[Vídeos] La bofe­ta­da de las FARC a Santos

Dick y Mirian Emanuelsson

Las FARC han mos­tra­do que es un ejér­ci­to irre­gu­lar capaz de enfren­tar­se con éxi­to al ejér­ci­to y la fuer­za aérea del régi­men :: Vídeo de Romeo Lan­glo­is

En la foto, una gue­rri­lle­ra indí­ge­na de las FARC-EP, una de miles. Foto: D.E.

MONTAÑAS de COLOMBIA /​JULIO 2012 /​Eran las 19:00 horas del miér­co­les 11 de julio. Los cana­les de tele­vi­sión «Cara­col» y «RCN» abrie­ron como noti­cia de “últi­mo minu­to”, el derri­ba­mien­to de un avión Super­tu­cano *, moder­na aero­na­ve uti­li­za­da en el com­ba­te contrainsurgente.

La pre­sen­ta­do­ra de «Cara­col» esta­ba cons­ter­na­da cuan­do pre­sen­tó los titu­la­res que decían que la gue­rri­lla había derri­ba­do uno de esos 25 avio­nes ven­di­dos por Lula al régi­men de Álva­ro Uri­be Vélez, cuyo minis­tro de defen­sa era Juan Manuel San­tos, actual pre­si­den­te de Colombia.

ALREDEDOR NUESTRO ERA OSCURIDAD. Solo se escu­cha­ba la voz metá­li­ca de la perio­dis­ta de «Cara­col», los gri­llos, las ranas y los pája­ros de la sel­va húme­da colom­bia­na. Pero de repen­te se escu­chó las expre­sio­nes de muchos gue­rri­lle­ros sen­ta­dos al lado nues­tro, miran­do las noti­cias esa noche. No podían con­te­ner su ale­gría por los repor­tes del accio­nar de sus com­pa­ñe­ros en otra par­te del país, Tori­bío, muni­ci­pio del depar­ta­men­to del Cau­ca en el sur occi­den­te colombiano.

– Duran­te más de una sema­na nues­tras fuer­zas han com­ba­ti­do al enemi­go que no pue­de con noso­tros, dice un gue­rri­lle­ro en la mul­ti­tud de com­pa­ñe­ros. Sus ojos bri­llan cuan­do se refle­jan con un rayo de luz de la luna que entra en la den­sa selva.

La pre­sen­ta­do­ra entre­ga el otro desas­tre mili­tar: “un heli­cóp­te­ro fue impac­ta­do e incen­dia­do por gue­rri­lle­ros de las FARC en El Man­go y los pilo­tos lle­va­dos por la gue­rri­lla”. «Cara­col» mues­tra un video afi­cio­na­do con el heli­cóp­te­ro en llamas.

– Los pilo­tos tie­nen que expli­car a la gue­rri­lla qué anda­ban hacien­do allá en un infierno de gue­rra con bom­bar­deos, com­ba­tes y enfren­ta­mien­tos. Muchas veces el ejér­ci­to uti­li­za los supues­tos “pri­va­dos” para hacer inte­li­gen­cia y así los invo­lu­cran en la gue­rra, agre­ga otro vecino gue­rri­lle­ro, sen­ta­do en el aula del cam­pa­men­to insurgente.

COMO SI LA PESADILLA DE ESA NOCHE fue­ra poco para los gene­ra­les, la pre­sen­ta­do­ra tira una ter­ce­ra gol­pi­za mediá­ti­ca a la moral castrense:

“En medio de los hos­ti­ga­mien­tos de las FARC a la fuer­za públi­ca, las FARC man­tie­nen rete­nes a solo un kiló­me­tro de dis­tan­cia del cas­co urbano don­de el pre­si­den­te San­tos ins­ta­la­ba un con­se­jo de segu­ri­dad”, pro­te­gi­do por más de tres mil soldados.

Y la pan­ta­lla del tele­vi­sor mues­tra cómo los gue­rri­lle­ros revi­san y che­quean los docu­men­tos de las per­so­nas y vehícu­los que tran­si­tan a solo 15 minu­tos del cas­co urbano de Tori­bío. «Cara­col» lle­ga al lugar y con­ver­sa en for­ma más tran­qui­la con los gue­rri­lle­ros que rela­tan el por­qué del retén y expli­can que su misión es con­te­ner el avan­ce de las fuer­zas militares.

En Tori­bío, Juan Manuel San­tos, tam­bién páli­do como la pre­sen­ta­do­ra de «Cara­col», casi tar­ta­mu­dea y casi rue­ga a las FARC: ¡“des­mo­vi­lí­cen­se, des­mo­vi­lí­cen­se”!, repi­te, ¡“reha­gan sus vidas como sus com­pa­ñe­ros que aho­ra gozan de la vida, eehhh”!

No con­ven­ce abso­lu­ta­men­te a nadie a nues­tro alre­de­dor. Dice el coman­dan­te del cam­pa­men­to don­de per­ma­ne­ce­mos, que des­de hace 15 días la favo­ra­bi­li­dad de San­tos en las encues­tas está cayen­do en pica­da y segui­rá así por la incon­tro­la­ble y com­pli­ca­da situa­ción del país”.

HABLA SANTOS ANTE LOS PERIODISTAS y dice que va a invi­tar a los líde­res indí­ge­nas para que lle­guen a un acuer­do con el gobierno y el Esta­do. Posan­do de atrac­ti­vo, San­tos ofre­ce entre­gar­les medio billón de pesos para mejo­ra­mien­to del alcan­ta­ri­lla­do, otros ser­vi­cios públi­cos, ofer­tas y pro­me­sas que el pue­blo colom­biano ha escu­cha­do toda la vida y cono­cen el ver­da­de­ro valor y con­te­ni­do de esa polí­ti­ca falaz.

Pero los indí­ge­nas no quie­ren sen­tar­se en la mis­ma mesa con San­tos y solo entre­gan un docu­men­to con sus exi­gen­cias, sien­do la prin­ci­pal, la sali­da de las fuer­zas mili­ta­res de la juris­dic­ción de Toribío.

«Cara­col» gira la cáma­ra a la esta­ción de poli­cía de dos pisos. Para pro­te­ger­se los agen­tes han levan­ta­do trin­che­ras y el tele­vi­den­te se pre­gun­ta ¿a quién pro­te­ge la poli­cía con­tra­in­sur­gen­te en Tori­bío, si ellos mis­mos se escon­den detrás esas bol­sas relle­nas de are­na? para pro­te­ger­se de las FARC, que tie­nen rodea­do ese municipio.

SALE SANTOS A LA CALLE y es abu­chea­do por la pobla­ción. El día ante­rior, muje­res indí­ge­nas han derri­ba­do esas for­ti­fi­ca­cio­nes, exi­gien­do el reti­ro de la fuer­za públi­ca. Las mis­mas muje­res y toda la pobla­ción recha­zan la visi­ta de San­tos quien res­pon­de que no va a “des­mi­li­ta­ri­zar un solo milí­me­tro de la ciu­dad por­que hace par­te del terri­to­rio nacio­nal”. En esa fra­se reco­no­ce que el Esta­do ha mili­ta­ri­za­do la región.

«Cara­col» inten­ta sal­var en algo la dete­rio­ra­da ima­gen de San­tos, un pre­si­den­te recha­za­do por la comu­ni­dad en masa, afir­man­do que “los indí­ge­nas quie­ren que la gue­rri­lla tam­bién, sal­ga de su territorio”.

Lo que «Cara­col» ocul­ta es el hecho de que la gue­rri­lla es móvil y varios de sus fren­tes han naci­do en el terri­to­rio, como par­te de la lucha cam­pe­si­na e indí­ge­na por la tie­rra y el terri­to­rio codi­cia­do por las tras­na­cio­na­les. Es más, en esta región el Esta­do quie­re ocu­par los terri­to­rios para entre­gar­los a las mine­ras, ya que estos con­tie­nen gran­des reser­vas de oro y otros mine­ra­les en la cordillera.

Los gue­rri­lle­ros, y muchos de ellos indí­ge­nas en nues­tro alre­de­dor que ven y escu­chan los comen­ta­rios de «Cara­col» agre­gan que “la gue­rri­lla en el Cau­ca está cons­ti­tui­da en su mayo­ría por indí­ge­nas. ¿Cómo seria posi­ble levan­tar rete­nes un kiló­me­tro del cas­co urbano sino fue­ra por la base social que tene­mos en Tori­bío y en el Cau­ca en general?

LA VIOLACIÓN DEL Dere­cho Inter­na­cio­nal Huma­ni­ta­rio, DIH, es fla­gran­te en Tori­bío. La poli­cía mili­ta­ri­za­da uti­li­za la pobla­ción civil como escu­do, colo­can­do una esta­ción de poli­cía en medio del cas­co urbano cuan­do el DIH dice cla­ra­men­te que todas las esta­cio­nes de poli­cía y guar­ni­cio­nes mili­ta­res en un país con con­flic­to arma­do, tie­nen que ser ins­ta­la­das en las afue­ras de la pobla­ción para evi­tar que los civi­les sean blan­cos en los enfrentamientos.

A eso agre­ga­mos los hos­ti­ga­mien­tos per­ma­nen­tes del ejér­ci­to y la avia­ción que, para impe­dir los avan­ces de la gue­rri­lla, bom­bar­dea indis­cri­mi­na­da­men­te aldeas y caseríos.

En 2005 otro pre­si­den­te colom­biano, Álva­ro Uri­be, fue abo­fe­tea­do en Tori­bío cuan­do las FARC derri­bó un heli­cóp­te­ro Black Hawk. Movi­li­zó bata­llo­nes para dar con la gue­rri­lla, bata­llo­nes que solo pudie­ron avan­zar unos metros por día, pese a que venían con tan­ques, avio­nes y helicópteros.

El 11 de julio de 2012 los mis­mos gue­rri­lle­ros vol­vie­ron a dar la bofe­ta­da de nue­vo a otro pre­si­den­te, esta vez a Juan Manuel San­tos que varias veces ha decla­ra­do el fin de la gue­rri­lla de las FARC. Y aho­ra esta­mos qui­zás en el comien­zo de una nue­va eta­pa de la gue­rra que cada día se pare­ce más a la gue­rra de Viet­nam, una era en la que al pare­cer la avia­ción ya no podrá hacer de las suyas tan fácilmente.


¿Las FARC tie­nen cohe­tes antiaéreos ?

Fue en el muni­ci­pio de Suá­rez, tam­bién del depar­ta­men­to de Cau­ca, don­de la gue­rri­lla, según video [http://​you​tu​.be/​z​0​y​F​s​D​y​9​ynA] que cir­cu­la en inter­net, estre­nó sus pro­pios mísi­les anti­aé­reos, Made in FARC. Estos arte­fac­tos que tie­nen alcan­ce de varios kiló­me­tros han sido des­de enton­ces obje­to de aná­li­sis y estu­dios de los gene­ra­les, sobre todo de la Fuer­za Aérea Colom­bia­na, FAC, pero tam­bién por par­te del Pentágono.

No son mísi­les con mucha pre­ci­sión, pero, como dice una fuen­te de las FARC, “esta­mos todo el tiem­po per­fec­cio­nan­do y mejo­ran­do el arma para que cum­pla su meta; derri­bar a los avio­nes y heli­cóp­te­ros de la fuer­za aérea.”

En la noche ante­rior se mos­tró en el cam­pa­men­to este video:

que hizo el perio­dis­ta fran­cés Romeo Lan­glo­is. Él había sali­do una madru­ga­da des­de la base mili­tar de Laran­dia, bajo el con­trol del Coman­do Sur del ejér­ci­to de los Esta­dos Uni­dos, para hacer un repor­ta­je sobre el tema de los cul­ti­vos de hoja de coca, jun­to con un coman­do de unos trein­ta sol­da­dos y ofi­cia­les de las fuer­zas espe­cia­les del ejér­ci­to. Pero su aven­tu­ra ter­mi­nó en un desas­tre tác­ti­co cuan­do la uni­dad mili­tar se enfren­tó con gue­rri­lle­ros del 15º Fren­te de las FARC en el case­río de San Isi­dro, depar­ta­men­to de Caquetá.

El video es muy intere­san­te des­de el pun­to de vis­ta mili­tar, por­que mues­tra un supues­to “Coman­do Jun­gla”, muy espe­cia­li­za­do, pero que en el des­en­vol­vi­mien­to de su manio­bra luce poco profesional.

Inefi­ca­cia militar

La otra obser­va­ción del video es que des­pués del pri­mer tiro, el capi­tán que habló en for­ma mar­cial ante el perio­dis­ta fran­cés a la sali­da de la expe­di­ción, muy asus­ta­do pedía por radio a su coro­nel apo­yo con avio­nes y heli­cóp­te­ros. Su inefi­ca­cia mili­tar fue evi­den­te y su len­gua­je gro­se­ro y vul­gar. Cosas total­men­te prohi­bi­das en comu­ni­ca­cio­nes militares.

Mien­tras tan­to, los gue­rri­lle­ros avan­za­ron len­ta­men­te cer­can­do al Coman­do Jun­gla. Eran obje­ti­vos mili­ta­res invi­si­bles a las ráfa­gas de los helicópteros.

Cayó muer­to el sar­gen­to que pro­te­gía al repor­te­ro fran­cés, segui­do por el capi­tán y dos sol­da­dos más. Lan­glo­is se dio cuen­ta que él tam­bién podría morir si no se pasa­ba al otro lado con su bra­zo herido.

Y así fue. Detrás de Lan­glo­is, en otro sec­tor, caye­ron muer­tos en com­ba­te otros 15 sol­da­dos y más de diez que­da­ron heri­dos por el fue­go insur­gen­te. La gue­rri­lla res­pe­tó la ren­di­ción de Lan­glo­is y le pres­tó los pri­me­ros auxi­lios por su herida.

La dife­ren­cia guerrillero-soldado

Si la gue­rri­lla posee aho­ra mísi­les anti­aé­reos, se esta­ría con­fi­gu­ran­do un fac­tor de des­mo­ra­li­za­ción para las tro­pas de infan­te­ría, que como lo demues­tra el video de Lan­glo­is, mucho depen­den del apo­yo aéreo para sus operaciones.

Es exac­ta­men­te igual como en la gue­rra de Viet­nam en don­de la avia­ción esta­dou­ni­den­se lan­za­ba “alfom­bras” de bom­bas con sus avio­nes B‑52 para garan­ti­zar el des­em­bar­co de sus tro­pas. Cuan­do el des­equi­li­brio mili­tar que impo­nía el domi­nio del aire fue neu­tra­li­za­do por la cohe­te­ría viet­na­mi­ta, los inva­so­res yan­quis se vie­ron obli­ga­dos a aban­do­nar el país de Ho Chi Minh.

El sar­gen­to que pro­te­gía a Lan­glo­is con­fe­só en medio de las balas que su fami­lia no esta­ba de acuer­do que arries­ga­ra su vida por una gue­rra que no era suya. Y ahí esta la dife­ren­cia entre gue­rri­lle­ros de todas las eda­des y sol­da­dos a suel­do. Unos saben por qué expo­nen el pecho y la vida por una cau­sa, por un ideal, mien­tras los otros lo hacen por­que en Colom­bia el pue­blo es víc­ti­ma del sis­te­ma capi­ta­lis­ta. Éste con­de­na a millo­nes de seres huma­nos a la mise­ria por fal­ta de pues­tos dig­nos de trabajo.

Los avio­nes Super­tu­can de Bra­sil de Lula

* Lo para­dó­ji­co en ese tema de los 25 avio­nes Super­tu­can es que fue el socia­lis­ta Igna­cio “Lula” da Sil­va, ex pre­si­den­te de Bra­sil, que dio el per­mi­so para ven­der­los al país con el con­flic­to arma­do y social más anti­guo del con­ti­nen­te ame­ri­cano. El cos­to era 240 millo­nes de dóla­res que sigue pagan­do el pue­blo colom­biano a tra­vés de diver­sas for­mas de impuestos.

Las bom­bas de estos avio­nes bra­si­le­ños aca­ba­ron con las vidas de revo­lu­cio­na­rios como Raúl Reyes, Jor­ge Bri­ce­ño (el Mono Jojoy) y cen­te­na­res de gue­rri­lle­ros víc­ti­mas por las bom­bas de estos avio­nes. Para los bra­si­le­ños tra­fi­can­tes de la gue­rra, los bille­tes man­cha­dos de san­gre no hieden.


NOTA: Par­te de gue­rra FARC-EP 28 de sep­tiem­bre de 2011 Sua­rez, Cauca

http://​ann​col​-colom​bia​.blogs​pot​.com

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