¿Qué reve­la y ocul­ta la cri­sis finan­cie­ra?- Juan Torres López

La cri­sis que esta­mos vivien­do se ha pro­du­ci­do como con­se­cuen­cia de la quie­bra prác­ti­ca­men­te gene­ra­li­za­da de la ban­ca inter­na­cio­nal que en los últi­mos años había acu­mu­la­do un ries­go inmen­so crean­do y difun­dien­do pro­duc­tos finan­cie­ros muy ren­ta­bles pero tam­bién cada vez más peli­gro­sos. Para ocul­tar ese ries­go recu­rrió a estra­ta­ge­mas frau­du­len­tas con la ayu­da de las agen­cias de rating (que daban la máxi­ma cali­fi­ca­ción a los pro­duc­tos deri­va­dos de las ini­cia­les hipo­te­cas basu­ras que iban difun­dien­do por todo el sis­te­ma finan­cie­ro mun­dial) y con la com­pli­ci­dad de las auto­ri­da­des públi­cas que mira­ron a otro lado para dejar­les hacer.

Cuan­do las hipo­te­cas a par­tir de las cua­les nacían todo esos pro­duc­tos deja­ban de pagar­se, se pro­du­cían pér­di­das en los ban­cos, que lle­ga­ron a ser tan gran­des que fue­ron pro­vo­can­do su quie­bra, a pesar de las arti­ma­ñas con­ta­bles apro­ba­das para disi­mu­lar­las. Enton­ces de cerró el gri­fo de la finan­cia­ción y la eco­no­mía se vino aba­jo, mul­ti­pli­cán­do­se el cie­rre de empre­sas y aumen­tan­do el des­em­pleo. Los gobier­nos, en lugar de dejar caer a los ban­cos irres­pon­sa­bles y que­bra­dos, les pro­por­cio­na­ron billo­nes de dóla­res de liqui­dez para sal­var­los, adu­cien­do que eran dema­sia­do gran­des, pero, a pesar de ello, la mag­ni­tud del agu­je­ro que ellos mis­mos se habían pro­vo­ca­do era tan gran­de que su sal­va­men­to fue inca­paz de devol­ver el cré­di­to y la nor­ma­li­dad a las economías.

Final­men­te, los gobier­nos tuvie­ron que inyec­tar gran­des can­ti­da­des a la eco­no­mía para evi­tar su colap­so y como sus ingre­sos caían para­le­la­men­te al dis­mi­nuir la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca, se gene­ró un pro­ble­ma gigan­tes­co de deuda.

Lo que hay detrás de todo esto es fácil de deducir:

- Una gran des­igual­dad que ha con­cen­tra­do cada vez más rique­za en manos de los gran­des pro­pie­ta­rios de capital.

- Una regu­la­ción del sis­te­ma finan­cie­ro con­ce­bi­da para con­ver­tir la eco­no­mía mun­dial en un casino espe­cu­la­ti­vo en el que las enti­da­des finan­cie­ras apli­can sus recur­sos en lugar de dedi­car­los a crear rique­za productiva.

- El pri­vi­le­gio que tie­ne la ban­ca de crear dine­ro (obte­nien­do así bene­fi­cio y poder) gene­ran­do deu­da, lo que hace que ésta tien­da a mul­ti­pli­car­se indefinidamente.

- El gran poder eco­nó­mi­co, polí­ti­co y mediá­ti­co acu­mu­la­do por los finan­cie­ros y gran­des pro­pie­ta­rios que ha per­mi­ti­do que todo esto se haya podi­do hacer sin difi­cul­ta­des e inclu­so con el asen­ti­mien­to y sumi­sión de la mayo­ría de la población.

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