El sín­dro­me Syri­za en las elec­cio­nes grie­gas- Miguel Urbano

Las elec­cio­nes grie­gas fue­ron tema de una ofen­si­va mediá­ti­ca del impe­ria­lis­mo con el obje­ti­vo de crear una reali­dad vir­tual defor­ma­do­ra de la His­to­ria. Para con­fun­dir a los pue­blos, la situa­ción exis­ten­te en Gre­cia ha sido hábil­men­te utilizada.

Los gober­nan­tes y diri­gen­tes de la dere­cha y sus ideó­lo­gos pre­sen­ta­ron la cam­pa­ña bajo una fal­sa pers­pec­ti­va e inten­tan aho­ra extraer del voto popu­lar con­clu­sio­nes peli­gro­sas que res­pon­den a los intere­ses del gran capital.

Con­tro­la­dos por los engra­na­jes del sis­te­ma, los gran­des medios afir­man que los resul­ta­dos de las elec­cio­nes del 17 de febre­ro han expre­sa­do una cla­ra opción de la ciu­da­da­nía grie­ga por la Unión Euro­pea y el euro.

La pri­me­ra men­ti­ra es la con­clu­sión de que la gran mayo­ría del elec­to­ra­do votó por los par­ti­dos repre­sen­ta­dos en el gobierno de Sama­ras, defi­ni­dos como «demo­crá­ti­cos». En reali­dad hubo una enor­me abs­ten­ción y de los ciu­da­da­nos que fue­ron a las urnas poco más de 40% se pro­nun­cia­ron por Nue­va Demo­cra­cia y Pasok.

Se omi­te que el gran capi­tal y el impe­ria­lis­mo han ejer­ci­do una pre­sión colo­sal sobre el pue­blo grie­go en las sema­nas que sepa­ra­ron la pri­me­ra de la segun­da vuel­ta de las elec­cio­nes. Mer­kel, Hollan­de, Came­ron, Oba­ma, la Comi­sión Euro­pea, el Ban­co Cen­tral Euro­peo y el FMI, en osten­si­va y aplas­tan­te inje­ren­cia en la cam­pa­ña, pidie­ron el voto para la dere­cha, con sumi­sión incon­di­cio­nal a todas las exi­gen­cias de la troi­ka. La alter­na­ti­va seria el caos, la mise­ria, la hambruna.

De Syri­za, los gran­des media esbo­za­ron la ima­gen de una «izquier­da radi­cal revo­lu­cio­na­ria» sin un pro­yec­to creí­ble. Pero, de modo gene­ral, han tra­ta­do con bene­vo­len­cia a su líder, Ale­xis Tsi­pras, quien fue tema de titu­la­res, artícu­los y entre­vis­tas que lo pre­sen­ta­ron como ros­tro de una «nue­va izquier­da». Min­tie­ron sin pudor.

De las garan­tías que Tsi­pras dio al capi­tal cuan­do se des­pla­zó a Ber­lín y París, afir­man­do ser par­ti­da­rio del euro, abier­to al dia­lo­go con la Comi­sión Euro­pea y el FMI, poco, casi nada, se habló.

Algu­nos ana­lis­tas lo com­pa­ra­ron a Cohn Ben­dit, sub­ra­yan­do el papel que ese joven ale­mán –hoy un dócil polí­ti­co bur­gués- cum­plió en el mayo de 68 fran­cés. Se omi­tió que Syna­pis­mos, el par­ti­do nuclear de Syri­za, nació de una disi­den­cia de dere­cha del KKE y que su acti­vi­dad des­de el ini­cio se carac­te­ri­zó por com­pro­mi­sos ambi­guos con la bur­gue­sía y por un anti­co­mu­nis­mo trans­pa­ren­te. Se omi­tió que la coa­li­ción de Syri­za es un amal­ga­ma de anti-comu­nis­tas, anar­quis­tas, trots­kis­tas y ex-miem­bros del Pasok.

Pre­sen­ta­do como para­dig­ma de «una nue­va izquier­da radi­cal» Syri­za es miem­bro del Par­ti­do de la Izquier­da Euro­pea, crea­do por par­ti­dos refor­mis­tas para neu­tra­li­zar las luchas de los trabajadores.

Sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te, perió­di­cos, cade­nas de TV y radios de la Unión Euro­pea coin­ci­die­ron en sus cri­ti­cas al Par­ti­do Comu­nis­ta de Gre­cia-KKE, sub­ra­yan­do que su recha­zo a cual­quier tipo de acuer­do con Syri­za impi­dió la for­ma­ción de un amplio fren­te de izquierda.

EL KKE afir­mó des­de el ini­cio que par­ti­ci­pa­ba en las elec­cio­nes en un cua­dro polí­ti­co y social muy des­fa­vo­ra­ble. Per­dió 14 de los 26 dipu­tados que había con­se­gui­do sema­nas antes. El dis­cur­so popu­lis­ta, tram­po­so y dema­gó­gi­co de Syri­za le qui­tó muchos votos de gen­te pro­gre­sis­ta que votó por can­di­da­tos que pro­me­tie­ron lo que sabían que nun­ca podrían cumplir.

Ese gran revés del KKE en las urnas fue amplia­men­te explo­ta­do por los gran­des medios que lo atri­bu­ye­ron al «sec­ta­ris­mo» de la direc­ción del par­ti­do al cual algu­nos lla­man «neos­ta­li­nis­ta».

Tan inten­sa fue esa ofen­si­va con­tra el KKE que aca­bó por influen­ciar nega­ti­va­men­te a inte­lec­tua­les revo­lu­cio­na­rios. Cito, por expre­si­vo, el caso del nor­te­ame­ri­cano James Petras que con­quis­tó pres­ti­gio mun­dial por sus posi­cio­nes anti-impe­ria­lis­tas. En Euro­pa filó­so­fos mar­xis­tas como el eslo­veno Zizek apo­ya­ron a Syriza.

Artícu­los apo­lo­gé­ti­cos de Tsi­pras fue­ron divul­ga­dos por webs pro­gre­sis­tas de infor­ma­ción alter­na­ti­va como Rebe­lión. El mis­mo Gara vas­co par­ti­ci­pó del con­cier­to de elo­gios a Syriza.

Fran­cis­co Louçã, el líder del Blo­co de Izquier­da de Por­tu­gal, ima­gen del radi­ca­lis­mo peque­ño bur­gués, defi­nió a Syri­za como «par­ti­do her­mano» y fue a Ate­nas a par­ti­ci­par en un mitin de ese partido.

No sor­pren­de que Boa­ve­nu­ra Sou­sa San­tos y Mario Soa­res, anti-comu­nis­tas asu­mi­dos con mas­ca­ra socia­lis­ta, se hayan suma­do a los que pre­sen­tan a Syri­za como espe­ran­za de la izquier­da, tal como ellos la conciben.

El Comi­té Cen­tral del KKE, en una pri­me­ra eva­lua­ción de los resul­ta­dos elec­to­ra­les, no hesi­ta en afir­mar que la lucha de los tra­ba­ja­do­res grie­gos con­tra las fuer­zas inter­nas y exter­nas del capi­tal será a par­tir de aho­ra mucho mas difí­cil. El par­ti­do comu­nis­ta pagó un pre­cio muy alto por su sen­ti­do de res­pon­sa­bi­li­dad revo­lu­cio­na­ria. Fue el úni­co cohe­ren­te con los prin­ci­pios y valo­res que defien­de, que habló el len­gua­je de la ver­dad diri­gién­do­se a su pueblo.

No tie­ne com­pro­mi­sos con el calen­da­rio. Tomar el poder no es posi­ble en tiem­po pre­vi­si­ble. No pro­me­tió el asal­to al cie­lo al desa­fiar el impe­ria­lis­mo. Tal como los com­mu­nards fran­ce­ses de 1871, es cons­cien­te –como afir­mó Karl Marx- de que el camino al socia­lis­mo pasa por bata­llas y derro­tas cuyas lec­cio­nes acer­can a los autén­ti­cos revo­lu­cio­na­rios a futu­ras y deci­si­vas victorias.

Pero no hay que alen­tar ilu­sio­nes. El refor­mis­mo, bajo muchas mas­ca­ras, inten­ta uti­li­zar el resul­ta­do de las elec­cio­nes grie­gas como arma para con­fun­dir y neu­tra­li­zar fuer­zas y par­ti­dos soli­da­rios con la lucha revo­lu­cio­na­ria del KKE.

Vila Nova de Gaia, 27 de Junio de 2012

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