Una­sur apo­ya a Ecua­dor y exhor­ta al diá­lo­go con Assange

Alí Rodríguez Araque, Secretario General de UnasurAlí Rodrí­guez Ara­que, Secre­ta­rio Gene­ral de Unasur 

La Una­sur exhor­tó este domin­go al diá­lo­go para lograr una solu­ción en la cri­sis entre Ecua­dor y Rei­no Uni­do y apo­yó a Qui­to ante la even­tua­li­dad de que se entre por la fuer­za a su emba­ja­da en Lon­dres para dete­ner al asi­la­do fun­da­dor de Wiki­leaks, Julian Assange.

Los can­ci­lle­res de la Unión de Nacio­nes Sud­ame­ri­ca­nas, reu­ni­dos en Gua­ya­quil, mani­fes­ta­ron “su soli­da­ri­dad” a Ecua­dor y exhor­ta­ron a “las par­tes a con­ti­nuar el diá­lo­go en pro­cu­ra de una solu­ción mutua­men­te acep­ta­ble”, de acuer­do con la decla­ra­ción con­jun­ta leí­da por su secre­ta­rio gene­ral, el vene­zo­lano Alí Rodríguez

Decla­ra­ción de Guayaquil

DECLARACIÓN DE GUAYAQUIL
EN RESPALDO A LA REPÚBLICA DEL ECUADOR
EL CONSEJO DE MINISTROS Y MINISTRAS DE RELACIONES EXTERIORES DE UNASUR

El Con­se­jo de Minis­tros y Minis­tras de Rela­cio­nes Exte­rio­res de UNASUR reu­ni­dos extra­or­di­na­ria­men­te en la ciu­dad de Gua­ya­quil, el 19 de agos­to de 2012,

Con­si­de­ran­do:

Que el señor Minis­tro de Rela­cio­nes Exte­rio­res Comer­cio e Inte­gra­ción del Ecua­dor, infor­mó al Con­se­jo que el ciu­da­dano Julián Assan­ge, soli­ci­tó el 19 de junio de 2012, asi­lo polí­ti­co en la Emba­ja­da de la Repú­bli­ca del Ecua­dor en Lon­dres, asun­to sobre el cual los Gobier­nos del Ecua­dor, del Rei­no Uni­do y Sue­cia, han veni­do sos­te­nien­do con­ver­sa­cio­nes diplo­má­ti­cas acer­ca del pedi­do de extra­di­ción de señor Assan­ge y sobre el pedi­do de asilo;

Que el Ecua­dor se encon­tra­ba ana­li­zan­do el pedi­do de asi­lo de acuer­do a los prin­ci­pios de pro­tec­ción de los Dere­chos Huma­nos y al Dere­cho Internacional;

Que el 15 de agos­to el Gobierno de la Repú­bli­ca del Ecua­dor infor­mó públi­ca­men­te haber reci­bi­do del Rei­no Uni­do una Ayu­da Memo­ria en la que ame­na­za con “tomar accio­nes para arres­tar al Sr. Assan­ge en las ins­ta­la­cio­nes actua­les de la Emba­ja­da” invo­can­do su ley nacio­nal sobre ins­ta­la­cio­nes Diplo­má­ti­cas y Con­su­la­res de 1987 (Diplo­ma­tic and Con­su­lar Pre­mi­ses Act 1987) ;

Que de acuer­do al artícu­lo 22 de la Con­ven­ción de Vie­na sobre Rela­cio­nes Diplo­má­ti­cas de 1961- de la que el Rei­no Uni­do es sig­na­ta­rio- “los loca­les de la Misión son invio­la­bles. Los agen­tes del Esta­do recep­tor no podrán pene­trar en ellos sin el con­sen­ti­mien­to del Jefe de la Misión” y, que “los loca­les de la misión, su mobi­lia­rio y demás bie­nes situa­dos en ellos, así como los medios de trans­por­te de la misión no podrán ser obje­to de nin­gún regis­tro, requi­sa, embar­go o medi­da de ejecución”;
Que de acuer­do a los prin­ci­pios con­sa­gra­dos en la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das, los Esta­dos deben abs­te­ner­se de recu­rrir a la ame­na­za o al uso de la fuer­za o de actuar de cual­quier otra for­ma incom­pa­ti­ble con los pro­pó­si­tos de las Nacio­nes Uni­das en sus rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, así como solu­cio­nar sus dife­ren­cias de mane­ra pacífica.

Que el Con­se­jo de Segu­ri­dad de las Nacio­nes Uni­das, en el Comu­ni­ca­do de Pren­sa SC/​10463 de 29 de noviem­bre de 2011, con­de­nó en los tér­mi­nos más enér­gi­cos vio­la­cio­nes a la inmu­ni­dad diplo­má­ti­ca y recor­dó el prin­ci­pio fun­da­men­tal de la invio­la­bi­li­dad de las misio­nes diplo­má­ti­cas y ofi­ci­nas con­su­la­res de los Esta­dos recep­to­res en rela­ción a lo esta­ble­ci­do en la Con­ven­ción de Vie­na de 1961 sobre Rela­cio­nes Diplo­má­ti­cas y la Con­ven­ción de Vie­na de 1963 sobre Rela­cio­nes Consulares.

Decla­ra:
1. Mani­fes­tar su soli­da­ri­dad y res­pal­dar al Gobierno de la Repú­bli­ca del Ecua­dor ante la ame­na­za de vio­la­ción del local de su misión diplomática.
2. Reite­rar el dere­cho sobe­rano de los Esta­dos de con­ce­der asilo.
3.- Con­de­nar enér­gi­ca­men­te la ame­na­za del uso de la fuer­za entre los Esta­dos así como reite­rar la ple­na vigen­cia de los prin­ci­pios con­sa­gra­dos en el Dere­cho Inter­na­cio­nal, el res­pe­to a la Sobe­ra­nía y el fiel cum­pli­mien­to de los Tra­ta­dos Internacionales.
4. Reafir­mar el prin­ci­pio fun­da­men­tal de la invio­la­bi­li­dad de los loca­les de las misio­nes diplo­má­ti­cas y ofi­ci­nas con­su­la­res y la obli­ga­ción de los Esta­dos recep­to­res, en rela­ción a lo esta­ble­ci­do en la Con­ven­ción de Vie­na de 1961 sobre Rela­cio­nes Diplo­má­ti­cas y la Con­ven­ción de Vie­na de 1963 sobre Rela­cio­nes Consulares.
5.-Reafirmar el prin­ci­pio de Dere­cho Inter­na­cio­nal en vir­tud del cual no pue­de invo­car­se el dere­cho interno para no cum­plir una obli­ga­ción de carác­ter inter­na­cio­nal, como así está refle­ja­do en el artícu­lo 27 de la Con­ven­ción de Vie­na sobre el Dere­cho de los Tra­ta­dos de 1969.
6.- Reite­rar la vigen­cia de las ins­ti­tu­cio­nes del asi­lo y del refu­gio para pro­te­ger los Dere­chos Huma­nos de las per­so­nas que con­si­de­ren que su vida o inte­gri­dad físi­ca se encuen­tra amenazada.
7.- Exhor­tar a las Par­tes a con­ti­nuar el diá­lo­go y la nego­cia­ción direc­ta en pro­cu­ra de una solu­ción mutua­men­te acep­ta­ble con arre­glo al Dere­cho Internacional.

Gua­ya­quil, 19 de agos­to de 2012

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