El Yuan serru­cha al dólar- Hedel­ber­to López Blanch

Aun­que los prin­ci­pa­les medios finan­cie­ros y de comu­ni­ca­ción occi­den­ta­les lo han que­ri­do opa­car, el recien­te acuer­do fir­ma­do entre Chi­na y Japón para dejar de uti­li­zar el dólar en sus inter­cam­bios comer­cia­les repre­sen­ta otro duro gol­pe al rei­na­do del bille­te ver­de como mone­da pre­fe­ren­cial de cam­bio internacional.

Tan­to el Ban­co Popu­lar de Chi­na como el minis­tro de Finan­zas japo­nés, Jun Azu­mi, sig­ni­fi­ca­ron que “desa­rro­llar el comer­cio direc­to yuan-yen ayu­da­rá a for­mar la tasa de cam­bio direc­ta entre esas mone­das, pro­mo­ve­rá el uso de esas mone­das en el comer­cio y la inver­sión bila­te­ral, así como for­ta­le­ce­rá la coope­ra­ción finan­cie­ra entre ambos países»,

Azu­mi agre­gó que el paso a los inter­cam­bios mone­ta­rios direc­tos en los mer­ca­dos de Tokio y Shanghai baja­rá los cos­tos de las tran­sac­cio­nes para las empre­sas y hará las divi­sas de ambas nacio­nes más útiles.

A fina­les de 2011, Japón se con­vir­tió en el ter­cer socio comer­cial, la mayor fuen­te de impor­ta­cio­nes y el quin­to des­tino de las expor­ta­cio­nes de Chi­na. El volu­men de inter­cam­bio alcan­zó en 2010 los 300 000 millo­nes de dóla­res, cifra que repre­sen­tó el 10 % del comer­cio exte­rior de Beijing.

El eco­no­mis­ta Xing Yuqing en con­ver­sa­ción con la agen­cia de noti­cias Xinhua, dijo que la entra­da en vigor de este con­ve­nio, el pasa­do pri­me­ro de junio, se enca­mi­na hacia una sepa­ra­ción gra­dual de los dos paí­ses en rela­ción con el dólar y un paso impor­tan­te para la inter­na­cio­na­li­za­ción de la divi­sa china.

Para que esto últi­mo ocu­rra, el yuan o ren­mim­bi debe con­ver­tir­se pri­me­ro en una divi­sa regio­nal, y con el ace­le­ra­do incre­men­to de los inter­cam­bios comer­cia­les, se augu­ra que en un lus­tro esa mone­da será la divi­sa de reser­va en Asia Sudo­rien­tal, mien­tras se abre paso en otros con­ti­nen­tes como Euro­pa y Amé­ri­ca Latina.

Sin apu­ro, pero con gran éxi­to, Chi­na ha uti­li­za­do el ren­mim­bi con sus socios comer­cia­les y sobre todo en las tran­sac­cio­nes transfronterizas.

En 2011 el total de los inter­cam­bios con esa mone­da supe­ra­ron los 400 000 millo­nes de dóla­res y este año, con los dife­ren­tes con­ve­nios fir­ma­dos con dife­ren­tes paí­ses, se pre­vé que la cifra se triplique.

No resul­ta des­acer­ta­da la opi­nión de varios exper­tos que vati­ci­nan la posi­bi­li­dad de que en los pró­xi­mos diez años, el yuan pase a ser la mone­da más com­pe­ten­te del mer­ca­do y deje atrás al bille­te verde.

Esa pers­pec­ti­va expan­de el mie­do por Washing­ton y en un recien­te infor­me pre­sen­ta­do al Con­gre­so, la Comi­sión de Revi­sión Eco­nó­mi­ca y de Segu­ri­dad de Esta­dos Uni­dos pidió a ese órgano que tome “car­tas en el asun­to y deter­mi­ne los cam­bios que resuel­van los desa­fíos cada vez más com­pli­ca­dos y gra­ves que repre­sen­ta Bei­jing para los intere­ses inter­na­cio­na­les y domésticos.”

A pesar de estas alar­mas en el gigan­te del nor­te, cuyos fun­cio­na­rios con­si­de­ran al dólar como una señal de orgu­llo nacio­nal, o mejor dicho de domi­na­ción impe­rial, lo cier­to es que esa mone­da sigue desem­pe­ñan­do las fun­cio­nes inter­na­cio­na­les en las com­pras, la cir­cu­la­ción y de reser­va mundiales.

El eco­no­mis­ta Barry Eichen­green, seña­la en su libro El Nue­vo Orden Mone­ta­rio Mmun­dial, que en 2010 el 85 % del comer­cio inter­na­cio­nal se reali­zó en dóla­res y más del 60 % de las reser­vas del orbe están deno­mi­na­das en esa moneda.

Aun­que muchos fac­to­res indi­can que el bille­te ver­de per­de­rá espa­cio como cen­tro del sis­te­ma mone­ta­rio del pla­ne­ta, el pro­ce­so será gra­dual, hacia un mediano plazo.

Esto se debe, en pri­mer lugar por­que aun no exis­te una mone­da fuer­te que pue­da suplan­tar­lo de inme­dia­to; Esta­dos Uni­dos toda­vía tie­ne poder para obs­ta­cu­li­zar la crea­ción de un nue­vo orden mone­ta­rio ale­ja­do del dólar, y paí­ses con abun­dan­tes reser­vas en bille­te ver­de no desean que Washing­ton cai­ga en una cri­sis lar­ga y pro­fun­da, entre otros factores.

El ren­mim­bi está ayu­dan­do a que ese pro­ce­so se acor­te y el acuer­do fir­ma­do con Japón lo demues­tra. Otro recien­te paso en esa direc­ción fue la fir­ma, la pasa­da sema­na, de un acuer­do entre Chi­na, Japón y Corea del Sur para la crea­ción de una zona fran­ca de libre comercio.

Empre­sas del gigan­te asiá­ti­co usan el yuan con enti­da­des de 181 paí­ses y con­ti­nua inde­te­ni­ble su expansión.

La Ofi­ci­na Inter­na­cio­nal de Finan­zas de Corea del Sur aca­ba de infor­mar que esta dis­pues­ta a rea­li­zar ope­ra­cio­nes en las mone­das nacio­na­les de ambos paí­ses y que la imple­men­ta­ción “sería un buen paso para no depen­der total­men­te de la con­duc­ta del pago del dólar”.

Al yuan le fal­tan aun con­di­cio­nes obje­ti­vas para ser com­ple­ta­men­te con­ver­ti­ble por­que sus posee­do­res no pue­den cam­biar­los en las enti­da­des ban­ca­rias cen­tra­les en cual­quier momento.

El Ban­co Cen­tral de Chi­na se enca­mi­na hacia esa direc­ción y ya tra­ba­ja en la crea­ción de un sis­te­ma para liqui­dar pagos e inver­sio­nes trans­fron­te­ri­zas en yua­nes lo cual aumen­ta­rá su con­ver­ti­bi­li­dad de for­ma gradual.

Cin­co de las 12 mayo­res eco­no­mías del orbe (Japón, India, Rusia, Bra­sil y Corea del Sur) ya man­tie­nen inter­cam­bios comer­cia­les con esa mone­da, a las que se unen, entre otras, Argen­ti­na, Vene­zue­la, Aus­tra­lia, Irán, Bela­rus y varios paí­ses del con­ti­nen­te asiático.

En uno de sus últi­mos aná­li­sis, el Ban­co Mun­dial seña­ló que el pujan­te rol de chi­na en el comer­cio inter­na­cio­nal, el tama­ño de su eco­no­mía, ade­más de apa­re­cer como el mayor acree­dor del mun­do, per­mi­ten ase­gu­rar que la inter­na­cio­na­li­za­ción de su mone­da avan­za por sen­de­ros seguros.

En un mun­do tan glo­ba­li­za­do los cam­bios eco­nó­mi­cos-finan­cie­ros van desa­rro­llán­do­se sin ape­nas dar­nos cuen­ta y en ese inde­te­ni­ble andar, el yuan apa­re­ce como el mejor can­di­da­to mone­ta­rio en la carre­ra por alcan­zar al dólar y, en un futu­ro no muy lejano sobrepasarlo.

Como un maes­tro arte­sa­nal que talla con pacien­cia sus obras, Chi­na serru­cho en mano, recor­ta poco a poco peda­ci­tos del bille­te verde.

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