Eguz­ki con­si­de­ra que la liber­tad de hora­rios fomen­ta el consumismo

Eguz­ki con­si­de­ra un gra­ve retro­ce­so para el comer­cio, una apues­ta por los cen­tros comer­cia­les y el con­su­mis­mo, así como una excu­sa la gran afluen­cia turís­ti­ca la libe­ra­li­za­ción de hora­rios con carác­ter absoluto.

Los y las con­su­mi­do­res no nece­si­ta­mos más tiem­po para com­prar, sino un comer­cio con pro­duc­tos de cali­dad, pró­xi­mo a nues­tra resi­den­cia, con una aten­ción y cali­dad en el tra­to y en el ser­vi­cio fue­ra de toda duda, fomen­tan­do la acti­vi­dad social como solo rea­li­za el comer­cio de barrio.
Ade­más, el comer­cio de cali­dad y pro­xi­mi­dad se ve gra­ve­men­te ata­ca­do por los cen­tros comer­cia­les en el res­pal­do ins­ti­tu­cio­nal que reci­ben y ade­más, con esta medi­da les pone en cla­ra des­ven­ta­ja fren­te al mer­ca­do y gran­des cade­nas impersonales.

Eguz­ki mue­tra su per­ple­ji­dad, eno­jo e indig­na­ción por una pro­pues­ta cuya úni­ca base obje­ti­va es pri­mar intere­ses que no son pre­ci­sa­men­te los de los comer­cios urban. Fren­te a la defien­da del comer­cio de barrio, el mejor por ser de pro­xi­mi­dad y cali­dad, se pro­mue­ve el de con­su­mis­mo, en mega­ló­mano, el comer­cio de los gran­des cen­tros impersonales.

Por este moti­vo, Eguz­ki recha­za esta pro­pues­ta de liber­tad de hora­rios, pues el mode­lo de con­su­mo inten­ta embo­rre­gar­nos cada día más, con­si­de­ran­do a los ciu­da­da­nos menos con­su­mi­do­res y paga­do­res sin cri­te­rio. Fren­te a ello, esti­ma­mos que se debe redu­cir el con­su­mis­mo, no gene­rar con­su­mos inne­ce­sa­rios, apos­tar por la cali­dad en la pro­duc­ción y comercialización.

En espe­cial, res­pec­to a la amplia­ción de los hora­rios comer­cia­les, Eguz­ki denun­cia esta «cam­pa­ña orques­ta­da por PNV, PSOE y PP», que están ade­más «inven­tán­do­se para ello una nece­si­dad que no existe».Ni exis­te ni ha exis­ti­do la nece­si­dad por par­te de la socie­dad, las empre­sas y los tra­ba­ja­do­res de la aper­tu­ra del comer­cio los domin­go y fes­ti­vos. Ade­más, con­si­de­ra que tam­bién «es fal­so que se vayan a crear pues­tos de trabajo».