La mayo­ría des­po­seí­da- Paul Craig Roberts

El con­duc­tor no era evi­den­te­men­te acau­da­la­do. Sin embar­go, a pesar de todas las noti­cias sobre los res­ca­tes banks­ter por valor de mega-billo­nes de dóla­res, de boni­fi­ca­cio­nes por mega-millo­nes de dóla­res para finan­cis­tas faci­ne­ro­sos, y de inima­gi­na­bles paque­tes de com­pen­sa­ción para direc­to­res eje­cu­ti­vos cor­po­ra­ti­vos que han expor­ta­do pues­tos de tra­ba­jo de EE.UU., algo hizo que el des­va­li­do con­duc­tor se aso­cia­ra con el par­ti­do polí­ti­co de los súper-ricos.

Mien­tras me sor­pren­día la extra­ña alian­za de los des­am­pa­ra­dos con los mega-ricos, recor­dé que en 2004 Tho­mas Frank se pre­gun­ta­ba cómo los repu­bli­ca­nos habían logra­do con­ven­cer a los pobres para que vota­ran con­tra sus mejo­res intere­ses. La res­pues­ta, o par­te de la res­pues­ta, de Frank es que los repu­bli­ca­nos uti­li­zan “temas socia­les”, como el matri­mo­nio gay y la exhi­bi­ción del pezón de Janet Jack­son, para pro­vo­car indig­na­ción ante la ame­na­za a los valo­res mora­les plan­tea­da por demó­cra­tas liberales.

Los tra­ba­ja­do­res pobres han sido con­ven­ci­dos por la pro­pa­gan­da repu­bli­ca­na de que votar a los demó­cra­tas sig­ni­fi­ca entre­gar los dóla­res de los impues­tos de los tra­ba­ja­do­res pobres a los pobres que no tra­ba­jan, pro­veer aten­ción médi­ca y edu­ca­ción a extran­je­ros ile­ga­les, y ser blan­do fren­te el terrorismo.

Para el con­duc­tor de la camio­ne­ta, defen­der a EE.UU. sig­ni­fi­ca defen­der los res­ca­tes de los bánks­te­res y las gue­rras mul­ti­bi­llo­na­rias del com­ple­jo militar/​industrial.

El Equi­po de Tru­cos Sucios de Karl Rove ha per­fec­cio­na­do la pro­pa­gan­da repu­bli­ca­na. Los repu­bli­ca­nos se envían unos a otros por correo elec­tró­ni­co innu­me­ra­bles his­to­rias estú­pi­das que dicen que Oba­ma es musul­mán, que Oba­ma es mar­xis­ta, que Oba­ma es un Man­chu­rian Can­di­da­te que entre­ga EE.UU. al Nue­vo Orden Mun­dial o a las Nacio­nes Uni­das, o a algu­na otra vil orga­ni­za­ción cons­pi­ra­ti­va. Pero nun­ca acu­san a Oba­ma de entre­gar EE.UU. a Wall Street, al com­ple­jo militar/​industrial, o a Israel.

Los correos nun­ca con­tie­nen una cita o fuen­te para las acu­sa­cio­nes. No se nece­si­ta nin­gu­na, por­que son pala­bras que quie­ren escu­char los repu­bli­ca­nos. Pre­gun­tad­les por qué Oba­ma iba a matar musul­ma­nes en sie­te paí­ses si fue­ra musul­mán, o por qué Wall Street y el com­ple­jo militar/​industrial iban a poner a un mar­xis­ta en la Casa Blan­ca, y enro­je­ce­rán de rabia. Solo por for­mu­lar las pre­gun­tas obvias en lugar de sumar­se a las acu­sa­cio­nes, una per­so­na con­fir­ma la pro­pa­gan­da de que EE.UU. es ame­na­za­do por cré­du­los de Oba­ma que no defen­de­rán a su país.

Pare­ce­ría que los no acau­da­la­dos que se enfu­re­cen por las pres­ta­cio­nes socia­les, medi­caid , Oba­ma­ca­re y las escue­las públi­cas son inca­pa­ces de atar cabos. El res­ca­te TARP por valor de 750.000 millo­nes de dóla­res, una peque­ña par­te del total y con­ti­nuo res­ca­te, habría sido sufi­cien­te para cubrir cual­quier agu­je­ro en esos pre­su­pues­tos duran­te mucho tiem­po. En su lugar, el dine­ro se uti­li­zó para recom­pen­sar a los que cau­sa­ron la cri­sis finan­cie­ra y des­po­ja­ron a millo­nes de esta­dou­ni­den­ses de sus casas. Que yo sepa, el con­duc­tor de la camio­ne­ta es uno de esos desposeídos.

Los mis­mos esta­dou­ni­den­ses, con sus cere­bros lava­dos, que se enco­le­ri­zan con­tra Oba­ma­ca­re y se pre­pa­ran para votar por Rom­ney igno­ran el hecho de que mien­tras era gober­na­dor del Esta­do libe­ral demo­crá­ti­co de Mas­sa­chu­setts Rom­ney hizo imple­men­tar su ver­sión de Oba­ma­ca­re en el ámbi­to estatal.

La mayor iro­nía res­pec­to a Oba­ma­ca­re es que fue escri­to por las com­pa­ñías pri­va­das de segu­ros y que des­vía fon­dos de Medi­caid y Medi­ca­re para su bene­fi­cio. Pue­de que sea medi­ci­na socia­li­za­da, pero es socia­lis­mo a favor de las com­pa­ñías pri­va­das de seguros.

Todo lo que nece­si­ta­ron los ciu­da­da­nos de los Esta­dos de mayo­ría repu­bli­ca­na para apo­yar el derro­che de 6 billo­nes de dóla­res por el com­ple­jo militar/​seguridad en las gue­rras de Iraq y Afga­nis­tán fue­ron pega­ti­nas con la cin­ta ama­ri­lla y una con­sig­na: “Apo­yad a los soldados”.

Oba­ma, afir­man los repu­bli­ca­nos, no hará fren­te a Siria ni se pon­drá con­tra Irán, ni esta­rá a favor de Israel. Pero los repu­bli­ca­nos se enor­gu­lle­cen cuan­do Rom­ney va a Israel para arras­trar­se hacién­do­le el jue­go al demen­te, sedien­to de san­gre, pri­mer minis­tro israe­lí Netan­yahu, que cali­fi­có a los máxi­mos gene­ra­les israe­líes de “cobar­des” por adver­tir con­tra un ata­que con­tra Irán. Rom­ney le dijo a Netan­yahu: “díga­me qué ten­go que hacer y lo haré; soy leal a Israel”. Apa­ren­te­men­te, a los ultra­na­cio­na­lis­tas patrio­tas repu­bli­ca­nos no les moles­ta que su can­di­da­to pre­si­den­cial anun­cie que en cuan­to asu­ma el man­do entre­ga­rá la polí­ti­ca exte­rior de EE.UU. a Netan­yahu y envia­rá a más esta­dou­ni­den­ses a la muer­te y a la ban­ca­rro­ta en su nombre.

Karl Rove no tuvo nin­gún pro­ble­ma en el lava­do de cere­bros de votan­tes repu­bli­ca­nos para que apo­yen su pro­pia pér­di­da. El con­duc­tor de camio­ne­ta podría haber colo­ca­do una pega­ti­na que dije­ra: “No apo­yes a un demó­cra­ta. Podría hacer algo por ti.”

Sí, ya sé. Es casi igual de fácil ata­car a los demó­cra­tas. Bush y Che­ney, y sus mato­nes neo­con­ser­va­do­res des­tru­ye­ron la Cons­ti­tu­ción y, con ello, a EE.UU. Pero los demó­cra­tas per­mi­tie­ron que lo hicie­ran. Fue Nancy Pelo­si quien, como pre­si­den­ta de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes, recha­zó el jui­cio polí­ti­co de Bush.

Es indu­da­ble que Bush y Che­ney vio­la­ron el dere­cho esta­dou­ni­den­se e inter­na­cio­nal y la Cons­ti­tu­ción. La nega­ti­va de Nancy Pelo­si de res­pon­sa­bi­li­zar­los esta­ble­ció el pre­ce­den­te de que el poder eje­cu­ti­vo ya no res­pon­de ante la ley o la Cons­ti­tu­ción. En efec­to, el poder eje­cu­ti­vo aho­ra es una dic­ta­du­ra. Actúa fue­ra de la ley y de limi­ta­cio­nes cons­ti­tu­cio­na­les. Res­pec­to a algu­nos temas toda­vía tie­ne que con­sul­tar al Con­gre­so o a los tri­bu­na­les, pero a medi­da que aumen­ta el poder y la auda­cia del poder eje­cu­ti­vo, la con­sul­ta se con­ver­ti­rá en una for­ma­li­dad y lue­go se aban­do­na­rá. El Con­gre­so no ten­drá más influen­cia que el Sena­do romano bajo el Impe­rio y los tri­bu­na­les se con­ver­ti­rán en esce­na­rios de far­sas judiciales.

Los esta­dou­ni­den­ses eli­gie­ron pre­si­den­te a Oba­ma con la espe­ran­za de que res­tau­ra­ría el impe­rio de la ley. En su lugar, codi­fi­có las tras­gre­sio­nes del régi­men de Bush y agre­gó algu­nas pro­pias. Nadie de mi gene­ra­ción podría haber ima­gi­na­do que el pre­si­den­te de EE.UU. esta­ría sen­ta­do en el Des­pa­cho Oval apro­ban­do lis­tas de ciu­da­da­nos esta­dou­ni­den­ses para que fue­ran ase­si­na­dos sin prue­bas o debi­do proceso.

Por lo tan­to ¿a cuál que­réis? ¿Al repu­bli­cano que les hace el jue­go a los ricos y a Israel, cuya polí­ti­ca exte­rior es la gue­rra, o al demó­cra­ta que les hace el jue­go a los ricos y a Israel cuya polí­ti­ca exte­rior es la gue­rra? Cómo escri­bió Gerald Celen­te en la edi­ción de julio de Trends Jour­nal, los esta­dou­ni­den­ses “argu­men­tan entre ellos por qué su freak [engen­dro] es mejor que el otro freak. Se eno­ja­rán si dices que su freak es un freak. Real­men­te com­ba­ti­rán y mori­rán para defen­der a sus freaks .”

Es extra­or­di­na­rio que millo­nes de esta­dou­ni­den­ses pue­dan creer fer­vien­te­men­te que impor­ta si es ele­gi­do el freak Rom­ney o el freak Oba­ma. Si los esta­dou­ni­den­ses tuvie­ran un poco de sen­ti­do común, se que­da­rían en casa y no vota­rían. El 1% con­tro­la el país, y más val­dría que el 99% se que­da­ra en casa y no vota­ra. Nada va a cam­biar gra­cias a la urna de voto.

¿Qué supo­néis que harán los par­ti­da­rios de Ron Paul? ¿Verán a Rom­ney como el menos socia­lis­ta de los dos y vota­rán por los repu­bli­ca­nos que roba­ron la can­di­da­tu­ra a Ron Paul? (Jaret Glenn, “How the GOP Esta­blish­ment Sto­le the Nomi­na­tion from Ron Paul,” publi­ca­do el 6 de agos­to en OpEdNews .)

EE.UU. está gober­na­do por una oli­gar­quía pri­va­da. El gobierno es solo su facha­da. Los recur­sos del país son des­via­dos hacia los bol­si­llos de Wall Street, el com­ple­jo militar/​industrial, y al ser­vi­cio del Gran Israel. Las com­pa­ñías petro­le­ras, mine­ras, made­re­ras y de la agro­in­dus­tria con­tro­lan la Agen­cia de Pro­tec­ción del Medio Ambien­te y el Ser­vi­cio Fores­tal, y por eso la regu­la­ción solo con­cier­ne al peque­ño indi­vi­duo, mien­tras el frac­king [frac­tu­ra hidráu­li­ca], la mine­ría de remo­ción de la cima de mon­ta­ñas, y la con­ta­mi­na­ción del aire, el agua y el sue­lo cre­cen de mane­ra salvaje.

Los oli­gar­cas han logra­do con­ver­tir a los esta­dou­ni­den­ses en una mayo­ría des­po­seí­da en su pro­pio país. En noviem­bre los esta­dou­ni­den­ses vol­ve­rán a otor­gar su apro­ba­ción a uno de los dos can­di­da­tos de la oligarquía.

Paul Craig Roberts

14 de agos­to de 2012

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