Manual para la insu­mi­sión y la des­obe­dien­cia civil en Eus­kal Herria- EHK

DE MASA CRÍTICA A FUERZA SOCIAL DE CHOQUE. MANUAL PARA LA INSUMISIÓN Y LA DESOBEDIENCIA CIVIL

  1. INTRODUCCIÓN
  2. DE MASA CRÍTICA A FUERZA SOCIAL DE CHOQUE
  3. ENFRENTÁNDONOS A LA DURA REALIDAD
  4. LA SUPUESTA LEGITIMIDAD DE LA DEMOCRACIA BURGUESA
  5. EL PUEBLO TRABAJADOR VASCO Y EL MOVIMIENTO POPULAR
  6. PUNTOS DÉBILES DE LA DICTADURA CAPITALISTA
  7. INSUMISIÓN Y DESOBEDIENCIA CIVIL
  8. COMPLEJIDAD DE LA LUCHA INSUMISA
  9. CAMBIANDO LAS RELACIONES DE PODER
  10. PLANIFICACIÓN DE UNA ESTRATEGIA REALISTA
  11. CUATRO TÉRMINOS IMPORTANTES PARA ENTENDER LA PLANIFICACIÓN
  12. FORMULANDO LA ESTRATEGIA SIN ESCONDERSE
  13. REPRESIÓN Y CONTRA-MEDIDAS
  14. INICIOS DE LA INSUMISIÓN Y LA DESOBEDIENCIA
  15. EL PODER DEL ESTADO
  16. LOS PELIGROS DE LA NEGOCIACIÓN
  17. APÉNDICE

1. INTRODUCCIÓN
Siem­pre que exis­ta explo­ta­ción eco­nó­mi­ca, opre­sión esta­tal, domi­na­ción cul­tu­ral y mise­ria éti­co-moral, ade­más de otras injus­ti­cias, el mar­xis­mo esta­rá acti­vo por­que es la teo­ría-matriz que expli­ca por qué todas las opre­sio­nes por peque­ñas que sean, por ais­la­das que parez­can estar, todas, sin embar­go están rela­cio­na­das entre sí median­te una diná­mi­ca inter­na, un hilo rojo que las reco­rre y conec­ta por deba­jo de la apa­rien­cia inme­dia­ta­men­te visi­ble, y eso que las une no es otra cosa que la pro­pie­dad capi­ta­lis­ta de las fuer­zas productivas.

Nin­gún régi­men colap­sa por acu­mu­la­ción intrín­se­ca de des­equi­li­brios eco­nó­mi­cos. Es la acción polí­ti­ca de los suje­tos, orga­ni­za­dos en torno a cla­ses domi­nan­tes y domi­na­das, lo que deter­mi­na la caí­da o super­vi­ven­cia de un sis­te­ma social y polí­ti­co. No es el ago­ta­mien­to de los mer­ca­dos o la insu­fi­cien­cia de plus­va­lía lo que erra­di­ca­rá a esta dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta, sino la madu­ra­ción de un pro­yec­to polí­ti­co revo­lu­cio­na­rio y socialista.

En el sis­te­ma actual, los pro­ce­sos de acu­mu­la­ción están cen­tra­dos en la esfe­ra pro­duc­ti­va y se des­en­vuel­ven a tra­vés de fases de cre­ci­mien­to y depre­sión. La dis­cu­sión debe por tan­to refe­rir­se más a la sub­sis­ten­cia del capi­ta­lis­mo, que a su esta­dio histórico.

Tene­mos en nues­tras manos una opor­tu­ni­dad his­tó­ri­ca de des­en­ca­de­nar una lucha en Eus­kal Herria que supere (y no derro­te) la ante­rior eta­pa polí­ti­co- mili­tar. El ten­sio­na­mien­to socio-polí­ti­co tie­ne que ser la cla­ve para la rup­tu­ra de la situa­ción actual o para que se abra una nue­va fase de nego­cia­cio­nes. La coyun­tu­ra del momen­to no ven­dría dada por deci­sión de la cla­se tra­ba­ja­do­ra vas­ca sino obli­ga­da por impo­si­ción de sus enemi­gos his­tó­ri­cos y del Esta­do. Enten­der la acu­mu­la­ción en pará­me­tros estric­ta­men­te elec­to­ra­les y cuan­ti­ta­ti­vos de cara a un des­ten­sio­na­mien­to polí­ti­co (como ocu­rría en las fases nego­cia­do­ras con ETA) que­bra­rá al Movimiento. 

El obje­ti­vo prio­ri­ta­rio, antes y aho­ra, para los revo­lu­cio­na­rios pasa por hacer insos­te­ni­ble la ocu­pa­ción espa­ño­la y fran­ce­sa en Eus­kal Herria y cer­ce­nar el ata­que del capi­tal al Pue­blo Tra­ba­ja­dor. Para ello será nece­sa­rio en deter­mi­na­dos con­tex­tos, ir dan­do sal­tos cua­li­ta­ti­vos de con­fron­ta­ción socio-polí­ti­ca. Esta con­fron­ta­ción tam­bién nece­si­ta­rá de su reco­rri­do y de sus pasos, pero tie­ne que ser fir­me y sin límites.

Los esta­dos his­pano-fran­ce­ses cami­nan inexo­ra­ble­men­te hacia demo­cra­cias bur­gue­sas auto­ri­ta­rias, muy fáci­les de que­brar ya que se hacen muy sus­cep­ti­bles a cual­quier tipo de pro­tes­ta por peque­ña que sea (ese el caso de la exhi­bi­ción de fotos de pre­sos…).

En la ante­rior eta­pa polí­ti­co-mili­tar, los esta­dos cam­bia­ron la fase acción-repre­sión-acción por la de repre­sión-acción-repre­sión. Es hora de pasar a la ofen­si­va con el desa­rro­llo de una nue­va eta­pa de confrontación-represión-confrontación.

Con la rica expe­rien­cia acu­mu­la­da en el pasa­do y con los nue­vos cami­nos esco­gi­dos que se tie­nen que abrir, este País tie­ne la capa­ci­dad y deter­mi­na­ción sufi­cien­te para lle­var ade­lan­te nue­vas estra­te­gias de ten­sio­na­mien­to y des­obe­dien­cia, muchas de ellas aún sin explo­rar, des­de don­de se podrá, efec­ti­va­men­te, con­di­cio­nar a los esta­dos opresores.

2. DE MASA CRÍTICA A FUERZA SOCIAL DE CHOQUE

Masa Numé­ri­ca Vs Masa Crítica 

Hay que acla­rar en pri­mer lugar dos tér­mi­nos indis­pen­sa­bles para poder mover­nos en este nue­vo perío­do. Masa Numé­ri­ca es la que emer­ge como resul­ta­do de un acuer­do de base demo­crá­ti­co con la inten­ción de pro­vo­car un cam­bio en la com­po­si­ción de las dife­ren­tes ins­ti­tu­cio­nes (ayun­ta­mien­tos, par­la­men­tos…) Los míni­mos demo­crá­ti­cos nacen de las nece­si­da­des y for­ta­le­zas, de quie­nes alcan­zan dicho acuer­do con la inten­ción de sumar en un espa­cio común todas las ener­gías y capa­ci­da­des de inter­ven­ción polí­ti­ca que gene­ral­men­te se plas­man en las dife­ren­tes elec­cio­nes muni­ci­pa­les, auto­nó­mi­cas, gene­ra­les, etc..

Pues bien, sí la Masa Numé­ri­ca es capaz de cam­biar la com­po­si­ción de un ayun­ta­mien­to o cual­quier otra ins­ti­tu­ción, la Masa Crí­ti­ca es la que tra­ba­ja para cam­biar la calle, pelea por trans­for­mar la reali­dad y gene­ra orga­ni­za­cio­nes popu­la­res que desa­rro­llan inter­ven­ción polí­ti­co-social rea­li­zan­do de hecho, una fuer­te y dura pre­sión sobre las ins­ti­tu­cio­nes bur­gue­sas, es decir, obli­ga al sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal domi­nan­te y a las estruc­tu­ras orga­ni­za­das (sin­di­ca­tos, par­ti­dos…) a ser dinámicos.

Cono­ce­mos pues la dife­ren­cia que hay entre Masa Numé­ri­ca y Masa Crí­ti­ca y por lo tan­to, el papel que han de jugar cada una. Sin embar­go debe­mos acer­tar en los tiem­pos, espa­cios de desa­rro­llo, así como en los tra­ba­jos a realizar.

Lo que esta­mos vivien­do actual­men­te es una fase polí­ti­ca en don­de la polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal y de alian­zas tie­ne prio­ri­dad y de la cual se va a obte­ner masa numé­ri­ca. Que­da por abor­dar en estos momen­tos otra fase, más nece­sa­ria aún que la ante­rior, la crea­ción y desa­rro­llo de una Masa Crí­ti­ca con­se­cuen­te y sufi­cien­te, aun­que sea de una mane­ra len­ta y progresiva.

La Masa Crí­ti­ca es la que, sin dejar de ser par­te de la Masa Numé­ri­ca, sin rom­per la uni­dad de acción en lo con­cre­to, res­pe­tan­do los acuer­dos demo­crá­ti­cos tác­ti­cos de base, reto­ma y agi­ta los ele­men­tos socio­po­lí­ti­cos estratégicos. 

La Masa Crí­ti­ca siem­pre es una peque­ña par­te de la Masa Numé­ri­ca e inci­de sobre ella, es la par­te cua­li­ta­ti­va que emer­ge de la cuan­ti­ta­ti­va, o expre­sa­do de otra for­ma, la Masa Crí­ti­ca es la fuer­za que pre­sio­na des­de lo tác­ti­co hacia lo estra­té­gi­co, mien­tras que la Masa Numé­ri­ca tra­ba­ja cen­tra­da sobre la base de los acuer­dos demo­crá­ti­cos tácticos.

Pues bien, si la Masa Numé­ri­ca cam­bia la com­po­si­ción de un ayun­ta­mien­to, par­la­men­to o cual­quier otra ins­ti­tu­ción, la Masa Crí­ti­ca es la que tra­ba­ja para cam­biar la situa­ción, es decir, com­ba­te al sis­te­ma para trans­for­mar la realidad.

Pero la Masa Crí­ti­ca no tra­ba­ja des­de el espon­ta­neís­mo sino des­de la orga­ni­za­ción dis­ci­pli­na­da. La Masa Crí­ti­ca crea orga­ni­za­cio­nes popu­la­res, polí­ti­cas y socia­les, desa­rro­lla la inter­ven­ción social y ejer­ce pre­sión para la trans­for­ma­ción socio-política.

La Masa Numé­ri­ca actual­men­te ya ha sido crea­da. Bil­du-Amaiur irán cre­cien­do, pero no debe­mos olvi­dar que toca­rán techo y que noso­tros debe­re­mos de ayu­dar en todo el reco­rri­do apor­tan­do pra­xis y ejem­plo revo­lu­cio­na­rio, es decir, teo­ría crí­ti­ca y tra­ba­jo colec­ti­vo de uni­dad en lo concreto.

La Masa Crí­ti­ca, como par­te más cons­cien­te, ini­cia­rá una amplia­ción de sus ele­men­tos más com­ba­ti­vos, a par­tir de las limi­ta­cio­nes impues­tas o auto­im­pues­tas por lo obje­ti­vos tác­ti­cos y par­ti­rá con­se­cuen­te­men­te hacia los obje­ti­vos estra­té­gi­cos con­vir­tién­do­se en una FUERZA SOCIAL DE CHOQUE.

3. ENFRENTÁNDONOS A LA DURA REALIDAD

La con­clu­sión es dura. Cuan­do se quie­re derro­car al enemi­go de la mane­ra más efec­ti­va y con un míni­mo cos­to, enton­ces uno tie­ne que eje­cu­tar cua­tro tareas inmediatamente:

  • For­ta­le­cer a los opri­mi­dos refor­zán­do­los ideo­ló­gi­ca­men­te, en su deter­mi­na­ción, en su con­fian­za en ellos mis­mos y en su habi­li­dad para actuar.
  • For­ta­le­cer a la cla­se tra­ba­ja­do­ra, gru­pos socia­les del movi­mien­to popu­lar e ins­ti­tu­cio­nes inde­pen­dien­tes del esta­do opresor.
  • Crear una pode­ro­sa fuer­za de cho­que social median­te la Masa Crítica.
  • Desa­rro­llar un plan estra­té­gi­co de libe­ra­ción abar­ca­dor e imple­men­tar­lo hábil­men­te. Una lucha de libe­ra­ción requie­re valer­se por uno mis­mo así como for­ta­le­cer inter­na­men­te el o los gru­pos que luchan. Como dijo Char­les Ste­wart Par­nell duran­te la cam­pa­ña para la huel­ga de la ren­ta en Irlan­da en 1879 y 1880: 

“No tie­ne sen­ti­do con­tar con el gobierno… Sólo pue­den con­tar con su pro­pia deter­mi­na­ción… Ayú­den­se parán­do­se jun­tos… for­ta­lez­can a aqué­llos entre uste­des que son débi­les…, únan­se, organícense…y ten­drán que triun­far… Cuan­do uste­des ya hayan madu­ra­do esta pre­gun­ta al pun­to de reso­lu­ción, enton­ces y no has­ta enton­ces será resuelta.”

Así, la dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta se enfren­ta­rá con­tra una fuer­za polí­ti­co-social que se val­ga por sí mis­ma y que ten­ga una estra­te­gia inte­li­gen­te, una acción dis­ci­pli­na­da, y una for­ta­le­za genui­na. Sin embar­go, como míni­mo, los cua­tro requi­si­tos antes men­cio­na­dos tie­nen que ser lle­va­dos a cabo.

4. LA SUPUESTA LEGITIMIDAD DE LA DEMOCRACIA BURGUESA

El logro de la liber­tad no es des­de lue­go una tarea fácil. Reque­ri­rá una gran habi­li­dad estra­té­gi­ca, orga­ni­za­ción, y pla­ni­fi­ca­ción. Pero sobre todo, reque­ri­rá poder. Esto se tra­du­ce en que los tra­ba­ja­do­res y los sec­to­res popu­la­res no pue­den espe­rar derro­car una dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta y esta­ble­cer la liber­tad socio-polí­ti­ca sin la habi­li­dad de apli­car su pro­pio poder con efec­ti­vi­dad. Las res­pues­tas están en la fre­cuen­te­men­te igno­ra­da com­pren­sión del poder político.

Los esta­dos capi­ta­lis­tas requie­ren la sumi­sión de los gober­na­dos, sin la cual, no pue­den ase­gu­rar y man­te­ner la legi­ti­mi­dad del poder polí­ti­co bur­gués. Las fuen­tes del poder polí­ti­co bur­gués incluyen:

  • Auto­ri­dad: la creen­cia entre el pue­blo de que el régi­men es legí­ti­mo y que ellos tie­nen el deber moral de obedecerlo.
  • Recur­sos socia­les: el núme­ro e impor­tan­cia de las per­so­nas, cla­ses y sec­to­res que obe­de­cen, coope­ran, o sumi­nis­tran asis­ten­cia al poder.
  • Des­tre­za y cono­ci­mien­tos: reque­ri­dos por el sis­te­ma para lle­var a cabo accio­nes espe­cí­fi­cas y que son sumi­nis­tra­dos por las per­so­nas y gru­pos que cooperan.
  • Fac­to­res de domi­na­ción: psi­co­ló­gi­cos e ideo­ló­gi­cos que pue­den indu­cir a las per­so­nas a obe­de­cer y ayu­dar a los gobernantes.
  • Recur­sos mate­ria­les: el gra­do en el cual el sis­te­ma con­tro­la o tie­ne acce­so a la pro­pie­dad, recur­sos natu­ra­les, recur­sos finan­cie­ros, el sis­te­ma eco­nó­mi­co, y los sis­te­mas de comu­ni­ca­ción y transporte.
  • Sis­te­ma poli­cial y judi­cial: la ame­na­za o eje­cu­ción de los mis­mos para enfren­tar­se a la des­obe­dien­cia y a la no coope­ra­ción y ase­gu­rar la sumi­sión y a la coope­ra­ción que son reque­ri­das para que el régi­men exis­ta y lle­ve a cabo sus políticas.

Todas estas fuen­tes depen­den de la acep­ta­ción que ten­ga el régi­men, de la sumi­sión y obe­dien­cia de la pobla­ción, y de la coope­ra­ción de cla­ses socia­les, sec­to­res, per­so­nas y de las ins­ti­tu­cio­nes. Sin la dis­po­ni­bi­li­dad de estas fuen­tes, el poder se debi­li­ta, la Refor­ma peligra.

Natu­ral­men­te, la bur­gue­sía si per­ci­be accio­nes e ideas que ame­na­zan su poder de cla­se y capa­ci­dad para hacer lo que quie­ren, va a actuar con­tra aqué­llos que des­obe­de­cen. Sin embar­go, éste no es el fin de la his­to­ria como algún filó­so­fo nos inten­tó hacer creer.

La repre­sión, aún con bru­ta­li­da­des, no siem­pre pro­du­ce una vuel­ta al nivel nece­sa­rio de sumi­sión y coope­ra­ción que el régi­men requie­re para funcionar.

5. EL PUEBLO TRABAJADOR VASCO Y EL MOVIMIENTO POPULAR (PTV y MPV)

Si a pesar de la repre­sión, las fuen­tes del poder bur­gués pue­den ser res­trin­gi­das o cor­ta­das por un tiem­po sufi­cien­te, los resul­ta­dos ini­cia­les pue­den ser la incer­ti­dum­bre y con­fu­sión den­tro del esta­do y el sis­te­ma. A lo lar­go del tiem­po, la neu­tra­li­za­ción de las fuen­tes de poder pue­de pro­du­cir la pará­li­sis e impo­ten­cia del régi­men, y en casos seve­ros, su desin­te­gra­ción. El poder mori­rá, len­ta o rápi­da­men­te, de ina­ni­ción socio-política.

Una carac­te­rís­ti­ca de la socie­dad demo­crá­ti­ca bur­gue­sa es que exis­te un gran núme­ro de gru­pos, cla­ses, sec­to­res y orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les que son inde­pen­dien­tes del esta­do. Estos son impor­tan­tes para cum­plir sus pro­pios obje­ti­vos y tam­bién para ayu­dar a lle­var a cabo las nece­si­da­des de la socie­dad. Es lo que deno­mi­na­mos la Masa Crí­ti­ca for­ma­da por el Pue­blo Tra­ba­ja­dor Vas­co (PTV) y el Movi­mien­to popu­lar (MPV).

Estos sec­to­res tie­nen un gran sig­ni­fi­ca­do polí­ti­co. Pro­veen una base median­te la cual las per­so­nas pue­den ejer­cer la direc­ción de su socie­dad y resis­tir cuan­do injus­ta­men­te se inten­tan soca­var sus intere­ses, acti­vi­da­des o propósitos.

El indi­vi­dua­lis­mo per se, o los Indi­vi­duos ais­la­dos que no son miem­bros de un gru­po, nor­mal­men­te no pue­den tener un impac­to sig­ni­fi­ca­ti­vo sobre el res­to de la socie­dad, menos aún sobre un gobierno, y cier­ta­men­te menos sobre un esta­do. Con­se­cuen­te­men­te, si la auto­no­mía y liber­tad del PTV y el MPV es usur­pa­da, el Pue­blo vas­co va a estar rela­ti­va­men­te desamparado.

Tam­bién, si estas cla­ses y orga­ni­za­cio­nes socia­les pue­den ser con­tro­la­das, ile­ga­li­za­das o asi­mi­la­das por el régi­men cen­tral o reem­pla­za­das por otras que son con­tro­la­das, pue­den ser uti­li­za­das para domi­nar a sus miem­bros y tam­bién a esas gran­des áreas de la sociedad.

Si el esta­do ha teni­do mucho éxi­to en des­truir o con­tro­lar los orga­nis­mos inde­pen­dien­tes de la socie­dad, va a ser muy impor­tan­te que los sec­to­res más cons­cien­tes de la socie­dad creen nue­vos gru­pos socia­les e ins­ti­tu­cio­nes inde­pen­dien­tes, o que esta­blez­ca el con­trol sobre orga­nis­mos que han sobre­vi­vi­do o que están par­cial­men­te controlados.

6. PUNTOS DÉBILES DE LAS DICTADURAS CAPITALISTAS

Entre los pun­tos débi­les se encuentran:

  1. Los requi­si­tos y efec­tos de las polí­ti­cas ante­rio­res del régi­men (las ile­ga­li­za­cio­nes por ejem­plo) van a limi­tar, has­ta cier­to pun­to, su habi­li­dad actual para imple­men­tar polí­ti­cas que estén en con­flic­to con las anteriores.
  2. La ope­ra­ti­vi­dad del sis­te­ma pue­de con­ver­tir­se en ruti­na, hacién­do­lo menos ágil para ajus­tar­se rápi­da­men­te a nue­vas situaciones.
  3. Las per­so­nas y recur­sos que ya han sido asig­na­das a tareas exis­ten­tes no esta­rán fácil­men­te dis­po­ni­bles para empren­der otras nue­vas funciones.
  4. La ideo­lo­gía bur­gue­sa pue­de ero­sio­nar­se y los mitos y sím­bo­los del sis­te­ma pue­den vol­ver­se inestables.
  5. El dete­rio­ro de la efi­cien­cia y com­pe­ten­cia de la buro­cra­cia, o con­tro­les y regu­la­cio­nes exce­si­vas, pue­den pro­vo­car la fal­ta de efec­ti­vi­dad de las polí­ti­cas y ope­ra­cio­nes del sistema.
  6. Fuer­tes con­flic­tos ins­ti­tu­cio­na­les inter­nos, riva­li­da­des y hos­ti­li­da­des per­so­na­les pue­den dañar y aún rom­per el funcionamiento.
  7. Los jóve­nes pue­den vol­ver­se inquie­tos debi­do a las con­di­cio­nes, res­tric­cio­nes, adoc­tri­na­mien­to y represión.
  8. La pobla­ción en gene­ral pue­de, a medi­da que pase el tiem­po, con­ver­tir­se en apá­ti­co, escép­ti­co, y aún hos­til al régimen.
  9. Dife­ren­cias regio­na­les, de cla­se, cul­tu­ra­les o nacio­na­les pue­den agudizarse.

Los pode­res de la demo­cra­cia bur­gue­sa siem­pre son, has­ta cier­to pun­to ines­ta­bles y a veces extre­ma­da­men­te ines­ta­bles. Los indi­vi­duos no siem­pre per­ma­ne­cen en la mis­ma posi­ción en la jerar­quía, sino pue­den subir o bajar de ran­go o ser remo­vi­dos com­ple­ta­men­te y reem­pla­za­dos por nue­vas personas.

  • Con tan­tas deci­sio­nes hechas por tan pocas per­so­nas en un gobierno, erro­res de jui­cio, polí­ti­ca y acción pro­ba­ble­men­te van a ocurrir.
  • Si el régi­men bus­ca elu­dir estos peli­gros y des­cen­tra­li­za sus con­tro­les y la toma de deci­sio­nes, el con­trol de los pun­tos cen­tra­les del poder pue­de ser más erosionados.

La con­clu­sión es enton­ces cla­ra: a pesar de la apa­rien­cia de fuer­za, todos los esta­dos tie­nen pun­tos débi­les, inefi­cien­cias inter­nas, riva­li­da­des per­so­na­les, inefi­cien­cias ins­ti­tu­cio­na­les, y con­flic­tos entre orga­ni­za­cio­nes y depar­ta­men­tos. Estos pun­tos débi­les, a lo lar­go del tiem­po, tien­den a hacer al régi­men menos efec­ti­vo y más vul­ne­ra­ble a con­di­cio­nes cam­bian­tes y a una ofen­si­va deliberada.

La insu­mi­sión y la des­obe­dien­cia civil son mucho más com­ple­jos y tie­nen méto­dos de lucha más varia­dos que la insur­gen­cia arma­da. Estas han sido cono­ci­das bajo varios nom­bres como pro­tes­tas, huel­gas, no coope­ra­ción, boi­cots, des­afec­ción y poder popular.

Como indi­ca­mos ante­rior­men­te, todos los gobier­nos pue­den gober­nar sola­men­te mien­tras reci­ban un reabas­te­ci­mien­to de las reque­ri­das fuen­tes de poder de la coope­ra­ción, sumi­sión, y obe­dien­cia de la pobla­ción e instituciones.

El desa­fío socio-polí­ti­co es sin­gu­lar­men­te ade­cua­do para cor­tar estas fuen­tes de poder.

7. INSUMISIÓN Y DESOBEDIENCIA CIVIL

El error común de pasa­das cam­pa­ñas impro­vi­sa­das de desa­fío polí­ti­co es depen­der de sólo uno o dos méto­dos de lucha, como huel­gas y demos­tra­cio­nes masi­vas. De hecho, exis­ten otros muchos (algu­nos ya pro­ba­dos en Eus­kal Herria) que per­mi­ten a la des­obe­dien­cia y la insu­mi­sión con­cen­trar­se y exten­der la lucha tan­to como sea necesario.

Apro­xi­ma­da­men­te dos­cien­tos méto­dos de acción han sido iden­ti­fi­ca­dos y cier­ta­men­te hay dece­nas más. Estos méto­dos son cla­si­fi­ca­dos bajo las tres gran­des categorías:

  • Pro­tes­ta y persuasión
  • No coope­ra­ción
  • Inter­ven­ción

Los méto­dos de pro­tes­ta y per­sua­sión son en su mayo­ría mani­fes­ta­cio­nes sim­bó­li­cas, inclu­yen­do para­das, mar­chas y vigi­lias (54 métodos).

La no coope­ra­ción está divi­di­da en tres categorías:

  • la no coope­ra­ción social (16 métodos),
  • la no coope­ra­ción eco­nó­mi­ca, inclu­yen­do boi­cots (26 méto­dos) y huel­gas (23 métodos)
  • la no coope­ra­ción polí­ti­ca (38 métodos).

La inter­ven­ción por medios psi­co­ló­gi­cos, físi­cos, socia­les, eco­nó­mi­cos, o polí­ti­cos, como el ayuno, la ocu­pa­ción y el gobierno para­le­lo (41 méto­dos) es el últi­mo gru­po. Una lis­ta de 198 de estos méto­dos está inclui­da en el Apén­di­ce de esta publicación.

El uso de un núme­ro con­si­de­ra­ble de méto­dos cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­dos, apli­ca­dos per­sis­ten­te­men­te y en gran esca­la, en el con­tex­to de una estra­te­gia inte­li­gen­te y de tác­ti­cas apro­pia­das, por indi­vi­duos del pue­blo, entre­na­dos, pro­ba­ble­men­te le va a cau­sar seve­ros pro­ble­mas a cual­quier régi­men ile­gí­ti­mo como es el caso de los esta­dos fran­cés y espa­ñol en Eus­kal Herria.

En este pro­ce­so hay que con­se­guir que la pro­pia repre­sión del régi­men, con­tra los colec­ti­vos en acción rebo­te con­tra la posi­ción del esta­do, cau­san­do disen­sión en sus pro­pios ran­gos y tam­bién fomen­te el apo­yo hacia los que luchan por par­te de la pobla­ción en gene­ral, inclu­so los par­ti­da­rios del régi­men y ter­ce­ras personas.

8. COMPLEJIDAD DE LA LUCHA INSUMISA 

Como hemos vis­to la lucha de la Masa Crí­ti­ca como fuer­za de cho­que es una téc­ni­ca com­ple­ja de acción polí­ti­co-social, que com­pren­de muchos méto­dos, un núme­ro de meca­nis­mos para el cam­bio y requi­si­tos espe­cí­fi­cos de comportamiento.

Para ser efec­ti­vo, espe­cial­men­te con­tra una demo­cra­cia bur­gue­sa, el desa­fío socio-polí­ti­co requie­re una cui­da­do­sa pla­ni­fi­ca­ción y pre­pa­ra­ción. Los posi­bles par­ti­ci­pan­tes ten­drán que enten­der qué se requie­re de ellos. Los recur­sos tie­nen que estar dis­po­ni­bles y las estra­te­gias tie­nen que ana­li­zar la mane­ra más efec­ti­va de apli­car la lucha. 

Mien­tras que la espon­ta­nei­dad tie­ne sus pun­tos posi­ti­vos, a menu­do han sido mayo­res las des­ven­ta­jas. Fre­cuen­te­men­te, la espon­ta­nei­dad no ha anti­ci­pa­do la bru­ta­li­dad del esta­do y ha sufri­do enor­me­men­te, y la acción se ha des­plo­ma­do. A veces la fal­ta de pla­ni­fi­ca­ción por par­te de la Masa Crí­ti­ca ha deja­do deci­sio­nes cla­ves al azar con resul­ta­dos desas­tro­sos. Aún cuan­do el sis­te­ma opre­si­vo ha sido derri­ba­do, la fal­ta de pla­ni­fi­ca­ción de cómo con­du­cir la tran­si­ción hacia una alter­na­ti­va ha con­tri­bui­do al resur­gi­mien­to de una nue­va fase dura. Un ejem­plo lo tene­mos en las suce­si­vas nego­cia­cio­nes del con­jun­to del MLNV.

  1. 9. CAMBIANDO LAS RELACIONES DE PODER

Las estra­te­gias pla­ni­fi­ca­das tie­nen que recor­dar que el con­flic­to, den­tro del cual se apli­ca la des­obe­dien­cia y la insu­mi­sión, es un cam­po de lucha en cam­bio cons­tan­te, con una con­ti­nua inter­ac­ción de accio­nes y contra-acciones.

Nada es está­ti­co. Las rela­cio­nes del poder, abso­lu­tas y rela­ti­vas, están suje­tas a cons­tan­tes y rápi­dos cam­bios. La per­sis­ten­cia por par­te de la Masa Crí­ti­ca, a pesar de la repre­sión, es lo que hace posi­ble estos cambios.

Las varia­cio­nes en el poder de cada una de las fac­cio­nes de la con­tien­da en este tipo de con­flic­to son pro­ba­ble­men­te más extre­mas que en con­flic­tos arma­dos, tie­nen lugar más fre­cuen­te­men­te, y tie­nen con­se­cuen­cias más diver­sas y polí­ti­ca­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vas. Debi­do a estas varia­cio­nes, accio­nes espe­cí­fi­cas de la des­obe­dien­cia civil y la insu­mi­sión tien­den a tener efec­tos mucho más allá del tiem­po y lugar en don­de ocu­rren. Éstos rebo­ta­rán para for­ta­le­cer o debi­li­tar a un gru­po o al otro.

Tam­bién, el hábil, dis­ci­pli­na­do y per­sis­ten­te uso del desa­fío por par­te de la Masa Crí­ti­ca pue­de resul­tar en un aumen­to de la par­ti­ci­pa­ción de per­so­nas que nor­mal­men­te hubie­ran dado su apo­yo táci­to a los esta­dos o gene­ral­men­te per­ma­ne­ce­rían “neu­tra­les” en el conflicto.

Dos meca­nis­mos de cambio

La lucha pro­du­ce cam­bios de dos tipos:

  • El pri­me­ro es el menos fre­cuen­te aun­que ha ocu­rri­do. Cuan­do los miem­bros del gobierno o la pobla­ción que apo­ya al régi­men están emo­cio­nal­men­te movi­dos por el sufri­mien­to cau­sa­do por la repre­sión impues­ta a los miem­bros del PTV y MPV.

La duda entra a for­mar par­te de la refle­xión de los sec­to­res que apo­yan la repre­sión. Los per­sua­di­dos de que la cau­sa por la que lucha la Masa Crí­ti­ca es jus­ta, hace que pue­dan lle­gar a acep­tar los pun­tos socio-polí­ti­cos rei­vin­di­ca­dos. Este meca­nis­mo es cono­ci­do como con­ver­sión. Aun­que los casos de con­ver­sión en la lucha a veces ocu­rren, no son fre­cuen­tes y en la mayo­ría de los con­flic­tos esto no ocu­rre o por lo menos no ocu­rre en gran escala.

  • Lo más nor­mal es que la lucha ope­ra cam­bian­do la situa­ción al pun­to de que el esta­do sim­ple­men­te ya no pue­de hacer lo que quie­re. Es éste el cam­bio que pro­du­ce otros meca­nis­mos deno­mi­na­dos: aco­mo­da­ción y coer­ción. Cuál de éstos ocu­rre depen­de del gra­do en que el poder rela­ti­vo y abso­lu­to ha cam­bia­do a favor del PTV y el MPV.

1. Aco­mo­da­ción: Si las cues­tio­nes en liza son tác­ti­cas, si las deman­das de la Masa Crí­ti­ca en una cam­pa­ña limi­ta­da no son con­si­de­ra­das ame­na­za­do­ras y si la lucha de fuer­zas ha alte­ra­do las rela­cio­nes de poder en cier­to gra­do, el con­flic­to inme­dia­to pue­de ser ter­mi­na­do al lle­gar a un acuer­do, refle­ja­do en un pac­to o en un com­pro­mi­so. Muchas huel­gas son solu­cio­na­das de esta mane­ra, por ejem­plo, con ambos lados obte­nien­do algu­nos de sus obje­ti­vos pero nin­guno obte­nien­do todo lo que que­ría. Un gobierno pue­de per­ci­bir que un acuer­do de esta natu­ra­le­za tie­ne algu­nos bene­fi­cios, como redu­cir la ten­sión, crear una impre­sión de “equi­dad”, o pulir la ima­gen inter­na­cio­nal. Es impor­tan­te, por lo tan­to, que se ejer­za un gran cui­da­do en la selec­ción de asun­tos para los cua­les un acuer­do por aco­mo­da­ción es acep­ta­ble. Una lucha para la rup­tu­ra no es uno de éstos.

2. Coer­ción: La lucha pue­de ser mucho más pode­ro­sa e ir más allá de los meca­nis­mos de aco­mo­da­ción. La no coope­ra­ción y el desa­fío masi­vo pue­den cam­biar a tal pun­to las situa­cio­nes socia­les y polí­ti­cas, espe­cial­men­te las rela­cio­nes del poder, que la habi­li­dad de los esta­dos para con­tro­lar los pro­ce­sos eco­nó­mi­cos, socia­les y polí­ti­cos del gobierno y la socie­dad les es arre­ba­ta­da. A pesar de que los líde­res polí­ti­cos per­ma­ne­cen en sus posi­cio­nes y se adhie­ren a sus metas ori­gi­na­les, su habi­li­dad para actuar efec­ti­va­men­te se les ha arrebatado.

En algu­nas situa­cio­nes extre­mas, las con­di­cio­nes que pro­du­cen la coer­ción son lle­va­das aún más lejos. El lide­raz­go del esta­do de hecho pier­de toda su habi­li­dad para actuar y su pro­pia estruc­tu­ra de poder se des­plo­ma. Los par­ti­da­rios del sis­te­ma lle­gan a repu­diar su lide­raz­go, negán­do­les com­ple­ta­men­te el dere­cho a gobernar.

La lucha ade­más pue­de poten­ciar varios fac­to­res positivos:

  • La expe­rien­cia en la apli­ca­ción de la lucha pue­de dar­le a la pobla­ción más con­fian­za en sí mis­ma para desa­fiar las ame­na­zas y la repre­sión vio­len­ta del régimen.
  • La lucha pro­por­cio­na los medios para la no-coope­ra­ción y desa­fío median­te los cua­les el pue­blo pue­de resis­tir con­tro­les no demo­crá­ti­cos impues­tos sobre ellos por cual­quier gru­po l.
  • La lucha pue­de ser usa­da para ase­gu­rar el ejer­ci­cio de liber­ta­des, como liber­tad de expre­sión, liber­tad de pren­sa, orga­ni­za­cio­nes inde­pen­dien­tes, y la liber­tad de reu­nión aún en un ambien­te de con­tro­les represivos.
  • La lucha con­tri­bu­ye fuer­te­men­te a la super­vi­ven­cia, rena­ci­mien­to y for­ta­le­ci­mien­to de los gru­pos e ins­ti­tu­cio­nes inde­pen­dien­tes de la socie­dad, como había­mos dis­cu­ti­do ante­rior­men­te. Estos son impor­tan­tes por su capa­ci­dad para movi­li­zar el poder de la pobla­ción e impo­ner lími­tes sobre el poder de cual­quier posi­ble futu­ro ataque.
  • La lucha pro­por­cio­na los medios para que la pobla­ción ejer­za poder con­tra accio­nes repre­si­vas de carác­ter poli­cial o mili­tar lle­va­das a cabo por el gobierno.
  • La lucha pro­por­cio­na méto­dos median­te los cua­les la pobla­ción y las ins­ti­tu­cio­nes inde­pen­dien­tes, para pro­pi­ciar la demo­cra­cia, pue­den res­trin­gir o cor­tar las fuen­tes de poder de la mino­ría gober­nan­te, y así ame­na­zar su capa­ci­dad para con­ti­nuar su dominación.

10. PLANIFICACIÓN DE UNA ESTRATEGIA REALISTA

La acción de la Masa Crí­ti­ca, sin pre­via pla­ni­fi­ca­ción, indis­cu­ti­ble­men­te va a jugar un papel impor­tan­te en pro­tes­tas con­tra el caos del sis­te­ma. Sin embar­go, es aho­ra posi­ble eva­luar cuán­do la situa­ción polí­ti­ca y el poder popu­lar están madu­ros, y selec­cio­nar cómo ini­ciar una campaña.

Se requie­re una pla­ni­fi­ca­ción muy cui­da­do­sa basa­da en una eva­lua­ción rea­lis­ta de la situa­ción y la capa­ci­dad para selec­cio­nar medios efec­ti­vos para alcan­zar la liber­tad bajo estas circunstancias.

Mien­tras más impor­tan­te es la meta, o más serias las con­se­cuen­cias del fra­ca­so, más impor­tan­te es la planificación.

La pla­ni­fi­ca­ción estra­té­gi­ca aumen­ta la pro­ba­bi­li­dad de que todos los recur­sos dis­po­ni­bles van a ser movi­li­za­dos y emplea­dos con su mayor efec­ti­vi­dad. Esto es espe­cial­men­te cier­to para un movi­mien­to socio-polí­ti­co que tie­ne limi­ta­dos recur­sos mate­ria­les y que van a estar en peli­gro. En con­tras­te, el esta­do nor­mal­men­te va a tener acce­so a vas­tos recur­sos mate­ria­les, fuer­za orga­ni­za­do­ra, y la habi­li­dad de per­pe­trar enga­ños y brutalidades.

“Pla­near una estra­te­gia” aquí sig­ni­fi­ca, pre­ver y cal­cu­lar el cur­so de acción que hará más pro­ba­ble el ir del pre­sen­te al futu­ro deseado.

Un plan para alcan­zar este obje­ti­vo usual­men­te con­sis­ti­rá en una serie de cam­pa­ñas en fases y otras acti­vi­da­des orga­ni­za­das dise­ña­das a for­ta­le­cer a la pobla­ción y socie­dad opri­mi­da y a debi­li­tar al estado.

Pero el obje­ti­vo no es sim­ple­men­te el des­truir al actual sis­te­ma sino el imple­men­tar un sis­te­ma socia­lis­ta. Una gran estra­te­gia que limi­ta su obje­ti­vo a un asun­to tác­ti­co corre el gran ries­go de re-pro­du­cir otro par­che temporal.

Obs­tácu­los a la planificación

Des­afor­tu­na­da­men­te, las per­so­nas en gru­pos de lucha fre­cuen­te­men­te no com­pren­den la nece­si­dad de la pla­ni­fi­ca­ción estra­té­gi­ca o no están acos­tum­bra­das o entre­na­das a pen­sar estra­té­gi­ca­men­te. Esta es una tarea difícil.

Cons­tan­te­men­te hos­ti­ga­dos por el esta­do, y bajo la pre­sión de res­pon­sa­bi­li­da­des inme­dia­tas, la pelea a menu­do no tie­ne la capa­ci­dad, segu­ri­dad o el tiem­po para desa­rro­llar la habi­li­dad de pen­sar en tér­mi­nos estra­té­gi­cos. En su lugar, el patrón común es sim­ple­men­te reac­cio­nar a las ini­cia­ti­vas de la repre­sión. La lucha enton­ces está siem­pre a la defen­si­va, bus­can­do man­te­ner sus liber­ta­des limi­ta­das, o bas­tio­nes de liber­tad, o en las mejo­res cir­cuns­tan­cias retra­san­do el avan­ce de los con­tro­les esta­ta­les o cau­san­do cier­tos pro­ble­mas a las nue­vas polí­ti­cas del régimen.

Lo que se nece­si­ta es la acción basa­da en un cui­da­do­so cálcu­lo del “pró­xi­mo paso” reque­ri­do para ata­car al esta­do. Sin aná­li­sis estra­té­gi­co no se va a saber cuál debe ser el desa­fío siguien­te. La crea­ti­vi­dad es muy impor­tan­te, pero tie­ne que ser uti­li­za­da para avan­zar la situa­ción estra­té­gi­ca de las fuer­zas populares.

Agu­da­men­te, cons­cien­tes de la mul­ti­tud de accio­nes que pue­den tomar­se con­tra un esta­do y sin poder deter­mi­nar dón­de empe­zar, algu­nos acon­se­jan hacer todo simul­tá­nea­men­te. Eso pue­de ayu­dar, pero, des­de lue­go, es impo­si­ble, espe­cial­men­te para movi­mien­tos rela­ti­va­men­te débi­les.

El resul­ta­do de la fal­ta de pla­ni­fi­ca­ción estra­té­gi­ca es a menu­do drás­ti­co: la fuer­za del indi­vi­duo se disi­pa, las accio­nes son inefec­ti­vas, la ener­gía se gas­ta en asun­tos meno­res, las ven­ta­jas no se apro­ve­chan, y los sacri­fi­cios son en vano. Si no se pla­ni­fi­ca estra­té­gi­ca­men­te, pro­ba­ble­men­te se va a fra­ca­sar en la obten­ción de los objetivos.

11. CUATRO TÉRMINOS IMPORTANTES PARA ENTENDER LA PLANIFICACIÓN 

Para ayu­dar­nos a pla­ni­fi­car estra­té­gi­ca­men­te, es impor­tan­te tener una idea cla­ra del sig­ni­fi­ca­do de cua­tro tér­mi­nos básicos.

1. La estra­te­gia supe­rior: es el con­cep­to que sir­ve para coor­di­nar y diri­gir el uso de todos los recur­sos apro­pia­dos y dis­po­ni­bles (eco­nó­mi­cos, huma­nos, mora­les, polí­ti­cos, de orga­ni­za­ción, etc.) de un gru­po que bus­ca alcan­zar sus obje­ti­vos en un conflicto.

La estra­te­gia supe­rior, al enfo­car su aten­ción prin­ci­pal en los obje­ti­vos y recur­sos del gru­po, deter­mi­na la téc­ni­ca de acción más apro­pia­da a ser emplea­da en el con­flic­to. Al pla­near la estra­te­gia supe­rior, la Masa Crí­ti­ca tie­ne que eva­luar y pla­near qué pre­sio­nes e influen­cias hay que ejer­cer sobre los opo­nen­tes. Ade­más, la estra­te­gia supe­rior debe incluir deci­sio­nes sobre las con­di­cio­nes apro­pia­das y el momen­to opor­tuno bajo los cua­les la cam­pa­ña ini­cial de acción y las siguien­tes cam­pa­ñas van a ser lanzadas.

La estra­te­gia supe­rior for­mu­la la estruc­tu­ra bási­ca para la selec­ción de las estra­te­gias más limi­ta­das o cam­pa­ñas para lle­var a cabo la lucha. La estra­te­gia supe­rior tam­bién deter­mi­na la asig­na­ción de las tareas gene­ra­les a gru­pos par­ti­cu­la­res y la dis­tri­bu­ción a estos gru­pos de recur­sos para la lucha.

2. Estra­te­gia limi­ta­da o cam­pa­ña: es con­ce­bir la mejor mane­ra de obte­ner obje­ti­vos espe­cí­fi­cos en un con­flic­to, ope­ran­do den­tro del mar­co de la estra­te­gia supe­rior. A la estra­te­gia limi­ta­da con­cier­ne la deci­sión de actuar o no, y cuán­do, y cómo luchar, así tam­bién como lograr la máxi­ma efec­ti­vi­dad en la lucha para obte­ner cier­tos fines. Una estra­te­gia ha sido com­pa­ra­da con el con­cep­to del artis­ta, mien­tras que un plan estra­té­gi­co ha sido com­pa­ra­do con los pla­nos de un arquitecto.

La estra­te­gia limi­ta­da o cam­pa­ña tam­bién pue­de incluir esfuer­zos para desa­rro­llar una posi­ción estra­té­gi­ca tan ven­ta­jo­sa que le haga ver al esta­do que el con­flic­to los va a lle­var a un inevi­ta­ble fra­ca­so, y que, por lo tan­to, deben ceder sin ofre­cer una lucha abier­ta. O si no, la situa­ción estra­té­gi­ca supe­rior garan­ti­za­rá la vic­to­ria de la lucha. La estra­te­gia limi­ta­da o cam­pa­ña tam­bién indi­ca cómo actuar para hacer un buen uso de los éxi­tos obtenidos.

Apli­ca­do al cur­so de la lucha, la estra­te­gia limi­ta­da es la idea bási­ca de cómo desa­rro­llar cam­pa­ñas y cómo inte­grar los dis­tin­tos com­po­nen­tes para obte­ner la mane­ra más ven­ta­jo­sa de alcan­zar los obje­ti­vos. Esto invo­lu­cra un hábil uso de los gru­pos espe­cí­fi­cos de acción en las acti­vi­da­des más pequeñas

El pla­near una estra­te­gia inte­li­gen­te tie­ne que tomar en con­si­de­ra­ción los requi­si­tos para el éxi­to ope­ra­ti­vo de la téc­ni­ca de lucha selec­cio­na­da. Téc­ni­cas dife­ren­tes van a tener requi­si­tos dife­ren­tes. Des­de lue­go, sólo lle­nar “los requi­si­tos” no es sufi­cien­te para ase­gu­rar el éxi­to, fac­to­res adi­cio­na­les pue­den ser necesarios.

Al dise­ñar estra­te­gias limi­ta­das, la Masa Crí­ti­ca tie­ne que defi­nir cla­ra­men­te sus obje­ti­vos y deter­mi­nar cómo van a medir la efec­ti­vi­dad de los esfuer­zos para lograr­los. Esta defi­ni­ción y aná­li­sis per­mi­ten al que lucha iden­ti­fi­car los requi­si­tos pre­ci­sos para obte­ner cada obje­ti­vo selec­cio­na­do. Esta nece­si­dad de cla­ri­dad y defi­ni­ción se apli­ca por igual a la pla­ni­fi­ca­ción táctica.

3. Tác­ti­cas y méto­dos de acción son usa­dos para imple­men­tar la estra­te­gia. Las tác­ti­cas se refie­ren al uso hábil de las fuer­zas ase­qui­bles para obte­ner la mayor ven­ta­ja posi­ble en una situa­ción limi­ta­da. Una tác­ti­ca es una acción limi­ta­da, emplea­da para obte­ner un obje­ti­vo restringido.

La selec­ción de tác­ti­cas es regi­da por la idea de cómo mejor uti­li­zar en una fase limi­ta­da del con­flic­to, los medios de lucha ase­qui­bles para imple­men­tar la estra­te­gia. Para ser más efec­ti­vo, las tác­ti­cas y méto­dos deben ser esco­gi­dos y apli­ca­dos tenien­do en cuen­ta, cons­tan­te­men­te, el logro de los obje­ti­vos estra­té­gi­cos. Las ganan­cias tác­ti­cas que no refuer­cen la obten­ción de los obje­ti­vos estra­té­gi­cos pue­den deri­var en una pér­di­da de energía.

Una tác­ti­ca se con­cen­tra en un cur­so de acción limi­ta­do que enca­ja den­tro de la amplia estra­te­gia, así como una estra­te­gia enca­ja den­tro de la estra­te­gia superior.

Las tác­ti­cas siem­pre se con­cier­nen con la lucha, mien­tras que la estra­te­gia inclu­ye con­si­de­ra­cio­nes más amplias. Una tác­ti­ca espe­cí­fi­ca pude ser enten­di­da como par­te de la estra­te­gia glo­bal de una bata­lla o una cam­pa­ña. Las tác­ti­cas son apli­ca­das por perío­dos de tiem­po más cor­tos que las estra­te­gias, o en áreas más peque­ñas (geo­grá­fi­cas, ins­ti­tu­cio­na­les, etc.), o por un núme­ro más limi­ta­do de per­so­nas, o para obje­ti­vos más limi­ta­dos. En una acción la dis­tin­ción entre un obje­ti­vo tác­ti­co y un obje­ti­vo estra­té­gi­co pue­de ser en par­te deter­mi­na­do por la mayor o menor impor­tan­cia del obje­ti­vo de la acción.

4. Accio­nes tác­ti­cas son los ins­tru­men­tos uti­li­za­dos por los estra­te­gas para crear las con­di­cio­nes favo­ra­bles para lan­zar los ata­ques deci­si­vos con­tra el opo­nen­te. Es muy impor­tan­te, por lo tan­to, que aqué­llos res­pon­sa­bles de la eje­cu­ción de ope­ra­cio­nes tác­ti­cas ten­gan la habi­li­dad para eva­luar la situa­ción y selec­cio­nar los méto­dos más apro­pia­dos. Aqué­llos que van a par­ti­ci­par tie­nen que ser entre­na­dos en el uso de la téc­ni­ca y méto­dos espe­cí­fi­cos seleccionados.

Méto­do se refie­re a las armas espe­cí­fi­cas o a los medios de acción. Den­tro de la téc­ni­ca de la lucha, estos inclu­yen doce­nas de for­mas espe­cí­fi­cas de acción (como los muchos tipos de huel­gas, boi­cots, no-coope­ra­ción polí­ti­ca y otros).

Pla­ni­fi­can­do la estra­te­gia superior

Para for­mu­lar este plan de acción es nece­sa­rio hacer una eva­lua­ción cui­da­do­sa de la situa­ción y de las opcio­nes para una acción efec­ti­va. Basa­do en este cui­da­do­so aná­li­sis, se debe for­mu­lar una estra­te­gia supe­rior y las estra­te­gias limi­ta­das o cam­pa­ñas espe­cí­fi­cas para lograr la libertad.

Aun­que rela­cio­na­dos, el desa­rro­llo de una estra­te­gia supe­rior y las cam­pa­ñas son dos pro­ce­sos sepa­ra­dos. Sólo des­pués de que una estra­te­gia supe­rior se ha for­mu­la­do, se pue­den dise­ñar las cam­pa­ñas limi­ta­das y espe­cí­fi­cas. Las estra­te­gias limi­ta­das por tan­to espe­cí­fi­cas, tie­nen que ser dise­ña­das para lograr y refor­zar los obje­ti­vos de la gran estrategia.

Toda pla­ni­fi­ca­ción estra­té­gi­ca del tipo que sea, sin embra­go, requie­re que los pla­ni­fi­ca­do­res ten­gan un pro­fun­do enten­di­mien­to del con­flic­to glo­bal, inclu­yen­do aten­ción a fac­to­res físi­cos, his­tó­ri­cos, guber­na­men­ta­les, repre­si­vos, cul­tu­ra­les, socia­les, polí­ti­cos, psi­co­ló­gi­cos, eco­nó­mi­cos e inter­na­cio­na­les. Las estra­te­gias sólo pue­den ser for­mu­la­das en el con­tex­to de una lucha espe­cí­fi­ca y sus antecedentes.

Pla­ni­fi­can­do para el socialismo

Debe recor­dar­se que el obje­ti­vo de la estra­te­gia supe­rior, en el caso de los comu­nis­tas, con­tra una dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta no es sim­ple­men­te derro­car al sis­te­ma, sino ins­ta­lar un sis­te­ma socia­lis­ta y hacer impo­si­ble el sur­gi­mien­to de una contrarevolución.

Para lograr estos obje­ti­vos, los méto­dos de lucha selec­cio­na­dos tie­nen que con­tri­buir a un cam­bio en la dis­tri­bu­ción efec­ti­va del poder en la sociedad.

La des­obe­dien­cia y la insu­mi­sión con­tri­bu­yen a una dis­tri­bu­ción más equi­ta­ti­va del poder efec­ti­vo a tra­vés de la movi­li­za­ción de la socie­dad con­tra el sis­te­ma. Este pro­ce­so ocu­rre de muchas mane­ras. El desa­rro­llo de la capa­ci­dad para la lucha sig­ni­fi­ca que la capa­ci­dad del esta­do para la repre­sión vio­len­ta ya no pro­du­ce tan fácil­men­te la inti­mi­da­ción y sumi­sión del pueblo.

El pue­blo ten­drá a su dis­po­si­ción medios pode­ro­sos para con­tra­rres­tar y a veces blo­quear el ejer­ci­cio del poder. Es más, la movi­li­za­ción del poder popu­lar a tra­vés del desa­fío insu­mi­so for­ta­le­ce­rá las orga­ni­za­cio­nes socia­les y al PTV. La expe­rien­cia de haber ejer­ci­do poder real una vez, no se olvi­da rápidamente.

El cono­ci­mien­to y habi­li­dad gana­dos en la lucha harán a la pobla­ción menos sus­cep­ti­ble a ser fácil­men­te domi­na­da. Este cam­bio en las rela­cio­nes del poder va al final a faci­li­tar el esta­ble­ci­mien­to de una dura­de­ra socie­dad que pon­ga las bases para la decons­truc­ción de inclu­so un esta­do pro­pio hacia el comunismo.

Enfo­que hacia el exterior

Como un modes­to suple­men­to, se deben y pue­den hacer esfuer­zos para movi­li­zar la opi­nión públi­ca mun­dial, en bases huma­ni­ta­rias y de derechos.

Estas pue­den tomar la for­ma de reduc­ción en el nivel de reco­no­ci­mien­to diplo­má­ti­co o la rup­tu­ra de rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con el esta­do opresor.

12. FORMULANDO LA ESTRATEGIA SUPERIOR SIN ESCONDERSE 

La pla­ni­fi­ca­ción de la estra­te­gia supe­rior para una lucha insu­mi­sa reque­ri­rá un pro­fun­do enten­di­mien­to no sólo de la situa­ción espe­cí­fi­ca de su con­flic­to, pero tam­bién de los méto­dos de lucha seleccionados.

Cuan­do la estra­te­gia supe­rior de lucha ha sido cui­da­do­sa­men­te pla­nea­da hay razo­nes pode­ro­sas para divul­gar­la amplia­men­te. El gran núme­ro de per­so­nas cuya par­ti­ci­pa­ción es nece­sa­ria esta­rían más dis­pues­tas y capa­ces de actuar si enten­die­ran el con­cep­to gene­ral y tam­bién las ins­truc­cio­nes espe­cí­fi­cas. Este cono­ci­mien­to pue­de poten­cial­men­te tener un efec­to muy posi­ti­vo sobre su moral y su deseo de par­ti­ci­par y actuar apropiadamente.

De todas for­mas, el esta­do lle­ga­rá a cono­cer el bos­que­jo glo­bal de la gran estra­te­gia. Este cono­ci­mien­to pue­de poten­cial­men­te lle­var­lo a redu­cir la bru­ta­li­dad de la repre­sión, sabien­do que ésta podría tener reper­cu­sio­nes polí­ti­cas en su contra.

El cono­ci­mien­to de las carac­te­rís­ti­cas de la estra­te­gia supe­rior tam­bién podría poten­cial­men­te con­tri­buir a la disen­sión y defec­cio­nes socia­les que apo­yan el poder del estado.

Comu­ni­ca­ción abier­ta, comu­ni­ca­ción secre­ta y el con­trol del miedo

El actuar en secre­to y la cons­pi­ra­ción clan­des­ti­na pre­sen­tan pro­ble­mas muy difí­ci­les para un movi­mien­to que usa la acción abierta.

Es impo­si­ble que la poli­cía y los agen­tes de inte­li­gen­cia no se ente­ren de las inten­cio­nes y pla­nes del movi­mien­to. Des­de la pers­pec­ti­va de la lucha, el actuar en secre­to no sola­men­te está enrai­za­do en el mie­do, sino con­tri­bu­ye al mie­do, y así des­alien­ta el espí­ri­tu de lucha y redu­ce el núme­ro de per­so­nas que pue­den par­ti­ci­par en una acción dada. Tam­bién pue­de con­tri­buir a sos­pe­chas y acu­sa­cio­nes, muchas veces injus­ti­fi­ca­das den­tro del movi­mien­to, en lo que se refie­re a quien es un infor­man­te o agen­te del estado.

Por con­tras­te, el actuar abier­ta­men­te en rela­ción a las inten­cio­nes y pla­nes no sola­men­te va a tener el efec­to opues­to, sino con­tri­bui­rá a una ima­gen de que la lucha es de hecho, extre­ma­da­men­te poderosa.

El pro­ble­ma, natu­ral­men­te, es más com­ple­jo y pue­de haber aspec­tos sig­ni­fi­ca­ti­vos de acti­vi­da­des de la lucha que requie­ren ser man­te­ni­das encu­bier­tas. Es nece­sa­ria una eva­lua­ción bien infor­ma­da de situa­cio­nes espe­cí­fi­cas, lle­va­das a cabo por cono­ce­do­res de la diná­mi­ca de la lucha y tam­bién de los medios de inte­li­gen­cia del esta­do opresor.

El edi­tar, impri­mir, y dis­tri­buir publi­ca­cio­nes clan­des­ti­nas, el uso ile­gal de trans­mi­sio­nes radia­das den­tro del país, y el reco­pi­lar inte­li­gen­cia sobre las ope­ra­cio­nes del esta­do están entre el núme­ro limi­ta­do de tipos espe­cia­les de acti­vi­da­des que tie­nen que eje­cu­tar­se bajo un alto gra­do de sigilo.

Hay que man­te­ner un alto nivel de prin­ci­pios en la eje­cu­ción de la acción duran­te toda la tra­yec­to­ria del con­flic­to. Fac­to­res como con­tro­lar el mie­do y man­te­ner la dis­ci­pli­na son siem­pre necesarios.

Pla­ni­fi­can­do estra­te­gias limi­ta­das o de campaña

Por inte­li­gen­te o pro­me­te­do­ra que sea la estra­te­gia supe­rior para poner fin a la domi­na­ción del esta­do, una gran estra­te­gia no se imple­men­ta por sí mis­ma. Estra­te­gias espe­cí­fi­cas limi­ta­das o de cam­pa­ña ten­drán que ser desa­rro­lla­das para guiar las cam­pa­ñas mayo­res para soca­var el poder.

Estas estra­te­gias, a su vez, incor­po­ra­rán y guia­rán a un núme­ro de encuen­tros tác­ti­cos des­ti­na­dos a pegar gol­pes deci­si­vos con­tra el sis­te­ma. Las tác­ti­cas y los méto­dos de acción espe­cí­fi­cos tie­nen que ser esco­gi­dos cui­da­do­sa­men­te para que con­tri­bu­yan a lograr las metas de cada estra­te­gia en par­ti­cu­lar. La dis­cu­sión aquí se con­cen­tra exclu­si­va­men­te en el nivel de la estrategia.

Las estra­te­gias que se pla­nean para las cam­pa­ñas mayo­res van, como aqué­llas que pla­ni­fi­ca­ron la supe­rior, a reque­rir un com­ple­to enten­di­mien­to de la natu­ra­le­za y mane­ras ope­ra­ti­vas de la téc­ni­ca de lucha que han escogido.

Al pla­near las estra­te­gias para las cam­pa­ñas y para el desa­rro­llo a lar­go pla­zo de la lucha de libe­ra­ción, el desa­fío insu­mi­so y des­obe­dien­te tie­ne la nece­si­dad de con­si­de­rar varios asun­tos y pro­ble­mas, inclu­yen­do los siguientes:

  • Deter­mi­nar los obje­ti­vos espe­cí­fi­cos de la cam­pa­ña y sus con­tri­bu­cio­nes para imple­men­tar la estra­te­gia superior.
  • Con­si­de­rar los méto­dos espe­cí­fi­cos o armas socio-polí­ti­cas que pue­den ser los mejo­res para imple­men­tar las estra­te­gias selec­cio­na­das. Den­tro del plan glo­bal para una cam­pa­ña espe­cí­fi­ca será nece­sa­rio deter­mi­nar qué pla­nes tác­ti­cos más peque­ños y qué méto­dos espe­cí­fi­cos de acción deben ser usa­dos para ejer­cer pre­sio­nes y res­tric­cio­nes con­tra las fuen­tes del poder bur­gués. Debe ser recor­da­do que el logro de obje­ti­vos mayo­res ven­drá como resul­ta­do de la cui­da­do­sa selec­ción e imple­men­ta­ción de pasos espe­cí­fi­cos más pequeños.
  • Deter­mi­nar si se debe, o cómo se debe, rela­cio­nar asun­tos eco­nó­mi­cos al plan glo­bal, que es, esen­cial­men­te, una lucha polí­ti­ca. Si los asun­tos eco­nó­mi­cos van a jugar un papel pro­mi­nen­te en la lucha, hay que estar segu­ro que los pro­ble­mas eco­nó­mi­cos podrán ser reme­dia­dos des­pués. De otra for­ma, la des­ilu­sión y disen­sión pue­den ocu­rrir si una solu­ción rápi­da no sur­ge duran­te el perío­do de tran­si­ción a otra socie­dad. Esta des­ilu­sión pue­de faci­li­tar el sur­gi­mien­to de fuer­zas con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rias que pro­me­tan un fin a los pro­ble­mas económicos.
  • Deter­mi­nar con anti­ci­pa­ción qué tipo de estruc­tu­ra para el lide­raz­go y qué sis­te­ma de comu­ni­ca­cio­nes será mejor para ini­ciar la lucha.
  • Deter­mi­nar qué medios para tomar deci­sio­nes y de comu­ni­ca­ción van a ser posi­bles duran­te el cur­so de la lucha para ofre­cer direc­ción con­ti­nua a la pelea y a la pobla­ción en general.
  • Comu­ni­car noti­cias sobre la lucha a la pobla­ción en gene­ral y a la pren­sa inter­na­cio­nal. Las noti­cias y afir­ma­cio­nes siem­pre tie­nen que ser estric­ta­men­te cier­tas. Las exa­ge­ra­cio­nes y afir­ma­cio­nes infun­da­das pue­den soca­var la credibilidad.
  • Pla­nes para acti­vi­da­des socia­les, edu­ca­cio­na­les, eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas auto­su­fi­cien­tes para el con­flic­to. Estos pro­yec­tos pue­den ser con­du­ci­dos por per­so­nas que no están direc­ta­men­te envuel­tas en las acti­vi­da­des de lucha.
  • Deter­mi­nar qué tipo de asis­ten­cia exter­na es desea­ble para apo­yar la cam­pa­ña espe­cí­fi­ca o la lucha de libe­ra­ción glo­bal. ¿Cómo pue­de la ayu­da exter­na ser movi­li­za­da y usa­da sin hacer que la lucha inter­na depen­da de fac­to­res exter­nos incier­tos? Hay que con­si­de­rar cuá­les son los gru­pos exter­nos que tie­nen más pro­ba­bi­li­dad de ayudar.

Tam­bién, la pla­ni­fi­ca­ción tie­ne que tomar medi­das para pre­ser­var las nece­si­da­des socia­les de sus miem­bros duran­te la resis­ten­cia masi­va con­tra la repre­sión. Esto no sólo crea­rá estruc­tu­ras inde­pen­dien­tes alter­nas y satis­fa­rá nece­si­da­des genui­nas, sino que tam­bién redu­ci­rá la cre­di­bi­li­dad de cual­quier afir­ma­ción que una bru­tal repre­sión es nece­sa­ria para con­tro­lar el des­or­den y una situa­ción don­de no impe­ra la ley.

Con la ven­ta­ja de que la pla­ni­fi­ca­ción estra­té­gi­ca se ha efec­tua­do por ade­lan­ta­do, la linea gene­ral pue­de ser pre­pa­ra­da y divul­ga­da. Esta inclu­ye los asun­tos y cir­cuns­tan­cias bajo los cua­les la pobla­ción debe pro­tes­tar y reti­rar su coope­ra­ción al esta­do, y cómo esto podría hacer­se. Enton­ces, aún si la comu­ni­ca­ción es cor­ta­da, y las luchas espe­cí­fi­cas no han sido divul­ga­das o emi­ti­das o reci­bi­das, el pue­blo sabrá cómo actuar en rela­ción a asun­tos importantes.

Esta direc­ción tam­bién daría una medi­da para iden­ti­fi­car fal­sas “ins­truc­cio­nes de la Masa Crí­ti­ca” emi­ti­das por la poli­cía con el fin de ins­ti­gar accio­nes que des­acre­di­ten el movimiento.

13. REPRESIÓN Y CONTRA-MEDIDAS

La pla­ni­fi­ca­ción de la estra­te­gia limi­ta­da o cam­pa­ña tie­ne que eva­luar las pro­ba­bles res­pues­tas y repre­sión, espe­cial­men­te el gra­do de repre­sión, del esta­do. Será nece­sa­rio deter­mi­nar cómo apo­yar, con­tra-actuar o evi­tar este posi­ble aumen­to en la repre­sión sin someterse.

Tác­ti­ca­men­te, para oca­sio­nes espe­cí­fi­cas, es apro­pia­do adver­tir al pue­blo y a la Masa Crí­ti­ca sobre un posi­ble aumen­to en la repre­sión para que conoz­can los ries­gos de la par­ti­ci­pa­ción. Si la repre­sión pue­de ser seria, se deben hacer pre­pa­ra­ti­vos para dar asis­ten­cia médi­ca y jurídica.

La pla­ni­fi­ca­ción tie­ne que con­si­de­rar qué medi­das pue­den ser toma­das para man­te­ner la dis­ci­pli­na y man­te­ner la lucha a pesar de la represión.

La Masa Crí­ti­ca debe estar siem­pre aler­ta ante la pre­sen­cia de agen­tes pro­vo­ca­do­res cuya misión será el inci­tar a los mani­fes­tan­tes a actua­cio­nes no acor­da­das de antemano.

Una vez que un sóli­do plan estra­té­gi­co se ha esta­ble­ci­do, las fuer­zas no deben ser dis­traí­das hacia cues­tio­nes meno­res que los pue­den ten­tar a des­viar­nos de la estra­te­gia supe­rior y de la estra­te­gia para una cam­pa­ña específica.

Tam­po­co deben domi­nar­nos las emo­cio­nes del momen­to, pues en res­pues­ta a nue­vas accio­nes repre­si­vas des­via­mos la aten­ción de lo que real­men­te impor­ta. La repre­sión pue­de haber sido per­pe­tra­da pre­ci­sa­men­te para pro­vo­car a la Masa Crí­ti­ca a aban­do­nar sus pla­nes y has­ta a come­ter actos no cal­cu­la­dos que sólo ayu­da­rán al esta­do a derro­tar­nos con mayor facilidad. 

Siem­pre y cuan­do el aná­li­sis bási­co se con­si­de­re bueno, la fun­ción de las fuer­zas de la Masa Crí­ti­ca es seguir ade­lan­te, fase por fase. Des­de lue­go, cam­bios en tác­ti­cas y de obje­ti­vos inter­me­dia­rios van a ocu­rrir y los siem­pre debe­re­mos estar pre­pa­ra­dos para explo­tar las opor­tu­ni­da­des que se presenten.

Estos ajus­tes no deben con­fun­dir­se con los obje­ti­vos de la estra­te­gia supe­rior o los obje­ti­vos de la cam­pa­ña espe­cí­fi­ca. Una cui­da­do­sa imple­men­ta­ción de la estra­te­gia supe­rior esco­gi­da y de las estra­te­gias para cam­pa­ñas espe­cí­fi­cas va a con­tri­buir al éxito.

Apli­can­do el desa­fío insu­mi­so y desobediente

En situa­cio­nes en las cua­les el pue­blo se sien­te sin poder y asus­ta­do, es impor­tan­te que las medi­das ini­cia­les a ser eje­cu­ta­das sean de bajo ries­go y que fomen­ten con­fian­za. Estos tipos de accio­nes, tales como usar la ropa de una mane­ra poco usual, pue­den seña­lar públi­ca­men­te a un gru­po que tie­ne opi­nio­nes opues­tas y dar una opor­tu­ni­dad al públi­co a par­ti­ci­par sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en actos de lucha.

En otros casos un asun­to no polí­ti­co exclu­si­va­men­te, de “rela­ti­va poca impor­tan­cia” (en la super­fi­cie), como es evi­tar un desahu­cio pue­de hacer­se el foco para el gru­po de acción. La Masa Crí­ti­ca debe selec­cio­nar un asun­to cuyos méri­tos sean amplia­men­te reco­no­ci­dos y difí­ci­les de recha­zar. El éxi­to de estas cam­pa­ñas limi­ta­das no sola­men­te inten­ta­rá solu­cio­na­rá pro­ble­mas espe­cí­fi­cos, sino que tam­bién con­ven­ce­rá a la pobla­ción de que en ver­dad tie­ne poten­cial para ata­car al poder del estado.

Las estra­te­gias de cam­pa­ña o limi­ta­das deben diri­gir­se a ganar obje­ti­vos limitados.

Tam­po­co deben todas las cam­pa­ñas reque­rir la par­ti­ci­pa­ción de todos los sec­to­res de la población.

Al con­tem­plar una serie de cam­pa­ñas espe­cí­fi­cas para imple­men­tar la estra­te­gia supe­rior, se tie­ne que con­si­de­rar cómo las cam­pa­ñas al prin­ci­pio, en el medio y duran­te la pro­xi­mi­dad a la con­clu­sión de la lucha a lar­go pla­zo serán distintas.

14. INICIOS DE LA INSUMISIÓN Y LA DESOBEDIENCIA

En las fases ini­cia­les de la lucha, pue­den ser muy úti­les estra­te­gias limi­ta­das o cam­pa­ñas sepa­ra­das con dife­ren­tes obje­ti­vos espe­cí­fi­cos. Estas cam­pa­ñas selec­ti­vas pue­den ser en suce­sión. Oca­sio­nal­men­te, dos o tres pue­den ocu­rrir simultáneamente.

Al pla­near una estra­te­gia limi­ta­da para es nece­sa­rio iden­ti­fi­car y limi­tar los asun­tos espe­cí­fi­cos o que­jas que en gene­ral sim­bo­li­zan la opre­sión del esta­do. Tales asun­tos pue­den ser los blan­cos apro­pia­dos para con­du­cir cam­pa­ñas para lograr los obje­ti­vos estra­té­gi­cos inter­me­dios den­tro de la estra­te­gia superior.

Estos obje­ti­vos estra­té­gi­cos inter­me­dios tie­nen que ser ase­qui­bles median­te la capa­ci­dad, actual o pro­yec­ta­da, de poder de la Masa Crí­ti­ca. Esto ayu­da a ase­gu­rar una serie de vic­to­rias, que favo­re­cen la moral, y tam­bién con­tri­bu­yen a ven­ta­jo­sos cam­bios incre­men­ta­les en las rela­cio­nes del poder para la lucha a lar­go plazo.

Las estra­te­gias limi­ta­das y selec­ti­vas deben con­cen­trar­se prin­ci­pal­men­te en asun­tos espe­cí­fi­cos, socia­les, eco­nó­mi­cos o polí­ti­cos. Estos pue­den ser selec­cio­na­dos para man­te­ner algu­na par­te del sis­te­ma social y polí­ti­co fue­ra del con­trol del esta­do, para recu­pe­rar el con­trol de algu­na par­te con­tro­la­da por el esta­do, o negar­le al esta­do un obje­ti­vo específico.

Si es posi­ble, la cam­pa­ña selec­ti­va debe tam­bién se debe ata­car a uno o más pun­tos débi­les del esta­do, como ya hemos dis­cu­ti­do. Así, se pue­de tener el mayor impac­to posi­ble con la capa­ci­dad de poder disponible.

Si es posi­ble, es inte­li­gen­te for­mu­lar por lo menos el bos­que­jo gene­ral de estra­te­gias para una segun­da y posi­ble­men­te una ter­ce­ra cam­pa­ña. Todas estas estra­te­gias tie­nen que imple­men­tar la estra­te­gia supe­rior y ope­rar den­tro de sus nor­mas generales.

Reto sim­bó­li­co

Al prin­ci­pio de una nue­va cam­pa­ña para ata­car la opre­sión, el cam­po de las pri­me­ras accio­nes espe­cí­fi­ca­men­te polí­ti­cas pue­de ser limi­ta­do. Estas cam­pa­ñas deben ser dise­ña­das en par­te para pro­bar e influen­ciar el sen­tir del país y para pre­pa­rar­lo a con­ti­nuar la lucha a tra­vés de la insu­mi­sión y la desobediencia.

La acción ini­cial pro­ba­ble­men­te toma­rá la for­ma de pro­tes­ta sim­bó­li­ca o pue­de ser un acto sim­bó­li­co de no-coope­ra­ción limi­ta­da o tem­po­ral. Si el núme­ro de per­so­nas que quie­ren actuar es peque­ño, enton­ces un acto ini­cial pue­de ser, por ejem­plo, colo­car flo­res en un lugar de impor­tan­cia sim­bó­li­ca. Por el con­tra­rio, si el núme­ro dis­pues­to a actuar es muy gran­de, enton­ces un paro de cin­co minu­tos a las acti­vi­da­des o varios minu­tos de silen­cio pue­den ser uti­li­za­dos. En otras situa­cio­nes, unos pocos indi­vi­duos pue­den comen­zar una huel­ga de ham­bre, una vigi­lia en un lugar de impor­tan­cia sim­bó­li­ca, un bre­ve boi­cot a cla­ses por par­te de estu­dian­tes o sen­tar­se tem­po­ral­men­te en una ofi­ci­na impor­tan­te. Bajo una demo­cra­cia auto­ri­ta­ria, esta últi­ma acción má agre­si­va pro­ba­ble­men­te encon­tra­rá una dura represión.

Una estra­te­gia limi­ta­da y selec­ti­va es espe­cial­men­te impor­tan­te para defen­der la exis­ten­cia y auto­no­mía de gru­pos socia­les, eco­nó­mi­cos y polí­ti­cos, fue­ra del con­trol del estado.

A medi­da que las accio­nes ganan fuer­za, las estra­te­gias y desa­fíos deber ser más ambi­cio­sos para cor­tar las fuen­tes de poder del esta­do, con el obje­ti­vo de pro­du­cir una cre­cien­te agi­ta­ción o pará­li­sis política.

Será nece­sa­rio pla­near cui­da­do­sa­men­te cómo las accio­nes pue­den debi­li­tar el apo­yo que indi­vi­duos y gru­pos que han cola­bo­ra­do con el esta­do en el pasado.

Los que apo­yan al esta­do deben ser indu­ci­dos a por lo menos con­ver­tir­se en “neu­tra­les” en sus acti­vi­da­des (o que se sien­ten en la cer­ca) o pre­fe­ri­ble­men­te a con­ver­tir­se en par­ti­da­rios acti­vos de la lucha.

Duran­te la pla­ni­fi­ca­ción e imple­men­ta­ción de la insu­mi­sión y la no-coope­ra­ción, es muy impor­tan­te con­cen­trar la aten­ción en los prin­ci­pa­les par­ti­dos del poder inclu­yen­do el que gobier­na, la poli­cía y los jue­ces. La poli­cía y los jue­ces son una de las fuen­tes más impor­tan­tes de poder del esta­do por­que son las herra­mien­tas más evi­den­tes del poder burgués.

Mien­tras más gran­de sea la auto­ri­dad del régi­men, más gran­de y más con­fia­ble será la obe­dien­cia y coope­ra­ción que éste reci­be. La des­apro­ba­ción moral y éti­ca tie­ne que ser expre­sa­da median­te la acción para poder ame­na­zar seria­men­te la exis­ten­cia del esta­do. El reti­ro de la coope­ra­ción y la obe­dien­cia son nece­sa­rios para cor­tar la dis­po­ni­bi­li­dad de otras fuen­tes de poder del régimen.

Si la no-coope­ra­ción es prac­ti­ca­da por gran­des sec­to­res de la pobla­ción, el régi­men se va a encon­trar en serias dificultades.

Si las influen­cias psi­co­ló­gi­cas e ideo­ló­gi­cas que nor­mal­men­te indu­cen a las per­so­nas a obe­de­cer y a ayu­dar a los gober­nan­tes son debi­li­ta­das o inver­ti­das, la pobla­ción va a estar más incli­na­da a des­obe­de­cer y a no-cooperar.

15. EL PODER DEL ESTADO

Como dis­cu­ti­mos ante­rior­men­te, la habi­li­dad del esta­do para ame­na­zar o apli­car san­cio­nes cas­ti­gos con­tra los sec­to­res des­obe­dien­tes o no-coope­ra­ti­vos de la pobla­ción, es una fuen­te cla­ve de su poder. Esta fuen­te de poder se pue­de debi­li­tar de dos maneras:

  1. Pri­me­ro, si el pue­blo está pre­pa­ra­do a asu­mir ries­gos con serias con­se­cuen­cias la efec­ti­vi­dad de las san­cio­nes repre­si­vas va a ser drás­ti­ca­men­te reducida
  2. Segun­do, si el esta­do es cues­tio­na­do ten­drá más difi­cul­ta­des para apo­yar­se en la poli­cía, en las fuer­zas mili­ta­res y en los jue­ces para lle­var a cabo la repre­sión, el esta­do está enton­ces gra­ve­men­te amenazado.

En resu­men, el éxi­to con­tra un esta­do opre­sor per­tre­cha­do requie­re que la no-coope­ra­ción y el desa­fío reduz­can y eli­mi­nen las fuen­tes de poder del régimen.

Sin un cons­tan­te reabas­te­ci­mien­to de las fuen­tes de poder nece­sa­rias, el esta­do se debi­li­ta­rá y final­men­te ven­drá la rup­tu­ra. Por lo tan­to, una pla­ni­fi­ca­ción com­pe­ten­te de desa­fío polí­ti­co con­tra los esta­dos opre­so­res tie­ne que ata­car las prin­ci­pa­les fuen­tes de poder del estado.

Aumen­tan­do la libertad

A medi­da que las orga­ni­za­cio­nes socia­les y polí­ti­cas se vuel­ven más fuer­tes en com­pa­ra­ción con el esta­do, enton­ces, la pobla­ción cons­trui­rá pro­gre­si­va­men­te una socie­dad inde­pen­dien­te fue­ra del con­trol burgués.

Si cuan­do el esta­do inter­vie­ne para dete­ner esta “liber­tad en alza”, la lucha se pue­de apli­car para defen­der este espa­cio gana­do recien­te­men­te y el esta­do se encon­tra­rá con otro “fren­te” más en la lucha.

A su tiem­po, esta com­bi­na­ción de resis­ten­cia y crea­ción de espa­cios de liber­tad y con­tra­po­der pue­de lle­var a una liber­tad de hecho, pro­vo­can­do el colap­so del esta­do por­que las rela­cio­nes de poder den­tro de la socie­dad han sido fun­da­men­tal­men­te alteradas.

Aún cuan­do el esta­do domi­na las posi­cio­nes de gobierno, es a veces posi­ble orga­ni­zar un “gobierno para­le­lo” demo­crá­ti­co. Este orga­nis­mo pro­gre­si­va­men­te ope­ra como un gobierno rival al cual el pue­blo le da su leal­tad, cum­pli­mien­to y cooperación.

Con­se­cuen­te­men­te, el esta­do opre­sor, va a ser pri­va­do de estas carac­te­rís­ti­cas de gobierno. Even­tual­men­te, el gobierno demo­crá­ti­co para­le­lo pue­de reem­pla­zar com­ple­ta­men­te al régi­men como par­te de la tran­si­ción a otro sistema.

16. LOS PELIGROS DE LA NEGOCIACIÓN

La nego­cia­ción es un ins­tru­men­to muy útil para resol­ver cier­tos tipos de con­flic­tos y no debe ser igno­ra­da o recha­za­da cuan­do es apropiada.

En algu­nas situa­cio­nes, cuan­do no hay asun­tos fun­da­men­ta­les en jue­go, y, por lo tan­to, es acep­ta­ble hacer con­ce­sio­nes mutuas, las nego­cia­cio­nes pue­den ser una mane­ra impor­tan­te de resol­ver un conflicto.

Sin embar­go es muy dis­tin­to cuan­do el con­flic­to refle­ja la vio­la­ción de dere­chos, don­de la con­ti­nua­da exis­ten­cia de una cruel impo­si­ción o el esta­ble­ci­mien­to de la liber­tad polí­ti­ca están en juego.

Cuan­do los asun­tos en liza son fun­da­men­ta­les, liber­tad huma­na, el com­ple­to futu­ro desa­rro­llo de la socie­dad o de una nación, las nego­cia­cio­nes no pro­veen una mane­ra de alcan­zar una solu­ción mutua­men­te satis­fac­to­ria. En algu­nos pun­tos bási­cos no debe haber con­ce­sio­nes. Sólo un cam­bio en el poder a favor de los tra­ba­ja­do­res pue­de sal­va­guar­dar ade­cua­da­men­te los pun­tos bási­cos en jue­go. Ese cam­bio ocu­rri­rá a tra­vés de la lucha, no por medio de negociaciones.

Los indi­vi­duos, sec­to­res socia­les y gru­pos que favo­re­cen nego­cia­cio­nes fre­cuen­te­men­te tie­nen bue­nos moti­vos. Espe­cial­men­te cuan­do una lucha mili­tar ha con­ti­nua­do por años con­tra un esta­do sin alcan­zar la vic­to­ria final, es com­pren­si­ble que todo el pue­blo, sin dis­tin­ción polí­ti­ca, quie­ra la paz. Las nego­cia­cio­nes pro­ba­ble­men­te van a ser par­ti­cu­lar­men­te con­si­de­ra­das por los lucha­do­res cuan­do los esta­dos tie­nen una cla­ra supe­rio­ri­dad en la pre­sión que ya no se pue­de sopor­tar más. Enton­ces habrá una fuer­te ten­ta­ción a explo­rar cual­quier otra ruta que pue­da res­ca­tar algu­nos obje­ti­vos de los demo­crá­ti­cos para que se ter­mi­ne el ciclo repre­si­vo del momento.

Cuan­do el esta­do es fuer­te pero exis­te una con­fron­ta­ción irri­tan­te, los gobier­nos pue­den que­rer nego­ciar con la opo­si­ción para que se rin­da bajo el enga­ño de “hacer la paz”. El lla­ma­do a nego­ciar pue­de sonar atrac­ti­vo, pero exis­ten gra­ves peligros.

En otra situa­ción, cuan­do la opo­si­ción es excep­cio­nal­men­te fuer­te y el esta­do está ame­na­za­do, los gobier­nos pue­den bus­car nego­ciar para res­ca­tar su con­trol. En nin­gún caso los tra­ba­ja­do­res y las orga­ni­za­cio­nes socia­les deben “ayu­dar” a los esta­dos a lograr sus metas.

La nego­cia­ción, cuan­do son cues­tio­nes bási­cas de liber­ta­des polí­ti­cas que están en jue­go, pue­de reque­rir un esfuer­zo de los esta­dos para indu­cir a la Masa Crí­ti­ca a ren­dir­se pací­fi­ca­men­te mien­tras que la vio­len­cia por par­te del esta­do continúa.

Nego­cia­ción” no quie­re decir que dos fac­cio­nes se sien­ten jun­tas en una base de igual­dad a dis­cu­tir y resol­ver las dife­ren­cias que pro­du­je­ron el con­flic­to entre ellos.

Deben recor­dar­se que:

  • En nego­cia­cio­nes, la rela­ti­va jus­ti­cia de los pun­tos y obje­ti­vos del con­flic­to no es lo que deter­mi­na el con­te­ni­do del acuer­do negociado.
  • Segun­do, el con­te­ni­do del acuer­do nego­cia­do es en gran par­te deter­mi­na­do por la capa­ci­dad de poder de cada gru­po en la con­tien­da.

En nego­cia­cio­nes no se lle­ga a un acuer­do a tra­vés de la eva­lua­ción de los bue­nos o malos pun­tos de los asun­tos en cues­tión. Mien­tras que éstos pue­den ser dis­cu­ti­dos, los resul­ta­dos reales de las nego­cia­cio­nes vie­nen de la eva­lua­ción del poder abso­lu­to y rela­ti­vo de las fac­cio­nes en conflicto. 

En otras pala­bras, si hay un acuer­do, es pro­ba­ble que resul­te por el poder rela­ti­vo de los gru­pos y del cálcu­lo de los resul­ta­dos de una posi­ble lucha abierta.

Si la Masa Crí­ti­ca está de acuer­do en parar la lucha para alcan­zar un ali­vio en la repre­sión, pue­den salir muy decep­cio­na­dos. Un parón en la lucha rara vez trae una reduc­ción en la represión. 

Una vez que el freno de la fuer­za de la lucha inter­na y exter­na ha sido eli­mi­na­do, los esta­dos pue­den recru­de­cer aún más su opre­sión y hacer la vio­len­cia aún más bru­tal que antes. 

El colap­so de la resis­ten­cia popu­lar fre­cuen­te­men­te remue­ve la fuer­za de con­tra­pe­so que ha limi­ta­do el con­trol y la repre­sión del esta­do opre­sor. Los tira­nos enton­ces pue­den arre­me­ter con­tra quien quieran.

17. APÉNDICE

Decla­ra­cio­nes Formales

1. Dis­cur­sos públicos

2. Car­tas de opo­si­ción o de respaldo

3. Decla­ra­cio­nes de orga­ni­za­cio­nes e instituciones

4. Mani­fies­tos públi­cos firmados

5. Decla­ra­cio­nes de denun­cia o de propósito

6. Peti­ción de gru­po o masiva

Comu­ni­ca­cio­nes con una audien­cia más amplia

7. Con­sig­nas, cari­ca­tu­ras y sím­bo­los (escri­tos, pin­ta­dos, dibu­ja­dos, impre­sos, ges­ti­cu­la­dos, habla­dos, y parodiados)

8. Estan­dar­tes, car­te­les y comu­ni­ca­cio­nes desplegadas

9. Volan­tes, pan­fle­tos y libros

10. Perió­di­cos, revis­tas y otras publicaciones

11. Gra­ba­cio­nes, radio, tele­vi­sión y videos

12. Escri­tu­ra en el cie­lo o en la tierra

Repre­sen­ta­cio­nes de Grupo

13. Dele­ga­cio­nes

14. Pre­mios fingidos

15. Cabil­deo de grupo

16. Pique­tes

17. Elec­cio­nes fingidas

Actos Públi­cos Simbólicos

18. Des­plie­gues de ban­de­ras y de colo­res simbólicos

19. Usar sím­bo­los (boto­nes de pro­mo­ción, parches)

20. Ora­ción y culto

21. Repar­ti­ción de obje­tos simbólicos

22. Des­ves­tir­se en protesta

23. Des­truc­ción de las pro­pias per­te­nen­cias (hoga­res, docu­men­tos, cre­den­cia­les, etc.)

24. Luces sim­bó­li­cas (antor­chas, lin­ter­nas, velas)

25. Exhi­bi­ción de retratos

26. Pin­tu­ra como protesta

27. Nue­vos sig­nos y nom­bres y/​o nom­bres simbólicos

28. Soni­dos sim­bó­li­cos (“tona­das sim­bó­li­cas” con sil­ba­tos, cam­pa­nas, sire­nas, etc.)

29. Recla­ma­cio­nes sim­bó­li­cas (toma de terre­nos o edificios)

30. Ges­tos groseros

Pre­sio­nes sobre los Individuos

31. Hos­ti­ga­mien­to a los fun­cio­na­rios (siguién­do­los cons­tan­te­men­te, recor­dán­do­les, silen­te, respetuoso)

32. Mofa de los fun­cio­na­rios (ridi­cu­li­zán­do­los e insultándolos)

33. Fra­ter­ni­za­ción (some­tien­do a las per­so­nas a inten­sa influen­cia direc­ta, para con­ven­cer­los de que el régi­men que sir­ven es injusto)

34. Vigi­lias

Dra­ma y Música

35. Sáti­ras y juga­rre­tas humorísticas

36. Repre­sen­ta­cio­nes de espec­tácu­los y de música

37. Can­to

Pro­ce­sio­nes

38. Mar­chas

39. Para­das

40. Pro­ce­sio­nes religiosas

41. Pere­gri­na­cio­nes

42. Cara­va­nas

Tri­bu­to a los Muertos

43. Due­los políticos

44. Fune­ra­les fingidos

45. Fune­ra­les demostrativos

46. Home­na­jes en las tumbas

Asam­bleas Públicas

47. Asam­bleas de pro­tes­ta o respaldo

48. Míti­nes de protesta

49. Míti­nes de pro­tes­ta encubiertos

50. Asam­bleas con varios ora­do­res informados

Sepa­ra­ción y Renuncia

51. Aban­dono de un lugar (cami­nan­do)

52. Silen­cio

53. Renun­ciar a honores

54. Dar la espalda

LOS METODOS DE LA NO-COOPERACION SOCIAL

Ostra­cis­mo

55. Boi­cot social

56. Boi­cot social selectivo

57. Boi­cot sexual

58. Exco­mu­nión (boi­cot religioso)

59. Prohi­bi­ción (sus­pen­sión de ser­vi­cios religiosos)

No-coope­ra­ción a los Even­tos Socia­les, Cos­tum­bres e Instituciones

60. Sus­pen­sión de acti­vi­da­des socia­les y deportivas

61. Boi­cot de even­tos sociales

62. Huel­ga estudiantil

63. Des­obe­dien­cia social (de cos­tum­bres o reglas sociales)

64. Reti­ro de ins­ti­tu­cio­nes sociales

Sepa­ra­ción del Sis­te­ma Social

65. Que­dar­se en casa

66. Total no-coope­ra­ción personal

67. “Fuga” de tra­ba­ja­do­res (fugán­do­se a otra parte)

68. San­tua­rio (reti­ro a un lugar don­de no pue­de ser toca­do sin vio­lar prohi­bi­cio­nes reli­gio­sas, mora­les, socia­les o legales)

69. Des­apa­ri­ción colec­ti­va (la pobla­ción de un área peque­ña aban­do­na sus hoga­res y sus aldeas)

70. Emi­gra­ción en pro­tes­ta (Una emi­gra­ción per­ma­nen­te deliberada)

METODOS DE LA NO-COOPERACION ECONOMICA:

1. BOICOT ECONOMICO

Acción de los Consumidores

71. Boi­cot de los con­su­mi­do­res a cier­tas mer­can­cías o firmas

72. No con­su­mir mer­can­cías boicoteadas

73. Polí­ti­ca de aus­te­ri­dad (redu­cir el con­su­mo al míni­mo absoluto)

74. Rete­ner los alquileres

75. Nega­ti­va a rentar

76. Boi­cot de con­su­mi­do­res nacio­na­les (nega­ti­va a com­prar pro­duc­tos o uti­li­zar ser­vi­cios de otro país)

77. Boi­cot de con­su­mi­do­res inter­na­cio­na­les (se lle­va a cabo en varios paí­ses con­tra los pro­duc­tos de un país en particular)

Acción de los Tra­ba­ja­do­res y Productores

78. Boi­cot por par­te de los tra­ba­ja­do­res (nega­ti­va a tra­ba­jar con pro­duc­tos o herra­mien­tas sumi­nis­tra­das por el adversario)

79. Boi­cot por par­te de los pro­duc­to­res (nega­ti­va de par­te de los pro­duc­to­res a ven­der o a repar­tir sus productos)

Acción del Intermediario

80. Boi­cot de los sumi­nis­tra­do­res y tra­tan­tes (nega­ti­va de los tra­ba­ja­do­res o inter­me­dia­rios a mane­jar o sumi­nis­trar cier­tas mercancías)

Acción de los Pro­pie­ta­rios y Gerentes

81. Boi­cot de los comer­cian­tes (nega­ti­va de los deta­llis­tas a com­prar o ven­der cier­tas mercancías)

82. Nega­ti­va a dejar o ven­der propiedad

83. Cie­rre (el emplea­dor ini­cia el paro de tra­ba­jo cuan­do cie­rra tem­po­ral­men­te la operación)

84. Nega­ti­va a dar ayu­da industrial

85. “Huel­ga gene­ral” de los comerciantes

Acción por los Posee­do­res de los Recur­sos Financieros

86. Sacar los depó­si­tos del banco

87. Nega­ti­va a pagar hono­ra­rios, cuo­tas y tasas

88. Nega­ti­va a pagar deu­das e intereses

89. Recor­te de fon­dos y créditos

90. Nega­ti­va de ingre­sos (nega­ti­va a dar­le ingre­sos al gobierno voluntariamente)

91. Recha­zo de la mone­da del gobierno (deman­dar for­mas alter­na­ti­vas de pago)

Acción por los Gobiernos

92. Embar­go doméstico

93. Lis­ta negra de comerciantes

94. Embar­go de los ven­de­do­res internacionales

95. Embar­go de los com­pra­do­res internacionales

96. Embar­go del comer­cio internacional

MÁS METODOS DE LA NO-COOPERACION ECONÓMICA:

2. LA HUELGA

Huel­gas Simbólicas

97. Huel­gas de pro­tes­ta (por un cor­to perío­do de tiem­po anun­cia­do previamente)

98. Huel­ga relámpago

Huel­gas Agrícolas

99. Huel­ga de campesinos

100. Huel­ga de granjeros

Huel­gas de Gru­pos Especiales

101. Huel­ga de jor­na­le­ros asalariados

102. Huel­ga de prisioneros

103. Huel­ga de artesanos

104. Huel­ga de profesionales

Huel­gas Indus­tria­les Comunes

105. Huel­ga de esta­ble­ci­mien­to (en una o más plan­tas bajo una gerencia)

106. Huel­ga de la indus­tria (sus­pen­sión del tra­ba­jo en todos los esta­ble­ci­mien­tos de una industria)

107. Huel­ga de soli­da­ri­dad (para res­pal­dar las deman­das de los com­pa­ñe­ros de trabajo)

Huel­gas Restringidas

108. Huel­ga deta­lla­da (tra­ba­ja­dor por tra­ba­ja­dor, o por áreas; paro pie­za por pieza)

109. Huel­ga de amor­ti­gua­dor (el sin­di­ca­to lle­va a huel­ga sólo una fir­ma en una indus­tria a la vez)

110. Huel­ga de “paso de jicotea”

111. Huel­ga de tra­ba­jar por las regu­la­cio­nes (lle­var a cabo lite­ral­men­te las regu­la­cio­nes de modo de retar­dar la producción)

112. Repor­tar­se “enfer­mo” (paro por enfermedad)

113. Huel­ga por renun­cia (un con­si­de­ra­ble núme­ro de tra­ba­ja­do­res renun­cia individualmente)

114. Huel­ga limi­ta­da (los tra­ba­ja­do­res se nie­gan a lle­var a cabo cier­to tra­ba­jo mar­gi­nal o se nie­gan a tra­ba­jar en cier­tos días)

115. Huel­ga selec­ti­va (los tra­ba­ja­do­res se nie­gan sola­men­te a hacer cier­to tipo de trabajo)

Huel­ga de Indus­trias Múltiples

116. Huel­ga gene­ra­li­za­da (varias indus­trias paran simultáneamente)

117. Huel­ga general

Com­bi­na­ción de Huel­gas y de Cie­rres Económicos

118. Har­tal (la vida eco­nó­mi­ca se sus­pen­de tem­po­ral­men­te en bases voluntarias)

119. Cie­rre eco­nó­mi­co (los tra­ba­ja­do­res se van a la huel­ga y los emplea­do­res, simul­tá­nea­men­te, sus­pen­den las acti­vi­da­des económicas)

LOS METODOS DE LA NO-COOPERACION POLITICA

Recha­zo de la Autoridad

120. Reten­ción o reti­ro de lealtades

121. Recha­zo de res­pal­do públi­co (para el régi­men exis­ten­te y sus políticas)

122. Lite­ra­tu­ra y dis­cur­sos abo­gan­do por la resistencia

No-coope­ra­ción de los Ciu­da­da­nos al Gobierno

123. Boi­cot de los cuer­pos legis­la­ti­vos por sus miembros

124. Boi­cot de las elecciones

125. Boi­cot de la acep­ta­ción de empleos y posi­cio­nes en el gobierno

126. Boi­cot de depar­ta­men­tos, agen­cias y otros cuer­pos del gobierno

127. Irse de las ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­cio­na­les del gobierno

128. Boi­cot de las orga­ni­za­cio­nes apo­ya­das por el gobierno

129. Nega­ti­va a ayu­dar a los agen­tes del orden, de coacción

130. Qui­tar los pro­pios letre­ros y señales

131. Nega­ti­va a acep­tar los fun­cio­na­rios nombrados

132. Nega­ti­va a disol­ver las ins­ti­tu­cio­nes existentes

Las Alter­na­ti­vas de los Ciu­da­da­nos Res­pec­to a la Obediencia

133. Cum­pli­mien­to a dis­gus­to y de mala gana

134. No obe­de­cer cuan­do el super­vi­sor direc­to está ausente

135. No-obe­dien­cia popu­lar (no divul­ga­da, discreta)

136. Des­obe­dien­cia encu­bier­ta (luce como si fue­ra cumplimiento)

137. Nega­ti­va a dis­per­sar­se de una asam­blea o reunión

138. Sen­ta­da

139. No-coope­ra­ción al reclu­ta­mien­to y la deportación

140. Escon­der­se, esca­par e iden­ti­da­des falsas

141. Des­obe­dien­cia civil a leyes “ile­gí­ti­mas”

Acción por el Per­so­nal del Gobierno

142. Recha­zo selec­ti­vo de ayu­da de par­te de los auxi­lia­res del gobierno (para lle­var a cabo ins­truc­cio­nes par­ti­cu­la­res, infor­man­do a los supe­rio­res de dicho rechazo)

143. Blo­quear las líneas de man­do e información

144. Atas­car y obstruccionar

145. No-coope­ra­ción admi­nis­tra­ti­va general

146. No-coope­ra­ción judi­cial (de los jueces)

147. Inefi­cien­cia deli­be­ra­da y no-coope­ra­ción selec­ti­va de los agen­tes de ejecución

148. Motín

Acción Domés­ti­ca Gubernamental

149. Eva­sio­nes y demo­ras de cau­sas ilegales

150. No coope­ra­ción de las uni­da­des guber­na­men­ta­les constituyentes

Acción Inter­na­cio­nal Gubernamental

151. Cam­bios en repre­sen­ta­cio­nes diplo­má­ti­cas y otras

152. Demo­ra y can­ce­la­ción de even­tos diplomáticos

153. Rete­ner el reco­no­ci­mien­to diplomático

154. Cor­tar las rela­cio­nes diplomáticas

155. Sepa­ra­ción de las orga­ni­za­cio­nes internacionales

156. Recha­zo de sus miem­bros en los cuer­pos internacionales

157. Expul­sión de las orga­ni­za­cio­nes internacionales

LOS METODOS DE LA INTERVENCION

Inter­ven­ción Psicológica

158. Que­dar­se a la intemperie

159. El ayuno

(a) Ayuno de pre­sión moral

(b) Huel­ga de hambre

160. El jui­cio rever­ti­do (los acu­sa­dos se con­vier­ten extra­ofi­cial­men­te en “fis­ca­les”)

161. Hos­ti­ga­mien­to no-violento

Inter­ven­ción Física

162. Ocu­par un lugar sentándose

163. Ocu­par un lugar de pie

164. Ocu­par un lugar a caba­llo o en vehículos

165. Ocu­par un lugar vadeándolo

166. Ocu­par un lugar arre­mo­li­nán­do­se (reu­nir­se en algún lugar de sig­ni­fi­ca­do sim­bó­li­co y man­te­ner­se en movimiento)

167. Ocu­par un lugar ponién­do­se a rezar

168. Incur­sio­nes (mar­char has­ta un pun­to cla­ve desig­na­do y deman­dar su posición)

169. Incur­sio­nes aéreas no-vio­len­tas (qui­zás tra­yen­do volan­tes o comida)

170. Inva­sión no-violenta

171. Inter­po­si­ción (colo­can­do el cuer­po de uno entre una per­so­na y el obje­to de su tra­ba­jo o actividad)

172. Obs­truc­ción (gene­ral­men­te temporaria)

173. Ocu­pa­cio­nes

Inter­ven­ción Social

174. Esta­ble­cien­do nue­vos patro­nes sociales

175. Sobre­car­gan­do las instalaciones

176. Atas­car

177. Dis­cur­sear para interrumpir

178. Tea­tro repen­tino (inte­rrup­cio­nes dra­má­ti­cas improvisadas)

179. Ins­ti­tu­cio­nes socia­les alternativas

180. Sis­te­ma alter­na­ti­vo de comunicaciones

Inter­ven­ción Económica

181. Huel­ga en sen­ti­do inver­so (tra­ba­jan­do has­ta el exceso)

182. Huel­ga de per­ma­nen­cia (ocu­pa­ción del lugar de trabajo)

183. Ocu­pa­ción de tierras

184. Desa­fío a los bloqueos

185. Fal­si­fi­ca­cio­nes mone­ta­rias polí­ti­ca­men­te motivadas

186. Copar mercado

187. Apro­pia­ción de bienes

189. Clien­te­la selectiva

190. Mer­ca­dos alternos

191. Sis­te­mas de trans­por­te alternos

192. Ins­ti­tu­cio­nes eco­nó­mi­cas alternos

Inter­ven­ción Política

193. Sobre­sa­tu­rar los sis­te­mas administrativos

194. Reve­lar las iden­ti­da­des de los agen­tes secretos

195. Bus­car el encarcelamiento

196. Des­obe­dien­cia civil de leyes “neu­tra­les”

197. Seguir desem­pe­ñan­do el tra­ba­jo pero sin cola­bo­ra­ción ni obe­dien­cia al régimen

198. Sobe­ra­nía dual y gobierno paralelo

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