[Vídeo] Tor­tu­ras: No es una “cul­tu­ra”, es una polí­ti­ca de esta­do- Correpi

En las imá­ge­nes se obser­va cómo un poli­cía aga­rra de los pelos a un joven, casi un niño, pre­so mania­ta­do y semi­des­nu­do y comien­za a asfi­xiar­lo con una bol­sa mien­tras otros dos agen­tes tor­tu­ran en segun­do plano a otro joven preso.

Los hechos suce­die­ron en el patio de una comi­sa­ría situa­da en el muni­ci­pio de Gene­ral Güe­mes, situa­da a 50 kiló­me­tros de la loca­li­dad turís­ti­ca de Sal­ta. Al pre­so al que asfi­xian se le oye decir «Te juro que no sé, te juro por Dios, te juro que yo no vi al ase­sino». El poli­cía, mien­tras repi­te sin cesar la mis­ma pre­gun­ta, le colo­ca la bol­sa en la cabe­za y se la aprie­ta. El reclu­so gime y gri­ta bas­ta, ahogándose.

Estos “apre­mios”, o sea, la tor­tu­ra y los tor­men­tos, son coti­dia­nos en las comi­sa­rías y cár­ce­les de Argen­ti­na, según María del Car­men Ver­dú, abo­ga­da de la Coor­di­na­do­ra con­tra la Repre­sión Poli­cial e Ins­ti­tu­cio­nal (CORREPI). “El ries­go aho­ra es que esto se que­de en una suer­te de hecho ais­la­do aso­cia­do a la situa­ción de una pro­vin­cia en par­ti­cu­lar. Cuan­do lo úni­co par­ti­cu­lar de este caso, lo úni­co que lo dife­ren­cia de muchos otros, es que tras­cen­dió y se hizo públi­co. Pero la tor­tu­ra es sis­te­má­ti­ca, las denun­cias son coti­dia­nas en la Argen­ti­na. Si entrás en nues­tra pági­na (http://​corre​pi​.lahai​ne​.org ) y ponés tor­tu­ra o tor­men­to te van a salir cien­tos de ellas”.

La Coor­di­na­do­ra infor­ma que el año pasa­do 145 per­so­nas fue­ron ase­si­na­das por poli­cías. A menu­do, los agen­tes fede­ra­les de las 23 pro­vin­cias argen­ti­nas y de la capi­tal sue­len ocu­par los titu­la­res de perió­di­cos con una amplia gama de deli­tos: sobor­nos a nar­co­tra­fi­can­tes, pro­tec­ción de pros­tí­bu­los, nego­cios con talle­res tex­ti­les clan­des­ti­nos, robo de coches y camio­nes, obli­gar a delin­cuen­tes comu­nes a que per­pe­tren deli­tos, ase­si­na­to de otros poli­cías… Y, por supues­to, tor­tu­ras. El año pasa­do tras­cen­dió otro vídeo de tor­tu­ras a pre­sos gra­ba­do en el penal San Feli­pe de la ciu­dad de Mendoza.

“Las tor­tu­ras no son hechos que se pue­dan atri­buir a un loqui­to suel­to o a la poca pre­pa­ra­ción de la poli­cía en mate­ria de dere­chos huma­nos”, seña­la Ver­dú. “Y no son pro­duc­to de la heren­cia reci­bi­da por la dic­ta­du­ra de 1976 – 1983. La pica­na eléc­tri­ca fue inven­ta­da en una comi­sa­ría argen­ti­na en la déca­da de los 30. Pero en el perio­do 76 – 83, el Gobierno tuvo que recu­rrir al terro­ris­mo de Esta­do. Y enton­ces, estos deli­tos se vol­vie­ron invi­si­bles. Fren­te a 30.000 des­apa­re­ci­dos, ¿quién se iba a preo­cu­par por­que al pre­so común lo tor­tu­ra­ban? Pero recu­rrir a la dic­ta­du­ra para bus­car­le una expli­ca­ción a la tor­tu­ra de aho­ra es una mane­ra de des­po­jar de res­pon­sa­bi­li­dad al Esta­do y a los suce­si­vos Gobier­nos. Es el Esta­do el que la ampara”.

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