¿Quién teme a Ida Garberi?

No es sim­ple poder que­dar­se a vivir en Cuba sin estar casa­da con un ciu­da­dano cubano. Cuan­do no se ha naci­do en la Mayor de las Anti­llas. Estoy de acuer­do con que los con­tro­les sean rígi­dos y seve­ros: no tene­mos que olvi­dar que el Cai­mán Ver­de está con­ti­nua­men­te bajo pre­sión debi­do a un enemi­go muy pode­ro­so, a solo 90 millas, y que no pier­de la oca­sión de ata­car la patria de José Mar­tí, por todos los medios, más o menos sola­pa­dos, vio­len­tos o casi “pací­fi­cos”.

“Cuan­do la hipo­cre­sía comien­za a ser una mala reali­dad, es hora de comen­zar a decir la verdad”.

(Ber­tolt Brecht)

El miér­co­les 25 de enero de 2012, mien­tras mi her­mano de luchas cubano Manuel David Orrio y yo salía­mos tran­qui­los de la Ofi­ci­na de Inmi­gra­ción en La Haba­na, situa­da en Calle Fac­tor y Final, no pude ima­gi­nar que esta­ba empe­zan­do una pesa­di­lla tan lar­ga, que aca­ba­ría sólo el 16 de mayo de 2012. Cier­ta­men­te, no tuve muchos indi­cios. En efec­to, la fun­cio­na­ria que regis­tró mi soli­ci­tud de cam­bio de resi­den­cia se por­tó muy cor­dial­men­te, admi­tien­do acor­dar­se de una con­fe­ren­cia de Manuel David – ex agen­te de la segu­ri­dad del Esta­do- un jue­ves por la tar­de, en el Minis­te­rio del Inte­rior, para adies­trar a las jóve­nes reclu­tas del mismo.

Ten­go que acla­rar que yo poseo una resi­den­cia per­ma­nen­te en la Repú­bli­ca de Cuba, reno­va­ble cada 5 años, por tener una pla­za labo­ral en Pren­sa Lati­na y ser volun­ta­ria en Cuba­de­ba­te: en los dos sitios web en ita­liano desa­rro­llo el papel de jefa edi­to­ra, y son ambos del Esta­do cubano.

No es sim­ple poder que­dar­se a vivir en Cuba sin estar casa­da con un ciu­da­dano cubano. Cuan­do no se ha naci­do en la Mayor de las Anti­llas. Estoy de acuer­do con que los con­tro­les sean rígi­dos y seve­ros: no tene­mos que olvi­dar que el Cai­mán Ver­de está con­ti­nua­men­te bajo pre­sión debi­do a un enemi­go muy pode­ro­so, a solo 90 millas, y que no pier­de la oca­sión de ata­car la patria de José Mar­tí, por todos los medios, más o menos sola­pa­dos, vio­len­tos o casi “pací­fi­cos”.

El pro­ble­ma de deber cam­biar resi­den­cia se debe al hecho de que Pren­sa Lati­na no tie­ne nin­gu­na vivien­da dis­po­ni­ble para pres­tar­me des­de hace al menos 10 años; así que viví gra­cias a la ayu­da de aten­tos ami­gos como Manuel David, quien me está pres­tan­do la casa de sus difun­tos padres, mien­tras bus­co mi peque­ño rin­cón, aho­ra que es legal para los resi­den­tes per­ma­nen­tes poder com­prar una casa.

Que­dé muy sor­pren­di­da cuan­do a la sema­na siguien­te de la entre­ga de los docu­men­tos, me lla­mó a mi des­pa­cho la fun­cio­na­ria de Inmi­gra­ción. Con voz algo titu­bean­te, me expli­có que sería un poco difí­cil con­ce­der­me el car­né con la nue­va resi­den­cia, por­que no esta­ba casa­da con Manuel David. Que­dé asom­bra­da, al telé­fono, y le pre­gun­té si no se acor­da­ba que le había expli­ca­do que esta­ba tra­ba­jan­do para el Esta­do cubano, que la otra resi­den­cia que tuve era en casa de una ami­ga (con la cual cla­ra­men­te no me casé, pues­to que no me pare­ce que en Cuba sean admi­ti­dos los matri­mo­nios homo­se­xua­les, ade­más soy una hete­ro­se­xual con­ven­ci­da) y nadie tuvo inconvenientes.

¿Qué esta­ba suce­dien­do? ¿Aca­so que mi sin­ce­ri­dad perio­dís­ti­ca está moles­tan­do a algu­nos buró­cra­tas corruptos?

Que se cui­de el cul­pa­ble, real y pre­sun­to. El pre­si­den­te Raúl Cas­tro advir­tió a esos per­so­na­jes de «cue­llos blan­cos», en su dis­cur­so al final del año 2011, que “Pue­do ase­gu­rar­les que esta vez sí se aca­ba­rán los cua­tre­ros en el país, como se aca­ba­ron los tra­fi­can­tes de dro­ga, y no resur­gi­rán, por­que esta­mos deci­di­dos a hacer cum­plir las ins­truc­cio­nes impar­ti­das por el Gobierno y los acuer­dos del Con­gre­so del Par­ti­do. Lo mis­mo les digo res­pec­to a aque­llos buró­cra­tas corrom­pi­dos, con car­gos obte­ni­dos a gol­pe de simu­la­ción y opor­tu­nis­mo que uti­li­zan las posi­cio­nes que toda­vía ocu­pan para acu­mu­lar for­tu­nas, apos­tan­do a una even­tual derro­ta de la Revolución”.

Mi pesa­di­lla con­ti­nuó. Sin hacer caso a las insi­nua­cio­nes de la fun­cio­na­ria seguí “el pape­leo”, pero cuan­do lle­gué al des­pa­cho de Inmi­gra­ción me dije­ron que la foto­co­pia de la pro­pie­dad de la casa, la cual reco­no­ce a Manuel como pro­pie­ta­rio legal del inmue­ble, no es sufi­cien­te para poder per­mi­tir­me vivir en la casa de Pla­za de la Revo­lu­ción: supues­ta­men­te, él tenía que hacer una decla­ra­ción nota­rial para acep­tar­me en la casa; res­pon­sa­bi­li­zán­do­se por mí, des­de todos los pun­tos de vis­ta legales.

Una vez más, muy sor­pren­di­da. Sé que este docu­men­to ha de pre­sen­tar­se sólo en el momen­to de la soli­ci­tud de resi­den­cia en Cuba, lo cual hice al final del 2001. De la sor­pre­sa, pasé al furor de la impo­ten­cia, cuan­do un reco­no­ci­do nota­rio con­fir­mó que ten­go todas las razones.

Vol­ví al des­pa­cho de Inmi­gra­ción y tra­té de expli­car con toda cal­ma que qui­zás había un error: por toda res­pues­ta, fui prác­ti­ca y ver­bal­men­te agre­di­da por otra fun­cio­na­ria, con un gra­do mayor, como si yo pudie­ra ser un ele­men­to sos­pe­cho­so. Que­dé en silen­cio, con una gran rabia por den­tro. Pero no qui­se per­ju­di­car mi situa­ción, sé que a veces la impul­si­vi­dad es mala consejera.

En este pun­to ten­go que expli­car­les a los lec­to­res que la úni­ca acu­sa­ción que pue­den hacer­me es la de ser una revo­lu­cio­na­ria necia, dis­pues­ta a todo para con­se­guir un mun­do anti-impe­ria­lis­ta hones­to. ¿O qui­zás mi volun­ta­ria­do en Hon­du­ras des­pués del gol­pe de Esta­do no es una sufi­cien­te demos­tra­ción de una entre­ga concreta?

¿La per­so­na peli­gro­sa sería, qui­zás, Manuel? Un hom­bre que estu­vo infil­tra­do 11 años entre las filas de la pren­sa con­tra-revo­lu­cio­na­ria, arries­gan­do todo, no sólo la vida físi­ca, tam­bién las amis­ta­des, los fami­lia­res, sus recuer­dos, su pasa­do.….. ..por cam­biar­se la piel, y meter­se en aque­lla de un hom­bre egoís­ta, laca­yo del mate­ria­lis­mo mas per­ver­so y que pare­ció terri­ble­men­te con­ven­ci­do que el capi­ta­lis­mo era la úni­ca solu­ción por la isla antillana.

O mejor, como él mis­mo afir­ma sobre por qué deci­dió infil­trar­se… “lo que aquí se dis­cu­te no es un tema de ideo­lo­gías, ni de socia­lis­mos o capi­ta­lis­mos. Lo que aquí se está dis­cu­tien­do es nues­tro dere­cho como pue­blo a deci­dir sobre nues­tros des­ti­nos, erro­res inclui­dos, sin inje­ren­cias de gobier­nos extran­je­ros. Ése fue el sen­ti­do de mi lucha, y lo será duran­te toda mi vida”.

Fue tan con­vin­cen­te como con­tra-revo­lu­cio­na­rio que los ser­vi­cios ocul­tos de los pre­po­ten­tes, de los yan­quis, no fue­ron capa­ces de detec­tar­lo y su tra­ba­jo per­mi­tió que Cuba cele­bra­ra uno de los jui­cios más impor­tan­tes de la lla­ma­da Pri­ma­ve­ra Negra de mar­zo-abril del 2003. Como cuen­ta el mis­mo Manuel, “allí se juz­ga­ron 75 encar­ta­dos como agen­tes al ser­vi­cio de Washing­ton. Negra, negra de ver­dad esa primavera…para los ser­vi­cios espe­cia­les esta­dou­ni­den­ses. De un gol­pe per­die­ron a toda una gene­ra­ción de “líde­res disidentes”.

Des­pués de medi­tar sobre el asun­to, deci­dí com­po­ner el docu­men­to reque­ri­do, ade­más de que Manuel David estu­vo tam­bién con­ven­ci­do de que era mejor tra­tar de enten­der lo que esta­ba suce­dien­do, siguien­do la corriente.

Des­pués de haber entre­ga­do el acta nota­rial, con enor­me sor­pre­sa (de sor­pre­sa en sorpresa…¡puede ser que me que­de para siem­pre con la boca abier­ta!) me loca­li­zó el mis­mo jefe del des­pa­cho de Inmi­gra­ción, dos días des­pués, por­que él mis­mo que­ría expli­car­me el pro­ce­di­mien­to que a su pre­sun­to jui­cio yo no había enten­di­do todavía.

Otra vez hube de sopor­tar una filo­so­fía que no tie­ne sen­ti­do de exis­tir si no es en la buro­cra­cia más cie­ga. Aho­ra el pro­ble­ma “era” que el módu­lo para el cam­bio de resi­den­cia que yo relle­né no era sufi­cien­te. Debía escri­bir una car­ta dón­de soli­ci­ta­ra este cam­bio, expli­car deta­lla­da­men­te los moti­vos de la mis­ma y foto­co­piar todo mi pasa­por­te para per­mi­tir al des­pa­cho de Inmi­gra­ción cono­cer mis des­pla­za­mien­tos fue­ra del país en los últi­mos cin­co años.

¡Que­dé de veras atónita…como si cuan­do yo estu­ve en Ita­lia por la muer­te de mis padres o en Hon­du­ras para hacer volun­ta­ria­do no hubie­se teni­do todos los per­mi­sos necesarios!

A la sali­da del des­pa­cho de Inmi­gra­ción supe que mi pacien­cia había alcan­za­do el lími­te permitido.

Así, deci­dí pedir ayu­da a un reco­no­ci­do Dipu­tado a la Asam­blea Nacio­nal cuba­na, para saber qué se escon­de detrás de estas oscu­ras tra­mas de poder.

Casi por hechi­zo, des­pués de un día y medio, me lla­ma­ron del des­pa­cho de Inmi­gra­ción para avi­sar­me que mi car­né “ya” esta­ba lis­to ¿Coin­ci­den­cia, o “rayo del Olim­po” que cayó sobre burócratas?

Jus­to des­pués de 4 meses de lucha sin cuartel.

La ense­ñan­za que apren­dí es que siem­pre es nece­sa­rio denun­ciar los abu­sos, por­que solo con la ver­dad fren­te al mun­do pode­mos ven­cer la bata­lla con­tra los corrup­tos y los oportunistas.

Pri­me­ro que todo, no sé cómo agra­de­cer a Manuel David por apo­yar­me y al Dipu­tado por creer en mí y en mi con­cien­cia revolucionaria…será que nací en el mis­mo año en que el Che Gue­va­ra escri­bió su ensa­yo «El socia­lis­mo y el hom­bre en Cuba»; será por este moti­vo que pien­so que el Che tuvo y tie­ne todas las razo­nes cuan­do afir­mó sobre los intelectuales……“No debe­mos crear asa­la­ria­dos dóci­les al pen­sa­mien­to ofi­cial ni «beca­rios» que vivan al ampa­ro del pre­su­pues­to, ejer­cien­do una liber­tad entre comi­llas. Ya ven­drán los revo­lu­cio­na­rios que ento­nen el can­to del hom­bre nue­vo con la autén­ti­ca voz del pueblo”.

Esos revo­lu­cio­na­rios, los segui­do­res del Che, son aqué­llos que nues­tro Pre­si­den­te Raúl Cas­tro des­cri­bió cuan­do dijo al pue­blo, al final de la Con­fe­ren­cia del Par­ti­do…. “Es pre­ci­so acos­tum­brar­nos todos a decir­nos las ver­da­des de fren­te, mirán­do­nos a los ojos, dis­cre­par y dis­cu­tir, dis­cre­par inclu­so de lo que digan los jefes, cuan­do con­si­de­ra­mos que nos asis­te la razón, como es lógi­co, en el lugar ade­cua­do, en el momen­to opor­tuno y de for­ma correc­ta, o sea, en las reunio­nes, no en los pasi­llos. Hay que estar dis­pues­tos a bus­car­nos pro­ble­mas defen­dien­do nues­tras ideas y enfren­tan­do con fir­me­za lo mal hecho”.

Por esto, estoy aquí: ¡Pre­si­den­te, ordene!

*colum­nis­ta de Cubainformación

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