Ver­dad y Jus­ti­cia en el caso Napa­rra- Itziar Liza­rral­de, Erro­se Ere­zu­ma, Bego­ña Cas­ti­llo y Nerea Zabala

Recien­te­men­te ha visi­ta­do Eus­kal Herria una dele­ga­ción de Amnis­tía Inter­na­cio­nal (AI). En la pren­sa hemos leí­do que el gru­po ha mos­tra­do su temor a que no todas las víc­ti­mas de vul­ne­ra­cio­nes ten­gan acce­so a la ver­dad, la jus­ti­cia y la repa­ra­ción. Amnis­tía Inter­na­cio­nal recla­ma como prin­ci­pio que todos los afec­ta­dos ten­gan dere­cho a que «la ver­dad sea reco­no­ci­da, los per­pe­tra­do­res lle­va­dos ante la jus­ti­cia y las víc­ti­mas deben obte­ner reparación».

La dele­ga­ción de AI valo­ra el reco­no­ci­mien­to ade­cua­do de las víc­ti­mas de ETA, pero se mues­tra crí­ti­ca con algu­nos aspec­tos del decre­to del gobierno sobre los afec­ta­dos por la vio­len­cia del Esta­do en el perio­do 1960 – 1978, ya que no impli­ca el dere­cho a que los auto­res de aque­llas vul­ne­ra­cio­nes sean juz­ga­dos. Por lo que en, nues­tra opi­nión, la repa­ra­ción de la que habla el gobierno se limi­ta al pago de una indem­ni­za­ción a cam­bio pre­ci­sa­men­te de la renun­cia a la ver­dad y a la rea­li­za­ción de la justicia.

Ade­más, AI se mues­tra teme­ro­so por la pre­vi­si­ble exclu­sión en el segun­do decre­to, el corres­pon­dien­te a las vul­ne­ra­cio­nes de dere­chos a par­tir de 1978, de impor­tan­tes colec­ti­vos como el repre­sen­ta­do por aque­llas per­so­nas que han sido some­ti­das a tor­tu­ra, que en Eus­kal Herria cons­ti­tu­yen legión. Para noso­tros, ambos decre­tos no cons­ti­tu­yen nin­gún paso ade­lan­te, aun­que par­cial, como opi­nan algu­nos, sino que se tra­ta de un autén­ti­co frau­de. Por sus moti­va­cio­nes, su arbi­tra­ria perio­di­za­ción, la exclu­sión de nume­ro­sas víc­ti­mas, repre­sa­lia­dos y mili­tan­tes, la no men­ción al terro­ris­mo de Esta­do, la des­igual­dad en la repa­ra­ción y en el tra­to, y un lar­go etc. Y, por supues­to, por el true­que, como ya hemos dicho, de dine­ro por ver­dad y jus­ti­cia, lo que ofen­de a la con­cien­cia de mucha gente.

Des­de lue­go el caso que no va a entrar en decre­to alguno es el del secues­tro, ase­si­na­to y des­apa­ri­ción de José Miel Etxe­be­rria, Napa­rra, cuyo 32 ani­ver­sa­rio ha teni­do lugar recien­te- men­te. Entre otras razo­nes, por­que el Esta­do no se hace res­pon­sa­ble alguno de ese cri­men de lesa huma­ni­dad y, por con­si­guien­te, no ha habi­do aquí ver­dad y, por lo tan­to, ni jus­ti­cia ni reparación.

Des­pués de pasa­do tan­to tiem­po no se cono­ce el lugar don­de están depo­si­ta­dos sus res­tos, ni las cir­cuns­tan­cias y moti­vos de su ase­si­na­to, ni sus auto­res mate­ria­les, ni los res­pon­sa­bles polí­ti­cos que orde­na­ron su muer­te. Solo exis­ten, acer­ca de lo ante­rior, cier­tas fun­da­men­ta­das sos­pe­chas, algu­nas cer­te­zas cla­ras, esca­sas prue­bas mate­ria­les, bas­tan­tes incóg­ni­tas, una con­vic­ción popu­lar sobre quién fue la ins­tan­cia res­pon­sa­ble del cri­men, y la abso­lu­ta segu­ri­dad de la nula volun­tad de los esta­dos fran­cés y espa­ñol en aclararlo.

Como refe­ren­cias más sóli­das, la rei­vin­di­ca­ción reite­ra­da del Bata­llón Vas­co Espa­ñol (BVE), orga­ni­za­ción terro­ris­ta vin­cu­la­da a las cloa­cas del Esta­do, y cier­tas pis­tas rele­van­tes que lle­van a con­fir­mar la auto­ría de los hechos abo­mi­na­bles por par­te de mer­ce­na­rios fran­ce­ses rela­cio­na­dos con aque­lla. Sin olvi­dar­nos del con­tex­to polí­ti­co de los años que van de 1975 a 1981, en el que el terro­ris­mo de Esta­do uti­li­za­ba para sus accio­nes, según perio­dis­tas e his­to­ria­do­res, a miem­bros de la ultra­de­re­cha argen­ti­na, a neo­fas­cis­tas ita­lia­nos y a mer­ce­na­rios del ham­pa fran­ce­sa, entre otros.

Como no espe­ra­mos nin­gún movi­mien­to por par­te de los esta­dos fran­cés y espa­ñol para resol­ver este abo­mi­na­ble cri­men pen­sa­mos que tie­nen que ser las ins­tan­cias inter­na­cio­na­les las que se mue­van y pre­sio­nen a los esta­dos impli­ca­dos para ofre­cer algo de luz. Y entre ellas, AI. Y sería bueno que en sus visi­tas al Esta­do espa­ñol recla­ma­ra de sus diri­gen­tes una inves­ti­ga­ción rigu­ro­sa de este y otros casos de des­apa­re­ci­dos pues son asun­tos que no pres­cri­ben y la huma­ni­dad ente­ra se encuen­tra concernida.

Pero somos noso­tros, la gen­te de Eus­kal Herria prin­ci­pal­men­te, los que com­par­ti­mos los valo­res por los que luchó, los que tene­mos la res­pon­sa­bi­li­dad de asu­mir la ini­cia­ti­va de des­cu­brir la ver­dad y recla­mar que se haga jus­ti­cia. Se lo debe­mos a Patxi, que des­de un lugar mis­te­rio­so nos lo pide. Se lo debe­mos, tam­bién, a Celes, que guar­da en su cora­zón la lle­ga­da de algu­na noti­cia. Se lo debe­mos a Eneko y a todas las per­so­nas que en nues­tro país aman la liber­tad, res­pe­tan a los mili­tan­tes que lucha­ron por ella y no pue­den admi­tir que suce­sos tan crue­les e injus­tos que­den impunes.

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