Hagio Sho es un japonés euskaldun integrante de la Comisión Directiva de la Euskal Etxea de Tokio y, desde hace años, un apasionado de la cultura vasca. Desde hace un mes, Sho es, además, junto a Hiromi Yoshida, autor de un libro publicado en Japón con el que quiere ayudar a desterrar tópicos y ampliar las miras que sobre la sociedad euskaldun que pueda haber entre sus compatriotas. La obra realiza una fotografía de Euskal Herria y su cultura a través de 50 capítulos. Sho asegura a EuskalKultura.com que hay conceptos que la cultura japonesa entiende muy bien, como el «vacío», esencial en las obras de Oteiza y Chillida, que los japoneses identifican con el Taoísmo o el pensamiento Zen. La obra, escrita en japonés, propone reglas para escribir palabras euskaldunes en alfabeto nipón.
La pasión de Hagio Sho por la cultura vasca y el euskera –que habla con fluidez– nació hace varios años, en un curso de estudios vascos que dirigió en la universidad Waseda el académico de honor de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) Suzuko Tamura. Allí coincidió con Hiromi Yoshida, con quien co-escribe la obra Gendai Basuku wo Shiru tame no 50 Shou (50 capítulos para conocer y entender la sociedad y la cultura vasca de hoy). El libro ha sido publicado por la prestigiosa editorial Akashi Shoten Ltd. de Tokyo.
La obra busca ofrecer un punto de vista más amplio de la cultura vasca y aclarar algunas informaciones erróneas o incompletas a las que pueden acceder actualmente los japoneses a través de los medios de comunicación e internet. Según ha explicado Sho a EuskalKultura.com, la mayoría de publicaciones sobre el País Vasco en Japón «reflejan el punto de vista centralista», mientras que éste engloba en su conjunto la realidad de los siete territorios bañados por la lengua, la cultura y la identidad vasca.
Sho explica que este trabajo busca superar el contexto vasco, para lograr un punto de vista más amplio e universal. Explica, por ejemplo, que el «vacío», tan importante para comprender la obra de Oteiza y Chillida, en Japón se entiende fácilmente a través del Taoísmo y el pensamiento Zen, y que sucede otro tanto «cuando Josean Artze cuenta que el sonido de la txalaparta es el eco del silencio».