Doc­tri­nas- Borro­ka Garaia

Hace poco nos lle­ga­ba la bue­na noti­cia de que des­de los tri­bu­na­les euro­peos (esos mis­mos que die­ron el vis­to bueno a las ile­ga­li­za­cio­nes), la doc­tri­na PSOE o doc­tri­na Zapa­te­ro, idea­da en el 2006 (no se por­qué algu­nos insis­ten en lla­mar­la Parot), que impo­ne exten­sión de penas de una mane­ra retro­ac­ti­va y por lo tan­to en con­tra de lo más bási­co del dere­cho penal e inclu­so de la pro­pia cons­ti­tu­ción espa­ño­la, no debía estar sien­do apli­ca­da a la pre­sa polí­ti­ca Inés del Río y por lo tan­to crean­do juris­pru­den­cia en los casos don­de simi­lar­men­te es apli­ca­da a dece­nas de pre­sos polí­ti­cos en la mis­ma situación.

En reali­dad esta sen­ten­cia no pone en tela de jui­cio la exis­ten­cia de esa doc­tri­na, la cual podría endu­re­cer­se si el esta­do espa­ñol lo qui­sie­ra, sino que sea apli­ca­da retro-acti­va­men­te a pre­sos ya con­de­na­dos antes de la exis­ten­cia de ella. En cual­quier caso es de sobra cono­ci­do que el obje­ti­vo prio­ri­ta­rio de este tra­pi­cheo legal no tenía otro sen­ti­do más que alar­gar la estan­cia en las cár­ce­les de exter­mino de pre­sos polí­ti­cos que habían cum­pli­do la con­de­na o esta­ban a pun­to de hacer­lo. Es por ello que resul­ta ridícu­lo y paté­ti­co que el úni­co argu­men­to del esta­do espa­ñol para negar­se a aca­tar esta sen­ten­cia sea que exis­te ries­go de fuga en pri­sio­ne­ros que debían de estar en la calle en liber­tad, ya que es mate­rial­men­te impo­si­ble fugar­se de pri­sión si no estás pri­sio­ne­ro. O digá­mos­lo en el idio­ma de pen­sa­do­res como el minis­tro de indus­tria, ener­gía y turis­mo espa­ñol; Es “meta­fí­si­ca­men­te imposible”.

Para los que no cree­mos en la jus­ti­cia de la jus­ti­cia bur­gue­sa, sea esta espa­ño­la, fran­ce­sa o euro­pea, sobre todo en los casos don­de se cru­zan con el con­flic­to polí­ti­co en Eus­kal Herria, siem­pre sur­gen las pre­gun­tas y los por­qué de esta u otra deci­sión. Ya que nada es casual y mucho menos res­pon­de a bare­mos de jus­ti­cia sino de razo­nes polí­ti­cas e intere­ses con­cre­tos. Ya sea para evi­tar o impul­sar algo.

Los tri­bu­na­les euro­peos han cami­na­do siem­pre de la mano de los esta­dos espa­ñol y fran­cés en su lucha con­tra el inde­pen­den­tis­mo vas­co. Sacar a ETA de la ecua­ción del con­flic­to ha sido un obje­ti­vo tan­to para los esta­dos como para las auto­ri­da­des capi­ta­lis­tas europeas.

Como ya se ha comen­ta­do aquí en otras oca­sio­nes, Eus­kal Herria como pro­yec­to nacio­nal inde­pen­dien­te debi­do a la exis­ten­cia de un pro­yec­to rup­tu­ris­ta de izquier­da de un poten­cial y fuer­za iné­di­to en Euro­pa ade­más de una socie­dad con­tra­ria a la OTAN no reci­be el apo­yo direc­to de nin­gu­na fuer­za de peso occi­den­tal. Un esta­do vas­co cons­trui­do por la izquier­da entre otras cosas podría ser un ele­men­to de “con­ta­gio” no deseado.

El obje­ti­vo prio­ri­ta­rio de esa par­te de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal es la eli­mi­na­ción de ETA y la suje­ción y asi­mi­la­ción polí­ti­ca del MLNV en bare­mos inter­na­cio­na­les media­na­men­te con­tro­la­bles a sus intere­ses. Pun­to pelo­ta. Si para ello es nece­sa­rio un puen­te de pla­ta, lo inten­ta­rán poner poco a poco por mucho que moles­te a la estra­te­gia cazu­rra del espa­ño­lis­mo o se encuen­tre apa­ren­te­men­te a la deri­va. Que en mi opi­nión no lo están tan­to como pudie­ra pare­cer a veces.

Tenien­do pre­sen­te que nin­gún esta­men­to capi­ta­lis­ta va a apor­tar un ápi­ce en la libe­ra­ción de Eus­kal Herria ni en des­mon­tar las bases en las que se alzan las torres repre­si­vas, eso no debe ser óbi­ce para apro­ve­char todas las con­tra­dic­cio­nes que gene­ren, todos los movi­mien­tos que reali­cen aun­que sus obje­ti­vos se encuen­tren en otros pará­me­tros, y en defi­ni­ti­va meter car­gas ahí don­de ponen cuñas. Y es que igual, en el camino hacia el redil aca­ban dán­do­se cuen­ta que los que han entra­do con­fia­dos en el redil son ellos. Cla­ro está, si se man­tie­ne la vis­ta cla­ra en el hori­zon­te y no se creen cier­tas “bon­da­des”.

De momen­to, y en este caso con­cre­to, no que­da otra más que ace­le­rar moto­res has­ta libe­rar a todos los pri­sio­ne­ros polí­ti­cos a los que se les ha apli­ca­do la mal­di­ta doc­tri­na para alar­gar cruel­men­te con­de­nas, ero­sio­nan­do polí­ti­ca­men­te sin com­pa­sión al esta­do por este motivo.

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