre­sión. Lejos de pro­du­cir­se un pro­ce­so de mar­gi­na­ción pro­gre­si­vo se ha rever­ti­do de tal mane­ra que la izquier­da aber­tza­le es un refe­ren­te públi­co y social de pri­mer orden y la estra­te­gia ile­ga­li­za­do­ra ha hecho defi­ni­ti­va­men­te aguas en muchos fren­tes. La des­ac­ti­va­ción mili­tar de ETA es una gran vic­to­ria de los esta­dos aun­que tam­po­co espe­ra­ban que fue­ra en unos tér­mi­nos y coor­de­na­das con­cre­tas como las actuales.

De esta mane­ra, aque­lla estra­te­gia repre­si­va ini­cia­da tími­da­men­te en los 90 e inten­si­fi­ca­da en la ulti­ma déca­da está lle­gan­do a su fin. O ha lle­ga­do has­ta casi el máxi­mo don­de podía lle­gar. Jus­to has­ta el pun­to ante­rior a una diso­lu­ción de ETA que no han con­se­gui­do. Y está lle­gan­do a su fin con el impul­so de la estra­te­gia pues­ta en mar­cha por la izquier­da aber­tza­le en los últi­mos años que posi­ble­men­te ha ana­li­za­do correc­ta­men­te cua­les son las coor­de­na­das de la coyun­tu­ra nece­sa­rias para que esa estra­te­gia no avan­ce hacia el colap­so del MLNV, pero nun­ca se debe­ría olvi­dar todo este reco­rri­do en las bases de la refle­xión, ni tam­po­co olvi­dar que el mero hecho de que pue­da exis­tir un mar­co que con­di­cio­ne la repre­sión en los tér­mi­nos actua­les pue­de que no sea sufi­cien­te para los obje­ti­vos reales de libe­ra­ción nacio­nal y social. Que al fin y al cabo es lo que importa.

Con­ti­nuar inde­fi­ni­da­men­te en los mis­mos pará­me­tros repre­si­vos no es una bue­na deci­sión tác­ti­ca. Y son muchos los que en el esta­do ya lo han inte­rio­ri­za­do pese a la fuer­te opo­si­ción con la que se encuen­tran en sec­to­res de sus pro­pias filas. Y no es una bue­na deci­sión para ellos por­que esa estra­te­gia está ago­ta­da. Las nece­si­da­des con­tra-insur­gen­tes hoy pasan por el des­ten­sio­na­mien­to de esa vía repre­si­va y la re-for­mu­la­ción de la estra­te­gia. ¿Hacia dón­de?. Es obvio que una vez con­se­gui­do par­cial­men­te algu­nos de sus obje­ti­vos es posi­ble que solo les que­de una vía, la de la asi­mi­la­ción. Y esa vía cho­ca fron­tal­men­te con acti­vi­da­des repre­si­vas clá­si­cas a las que están acos­tum­bra­dos ya que gene­ra un ten­sio­na­mien­to polí­ti­co y posi­cio­na­mien­to psi­co­ló­gi­co que no les favo­re­ce en prin­ci­pio, aun­que si la debi­li­dad ideo­ló­gi­ca se radi­ca­li­za­ra esta­ría por ver.

Se ha habla­do mucho de que exis­te un peli­gro evi­den­te de asi­mi­la­ción del MLNV en las coor­de­na­das polí­ti­cas actua­les. Y si bien eso es cier­to, real­men­te no se ha ini­cia­do aún por par­te de los esta­dos en toda su poten­cia­li­dad ese pro­ce­so. Que ten­drá que pasar por fuer­za por el des­man­te­la­mien­to total de la actual estra­te­gia repre­si­va, la re-for­mu­la­ción de un nue­va mucho más selec­ti­va y qui­rúr­gi­ca com­bi­na­da con la masi­va semi-ocul­ta a tra­vés del mie­do, dar solu­ción a la pro­ble­má­ti­ca de los pre­sos polí­ti­cos y a su vez ins­ta­lar un mar­co don­de se suce­den uno detrás de otro ele­men­tos de dis­ten­sión, “paci­fi­ca­ción” y de “encuen­tro”. El no hacer­lo así hará al esta­do cho­car con­tra un muro per­ma­nen­te­men­te y ero­sio­nar­se. Aun­que tam­bién habría que poner a ana­li­sis si real­men­te se está opti­mi­zan­do ese teó­ri­co cos­te, ya que exis­ten difi­cul­ta­des para acti­var esa presión.

Aho­ra bien, sería infra­va­lo­rar las capa­ci­da­des con­tra-insur­gen­tes de esta­dos con siglos de expe­rien­cia pen­sar que no lo vayan a hacer por su pro­pia volun­tad y enmar­ca­do en una estra­te­gia polí­ti­ca. Su mar­co ópti­mo inclu­so pue­de lle­gar al lími­te de que les favo­rez­ca inclu­so has­ta el cre­ci­mien­to del pue­blo aber­tza­le de izquier­da y el acce­so a un poder cada vez más amplio siem­pre y cuan­do lo ten­gan con­tro­la­do y bien ata­do. No es ni la pri­me­ra ni la últi­ma vez que pue­den ocu­rrir situa­cio­nes simi­la­res. El PNV es un ejem­plo de ello.

Tenien­do en cuen­ta todo esto, es pro­ba­ble que la izquier­da aber­tza­le aún no esté pre­pa­ra­da para una estra­te­gia con­tra-insur­gen­te de ese cali­bre, y lo más peli­gro­so, que cami­ne en algu­nos apar­ta­dos jus­to en la direc­ción menos ade­cua­da. Y más val­dría con tiem­po hacer los ajus­tes, ade­lan­tán­do­se a la estra­te­gia efec­ti­va que no le que­da­rá más reme­dio que emplear a los esta­dos con mucha inten­si­dad, cuan­do lle­guen a la con­clu­sión sin fisu­ras que el inmo­vi­lis­mo les pue­de pro­du­cir cier­tas ren­tas y segu­ri­dad rela­ti­va si la izquier­da aber­tza­le no se ajus­ta pero que les impo­si­bi­li­ta ganar.

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