Un acti­vis­ta argen­tino, asfi­xia­do en una comi­sa­ría espa­ño­la- Resu­men Latinoamericano

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Juan Pablo Torroi­ja fue dete­ni­do en la ciu­dad de Giro­na y horas des­pués ter­mi­nó hos­pi­ta­li­za­do con gol­pes y secue­las de una asfi­xia. La poli­cía sos­tie­ne que se ahor­có en su cel­da. Pero hay evi­den­cias que ponen en duda esa versión.

Por Emi­lio Ruchansky

Juan Pablo Torroi­ja nació en La Pla­ta, tenía 41 años y dos hijos y vivía des­de hacía ocho años en España.
A pocas horas de ser dete­ni­do por la poli­cía espa­ño­la, el argen­tino Juan Pablo Torroi­ja entró el 11 de julio pasa­do al Hos­pi­tal True­ta, en la ciu­dad de Giro­na, con diver­sos gol­pes y asfi­xia­do. Tres días des­pués falle­ció, según la ver­sión ofi­cial, tras haber­se ahor­ca­do en la comi­sa­ría. “Lla­ma­mos a un ami­go de él en Bar­ce­lo­na para que via­ja­ra a ave­ri­guar. No tenía­mos noti­cias hacía dos sema­nas. Nadie nos infor­mó de su muer­te. Y este ami­go supo, por otro, que la poli­cía lo había gol­pea­do mucho duran­te la deten­ción”, seña­ló ayer a este dia­rio Ana Sol, her­ma­na de Juan Pablo. Torroi­ja era un acti­vis­ta del movi­mien­to Oku­pa, estu­vo con los indig­na­dos en Bar­ce­lo­na y se fue de ahí a fines de 2011, tras una serie de des­alo­jos. Sus fami­lia­res exi­gen una nue­va autop­sia y ser par­te que­re­llan­te en el caso, mien­tras rea­li­zan los trá­mi­tes para que la Can­ci­lle­ría argen­ti­na se sume al recla­mo de esclarecimiento.

“Sabe­mos, por lo que infor­mó el hos­pi­tal, que Juan Pablo entró a las 4.52 del 11 de julio, tras­la­da­do des­de la Comi­sa­ría Vis­ta Ale­gre. Lle­gó en una ambu­lan­cia acom­pa­ña­do por la poli­cía muni­ci­pal. Aho­ra nos ente­ra­mos de que en su deten­ción tam­bién par­ti­ci­pa­ron los Mos­sos d’Squadra, una divi­sión poli­cial impli­ca­da en varios casos de tor­tu­ra segui­da de muer­te”, dijo Flo­ren­cia Maz­za­di, direc­to­ra de la orga­ni­za­ción Cine Migran­te y ami­ga de Juan Pablo. El ami­go que fue en su bús­que­da, agre­gó, pudo ver dis­tin­tos gol­pes en las cos­ti­llas, pier­nas, manos y “el cue­llo con la nuez hundida”.

Este últi­mo deta­lle es el que más lla­mó la aten­ción a fami­lia­res y ami­gos. La autop­sia, a la que pudie­ron acce­der ayer, afir­ma que falle­ció de un paro car­dio­rres­pi­ra­to­rio por la lesión sufri­da en el cue­llo. “Pero en el cue­llo no hay frac­tu­ra. Es decir que difí­cil­men­te se pudo haber ahor­ca­do. Ade­más de los gol­pes que tenía, en algu­nas par­tes le habían pues­to cin­ta, no gasa, como para tapar algu­nos gol­pes”, afir­mó Maz­za­di. La poli­cía adu­jo que Torroi­ja fue per­se­gui­do y dete­ni­do tras inten­tar robar un auto. De hecho, la Jus­ti­cia espa­ño­la abrió dos cau­sas: una por el robo y otra por el suicidio.

El ami­go de Torroi­ja que con­tac­ta­ron los fami­lia­res y pudo ver el cuer­po rela­tó que un joven ita­liano, tam­bién inte­gran­te del movi­mien­to Oku­pa, le rela­tó que el acti­vis­ta argen­tino fue dura­men­te gol­pea­do por la poli­cía. “Y se tomó el cue­llo y le hizo unas señas, como dan­do a enten­der que lo habían ahor­ca­do”, dijo Ana Sol Torroi­ja. Ni la poli­cía ni el hos­pi­tal ni las auto­ri­da­des loca­les infor­ma­ron a los fami­lia­res, omi­tien­do lo dis­pues­to por la Con­ven­ción de Vie­na sobre Rela­cio­nes Con­su­la­res. Recién el sába­do pasa­do, 14 días des­pués de la muer­te, lle­gó la noti­cia y por vías informales.

“No hagas caso de lo que dice la poli­cía”, dijo el joven ita­liano al ami­go del acti­vis­ta argen­tino, antes de des­pe­dir­se. Según publi­ca el Set­ma­na­ri de Comu­ni­ca­ció Direc­ta, los Mos­sos d’Squadra atri­bu­ye­ron la deten­ción y el tras­la­do a la poli­cía pro­vin­cial. “Una vez en la cel­da, inten­tó ahor­car­se con su cami­sa, lo que fue obser­va­do des­de las cáma­ras de video­vi­gi­lan­cia. Los agen­tes inten­ta­ron reani­mar­lo mien­tras reque­rían la pre­sen­cia del ser­vi­cio de emer­gen­cias médi­cas”, con­ta­ron fuen­tes poli­cia­les al dia­rio catalán.

Los Mos­sos están impli­ca­dos en dos de las tres muer­tes dudo­sas ocu­rri­das en el últi­mo año, entre otras, la de Mus­ta­fa el Marrach­ki, quien tam­bién se habría ahor­ca­do según la poli­cía, aun­que el caso está sien­do inves­ti­ga­do. En el últi­mo infor­me de la Coor­di­na­do­ra para la Pre­ven­ción y Denun­cia de la Tor­tu­ra se rese­ñan otros seis casos de supues­tos sui­ci­dios en comi­sa­rías y cár­ce­les en toda Espa­ña duran­te 2011, advir­tió Maz­za­di, quien está ayu­dan­do a la fami­lia a rea­li­zar varios pedi­dos a la Can­ci­lle­ría argen­ti­na para que inter­ven­ga como querellante.

“Reci­bi­mos las pre­sen­ta­cio­nes y el tema se está eva­luan­do. Segu­ra­men­te maña­na (por hoy) la Can­ci­lle­ría va a tomar una deci­sión sobre los pedi­dos”, afir­mó ano­che una fuen­te del Minis­te­rio de Rela­cio­nes Exte­rio­res y Cul­to. El cuer­po de Torroi­ja está en la fune­ra­ria Mémo­ra que, según los fami­lia­res, sólo lo devol­ve­rá si ellos se hacen car­go del tras­la­do del cuer­po para su pos­te­rior entie­rro, impo­si­bi­li­tan­do una nue­va autop­sia. Este últi­mo recla­mo fue hecho por un her­ma­nas­tro de Torroi­ja, quien vive en Espa­ña, es abo­ga­do y se pre­sen­tó como que­re­llan­te en repre­sen­ta­ción de una hija del acti­vis­ta, naci­da en sue­lo ibé­ri­co. Sus pedi­dos aún no reci­bie­ron respuesta.

Torroi­ja tenía 41 años, vivía hacía ocho en Espa­ña y era padre de dos hijos. Se man­te­nía hacien­do chan­gas, muchas rela­cio­na­das con el arma­do del soni­do para recitales.

fuen­te Pagi­na 12

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Murió un oku­pa argen­tino en Espa­ña: sos­pe­chan de la policía

30/​07/​2012

Cose­cha Roja.-

El ciu­da­dano argen­tino Juan Pablo Torroi­ja vivía en un Oku­pa de Giro­na, Espa­ña. Hace vein­te días fue dete­ni­do por la poli­cía y gol­pea­do de for­ma sal­va­je. Ago­ni­zó duran­te dos días en un hos­pi­tal y murió en cir­cuns­tan­cias extra­ñas. Ni su fami­lia ni el con­su­la­do argen­tino fue­ron avi­sa­dos de la muerte.

Hoy, el cón­sul argen­tino en Bar­ce­lo­na, Feli­pe Álva­rez de Tole­do, le exi­gió a la jus­ti­cia espa­ño­la cono­cer las cau­sas de la muer­te de Juan Pablo Torroi­ja. “Esta maña­na pre­sen­ta­mos dos escri­tos ante los tri­bu­na­les: uno de ellos pidien­do cono­cer las cir­cuns­tan­cias de la muer­te de Torroi­ja, y otro para que el cuer­po no sea inhu­ma­do”, expli­có Álva­rez. Los fami­lia­res espe­ran que la Can­ci­lle­ría se sume al recla­mo de escla­re­ci­mien­to. Exi­gen una nue­va autop­sia y ser par­te que­re­llan­te en el caso.

“La fami­lia y noso­tros mis­mos cono­ci­mos los hechos hace muy poco. Por esta razón, la cau­sa debe per­ma­ne­cer abier­ta has­ta que se escla­rez­can los hechos de la muer­te de este ciu­da­dano argen­tino”, agre­gó Álva­rez de Toledo.

Hace sie­te años, Juan Pablo se fue a vivir a Espa­ña. Que­ría estar al lado de Jaz­mín, su novia de enton­ces. Se vin­cu­ló al movi­mien­to oku­pa de Bar­ce­lo­na, que bus­ca recu­pe­rar vivien­das aban­do­na­das. El año pasa­do, cuan­do la Mar­cha de Los Indig­na­dos se des­per­di­gó por Euro­pa, las cosas se pusie­ron difí­ci­les. A él y a todos sus com­pa­ñe­ros de mili­tan­cia los echa­ron de los vie­jos edi­fi­cios y empe­za­ron a per­se­guir­los. Tuvo que irse de la oku­pa Bar­na y lle­gó a Girona.

De 41 años y con una hija peque­ña, en la nue­va ciu­dad tenía pocos ami­gos. Todos sus cono­ci­dos esta­ban en Bar­ce­lo­na o en La Pla­ta y Bue­nos Aires, sus terri­to­rios de antes. Esta­ba bus­can­do natu­ra­li­zar­se en Espa­ña y por eso tenía sus docu­men­tos en regla. En cada regis­tro que fir­ma­ba, Juan Pablo deja­ba el telé­fono de su excom­pa­ñe­ra espa­ño­la: por si lo nece­si­ta­ban, por si alguien lo buscaba.

El 10 de julio, a días de su cum­plea­ños, Juan Pablo des­apa­re­ció. Este sába­do, tras 18 días de bus­car­lo y lla­mar­lo a los telé­fo­nos de sus cono­ci­dos, la fami­lia Torroi­ja se ente­ró de que lle­va­ba muer­to dos sema­nas. Tam­bién supie­ron, en Argen­ti­na, que algo extra­ño le había pasado.

Ese día, o tal vez el miér­co­les 11, la Poli­cía de Giro­na, cono­ci­da como Mos­sos d’Squadra, lo detu­vo en la calle. Esta­ba solo. Lo lle­va­ron a la Comi­sa­ría Vis­ta Ale­gre y de allí al Hos­pi­tal True­ta, en el cen­tro de Giro­na; al menos la ambu­lan­cia pro­ve­nía de ese lugar. Aún no había ama­ne­ci­do. Tenía sig­nos de ahor­ca­mien­to. La Poli­cía dijo que Juan Pablo había inten­ta­do sui­ci­dar­se. El rela­to de otro inmi­gran­te dice algo diferente.

Un chi­co ita­liano lle­gó el 13 de julio a la casa de Mariano, uno de los pocos cono­ci­dos de Juan Pablo en la nue­va ciu­dad. Le dijo que esta­ba en el hos­pi­tal y que unos poli­cías lo habían ahor­ca­do; eso le des­cri­bió con señas y casi en silen­cio. Des­pués, el chi­co ita­liano se des­pi­dió. Solo agre­gó que él tam­bién se iría: los Mos­sos d’Squadra lo habían ame­na­za­do y aho­ra temía por su vida.

El cono­ci­do de Juan Pablo fue al hos­pi­tal y lo vio ago­ni­zar. El cuer­po está guar­da­do en una mor­gue judi­cial de Girona.

La fami­lia Torroi­ja se ente­ró este sába­do de esa par­te de la his­to­ria. Tuvie­ron que espe­rar que un ami­go de Juan Pablo fue­ra a Espa­ña a bus­car­lo y allí se encon­tra­ra con el rela­to de Mariano, el otro oku­pa. “Nos dijo que cuan­do Mariano lo vio esta­ba todo golpe­do en la cabe­za, en las cos­ti­llas del lado izquier­do, en los bra­zos y con el cue­llo todo mar­ca­do, no por soga, sino por trau­ma. Que en todos esos luga­res esta­ba cubier­to con cin­ta blan­ca, como tapan­do los gol­pes”, con­tó una alle­ga­da de la familia.

Los médi­cos del Hos­pi­tal True­ta habían dicho que el argen­tino tenía daños irre­ver­si­bles por la asfi­xia. El 14 de julio, Juan Pablo murió. Según sus fami­lia­res, quien lo vio con vida no pudo avi­sar­les por­que no sabía cómo comu­ni­car­se: la Poli­cía no le había entre­ga­do los obje­tos per­so­na­les, don­de tal vez esta­ría ano­ta­do un telé­fono, un correo, una dirección.

El cón­sul argen­tino aún no ha teni­do acce­so a la cau­sa. Su muer­te debió ser infor­ma­da al con­su­la­do argen­tino en Giro­na, así tam­bién el pro­ce­so judi­cial que sig­ni­fi­có la aprehen­sión. “El cón­sul de Argen­ti­na en Bar­ce­lo­na se ente­ró el sába­do de la his­to­ria. Se pre­sen­tó hoy al fis­cal y no le die­ron más expli­ca­ción que la infor­ma­da en la autop­sia. Hay en este caso vio­la­ción a los Dere­chos Huma­nos, esta­mos hablan­do de apre­mios ile­ga­les y de tor­tu­ras en situa­ción de cár­cel”, dice una alle­ga­da a la familia.

Entre Argen­ti­na y Espa­ña hay un océano de dis­tan­cia. Eso lo saben aho­ra los fami­lia­res de Juan Pablo. Pri­me­ro, no han podi­do inves­ti­gar los hechos o ele­var un recla­mo de jus­ti­cia; segun­do, no han logra­do la repa­tria­ción del cadá­ver. Los ami­gos del oku­pa, antes asen­ta­dos en Bar­ce­lo­na, hoy andan dis­per­sos por toda Espa­ña, no son ya el gru­po cerra­do y fuer­te de antes de la cri­sis eco­nó­mi­ca, que podría luchar con­tra algún des­mán ofi­cial. Sus cono­ci­dos en Giro­na son pocos y tie­nen mie­do: temen que por escar­bar en el caso de Juan Pablo los per­si­gan aún más, que, como dijo Mariano, “se les vuel­va a ir la mano”.

El her­ma­nas­tro de Juan Pablo, jun­to a su excom­pa­ñe­ra y su hija, se pre­sen­ta­ron con abo­ga­dos al Juz­ga­do N.° 1 de Giro­na. Sus inten­cio­nes eran que se rea­li­za­ra una nue­va autop­sia y que los poli­cías que actua­ron en la deten­ción fue­ran inte­rro­ga­dos. El juez des­es­ti­mó ese pedi­do y agre­gó que no hay más para inves­ti­gar: que la muer­te del oku­pa argen­tino fue un sui­ci­dio. Al paso de los hechos, la cau­sa será archi­va­da en 15 días.

La res­pues­ta que obtu­vie­ron las auto­ri­da­des con­su­la­res no fue mayor. Les entre­ga­ron el acta de la autop­sia y el gobierno local les pidió dis­cul­pas por no haber infor­ma­do del falle­ci­mien­to del ciu­da­dano argentino.

fuen­te: web Cose­cha Roja

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EL CASO DEL JOVEN ARGENTINO ASESINADO POR LA POLICIA ESPAÑOLA

“Jamás se sui­ci­da­ría”, ase­gu­ró la exmu­jer de Juan Pablo Torroija

Jaz­mín Eyhe­ral­de, quien cono­cía al joven muer­to en Espa­ña des­de los 15 años y con quien tuvo una hija, negó la ver­sión de la poli­cía espa­ño­la. Vive en Pal­ma de Mallor­ca y se tras­la­dó a Giro­na para saber más de la con­fu­sa muer­te del hijo de un empre­sa­rio de Trelew.
Jaz­mín Eyhe­ral­de ase­gu­ró hoy que a su ex pare­ja y padre de su hija, Juan Pablo Torroi­ja, “lo mató la poli­cía”, al des­men­tir a las auto­ri­da­des loca­les que ase­gu­ra­ron que este mili­tan­te del movi­mien­to Oku­pa se sui­ci­dó en una cel­da de una comi­sa­ría de Giro­na, nor­te de España.

“No nos dejan ver el cuer­po. ¿Por qué no nos dejan?. ¿Qué está pasan­do? Si lo sacan de la mor­gue no podre­mos recla­mar nada”, denun­ció Jaz­mín, quien se pre­sen­tó esta maña­na ante los Juz­ga­dos de Giro­na jus­to a un her­mano de Torroi­ja, Omar Vicen­te, y un abo­ga­do, Ale­jan­dro Fran­cis­co Torres Rico, para exi­gir información.

La jue­za del caso recién vol­ve­rá maña­na de vaca­cio­nes, por lo que ellos regre­sa­rán tam­bién a los tri­bu­na­les para pedir auto­ri­za­ción para ver el cadá­ver y deman­dar los deta­lles de la dudo­sa muerte.

“Nos están pre­sio­nan­do para que nos olvi­de­mos de todo, pero no lo vamos a hacer. No vamos a parar has­ta que se sepa la ver­dad. Se pen­sa­ban que no tenía fami­lia, que era un argen­tino tira­do, pero se equi­vo­ca­ron”, dijo Jaz­mín a Télam.

Jaz­mín, quien vive en Pal­ma de Mallor­ca, se tras­la­dó a Giro­na tras tener cono­ci­mien­to de la muer­te de Juan Pablo el pasa­do sába­do, dos sema­nas des­pués de la tragedia.

“No es nor­mal que dejen a una per­so­na en la mor­gue y no le avi­sen a la fami­lia”, denun­cia. “Cree­mos que lo mató la poli­cía. Lo pien­so yo, su her­ma­na, sus padres y ami­gos. Había un chi­co con él, un ita­liano, que por algún moti­vo des­apa­re­ció”, rela­ta la ex pare­ja de Torroija.

“A mí no me cua­dra nada, no me entra en la cabe­za, él era un super­vi­vien­te, no un sui­ci­da”, sos­tie­ne Jaz­mín, quien cono­ce a Juan Pablo des­de los 15 años y, con su muer­te, dice haber per­di­do a “un ami­go de toda la vida”.

Juan Pablo murió el pasa­do 14 de julio en un hos­pi­tal de Giro­na, a don­de ingre­só tres días antes tras un supues­to inten­to de sui­ci­dio cuan­do esta­ba bajo cus­to­dia poli­cial en una cel­da de una comi­sa­ría de esta ciu­dad cata­la­na. La poli­cía lo había dete­ni­do tras acu­sar­lo de un inten­to de robo de un vehículo.

Si bien los inves­ti­ga­do­res poli­cia­les ase­gu­ra­ron que se tra­tó de un sui­ci­dio, la fami­lia cree que en ver­dad pudo haber­se tra­ta­do de un cri­men. El falle­ci­mien­to del argen­tino no fue comu­ni­ca­do a las auto­ri­da­des con­su­la­res por las vías oficiales.

“Como pare­ja no nos enten­día­mos, éra­mos el agua y el acei­te, pero él era una bue­na per­so­na, con buen cora­zón, no deja­ría jamás a su hija, no se sui­ci­da­ría”, dijo con­mo­cio­na­da esta mujer argen­ti­na de 44 años, madre de la menor de las dos hijas de Torroija.

Entre lágri­mas, Jaz­mín expli­có que Juan Pablo “siem­pre se ocu­pó de su hija a nivel afec­ti­vo” y “tenía pro­yec­tos para el futu­ro”. “Ten­go men­sa­jes de él en mi telé­fono móvil (celu­lar) y esta­ba bien. Está­ba­mos pla­nean­do venir a visi­tar­lo en octu­bre, por­que que­ría mos­trar­nos don­de vivía”, aña­dió Jazmín.

“Se que se fue a vivir a Giro­na por­que que­ría tran­qui­li­dad, ale­jar­se de la locu­ra de Bar­ce­lo­na. Jamás se sui­ci­da­ría”, insis­tió. Según Jaz­mín, Juan Pablo “vivía como Oku­pa por­que era anti­sis­te­ma y tenía idea­les anar­quis­tas, pero era un niño bien, no tenía moti­vos para suicidarse”.

“Era una luz, vivía como que­ría, no tenía arru­gas, ni preo­cu­pa­cio­nes. Su padre le envia­ba dine­ro”, rela­tó sobre la vida en Espa­ña del hijo del empre­sa­rio de Chu­but Omar Torroi­ja, pro­pie­ta­rio de la cade­na de indu­men­ta­ria y elec­tro­do­més­ti­cos Tor­ca y ex pre­si­den­te del club Inde­pen­dien­te de Trelew.

“No nos cua­dra el hecho de que esta­ba roban­do un coche, o que se hubie­se ahor­ca­do con una cami­sa. Si esta­ba dete­ni­do por un inten­to de robo y sal­dría en unos días ¿por qué iba a sui­ci­dar­se en la comi­sa­ría?”, se pre­gun­ta Jaz­mín, sobre las cir­cuns­tan­cias de la muer­te de Juan Pablo.

La ex pare­ja de Torroi­ja pudo hablar con alguno de los chi­cos que vivían con él y que fue­ron a ver­lo al hos­pi­tal. “Dos chi­cos me dije­ron que tenía gol­pes en las cos­ti­llas, y que tenía los ojos cerra­dos pero se le caían las lágri­mas”, cuen­ta sollozando.

“Otro chi­co me comen­tó algo terri­ble, que uno de los médi­cos dijo que si era argen­tino, inmi­gran­te, y nadie lo recla­ma­ba iba a ter­mi­nar en una fosa común, y se lamen­tó de que ya no exis­tie­ran”, rela­tó Jazmín.

“Sé que él no se sui­ci­dó, quie­ro que se haga jus­ti­cia, que se sepa qué paso”, remarcó.El con­su­la­do argen­tino en Bar­ce­lo­na tam­bién exi­gió hoy ante la jus­ti­cia espa­ño­la cono­cer las cau­sas y cir­cuns­tan­cias de la muer­te de Juan Pablo Torroija.

(Télam)

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Un testimonio

¡GLORIA A JUAN PABLO!
Por Julio Fernández

CONOCÍ A WENDY, LA MAMÁ DEL «INDIGNADO OKUPA» ASESINADO POR LA POLICÍA ESPAÑOLA, EN 1973, DURANTE UN VIAJE AL CONGRESO DEL FRENTE ANTIMPERIALISTA Y POR EL SOCIALISMO QUE SE REALIZÓ EN EL CHACO.

EL VASCO, SU PAPÁ, ERA EN AQUELLOS AÑOS DE REVOLUCIÓN, RESPONSABLE POLÍTICO DE ESE ESPACIO EN CHUBUT Y LA ÚLTIMA VEZ QUE HABLAMOS, FUE A PRINCIPIOS DE SIGLO, CUANDO MARIANA ARRUTI PRODUCÍA LA PELÍCULA TRELEW.

ES QUE TANTO EL VASCO COMO WENDY, ADEMÁS DE FERVIENTES LUCHADORES, FUERON DE LOS PRIMEROS QUE SALIERON A DENUNCIAR LA MASACRE DE AQUÉL 22 DE AGOSTO DE 1972.

DESDE ENTONCES, COMO MUCHOS OTROS, SUFRIERON CÁRCEL Y PERSECUCIONES. Y, COMO A MUCHOS TAMBIÉN, SE LOS SOLÍA VER ACOMPAÑADOS DE SUS PEQUEÑOS HIJOS, COMO LO ERA EN AQUEL TIEMPO JUAN PABLO TORROIJA, EL MISMO QUE CON SIGNOS DE GOLPES Y TORTURAS FUE INTERNADO EL 11 DE JULIO PASADO EN UN HOSPITAL DE BARCELONA, DONDE MORÍA TRES DÍAS MÁS TARDE A CONSECUENCIA DE LOS VEJÁMENES QUE LE PROPINARON LOS MOSSOS D’SQUADRA, APENAS, DIEZ DÍAS ANTES DE CUMPLIR SUS 42 AÑOS, EL 24 DE JULIO.

¡¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMPAÑERO JUAN PABLO!! ¡¡TU RESISTENCIA AL AJUSTE NEOLIBERAL DE RAJOY, SÓLO PODÍA SER AHOGADO EN LA SANGRE DE LA INJUSTICIA TORTURADORA!!

¡¡SEGURAMENTE TE TRATARON DE SUDACA Y COMO CON MUCHOS OTROS INMIGRANTES LATINOS Y AFRICANOS, SUPUSIERON QUE TU VIDA NO LA RECLAMARÍA NADIE!!

EN HORAS TAN ACIAGAS, TODA NUESTRA SOLIDARIDAD Y APOYO A WENDY, EL VASCO Y SU HERMANA. TODO NUESTRO CARIÑO A LOS HIJOS DE JUAN PABLO. ¡JUSTICIA!, VERDAD Y JUSTICIA CONTRA TAN RUIN CRIMEN DEL EUROLIBERALISMO POLICIAL ESPAÑOL. (J.F.)

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