Repor­ta­je a Wal­ter Wen­de­lin, coor­di­na­dor de Aska­pe­na. «El ries­go de ser inter­na­cio­na­lis­ta y vasco»

Dick Ema­nuels­son

Rebe­lión

Ter­mi­nan­do una mul­ti­tu­di­na­ria mani­fes­ta­ción de tra­ba­ja­do­res del comer­cio en alian­za con peque­ños comer­cian­tes, pro­tes­tan­do con­tra la deci­sión del ayun­ta­mien­to de per­mi­tir que las gran­des cade­nas del comer­cio pue­dan abrir sus por­to­nes del domin­go, entre­vis­ta­mos a Wal­ter Wen­de­lin, ale­mán-vas­co que pre­si­de Askapena.

Es una orga­ni­za­ción vas­ca e inter­na­cio­na­lis­ta que tra­ba­ja y actúa como un puen­te entre la lucha de los pue­blos y la cons­truc­ción de un esta­do vas­co libre e independiente.

Y como tal ha enfren­ta­do con toda índo­le de repre­sión por par­te del esta­do espa­ñol, no ile­ga­li­zán­do­la pero per­si­guien­do sus dife­ren­tes voce­ros y coor­di­na­do­res, como el caso de Wal­ter, acu­sán­do­los de estar al ser­vi­cio al “Bra­zo inter­na­cio­nal de la ETA”.

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AUDIO:
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Con Wal­ter con­ver­sa­mos sobre el pano­ra­ma vasco.

Dick Ema­nuels­son (DE): Para uno que vie­ne de afue­ra es alta­men­te intere­san­te ver estas movi­li­za­cio­nes del pue­blo vas­co en lucha por sus dere­chos. Y es ade­más, un gus­to para mí vol­ver a encon­trar­te, Wal­ter. La últi­ma vez que nos vimos fue en sep­tiem­bre de 2002 en la capi­tal de Colom­bia cuan­do lle­gas­te allí como voce­ro de la orga­ni­za­ción Aska­pe­na, un movi­mien­to de soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal, prin­ci­pal­men­te con Amé­ri­ca Lati­na, así como con movi­mien­tos euro­peos en lucha: pales­ti­nos, tur­cos, kur­dos. Cuén­ta­nos, Wal­ter, ¿Aska­pe­na, cuán­do fue fun­da­do y cuá­les fue­ron los prin­ci­pios de tra­ba­jo que tenían en sus orí­ge­nes y los que tie­nen hoy día?

WW: – Aska­pe­na es una orga­ni­za­ción de soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta, sur­gi­da en base a la revo­lu­ción nica­ra­güen­se, poco antes del triun­fo san­di­nis­ta, en el ’79. Sur­gió como tan­tas otras orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­lis­tas de apo­yo a esa revo­lu­ción y de allí se fue desa­rro­llan­do. En prin­ci­pio hubo un pri­mer momen­to cla­ve, sobre el ’86 que es cuan­do hubo una par­ti­ción de los comi­tés de soli­da­ri­dad con la revo­lu­ción san­di­nis­ta, cuan­do otros com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras siguie­ron tra­ba­jan­do la soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta pero no con una pers­pec­ti­va nacio­nal vas­ca, mien­tras que otros com­pa­ñe­ros insis­tía­mos en bus­car la cohe­ren­cia máxi­ma entre la soli­da­ri­dad, no sólo con Nica­ra­gua sino ade­más con otros paí­ses: Cuba, Gua­te­ma­la, El Sal­va­dor, Méxi­co, en lo que se difie­re del pro­pio pro­ble­ma nacional.

– El país vas­co, Eus­kal Herria, es un país muy peque­ño, pero está en Euro­pa, evi­den­te­men­te tene­mos una socie­dad euro­pea, mode­lo de desa­rro­llo euro­peo, modo de vida tam­bién euro­peo con todo lo que tie­ne eso, prin­ci­pal­men­te de malo, vamos a decir. Eso sí, tene­mos que reco­no­cer que no pasa­mos ham­bre, pero sí, hay un euro cen­tris­mo visi­ble. Nece­si­tá­ba­mos, para ir desa­rro­llan­do y pro­fun­di­zan­do en el inter­na­cio­na­lis­mo esa cohe­ren­cia con el pro­pio pro­yec­to nacional.

– Eus­kal Herria tie­ne un pro­yec­to de libe­ra­ción nacio­nal, prin­ci­pal­men­te por­que está gober­na­da por dos esta­dos. En el nor­te, tres pro­vin­cias vas­cas están gober­na­das por la repú­bli­ca de Fran­cia y las cua­tro del sur están gober­na­das por el gobierno español.

– Esto pro­du­ce la lucha que tene­mos hace más de 500 años con­tra la opre­sión de estos dos esta­dos; pri­me­ro rei­nos, lue­go esta­dos, aho­ra que vuel­ve a ser rei­no, por lo tan­to tene­mos esos pun­tos de encuen­tros con tan­tos y tan­tos pue­blos, inclu­so esta­dos que tie­nen que libe­rar­se del impe­ria­lis­mo. En nues­tro caso lo lla­ma­mos sub impe­ria­lis­mo, por ser espa­ñol y fran­cés pero que fun­cio­nan de la mis­ma mane­ra. Así fue como plan­tea­mos la nece­si­dad de hacer soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta no ya des­de un gru­po, comi­té, aso­cia­ción, ONG, sino des­de un pro­yec­to nacio­nal de libe­ra­ción socia­lis­ta, independentista.

DE: ¿Hay una rela­ción entre el movi­mien­to de libe­ra­ción nacio­nal del país vas­co con otros movi­mien­tos inter­na­cio­na­lis­tas en otros con­ti­nen­tes también?

WW: – Par­ti­mos de la con­cep­ción que esta­ble­ce que no se pue­de ser real­men­te inter­na­cio­na­lis­ta si no se es en prin­ci­pio, nacio­na­lis­ta. El inten­tar negar el nacio­na­lis­mo es un pro­ble­ma que tie­ne gran par­te de la izquier­da euro­pea. Esa nega­ción a inter­pre­tar el nacio­na­lis­mo es lo que te impi­de ser real­men­te inter­na­cio­na­lis­ta. Tú pue­des hacer soli­da­ri­dad con otros pue­blos, pero siem­pre será des­de un esta­do nacio­na­lis­ta opre­sor, si uno nie­ga su pro­pia libe­ra­ción y más des­de una socie­dad lla­ma­da desa­rro­lla­da eco­nó­mi­ca­men­te, esto es mucho más difí­cil de lo que supo­ne­mos. Por­que es fácil con­fun­dir el inter­na­cio­na­lis­mo con la cari­dad que es lo que ha pasa­do con los movi­mien­tos de oene­gei­za­ción en el mun­do a par­tir del ’92, sub­ra­ya Wendel.

DE: Jus­ta­men­te, el Aska­pe­na se ha man­te­ni­do fiel a sus prin­ci­pios por lo cual había muchos comi­tés de soli­da­ri­dad euro­peos con la lucha de los pue­blos opri­mi­dos en Asia, Áfri­ca, Amé­ri­ca Lati­na, que hacían sus tra­ba­jos des­de ofi­ci­nas pri­va­das con aire acon­di­cio­na­do, como­di­da­des, total­men­te ale­ja­dos de la reali­dad de las pul­gas y los pio­jos don­de están dán­do­se los pro­ble­mas, en los barrios popu­la­res, para decir­lo en for­ma cruel.

WW: ­– Cla­ro, por eso noso­tros esta­mos obli­ga­dos a man­te­ner nues­tra pos­tu­ra por­que veni­mos tam­bién de una lucha de libe­ra­ción, dis­tin­ta a la de otros paí­ses, pero tenien­do cla­ro que el enemi­go es exac­ta­men­te el mis­mo. Jus­ta­men­te, esta maña­na vimos como las gran­des mul­ti­na­cio­na­les de las gran­des super­fi­cies comer­cia­les trans­na­cio­na­les inter­na­cio­na­les, y en otros casos serán las trans­na­cio­na­les de capi­tal vas­co como el Ban­co Bil­bao Viz­ca­ya, como Ende­sa, Iber­dro­la, ahí tene­mos mucha res­pon­sa­bi­li­dad des­de lo que somos como socie­dad capi­ta­lis­ta desa­rro­lla­da y eso es lo que tene­mos que desa­rro­llar y cambiar.

– Si no hay for­ma de cam­biar el pro­pio mode­lo de desa­rro­llo y la pro­pia polí­ti­ca, como habla­re­mos de inter­na­cio­na­lis­mo, por­que como gru­po de per­so­nas muy soli­da­rias, eso está muy bien, es muy res­pe­ta­ble, pero tene­mos que bási­ca­men­te cam­biar hacia otro mun­do no solo posi­ble sino impres­cin­di­ble. Ese mun­do soli­da­rio exi­ge que nos ocu­pe­mos de nues­tra responsabilidad.

– Tene­mos que hacer­nos car­go de esta reali­dad, de cómo desa­rro­llar la pro­pia socie­dad par­tien­do des­de la base de la pro­pia liberación.

DE: Toma­mos el ejem­plo de la revo­lu­ción san­di­nis­ta del ’79, había tam­bién con­tin­gen­tes inter­na­cio­na­les de lucha­do­res en apo­yo a esa pelea, luchan­do con fusil en mano para derro­car la dic­ta­du­ra somo­cis­ta. Hubo allí chi­le­nos, argen­ti­nos, uru­gua­yos pelean­do al lado del pue­blo nica­ra­güen­se ¿había tam­bién vas­cos en esa pelea?

WW: – Si, bueno, hay gen­te creí­da en Nica­ra­gua como en El Sal­va­dor y otros luga­res que han par­ti­do des­de aquí a hacer el inter­na­cio­na­lis­mo allá, lo cual es impor­tan­te y son un ejem­plo que hon­ra­mos y recor­da­mos, home­na­jea­mos, pero a pesar de ello segui­mos pen­san­do que el ver­da­de­ro inter­na­cio­na­lis­mo se hace des­de el pro­pio pue­blo. Pen­se­mos, si ese pue­blo no tie­ne esta­do ten­drá que for­mar­lo primero.

DE: Esto que dices me hace recor­dar cuan­do par­tió la con­sig­na en 1936 en Sue­cia, para Espa­ña; “La lucha del pue­blo espa­ñol es tam­bién la lucha nues­tra”. Des­de allá vinie­ron casi 700 sue­cos y con el fusil en mano defen­die­ron a la Repú­bli­ca espa­ño­la, con­tra el gol­pe de esta­do de Fran­co y la inva­sión de las tro­pas ale­ma­nas, ita­lia­nas, de apo­yo al fas­cis­mo español. 

WW: – Eso se dio en la épo­ca del inter­na­cio­na­lis­mo que por un lado lucha­ba y se com­pro­me­tía mucho más de lo que se lla­ma hoy la soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal. Tam­bién tenían más cla­ro cuál era el ver­da­de­ro enemi­go con­tra el que había que luchar. Hoy es total­men­te dife­ren­te, más com­pli­ca­do, pero el com­pro­mi­so y la lucha sigue de todos modos igual.

DE: El año pasa­do has sido encar­ce­la­do, per­se­gui­do, como voce­ro de Aska­pe­na para Amé­ri­ca Lati­na y sufris­te segui­mien­tos. Cuén­ta­nos como está el caso ante el esta­do español.

WW: – Segui­mien­to hemos teni­do como mili­tan­tes de esta orga­ni­za­ción en muchos sitios, nun­ca sabe­mos si es el pro­pio esta­do el que vie­ne siguién­do­nos o pro­vie­ne de las emba­ja­das espa­ño­las en los dife­ren­tes paí­ses. O es direc­ta­men­te ejer­ci­do des­de los pro­pios países.

– Tuvi­mos segui­mien­to y mani­pu­la­ción mediá­ti­ca tra­tán­do­nos como terro­ris­tas, emba­ja­do­res de la orga­ni­za­ción arma­da, con todos estos epí­te­tos inten­tan­do rela­cio­nar­nos en trá­fi­co de armas, lo típi­co que hacen en estos casos.

– Creen que la opi­nión públi­ca está asen­ta­da como para con­si­de­rar a una per­so­na por lo que dicen lo que ellos mis­mos han fil­tra­do a los medios de comu­ni­ca­ción y así para­li­zar, evi­tar, demo­rar, inten­tas que se tra­ba­je el inter­na­cio­na­lis­mo des­de el pro­yec­to nacio­nal y nacionalista.

DE: ¿Las emba­ja­das (espa­ño­las) en el exte­rior tam­bién tie­nen como tie­ne el gobierno colom­biano, su red de sapos que infor­man sobre cual­quier acti­vi­dad que ten­ga que ver con el País Vasco? 

WW: – Si, evi­den­te­men­te ellos están siguien­do abso­lu­ta­men­te todo lo que pue­den, tan­to a las per­so­nas que via­ja­mos con fin soli­da­rio así como están hacien­do segui­mien­to a las per­so­nas que han teni­do que huir de la tor­tu­ra, per­se­cu­cio­nes, seña­li­za­ción. Para ser dete­ni­dos por cual­quier cosa bas­ta que el esta­do diga que uno es un terro­ris­ta y sabe­mos que se adju­di­ca esa ter­mi­no­lo­gía con fina­li­dad polí­ti­ca, tra­tan­do de evi­tar que nadie diga la ver­dad sobre lo que está ocu­rrien­do aquí. Así como tam­po­co pode­mos traer aquí la reali­dad que está ocu­rrien­do en otros paí­ses, por­que eso podría cam­biar la per­cep­ción, la idea que tie­ne la socie­dad sobre que es lo que hay que hacer o como hay que gober­nar aquí.

– Enton­ces tra­tan de evi­tar toda comu­ni­ca­ción por intere­ses polí­ti­cos, podría­mos deno­mi­nar­los razo­nes de esta­do, o por intere­ses en esa lla­ma­da demo­cra­cia española.

DE: Y la dere­cha, diga­mos en paí­ses como Argen­ti­na, Colom­bia, cuan­do lle­ga un lucha­dor vas­co es til­da­do como “terro­ris­ta de la ETA” y has­ta la izquier­da ante ese bom­bar­deo mediá­ti­co se que­da un poco como paralizada.

WW: – Nor­mal­men­te tene­mos pro­ble­mas con la dere­cha que sale a defen­der los suyo así como la izquier­da que no com­pren­de la dife­ren­cia entre la lucha por la libe­ra­ción nacio­nal y lo que se lla­ma hoy terrorismo.

– Por­que antes había una dife­ren­cia­ción gran­de entre terro­ris­mo y libe­ra­ción, lucha polí­ti­ca, que pue­de ser acer­ta­da o no, que pue­de ser vio­len­ta o no vio­len­ta, de una for­ma o de otra, legí­ti­ma o no legí­ti­ma, y has­ta podría­mos decir cri­mi­nal. Antes era terro­ris­mo de esta­do, hoy pare­ce que lo que exis­te es lo contrario.

– La izquier­da, con sus excep­cio­nes que tam­bién la hay, en cuan­to a la for­ma­ción ideo­ló­gi­ca, pero tie­ne mucho mie­do y se ha vuel­to muy prag­má­ti­ca y cree o con­fun­de el tra­ba­jo en los res­qui­cios del poder con el cola­bo­ra­cio­nis­mo muy cómo­do, man­te­nien­do 4 o 5 sím­bo­los, como mucho , aun­que algu­nos has­ta están qui­tan­do la simbología.

DE: Com­pa­ran­do la lucha de las déca­das ’70, ’80 con las de aho­ra, en 2012, aun­que hubo avan­ces en Amé­ri­ca Lati­na, hay varios paí­ses que han impues­to legis­la­cio­nes anti­te­rro­ris­tas don­de se redu­ce el deba­te, casi como una varian­te moder­na de la Segu­ri­dad Nacio­nal del Pen­tá­gono, en la déca­da del ’60 que se cen­tra­ba en la visión del enemi­go interno. Se redu­ce así el espa­cio demo­crá­ti­co. Tene­mos tam­bién en el con­ti­nen­te euro­peo, pano­ra­ma muy oscu­ro, don­de la izquier­da euro­pea en muchos espa­cios ha redu­ci­do su peso ¿Es difí­cil tra­ba­jar en ese ámbito?

WW: – Evi­den­te­men­te es así, el enemi­go está sien­do cada día más impla­ca­ble por­que hay que reco­no­cer que está cada día más débil y se con­vier­te en el mons­truo que está dan­do sus cole­ta­zos. Si ana­li­za­mos bien la cri­sis de la que esta­mos hablan­do hoy en cual­quier rin­cón del mun­do, debe­mos tener cla­ro que el capi­tal, el impe­ria­lis­mo, la demo­cra­cia occi­den­tal, el pode­río ya no es tan hege­mó­ni­co, está per­dien­do espa­cio y está ata­can­do más débil. El ejem­plo está en la debi­li­dad del esta­do espa­ñol que tra­ta de man­te­ner una posi­ción, den­tro de los esta­dos del mun­do, que no le corres­pon­de, eco­nó­mi­ca­men­te, inte­lec­tual­men­te, artís­ti­ca­men­te, terri­to­rial­men­te, socio­ló­gi­ca­men­te ni de nin­gu­na manera.

– En otros esta­dos tam­bién ocu­rre que quie­ren man­te­ner los pode­res fác­ti­cos y la herra­mien­ta que tie­nen es la demo­cra­cia for­mal. Pero eso fun­cio­na cuan­do el esta­do está fuer­te, cuan­do el pue­blo no se levan­ta, cuan­do está resig­na­do, quie­to, pero cuan­do lle­ga la cri­sis la gen­te empie­za a mover­se y enton­ces el esta­do como tal pier­de su pro­pia fuer­za y pode­río, pues aca­ba sien­do lo que siem­pre ha sido en el fon­do, cri­mi­nal, ata­can­do más fuerte.

DE: Esta maña­na he vis­to un deba­te del pue­blo vas­co don­de el comi­sio­na­do por el tema de la convivencia.

WW: – Lehen­da­ka­ri es el pre­si­den­te de la comu­ni­dad autó­no­ma vas­ca, com­pues­ta por 3 pro­vin­cias que tie­nen el esta­tus de comu­ni­dad autó­no­ma, aun­que eso no quie­ra decir que es real­men­te autónoma.

DE: En todo caso en el infor­me que dio al par­la­men­to vas­co es que aquí pode­mos tener es una ponen­cia, pero no dice nada de una comi­sión de ver­dad don­de se des­ta­quen los 30 ó 40 años de con­flic­to social y arma­do en el pue­blo vas­co. Y se nota que tie­nen temor que la izquier­da vas­ca ten­ga un espa­cio, un lugar don­de plan­tear estos años de con­flic­to. Yo, en estas sema­nas acá pude com­pro­bar que la izquier­da vas­ca tie­ne un tre­men­do peso, mucha sim­pa­tía entre la gen­te, como vimos en las elec­cio­nes pasa­das don­de el movi­mien­to popu­lar se unió.

WW: – La cosa es sen­ci­lla; si pasá­ra­mos de una demo­cra­cia for­mal a una demo­cra­cia real, todo el con­flic­to se solu­cio­na rápi­da­men­te. Aun­que segui­ría sien­do difí­cil por­que al insis­tir en el con­flic­to des­de hace tan­to tiem­po, al pre­ten­der ganar y ser los con­quis­ta­do­res vic­to­rio­sos del terri­to­rio vas­co, han crea­do muchí­si­mo sufrimiento.

– Cla­ra­men­te lo ha dicho el señor López en su inter­lo­cu­ción par­la­men­ta­ria, no exis­te más ver­dad que una, la suya, por lo tan­to, toda­vía están muy lejos de un reco­no­ci­mien­to de como se solu­cio­na entre huma­nos, de for­ma éti­ca, cual­quier con­flic­to como real­men­te hay acá.

– No acep­tan siquie­ra que exis­tan víc­ti­mas gene­ra­das por las fuer­zas públi­cas sino que a eso se los lla­ma peque­ños erro­res de algu­na per­so­na, nie­gan gran par­te de la his­to­ria y la verdad

DE: ¿Y Bata­su­na debe tener espa­cio allí?

WW: – No es que deba tener­lo, sino es que sim­ple­men­te tiene.

DE: ¿Habría una con­vi­ven­cia real?

WW: – No esta­mos hablan­do de Bata­su­na como par­ti­do que ha sido ile­ga­li­za­do y no exis­te como tal, pero uno no pue­de hacer des­apa­re­cer así nomás a las per­so­nas. Ellos tie­nen el poder pero las per­so­nas segui­mos vivien­do has­ta que nos metan direc­ta­men­te a la cár­cel. Pero eso sería meter en la cár­cel la con­vic­ción de 300 mil per­so­nas. En un pue­blo peque­ño como éste sería man­dar a la cár­cel a una de cada 10 personas.

– Quie­ren lega­li­zar sus deli­tos ile­ga­li­zan­do a las per­so­nas, para influen­ciar ad hoc a la socie­dad y a sus ins­ti­tu­cio­nes. Des­de el movi­mien­to de la Izquier­da Aber­tza­le, tene­mos muy cla­ro que aquí nadie va a hacer nada si no tene­mos el vis­to bueno de la mayo­ría de la socie­dad. Esa es la demo­cra­cia sim­ple y lla­na y a eso nos com­pro­me­ti­mos y lucha­mos por ello. Por eso nos meten a la cár­cel, nos repri­men has­ta admi­nis­tra­ti­va, judi­cial­men­te. Admi­nis­tra­ti­va­men­te crean­do esa leyes ad hoc, que es un absur­do para lo que pue­da sig­ni­fi­car la pala­bra derecho.

DE: Hay que men­cio­nar el hecho de que Espa­ña es el país que tie­ne más fosas comu­nes del mun­do, víc­ti­mas de la gue­rra implan­ta­da por el fran­quis­mo y el fas­cis­mo ita­liano-ale­mán. Vemos aquí que ese es el temor que tie­nen para con­for­mar esta comi­sión de ver­dad aquí en el país vasco.

WW: – Tie­nen muchí­si­mo temor. Ahí cabe resal­tar lo siguien­te. Ahí hay que resal­tar la lla­ma­da gue­rra civil que no fue gue­rra civil sino gol­pe del esta­do del ejér­ci­to espa­ñol con­tra el pue­blo que evi­den­te­men­te tuvo que armar­se y tam­bién el pos gue­rra. Los 40 años de fran­quis­mo pode­mos incluir­lo en esa fase que real­men­te hubo una masa­cre en el ámbi­to de la izquier­da y las orga­ni­za­cio­nes nacio­na­lis­tas de Gali­cia, Cata­lu­ña, Anda­lu­cía, País Vasco.

– Nadie quie­re sacar eso a la luz. Es más, el acuer­do a fina­les del 70 con lo que ellos lla­man tran­si­ción y no lo fue sino que fue una trai­ción demo­crá­ti­ca de aque­llos diri­gen­tes de izquier­da que que­da­ron. Hay que rom­per de algu­na for­ma una rama dejan­do muy cla­ro una cues­tión, la debi­li­dad, la carac­te­rís­ti­cas de la izquier­da tan nefas­ta vie­ne de la eli­mi­na­ción sis­te­má­ti­ca de la izquierda.

– Al final del fran­quis­mo no se ha recu­pe­ra­do, esta­ba allí Feli­pe Gon­zá­lez y fue de los que lle­vo a cabo esa trai­ción. Los pro­pios espa­ño­les y la izquier­da nece­si­tan una ver­da­de­ra transición.

DE: Hay que recor­dar que todos los jue­ces fue­ron ase­si­na­dos por el apa­ra­to fran­quis­ta. Las fuer­zas arma­das, mili­ta­res, poli­cia­les, que­da­ron intac­tas muy poco se depu­ró de esas instituciones.

WW: – No fue depu­ra­do abso­lu­ta­men­te nada. No diga­mos poco sino direc­ta­men­te nada. Es más, con otros nom­bres segui­mos tenien­do los mis­mos tri­bu­na­les, los mis­mos jue­ces, las mis­mas fami­lias ideo­ló­gi­cas. Uno de ellos por haber que­ri­do ser la gran estre­lla se cono­ce como ex magis­tra­do aho­ra, Bal­ta­sar Gar­zón. No hay que dar­le dema­sia­da impor­tan­cia a este señor, pero tam­po­co dejar de ver que es un ins­tru­men­to del eje­cu­ti­vo espa­ñol. Y no digo del eje­cu­ti­vo del PP o del PSOE, hablo de otro eje­cu­ti­vo que está por enci­ma de ellos para evi­tar lo que es un prin­ci­pio bási­co de la demo­cra­cia, la inde­pen­den­cia judicial.

– Con­vir­tie­ron la jus­ti­cia en un ins­tru­men­to de este eje­cu­ti­vo de poder fác­ti­co espa­ñol que sigue en últi­ma ins­tan­cia fun­cio­nan­do tan­to des­de el ejér­ci­to espa­ñol, como des­de el rey que es el máxi­mo regen­te del ejército.

– Hay una cosa muy cla­ra, el artícu­lo VI de la cons­ti­tu­ción espa­ño­la dice que el ejér­ci­to es el garan­te de la Espa­ña uni­da por enci­ma, esto no lo dice pero lo deja cla­ro, de cual­quier deci­sión toma­da por cual­quier gobierno demo­crá­ti­ca­men­te ele­gi­do y por enci­ma de la socie­dad española.

– Eso se man­tie­ne, cons­ti­tu­cio­nal­men­te y legal­men­te, pero sigue sien­do un esta­do gol­pis­ta. Eso lo hemos vis­to el 23 de febre­ro del ’81 don­de hubo una reafir­ma­ción de este pun­to en el par­la­men­to, cuan­do hubo un gol­pe de esta­do, dicen algu­nos que falli­do, pero no lo fue en abso­lu­to ya que se pre­ten­dió res­tau­rar aque­llo de que el ejér­ci­to es en últi­ma ins­tan­cia el que tie­ne el man­do sobre cual­quier deci­sión que les afec­ta. Algo simi­lar a lo que ha pasa­do en Hon­du­ras, gol­pe de esta­do que no pare­ce mili­tar pero que lo es y eso lo sabe­mos bien.

DE: ¿El apa­ra­to mili­tar es el pun­to cla­ve del esta­do español?

WW: – Exac­ta­men­te, vamos a ver cómo pue­de con­ti­nuar den­tro de un mun­do y des­de un mode­lo que cree­mos que está en cri­sis y par­tien­do de esta reali­dad debe­mos pre­pa­rar­nos en ese sentido.

Dice Wal­ter y son­ríe como un autén­ti­co Papa Noel.

Pero el esta­do espa­ñol no lo ve así. Pero se ríe y pare­cen total­men­te cal­ma­das y tran­qui­las antes las acu­sa­cio­nes absur­das que pue­de lle­var­lo a 8 – 12 años de cár­cel, solo por ser inter­na­cio­na­lis­ta y luchar por un esta­do vas­co independiente.

Rebe­lión ha publi­ca­do este artícu­lo con el per­mi­so del autor median­te una licen­cia de Crea­ti­ve Com­mons, res­pe­tan­do su liber­tad para publi­car­lo en otras fuentes.

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