Car­ta a Hugo Chá­vez- Fidel Castro

Que­ri­do Hugo, te escu­ché hoy por la tar­de cuan­do hablas­te en Guá­ri­co, sor­pre­sa total, pen­sé que lo harías en Bari­nas, bue­na tác­ti­ca, el fac­tor sor­pre­sa des­con­cier­ta a la alian­za, nada sub­es­ti­ma­ble, de yan­quis y oli­gar­cas en Venezuela.

Supe así, por esa vía, que den­tro de 10 días cum­pli­rás 58 años. Tenía algu­na duda sobre el núme­ro exac­to que suma­rías en esa fecha, pen­sa­ba que tal vez era 59, de todas for­mas ese día no te feli­ci­ta­ré por tu 58° ani­ver­sa­rio, ya que des­de aho­ra mis­mo lo hago con el inva­ria­ble y sin­ce­ro afec­to de siempre.

Creo que yo era ya vie­jo cuan­do hice algu­nas cosas que muchas per­so­nas atri­buían sim­ple­men­te a mi juven­tud. Cier­ta­men­te es una ver­güen­za que hubie­ra per­di­do tan­to tiem­po cuan­do ter­mi­né el bachi­lle­ra­to, al que se le aña­dió un año más has­ta sumar doce, había cum­pli­do ya 19 y no tenía ni siquie­ra nocio­nes de la dis­ci­pli­na y expe­rien­cia mili­tar. Tú en cam­bio te habías gra­dua­do como ofi­cial de la Aca­de­mia Militar.

Menos mal que los medio­cres polí­ti­cos bur­gue­ses de Vene­zue­la admi­tían que un ciu­da­dano, a pesar de su con­di­ción social y ori­gen étni­co, podía ser guar­dián del orden oli­gár­qui­co, con­fia­ban que el dine­ro, los hono­res y el inte­rés per­so­nal pre­va­le­ce­rían en la ins­ti­tu­ción mili­tar de un país latinoamericano.

Duran­te casi 200 años con­ge­la­ron los sue­ños del Liber­ta­dor, que esta vez vol­vie­ron a tener vigen­cia ple­na sólo 210 años des­pués y cuan­do ya el más pode­ro­so impe­rio era due­ño del mundo.

Vein­ti­séis años tenía yo cuan­do el gol­pe mili­tar pro­yan­qui de Batis­ta, par­tien­do sólo de ideas inver­tí un año, cua­tro meses y 16 días en orga­ni­zar, entre­nar y armar a los jóve­nes patrio­tas que ata­ca­ron los cuar­te­les de San­tia­go de Cuba y de Bayamo.

Cuan­do tú tenías la mis­ma edad poseías ya un nivel de cono­ci­mien­tos mili­ta­res y polí­ti­cos en espe­cial los que ema­na­ban de las ideas de Miran­da, de Bolí­var y de toda una gene­ra­ción de patrio­tas que escri­bie­ron una de las más bri­llan­tes his­to­rias del pla­ne­ta en pro de la liber­tad y la jus­ti­cia para los pue­blos oprimidos.

Me asom­bra como aún hoy segui­mos apren­dien­do de ellos, espe­cial­men­te tú que repre­sen­tas al pue­blo boli­va­riano en este ins­tan­te sin­gu­lar de su his­to­ria. 58 años no es nada, Hugo, yo que ten­go casi 28 años más he vivi­do una par­te impor­tan­te de los últi­mos 100 años pue­da dar fe de lo que sig­ni­fi­ca el tiem­po en esta época.

Honor espe­cial mere­ce el pue­blo vene­zo­lano por su inmen­sa capa­ci­dad de com­pren­der la haza­ña que jun­to a ti lle­va a cabo. No impor­ta que mis men­sa­jes se acu­mu­len, algún día qui­zás ten­gan deter­mi­na­do valor como tes­ti­mo­nio de esta épo­ca sin­gu­lar que ambos pue­blos, me atre­ve­ría a decir nues­tro úni­co pue­blo, el de Bolí­var y Mar­tí, está viviendo.

¡Has­ta la vic­to­ria Siempre!

Fidel Cas­tro

18 de julio de 2012

9:14 PM

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