El pasado lunes día 11, la Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento navarro no admitió a trámite, por los votos de UPN, PSN y PP la celebración de una sesión de trabajo con Kontuz! (Asociación de usuarios, consumidores y contribuyentes) en torno a Caja Navarra, motivada por el desasosiego social generado. No tendría mayor importancia si antes no se hubieran opuesto a la comparecencia, en sede parlamentaria, de Enrique Goñi, Yolanda Barcina y Roberto Jiménez, máximos responsables de lo que queda de la entidad, así como, pocos días antes, a esclarecer el apestoso asunto de las dietas que cobraron M. Sanz, Y. Barcina, A. Miranda y R. Jiménez. Sobre este tema, la oposición preguntó cuándo y cuántas veces se había reunido (la Permanente de la Junta de Fundadores de la CAN) y dónde estaban las actas de estas sesiones de trabajo por las que les ingresaron miles de euros. Los aludidos, que comienzan a evidenciar un sospechoso nerviosismo, se negaron a contestar a ninguna de las cuestiones. Desde Kontuz! no denunciamos sus remuneraciones por astronómicas, que lo son, sino porque nos tememos que cobraron sin ni tan siquiera haberse reunido.
“Se ha fundado esta Caja en beneficio de Navarra y a su engrandecimiento deben colaborar cuantos sientan amor a su pueblo” decía una de sus campañas publicitarias en 1929. M. J. Urmeneta, ex alcalde y presidente de la CAMP, solía afirmar: “prefiero mil ahorradores de una peseta que uno de mil”. En 2002 los consejeros cobraban, por dietas, diez veces menos que en la actualidad; el valor de la CAN, que nació para combatir la usura, se ha reducido diez veces en los dos últimos años. Y esta debacle se ha dado mientras en los Consejos Generales de la Caja, después del lunch y la exposición de E. Goñi, los aplausos eran unánimes, con alguna excepción por parte de los impositores. Ningún miembro del Consejo de Administración, ni de los “profesionales de prestigio” ni de los políticos colocados a dedo por M. Sanz, como el líder del PSN, Iturbe (140 mil euros en 7 años), ha cuestionado nunca los planes de E. Goñi. Todos ellos eran testigos de una reunión previa, entre Sanz y el director de la CAN, de cuyas decisiones informaban después al resto del Consejo y amén. Recordemos que, entre estas personas, se encuentran J. A. Asiain, ex vicepresidente del gobierno con Urralburu, J. C. Alli, ex presidente y, por supuesto, Yolanda Barcina, durante 15 años y hasta 2010, en los órganos de dirección de la Caja.
Desde que M. Sanz conoció a Goñi, quedó abducido por su facilidad de palabra y sus proyectos “vanguardistas” y con él se aseguró una extra en dietas de 1700 euros por cada reunión “fantasma” de la Permanente de la Junta de Fundadores. Miranda, el consejero que afirmaba que “la CAN, riesgo de ser absorbida, ninguno”, ha pertenecido a su Consejo de Administración, su Comisión Ejecutiva y la Junta de Fundadores y considera “totalmente ético” el cobro de esas dietas “porque siempre se ha hecho así”. Sanz, Barcina y el propio Miranda se han embolsado 750.000 euros en dietas desde 2004, con un gran aumento a partir de 2009, cuando las remuneraciones dejaron de ser transparentes y mientras se gestaba el desastre en la entidad. Por eso, de todos ellos exigimos la dimisión, lo mismo que el cese de E. Goñi. ¿En qué empresa el gestor que la ha arruinado sigue figurando como su máximo representante? Mantenerlo es un insulto a la ciudadanía, como lo era el coche blindado de 400 mil euros, el mismo que el de Sanz, o los fastuosos viajes al extranjero “de interés comercial”. Su sueldo millonario, las pretenciosas jornadas de Saviólogos, la política de “fichajes” de personal externo y las onerosas prejubilaciones, añadidas a una desmedida expansión comercial y a operaciones financieras que podrían estar en el objetivo de la Justicia, han acabado de finiquitar la que llegara a ser la entidad más solvente del estado.
Por el contrario, el resultado para el futuro de Navarra es devastador. El principal instrumento financiero de la comunidad ha desaparecido (junto a 1000 millones que se han evaporado). Su labor, como expresan los estatutos: “de carácter benéfico social”, que bien podría servir en esta época de crisis para ayudar a autónomos, pequeños y medianos empresarios o proyectos sociales para gente sin recursos, ya no existe. 500 puestos de trabajo se han esfumado en 3 años, miles de clientes han perdido buena parte de sus pequeños ahorros y los máximos responsables se niegan a cumplir con las normas y leyes que ellos mismos han establecido. Porque el Código del Buen Gobierno de marzo de 2011 y la Ley de Transparencia que acaban de aprobar tienen como pilares “la necesaria transparencia en la acción de gobierno y la rendición de cuentas a la ciudadanía”. O un informe de 2005, de los servicios jurídicos de la Cámara Foral, que establece que aquellos con la doble condición de miembro del gobierno y de la Caja, “deberían facilitar la información de que dispongan y tienen la obligación política de responder en sede parlamentaria”.
La ciudadanía, de toda condición y color político, exige transparencia y responsabilidades. UPN y PSN pretenden “que pase el temporal”, pero es conocida la tenacidad de nuestro pueblo y pueden estar seguros de que Kontuz! no va a cejar en su empeño hasta que los causantes asuman sus responsabilidades. Para ello debemos romper la omertá, el silencio encubridor impuesto por UPN, PSN y PP. La hoja de ruta ya está marcada: Defensor del Pueblo, ILP, movilizaciones, quizás una Comisión de Investigación parlamentaria, y llegará la hora de acudir a los tribunales ya que, como dice W. Buffet, “bajará la marea y se sabrá quien anda desnudo”.
Hacemos un llamamiento especial al PSN pues nos consta que, en su último congreso, en una de las comisiones, se aprobó instar a la Cámara de Comptos a que analizara lo ocurrido en la CAN. ¿Por qué no lo hacen? Jiménez, a pesar de estar afectado por las dietas del órgano opaco, era el único que las había declarado. A tiempo están de rendir cuentas a la sociedad. Como dijo Carl von Clausewitz: “La retirada es la más difícil de todas las operaciones. Pero quien se empecina en un callejón sin salida y es incapaz de dar marcha atrás, ¿no provoca su propia derrota?”.