El Partido de los indígenas de la República (PIR) organizó en Bagnolet (París) una conferencia-debate para celebrar el aniversario de la gran victoria anticolonialista de Dien Bien Phu[1], el 7 de mayo de 1954. En recuerdo de las masacres de Setif y Ghelma[2] en Argelia el 8 de mayo de 1945, día de la victoria contra el nazismo. Para celebrar el cincuenta aniversario de la independencia de Argelia. La portavoz del PIR realizó la introducción a la conferencia-debate.
Esta noche, nos sentimos aliviados, somos felices.
Otro presidente acaba de ser elegido. Es socialista. No le tenemos ninguna confianza. Hijos de la colonización, hijos de inmigrantes, hijos de los barrios, nuestra historia y nuestro presente nos prueba que nunca hemos podido confiar en los socialistas. La derrota de Sarkozy no puede hacernos olvidar el pasado colonialista del partido de François Hollande. No podemos olvidar la obcecación de los distintos poderes socialistas contra todas las tentativas de organización política de los inmigrantes y de sus hijos. No podemos olvidar su complicidad activa en la adopción de las leyes seguritarias, islamofóbicas y liberticidas. No podemos olvidar tampoco su implicación desvergonzada en el sistema de la Françafrique[3], como no podemos olvidar su compromiso en pro de Israel y de su «seguridad».
A unos y a otros, no les perdonamos su contribución activa a la teoría del «choque de civilizaciones».
Por esto este acto tiene para nosotros un fuerte alcance simbólico.
Es simbólica porque tiene lugar el 7 de mayo, al día siguiente de la elección presidencial. Lo que significa para nosotros que la batalla política comienza desde ahora. No esperaremos la víspera de las próximas elecciones locales o nacionales para ponernos en movimiento. Conscientes de nuestra conciencia militante, afirmamos así nuestra determinación de tomar nuestro destino en mano y no confiar en la buena voluntad, en las declaraciones de principios o en las promesas de los que los controlan a nivel local, nacional o internacional. Afirmamos nuestra determinación de construir una organización política descolonial.
Es simbólica porque tiene lugar en Bagnolet, en un barrio popular del extraradio que, como otros, no escapó a la rebelión de 2005. Un barrio ignorado durante la campaña presidencial mientras que en él se acumulan todas las formas de miseria: miseria social, paro endémico, segregación espacial, social y racial, violencias policiales, sistema educativo precario. Es en donde vive la gran mayoría de las clases populares; es donde viven las poblaciones venidas de África, del mundo arabo-musulmán, de las Antillas o también de Asia, a menudo mostradas con el dedo, estigmatizadas por lo que son, sus identidades, sus culturas, sus creencias.
La elección de esta fecha es simbólica porque el 7 de mayo es también el aniversario de una gran victoria anticolonial: la de Dien Bien Phu, el 7 de mayo de 1954. La República colonial tuvo en esa fecha una de sus mayores derrotas; una derrota que fue la victoria del pueblo vietnamita contra un sistema colonial inicuo. Esta victoria es nuestra victoria, la victoria de todos. Al menos, eso espero.
Es simbólica ya que tiene lugar en 2012, cincuenta años después de la independencia de Argelia, cincuenta años después de las independencias africanas. Un cincuentenario que debemos celebrar con todos los respetos y el respeto que debemos a los shouhadas [mártires], a los mártires de las luchas de independencia, pero que debemos analizar de manera crítica y lúcida ante lo que nos vemos obligados a considerar como independencias confiscadas por poderes locales, cómplices de un sistema colonial e imperial que nunca ha desaparecido, que recibió duros golpes, ciertamente, pero que supo transformarse para sobrevivir mejor. El proceso revolucionario que se ha inciado en el mundo árabe con la retirada del dictador Ben Ali y que continúa con todas las dificultades que ya conocemos es la señal de que la esperanza existe siempre pero que no hemos acabado con nuestros sufrimientos. Todavía tendremos que contar nuestros muertos, consolar a los huérfanos y secar las lágrimas de los vivos.
Es simbólica porque tiene lugar en un momento crucial de la historia de Occidente. Estamos en una crisis económica sin precedentes que afecta en particular a Europa y Estados Unidos. Estamos probablemente viviendo un cambio de dirección en la historia de la humanidad desde que Occidente domina. Asistimos a la aparición a nuevos polos económicos, políticos y militares como China, India o Brasil. Una nueva geografía de poderes aparece. Es el principio del fin de la hegemonía occidental. Pensar en nuevas alternativas políticas a escala mundial no puede hacerse sin integrar estos nuevos parámetros, incluso cuando se piensa la política a partir de Bagnolet. Si las capas medias europeas están muy afectadas globalmente por la crisis, ¿en qué situación están los habitantes de los barrios más pobres de las periferias occidentales? Somos, sin lugar a dudas, los primeros concernidos.
Y si nos ha parecido que hoy, 7 de mayo de 2012, en la encrucijada de todos estos hechos simbólicos, que es necesario e imperativo plantear la cuestión de la civilización, es porque esta civilización de la que se siente orgulloso el Sr. Guéant [ministro del Interior durante el mandato de Sarkozy, nota de la traducción], porque nosostros somos las primeras víctimas, al menos, en el interior de las fronteras de Europa.
Esta civilización está en nosotros.
Está aquí, en Bagnolet. Una cuestión tan banal como un control según el aspecto. Según la cabeza de los humanos, en función de su color de piel, en función de sus orígenes. Según que tenga la piel de un color oscuro o no la tenga. Es una de las características de esta civilización en su más extrema trivialidad. Es la señal de la jerarquización racial. Es la señal de la supervivencia del «código negro»[4] y del código para los indígenas, suprimidos oficialmente desde hace tiempo. Es la señal de la existencia de razas sociales que se construyeron en la historia política y jurídica de Europa y que hacen que estos códigos funcionen todavía en el cerebro de los policías.
Está presente en el menosprecio que las autoridades políticas muestran con las lenguas y culturas de las poblaciones que viven en los suburbios, como los africanos que todavía parece no han entrado en la historia, consideradas como no suficientemente dignas para ser reconocidas y para enseñarles[5].
Está presente en la hostilidad obsesional del islam y de sus expresiones en la sociedad francesa.
Está presente en la «injerencia humanitaria», como está presente en los discursos que justifican la guerra en Irak o las intervenciones militares en Libia.
Esta civilización está presente en el corazón del mundo árabe. Allí, se llama Israel.
Esta civilización existe desde hace 400 años: su partida de nacimiento fue el genocidio de los indios de las Américas, su misión continuó con la trata negrera que fue en realidad una deportación de varios millones de africanos y la muerte de varios millones más, la colonización del mundo, la destrucción e incluso la desaparición de sociedades enteras, así como las guerras fratricidas en el interior mismo de las fronteras europeas, como las dos guerras mundiales que causaron millones de muertes y que fueron el teatro del genocidio de los judíos, de los gitanos y tantos otros. Esta civilización prosigue su obra en Irak, en Afganistán. Esta civilización dirige actualmente su locura contra Irán.
Esta civilización existe desde hace 400 años: es la modernidad occidental. Francia es uno de los principales protagonistas de esta civilización aunque sea un protagonista fatigado y envejecido.
Bagnolet pertenece a esta civilización.
En esta civilización, estamos todos integrados, hasta el cuello.
Paradójicamente, se nos acusa de no estar integrados, al menos no suficientemente. ¡Integrense! Es imperativo. Es una orden, es una conminación. Y a esta orden debemos obedecer. Debemos ejecutarla. Debemos obedecer. Debemos someternos sin discutir. ¿Pero integrarnos a qué exactamente? ¿Cuál es este otro paso al que estamos invitados a realizar? ¿O que quizá ya hayamos cruzado ampliamente? ¿Cuál es el ángulo muerto de esta cuestión? ¿Cuál es el nombre de dicha obligación a la integración? Me aventuro a decir que según mi opinión lo que nos piden es que nos integremos en esta civilización y añadiría que se nos pide que nos perdamos. Cuando se nos dice que el islam no ha hecho su aggiornamento, que es una religión del pasado que debe reformarse para adaptarse a la modernidad, lo que se nos dice no es más que el islam debe someterse a la civilización occidental, a sus normas y a su economía capitalista; el islam debe vaciarse de sí mismo. El islam debe convertirse en blanco. El islam debe integrarse.
Ciertamente, resistimos. Pero con muchas ambivalencias. Puesto que esta civilización, todos los días la plebiscitamos, todos los días la veneramos, todos los días la renovamos, todos los días garantizamos su supervivencia. La verdad, es que estamos fascinados por esta civilización. A menudo, cuando una persona es musulmana, preferimos reivindicarnos de la gran civilización arabo-andaluza, la única capaz de competir con la civilización occidental, más que reconocer que nuestros padres vienen de un pequeño pueblo del Aurès o del Rif; a menudo cuando somos del África negra, preferimos arraigar nuestra historia en el tiempo de los faraones, civilización reconocida por los occidentales, más bien que reconocer que venimos de un pequeño pueblo desconocido de Malí, a menudo preferimos los muy altos y pretenciosos rascacielos de Qatar que quieren competir con los de Nueva York más bien que las construcciones ancestrales de Sanaa en Yemen. Vamos a buscar en el Corán la prueba del átomo para probar hasta qué punto somos modernos. Hasta qué punto hemos precedido incluso a los occidentales en la puesta a punto de la bomba nuclear. Puesto que sin el átomo, no hay bomba nuclear y sin bomba nuclear, no hay Hiroshima…
En el PIR (Parti des indigènes de la Reṕublique) tenemos un lema al que estamos muy unidos: «No a la integración a través del jamón». Personalmente, me gusta gusta este lema mucho. Significa que debemos ser nosotros mismos. Significa que debemos respectar lo que queda de nuestra historia y nuestras tradiciones. Digo bien «lo que queda» ya que una gran parte de nosotros mismos desapareció en la integración, una integración que no tuvo lugar en Francia en los años 60, sino en la época colonial en la que el conjunto de nuestros países se integró en un gran proyecto económico y civilizacional dirigido por las fuerzas occidentales.
Pues bien este lema que me gusta mucho es muy débil. Muy débil. Parece que se podría efectivamente resistir a la integración por el jamón. Es lo más fácil que hay. Se pueden preservar algunos modos de vida, frecuentar la mezquita, hacer sus cinco rezos, respetar sus obligaciones morales y religiosas y al mismo tiempo aceptar y ser cómplice de la caza a las personas sin papeles, menospreciar a los últimos llegados. Esto también es la integración.
Cincuenta años después de la independencia de Argelia, mientras que Le Pen nunca ha lamentado el uso de la tortura, mientras que Aussarès vive todavía después de reconocer el crimen de Larbi Ben Mhidi[6], hay musulmanes que han votado a Marine Le Pen, hay musulmanes que justifican que se cierre todavía más la fortaleza europea y que se expulsen a las personas sin papeles. Son la punta más avanzada de nuestra integración. Además del carácter miserable de estas posiciones, lo que revelan este tipo de evolución en nuestro seno es una profunda corrupción de nuestra alma apenas cincuenta años después de las independencias africanas. Somos nosotros los que hemos de decidir si proseguirnos o no esta integración.
Querría concluir con una observación de nuestro amigo Ramon Grosfoguel, aquí presente, profesor de la Universidad de Berkeley y militante descolonial. Nos invita a adoptar el punto de vista de los Indios de las Américas. Las izquierdas europeas tienden a pensar que es el sistema capitalista que se extendió sobre el mundo en 1492 cuando América fue «descubierta». Y explican el mundo a partir de lo que ellos llaman la expansión capitalista en Europa hacia las Américas. Ramon Grosfoguel nos dice, ¡no! Es necesario adoptar la opinión de los Indios de América cuando vieron desembarcar a los europeos. No vieron llegar únicamente el capitalismo. Vieron como se extendía un sistema de valores, una nueva religión, nuevas armas más destructivas que los que hasta entonces conocían, lenguas que iban a suplantar la suya. Lo que se les cayó encima no fue únicamente el capitalismo, es decir un sistema económico. Lo que se les cayó encima fue una civilización. Es la razón para la cual, esta noche, no decimos como los altermondialistas «otro mundo es posible», decimos, conjuntamente con los indios de las Américas, ¡otra civilización debe imponerse!
Houria Boutedja – portavoz del PIR
9 de mayo 2012
Introducción a la conferencia del 7 de mayo de 2012
[Traducido del francés por Boltxe kolektiboa]
[1]La Batalla de Dien Bien Phu tuvo lugar en 1954 entre el Viet Minh, bajo las órdenes de Vo Nguyen Giap, y las fuerzas aerotransportadas y la Legión extranjera francesa. Fue la última batalla de la guerra de Indochina, los vietnamitas ganaron la batalla y significó el final de la guerra con Francia. Vietnam quedó dividido en dos partes a la espera de elecciones que debían celebrarse dos años después de los Acuerdos de Ginebra. Estas elecciones no se realizaron nunca, Estados Unidos lo impidió. [Nota de la traducción.]
[2]En Argelia se celebró la derrota del nazismo y los argelinos pensaron que era un paso hacia su independencia. Salieron a las calles a celebrarlo con banderas argelinas. La celebración en la región oriental de Constantina acabó con más de 45.000 argelinos masacrados, linchados, torturados o arrojados a hornos de cal por el ejército francés y los colonos blancos. [Nota de la traducción.]
[3]Con el término «Françafrique» se hace referencia a las relaciones que Francia mantiene con sus antiguas colonias e incluso con las colonias francófonas de Bélgica. Es toda una red de relaciones políticas, económicas, personales, etc., que Francia mantiene en sus antiguas colonias en provecho propio o de dirigentes africanos vendidos a los intereses de la ex metrópoli. [Nota de la traducción.]
[4]Es el nombre dado durante el siglo XVIII al conjunto de textos jurídicos reglamentando la vida de los esclavos negros en las islas francesas. [Nota de la traducción.]
[5]Hace referencia a un discurso infame de Sarkozy en la Universidad de Dakar (Senegal) el 26 de julio de 2007. Fue un discurso lleno de tópicos y que demostró la total ignorancia del entonces presidente Sarkozy de la historia de África, de su cultura, y sobre todo de su desprecio hacia los y las africanas. Las reacciones fueron muy numerosas, por ejemplo véase el artículo El discurso inaceptable de Nicolás Sarkozy de Boris Boubacar Diop: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55666 [Nota de la traducción.]
[6]Combatiente y responsable del Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia. Fue detenido, torturado y ejecutado sin ningún tipo de juicio en febrero de 1957. [Nota de la traducción.]