Res­tear­se con el pro­le­ta­ria­do- Feli­pe Cuevas

Movi­da por una serie de recla­mos urgen­tes en mate­ria labo­ral, nece­si­da­des apre­mian­tes de modi­fi­ca­ción del mar­co legal a tono con el con­jun­to de cam­bios socia­les, urgi­da de modi­fi­car la corre­la­ción de fuer­zas entre el capi­tal y el tra­ba­jo; Vene­zue­la obre­ra se metió en un amplio deba­te sobre su ley del tra­ba­jo a con­tra­co­rrien­te de los pos­tu­la­dos patro­na­les nacio­na­les y mun­dia­les. Tal jor­na­da reba­só las cues­tio­nes pura­men­te de refor­ma, aun­que siga giran­do for­mal­men­te en torno a ellas, pone entre sus gran­des derro­te­ros los temas del papel del pro­le­ta­ria­do, la pro­pie­dad de los medios de pro­duc­ción, la dis­tri­bu­ción de la rique­za gene­ra­da, los pro­ble­mas de la uni­dad sin­di­cal, el sin­di­ca­lis­mo revo­lu­cio­na­rio y las con­di­cio­nes indis­pen­sa­bles para el des­plie­gue de tareas más amplias en su pro­ce­so. Es ade­más un deba­te iné­di­to en el país y en Lati­noa­mé­ri­ca por el impac­to masi­vo que tie­ne la dis­cu­sión de pro­pues­tas, opi­nio­nes y pers­pec­ti­vas pre­sen­ta­das, encla­va­do por si fue­se poco en el pro­ce­so de elecciones.

Des­de 2011, pero sobre todo en éste año es que se rea­li­zan actos y posi­cio­na­mien­tos de trabajadoras(es), sec­to­res popu­la­res, par­ti­dos, orga­ni­za­cio­nes, ins­ti­tu­cio­nes, medios e indi­vi­dua­li­da­des, para dis­cu­tir: pro­pues­tas de nue­va Ley Orgá­ni­ca del Tra­ba­jo, refle­xio­nes sobre el mun­do labo­ral, fren­te a la cla­se explo­ta­do­ra y el Esta­do capi­ta­lis­ta. El pro­ce­so vino avan­zan­do por sobre las iner­cias y anta­go­nis­mos socia­les, sus even­tos están ani­ma­dos por cuan­tos con­tras­tes pre­exis­ten en la reali­dad polí­ti­ca del pro­le­ta­ria­do los más iden­ti­fi­ca­dos son:

  1. Las pro­ble­má­ti­cas sin­di­ca­les tra­di­cio­na­les, gru­pis­mos, mani­queo, pre­sio­nes de poder, polí­ti­cas here­da­das de los vie­jos sin­di­ca­lis­mos y for­mas habi­tua­les de hacer polí­ti­ca laboral.

  2. Así tam­bién jue­ga la pene­tra­ción del refor­mis­mo des­de todas sus posiciones.

  3. Las manio­bras patro­na­les, las pre­sio­nes de la opo­si­ción por no trans­gre­dir el orden legal esta­ble­ci­do, y sus agen­tes polí­ti­co-sin­di­ca­les empe­ña­dos en intro­du­cir pro­pues­tas dere­chis­tas o por lo menos en deni­grar la línea prin­ci­pal rei­vin­di­ca­ti­va obrera.

  4. El cla­mor des­de las bases, sus ini­cia­ti­vas y amplias pro­pues­tas con­cre­tas en bene­fi­cio del proletariado.

  5. La per­sis­ten­cia revo­lu­cio­na­ria, demo­crá­ti­ca y de cons­truc­ción de la uni­dad de clase.

  6. Las ten­den­cias hacia la cons­truc­ción de pode­res burocrático-sindicales.

  7. Jun­to a ini­cia­ti­vas por replan­tear­se el poder, la demo­cra­cia y el con­trol obrero.

Dada la diver­si­dad de pro­pues­tas y de ten­den­cias, las debi­li­da­des del movi­mien­to pro­le­ta­rio en su con­jun­to (mate­ria­les, orgá­ni­co-estruc­tu­ra­les, con­cien­cia de cla­se, orga­ni­za­ción de cla­se), y los meca­nis­mos socio-polí­ti­cos de acción, tan­to como la frag­men­ta­ción de rela­cio­nes de mayor o menor gra­do que poseen las ins­tan­cias y asam­bleas que pro­po­nen ini­cia­ti­vas sobre el tema, al igual de las múl­ti­ples difi­cul­ta­des para el pro­ce­di­mien­to legis­la­ti­vo; la reso­lu­ción final que­da en manos del poder eje­cu­ti­vo. La for­ma con­clu­yen­te del pro­ce­so de refor­mas se hará por la vía de mayor cohe­sión y ascen­den­cia, pro­pi­cia­da con el poder polí­ti­co, la deter­mi­na­ción, con­vo­ca­to­ria y lide­raz­go del Pre­si­den­te Chá­vez, fren­te a la nece­si­dad de con­ju­gar con mayor pre­ci­sión con­tex­to, poten­cial y posi­bi­li­dad de los cam­bios neu­rál­gi­cos del proceso.

En estas cir­cuns­tan­cias se vis­lum­bra que a los gran­des logros de la refor­ma debe agre­gar­se la pers­pec­ti­va abier­ta para la orga­ni­za­ción y el deba­te pro­le­ta­rio de todos los pro­ble­mas pre­sen­ta­dos para la lar­ga lucha revo­lu­cio­na­ria, lo que ya es un baluar­te impe­re­ce­de­ro una vez tra­za­do el mar­co legal el 1° de mayo.

Indis­cu­ti­ble­men­te el tema labo­ral mar­cha según los pode­res y movi­mien­tos que sub­sis­ten en nues­tra socie­dad, el entra­ma­do de rela­cio­nes socia­les gene­ra­les, y en espe­cial las eco­nó­mi­co-polí­ti­cas, inclu­so jue­gan un papel rele­van­te las con­di­cio­nes, intere­ses y pro­pó­si­tos de las cla­ses domi­nan­tes, aho­ra empe­ña­das en des­pres­ti­giar la reali­dad que su sis­te­ma engen­dra como secue­la de los anta­go­nis­mos socia­les, empe­ña­das en sata­ni­zar el más míni­mo esfuer­zo que alte­re sus sagra­dos dere­chos. El dere­cho es un dis­cur­so que pres­cri­be lo que se debe o no se debe hacer para no mere­cer una san­ción según los pode­res domi­nan­tes, pode­res que lo son en el ámbi­to de la polí­ti­ca y la eco­no­mía en tan­to posee­do­res. Vale recor­dar que el dere­cho es el dis­cur­so de unas rela­cio­nes socia­les fija­das o en pro­ce­so de cam­bio, con el sufi­cien­te peso para accio­nar. El deber por el que se cla­ma pue­de reves­tir­se de jus­ti­cia, equi­dad, bon­dad, acuer­do, mas sigue sien­do un dis­cur­so sobre esce­na­rios socia­les con­cre­tos en que siguen pre­do­mi­nan­do las rela­cio­nes socia­les de pro­duc­ción capi­ta­lis­tas de las que que­re­mos librarnos.

A las pre­sio­nes socia­les, las rela­cio­nes socia­les, las cla­ses en coli­sión y sus intere­ses, de pron­to pode­mos per­der­les de vis­ta, pero el hecho rele­van­te de que los dere­chos labo­ra­les retro­ce­dan, se estan­quen o pros­pe­ren, nos regre­sa nue­va­men­te a la cuen­ta de su exis­ten­cia y su actua­ción. Aun­que la invi­si­bi­li­za­ción par­ti­cu­lar de las reali­da­des labo­ra­les sea uno de los pro­pó­si­tos del dere­cho bur­gués y más en la cues­tión del tra­ba­jo (recor­de­mos que a la rela­ción de explo­ta­ción sue­le lla­mar­le “pres­ta­ción de ser­vi­cios”), iden­ti­fi­car esa estra­te­gia ayu­da­rá en nues­tro reco­no­ci­mien­to. Para recor­dar­nos de su pre­sen­cia en todo caso vamos a reto­mar el con­jun­to de momen­tos en que la cues­tión de la rela­ción capi­tal-tra­ba­jo ha esta­do enmar­ca­da por pro­ce­sos de refor­ma labo­ral, a modo de mejor enmar­car el pano­ra­ma en que se deba­te este tema en la actualidad.

Comen­za­mos nues­tro tra­ba­jo por la refe­ren­cia común y obli­ga­da de las cir­cuns­tan­cias ante­rio­res a la quin­ta repú­bli­ca. La regu­la­ción de las rela­cio­nes entre el capi­tal y el tra­ba­jo den­tro del mar­co del dis­cur­so del dere­cho bur­gués e impe­ria­lis­ta. Como se verá, el dere­cho bur­gués no resol­vía con­flic­tos, sólo diri­mía dife­ren­cias entre las cla­ses anta­gó­ni­cas y/​o en el seno de las mis­mas cla­ses acau­da­la­das y sus orga­ni­za­cio­nes, para ase­gu­rar el fun­cio­na­mien­to “legí­ti­mo” del sis­te­ma, sir­vien­do como asi­de­ro en los pro­ce­sos de expan­sión del capi­tal con­tra el trabajo:

Hori­zon­te his­tó­ri­co en el sis­te­ma legal de las rela­cio­nes labo­ra­les del capitalismo

1936

La con­vul­sión social, el neo­co­lo­nia­lis­mo y recam­bio de poder a favor de la cla­se bur­gue­sa, arro­jan entre otras cosas una nue­va cons­ti­tu­ción acor­de al con­tex­to (final de una dic­ta­du­ra). Así como la Ley del Tra­ba­jo que reco­gió en su tex­to: 1.- en pri­mer plano el dere­cho de los posee­do­res de medios de pro­duc­ción, fábri­cas, ins­ta­la­cio­nes y hacien­das para emplear, explo­tar, excluir, en con­di­cio­nes pro­pi­cias a la acu­mu­la­ción de capi­tal y la con­ser­va­ción de la gran pro­pie­dad pri­va­da, 2.- los dere­chos de aso­cia­ción, 3.- con­tra­ta­ción colec­ti­va, 4.- dere­cho de huel­ga, 5.- cui­dan­do que la liber­tad del tra­ba­jo y de los capi­ta­lis­tas, pudie­ra ser limi­ta­da por el Esta­do según el inte­rés públi­co o las bue­nas cos­tum­bres, tal y como lo ejer­ció ese mis­mo año con­tra los tra­ba­ja­do­res petro­le­ros. Esta ley sufri­ría refor­mas con­se­cu­ti­va­men­te en adap­ta­ción al régi­men mono­po­lis­ta que se desa­rro­lló bajo la tute­la de los grin­gos e inmer­so en pro­fun­dos con­flic­tos sociales.

1980

Se con­si­de­ra que en esa déca­da comien­za el reajus­te estruc­tu­ral neo­li­be­ral. En cuan­to a refor­ma labo­ral se vive una ins­tru­men­ta­ción de regí­me­nes pres­ta­cio­na­les pri­va­dos e indi­vi­dua­les para sus­ti­tuir los basa­dos en prin­ci­pios de soli­da­ri­dad y uni­ver­sa­li­dad. Con la cri­sis de 1982 se agu­di­za­ría la pre­sión oli­gár­qui­ca con­tra los tra­ba­ja­do­res, impul­sán­do­se una serie de medi­das tam­bién iden­ti­fi­ca­das como con­tra­rre­for­mas dado que aten­ta­ban con­tra dere­chos socia­les y labo­ra­les ya constituidos.

1989

Se ori­gi­nan las refor­mas a los sis­te­mas de segu­ri­dad social ante el cam­bio de orien­ta­ción eco­nó­mi­ca neo­li­be­ral y la cri­sis de sobre­pro­duc­ción y fis­cal per­sis­ten­te, bajo la cober­tu­ra de la refor­ma social y el lla­ma­do pro­gra­ma de ajus­te en pos del equi­li­brio macro-eco­nó­mi­co (don­de sólo impor­tan los gran­des núme­ros eco­nó­mi­cos de cre­ci­mien­to con exclu­sión). El Esta­do y la bur­gue­sía refor­za­rían su dere­cho domi­nan­te con la repre­sión, dado que no era reco­no­ci­do como bené­fi­co por la pobla­ción; el terror y el fal­so con­sen­so serían pan de todos los días, el cara­ca­zo es el caso más emble­má­ti­co de estos sín­to­mas de una cla­se sin cre­di­bi­li­dad. El sis­te­ma de explo­ta­ción tra­di­cio­nal encon­tró sus lími­tes y la exten­sión que impul­só el gru­po en el poder con­sis­tía sim­ple­men­te en arre­ba­tar los recur­sos de manos de los trabajadores.

1990

El país vivía: 1.- una polí­ti­ca de libe­ra­ción de pre­cios, 2.- apli­ca­ción de pro­gra­mas socia­les com­ple­men­ta­rios para dis­mi­nuir el impac­to infla­cio­na­rio en la eco­no­mía fami­liar, 3.- la eli­mi­na­ción o reduc­ción de la polí­ti­ca de sub­si­dios, 4.- ele­va­ción de las tasas de inte­rés, 5.- la reduc­ción del gas­to social en edu­ca­ción y salud, 6.- polí­ti­cas de con­cer­ta­ción en las áreas de ocu­pa­ción (empleo), sala­rio, cos­to de la vida y segu­ri­dad social, con la inten­ción capi­ta­lis­ta de lle­var a cabo la refor­ma labo­ral y de la segu­ri­dad social. Pro­mul­ga­ción de la nue­va Ley Orgá­ni­ca del Tra­ba­jo en ese mar­co de una polí­ti­ca de gobierno y con­di­cio­nes socio­eco­nó­mi­cas gene­ra­les de aus­te­ri­dad. En su mira están las pres­ta­cio­nes socia­les y sus fon­dos. Dicho pro­ce­so que­da sus­cri­to en el cen­tro de las pre­sio­nes capi­ta­lis­tas con­tra el pue­blo tra­ba­ja­dor vene­zo­lano, aun­que se siem­bra bajo la ines­ta­ble situa­ción de la déca­da de los 90s. El régi­men de Cal­de­ra capi­ta­li­za­ría todas esas cir­cuns­tan­cias para que una comi­sión con­ti­nua­se su tarea de contrarreforma.

1997

En este año el capi­tal finan­cie­ro y los mono­po­lios ase­gu­ra­ron un fuer­te blin­da­je como pre­sa­gian­do la situa­ción veni­de­ra, se da la con­cre­ción del pro­yec­to neo­li­be­ral con la pro­mul­ga­ción de la Ley de Refor­ma Par­cial de la Ley Orgá­ni­ca del Tra­ba­jo y la Ley Orgá­ni­ca del Sis­te­ma de Segu­ri­dad Social Inte­gral. La recom­po­si­ción de fuer­zas con­sis­tió en hacer avan­zar los intere­ses del gran capi­tal al paso que se garan­ti­zó las ven­ta­jas tra­di­cio­na­les para la aris­to­cra­cia obre­ra (CTV), FEDECAMARAS y el gobierno. Tuvo su moti­vo de rea­li­za­ción en las pre­sio­nes inter­na­cio­na­les del FMI, el Ban­co Mun­dial y de la gran bur­gue­sía nacio­nal, que jun­tos con­si­de­ra­ron insu­fi­cien­tes las ante­rio­res con­di­cio­nes de saqueo para adap­tar­se a la inter­na­cio­na­li­za­ción del capi­tal, a fin de garan­ti­zar una balan­za de pagos de la deu­da y el incre­men­to de ganan­cias. No impor­ta­ron los cos­tos socia­les, más bien eran obje­ti­vos encu­bier­tos: la frag­men­ta­ción social, eli­mi­na­ción de las orga­ni­za­cio­nes, mise­ria, sobre­ex­plo­ta­ción, uso de aho­rros y jubi­la­cio­nes por los patro­nes y ban­cos para “capi­ta­li­zar el mercado”.

1998

Bajo el aus­pi­cio de los meca­nis­mos empre­sa­ria­les, buro­crá­ti­cos esta­ta­les y sin­di­ca­les, las iner­cias socia­les de quién man­da y quién es domi­na­do, las rela­cio­nes socia­les petri­fi­ca­das en torno a la eco­no­mía petro­le­ra, com­ple­ta­ron el ritual del año 1997 con las leyes espe­cia­les de los sub­sis­te­mas de salud, vivien­da, pen­sio­nes, paro for­zo­so y capa­ci­ta­ción pro­fe­sio­nal siem­pre favo­re­cien­do a los pode­ro­sos, median­te decre­tos ley, con­so­li­dan­do su sen­ti­do exclu­yen­te. Dichos sub­sis­te­mas de pen­sio­nes y salud deja­ron por fue­ra a más del 50% de la pobla­ción, la capi­ta­li­za­ción indi­vi­dual para los fon­dos de pen­sio­nes con­sis­tía en incre­men­tar la car­ga para un país en ese enton­ces con 80% de pobre­za, un sec­tor infor­mal de 52%, sala­rios míni­mos por los sue­los, un esfuer­zo edu­ca­ti­vo pri­va­ti­za­dor pre­ten­cio­so de fomen­tar la pro­fe­sio­na­li­za­ción (mis­ma que era des­de­ña­da por la mis­ma cla­se gober­nan­te ya que antes no le intere­só for­mar al tra­ba­ja­dor) con esca­sas expec­ta­ti­vas de con­se­guir empleo así se con­ta­ra con for­ma­ción y expe­rien­cia laboral.

Para esa últi­ma déca­da tuvo lugar la refor­ma del Esta­do, que hace par­te del pro­ce­so con­tra los pro­le­ta­rios del cam­po y la ciu­dad, emplea­dos y des­em­plea­dos, de indus­trias gran­des o peque­ñas. Esta refor­ma con­du­jo a la des­cen­tra­li­za­ción, la pri­va­ti­za­ción y la des­re­gu­la­ción, gol­pea­ba los dere­chos socia­les y labo­ra­les en el mar­co de la polí­ti­ca estra­té­gi­ca finan­cie­ra de rede­fi­ni­ción de los sis­te­mas polí­ti­cos en toda Lati­noa­mé­ri­ca para el con­trol imperial.

Tal fue el últi­mo esce­na­rio antes de la deba­cle neo­li­be­ral que para 2008 con su cri­sis mun­dial demos­tró a dón­de que­ría con­du­cir tam­bién a Vene­zue­la, y de la CTV, que por arras­trar­se en la com­par­sa sufrió su derrum­be, los sin­di­ca­tos patro­na­les o de male­tín corrie­ron la mis­ma suer­te, aun­que siguen ata­rea­dos año­ran­do y cons­pi­ran­do por su regreso.

Al implan­tar­se la cons­ti­tu­ción boli­va­ria­na en 1999, per­dió fun­da­men­to legal el pro­ce­so de con­tra­rre­for­mas y la LOT de 1997, el mar­co de por sí anti­cons­ti­tu­cio­nal por vio­la­to­rio de anti­guos dere­chos de los tra­ba­ja­do­res, por rea­li­zar­se bajo man­da­to extra-nacio­nal, por rom­per con las nor­mas esta­ble­ci­das en ese mis­mo momen­to; que­dó seria­men­te gol­pea­do. Sólo las rela­cio­nes capi­ta­lis­tas fuer­te­men­te arrai­ga­das, suma­das a los pode­ro­sos intere­ses de la gran bur­gue­sía nacio­nal y extran­je­ra, el jue­go polí­ti­co de las vie­jas cúpu­las sin­di­ca­les, la incon­se­cuen­cia e impe­ri­cia de quie­nes tenían por misión res­guar­dar los intere­ses de los tra­ba­ja­do­res; detu­vie­ron el cam­bio que se requiere.

La Cons­ti­tu­ción Boli­va­ria­na fin­có los pri­me­ros pasos para la refor­ma labo­ral que impac­te sobre las rela­cio­nes entre el capi­tal y el tra­ba­jo. Dero­gó algu­nos aspec­tos de la LOT sobre jor­na­da labo­ral y la pres­ta­ción de anti­güe­dad. Con esto entra­mos a otro bos­que­jo de los ava­ta­res por una nue­va refor­ma labo­ral pen­dien­te duran­te la últi­ma década.

El con­tex­to de la últi­ma década

1999

Pri­me­ra ini­cia­ti­va del Pre­si­den­te Hugo Chá­vez, que con­sis­tió en una soli­ci­tud apro­ba­da por el Con­gre­so de la Repú­bli­ca, de facul­ta­des espe­cia­les para legis­lar en mate­ria eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra, ley habi­li­tan­te. Refor­ma de la admi­nis­tra­ción públi­ca cen­tral y orga­ni­za­ción inter­na del Esta­do, incluir meca­nis­mos de pro­tec­ción a los sec­to­res socia­les, garan­ti­zar la vivien­da y super­vi­sión por par­te del Esta­do de los dife­ren­tes fon­dos, toman­do en cuen­ta su inci­den­cia eco­nó­mi­ca, segu­ri­dad social inte­gral, ser­vi­cio públi­co obli­ga­to­rio, uni­ver­sa­li­dad, soli­da­ri­dad y par­ti­ci­pa­ción. A fines de ese año se pone en mar­cha la Cons­ti­tu­ción de la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la en medio de un gran deba­te popu­lar. Estas ini­cia­ti­vas sir­vie­ron de pun­to de apo­yo para el reim­pul­so en la defen­sa de los dere­chos socia­les y labo­ra­les, cons­ti­tu­ye­ron una fuer­za atrac­ti­va de gran acep­ta­ción popu­lar, en el mar­co de las posi­bi­li­da­des en ese momen­to de inci­dir sobre las con­di­cio­nes de segu­ri­dad social, vivien­da, tra­ba­jo y salud. En los siguien­tes años se impul­sa­rían refor­mas en temas espe­cí­fi­cos como el perio­do de prue­ba en lo laboral.

2002

Entran en vigen­cia la Ley Orgá­ni­ca del Sis­te­ma de Segu­ri­dad Social con cin­co regí­me­nes pres­ta­cio­na­les: 1.- salud, 2.- dine­ra­rio, 3.- empleo, 4.- segu­ri­dad, salud y medio ambien­te de tra­ba­jo, 5.- vivien­da. Sus­cri­be el dere­cho social a la salud y la pro­tec­ción a la mater­ni­dad, las con­tin­gen­cias de enfer­me­dad, acci­den­tes ori­gi­na­dos con oca­sión del tra­ba­jo o de cual­quier ori­gen. Otros aspec­tos que se modi­fi­ca­ron fue­ron las pres­ta­cio­nes ante las con­tin­gen­cias de pater­ni­dad, dis­ca­pa­ci­dad (inva­li­dez), enfer­me­da­des catas­tró­fi­cas, dis­ca­pa­ci­dad par­cial, nece­si­da­des espe­cia­les, ries­gos labo­ra­les, pér­di­da de empleo, des­em­pleo, vejez, viu­dez, orfan­dad, vivien­da, car­gas deri­va­das de la vida fami­liar y cual­quier otra cir­cuns­tan­cia sus­cep­ti­ble de pre­vi­sión social. La segu­ri­dad social se con­sa­gra como un dere­cho humano y social irre­nun­cia­ble. Las fuer­zas oli­gár­qui­cas orga­ni­za­das en torno a FEDECAMARAS, aris­to­cra­cia obre­ra, refor­mis­mo, sec­to­res aco­mo­da­dos e impe­ria­lis­tas yan­quis, sien­do ade­más afec­ta­das con las leyes de hidro­car­bu­ros, pes­ca, y tie­rras, ejer­cie­ron cuan­to pudie­ron para que sólo bajo esta cober­tu­ra avan­za­ran los dere­chos socia­les e inten­ta­ron obs­ta­cu­li­zar­los. Así mis­mo eje­cu­ta­ron el gol­pe de esta­do, pos­te­rior­men­te se atrin­che­ra­ron en torno a los tri­bu­na­les que garan­ti­za­rían “legi­ti­mi­dad” a la neo­li­be­ral LOT de 1997, se res­pal­da­rían con­ti­nua­men­te en la OEA, levan­ta­ron su paro petro­le­ro para dete­ner los cam­bios socia­les en mate­ria de legis­la­ción labo­ral y mina­rían la corre­la­ción de fuer­zas par­la­men­ta­ria que comen­zó a favor del proceso.

2005

Nue­vas leyes para ampliar el pano­ra­ma de dere­chos socia­les y labo­ra­les: Ley del Régi­men Pres­ta­cio­nal de Vivien­da y Hábi­tat, Ley del Régi­men Pres­ta­cio­nal de Segu­ri­dad y Salud en el Tra­ba­jo, Refor­ma de la Ley Orgá­ni­ca de Pre­ven­ción, Con­di­cio­nes y Medio Ambien­te de Tra­ba­jo, Ley de Ser­vi­cios Socia­les que regu­la el Régi­men Pres­ta­cio­nal de Ser­vi­cios Socia­les al Adul­to Mayor y Otras Cate­go­rías de Per­so­nas, Ley de Empleo. Estas leyes impul­san el mar­co de con­quis­tas de dere­chos socia­les aun­que se enfren­tan con­ti­nua­men­te a res­tric­cio­nes del gran capi­tal, de los patro­nes y de la par­te pri­va­da que ven­de ser­vi­cios en estos ramos. La rela­ción capi­tal-tra­ba­jo en cuan­to regu­lar­se per­ma­ne­ció sus­tan­cial­men­te inva­ria­ble, los recur­sos de la oli­gar­quía finan­cie­ra des­pués de déca­das de saqueo, se movi­li­za­ron para impe­dir cam­bios en la materia.

2006

Con­tan­do con el domi­nio par­la­men­ta­rio a favor del pro­ce­so, gra­cias al falli­do inten­to de sabo­ta­je elec­to­ral por par­te de la opo­si­ción, que­da para la his­to­ria juz­gar la inca­pa­ci­dad con que se man­tu­vo en sus­pen­so la cons­truc­ción de un nue­vo acuer­do social en mate­ria labo­ral. Esa ins­tan­cia des­per­di­ció impu­ne­men­te sus con­di­cio­nes, no fue capaz ni indi­vi­dual ni colec­ti­va­men­te de poner­se a la altu­ra para gene­rar un pro­ce­so con­tun­den­te que die­ra rema­te al cam­bio de la Ley Orgá­ni­ca del Tra­ba­jo, se con­ten­ta­ba con estu­dios y comi­sio­nes al mar­gen de lo que se requie­re en cuan­to a dar direc­cio­na­li­dad a sus obli­ga­cio­nes. Mos­tró su incom­pe­ten­cia, pasi­vi­dad y buro­cra­tis­mo en torno al refe­rén­dum y la inca­pa­ci­dad de res­pon­der a la ofen­si­va de la dere­cha en 2007. Esa refor­ma falli­da se pro­po­nía modi­fi­car la jor­na­da de tra­ba­jo, pro­pues­ta ante la cual sus pro­pios defen­so­res ofi­cia­les duda­ban en el supues­to de que afec­ta­ría al apa­ra­to pro­duc­ti­vo y retar­da­ría la cons­truc­ción de la socie­dad nue­va, asu­mién­do­se en el ámbi­to del dere­cho y espí­ri­tu bur­gués. Sería el res­pal­do popu­lar y el triun­fo de Chá­vez en 2006 la garan­tía de con­ti­nui­dad ver­da­de­ra y en espe­cial con el impul­so que dio a las misio­nes socia­les en edu­ca­ción, barrio aden­tro, cul­tu­ra, vivien­da, madres del barrio, vejez y pen­sio­nes, la bús­que­da de con­ve­nios de coope­ra­ción y apo­yo, como nove­do­sos ins­tru­men­tos para rei­vin­di­car, dig­ni­fi­car y sol­ven­tar la situa­ción de los tra­ba­ja­do­res y sec­to­res popu­la­res, lle­van­do al terreno de las con­tra­dic­cio­nes socia­les y de la lucha de cla­ses otros esce­na­rios de com­ba­te. Con lo que res­pec­ta a la par­te patro­nal ésta con­ti­nuó apo­yán­do­se en la ley de 1997, la fle­xi­bi­li­za­ción labo­ral, la ter­ce­ri­za­ción, los bonos que des­va­lo­ri­zan el sala­rio, la infla­ción y la pug­na por el pre­su­pues­to público.

2009

Con las elec­cio­nes de sep­tiem­bre se modi­fi­ca la corre­la­ción de fuer­zas par­la­men­ta­ria, crean­do una situa­ción en la cual una refor­ma por la vía par­la­men­ta­ria reque­ri­ría de 23 de votos en la Asam­blea Nacio­nal, sien­do fun­da­men­tal la insur­gen­cia del movi­mien­to pro­le­ta­rio direc­ta­men­te abo­ca­do a la cons­truc­ción de la nue­va lega­li­dad, el cam­bio de las rela­cio­nes socia­les y empu­jar la toma de decisiones.

2011 – 2012

El tema de la refor­ma labo­ral vuel­ve al esce­na­rio, sin que se poten­cien ini­cia­ti­vas que cons­tru­yan un pro­ce­so espe­cí­fi­co, siem­pre a la espe­ra del eje­cu­ti­vo nacio­nal inmer­so en otras tan­tas cues­tio­nes cru­cia­les. A la fecha las ini­cia­ti­vas sin­di­ca­les atien­den prio­ri­ta­ria­men­te los temas de: pres­ta­cio­nes socia­les, régi­men de des­can­so, jor­na­da labo­ral, esta­bi­li­dad, perio­do de prue­ba, sin­di­ca­li­za­ción, con­ven­cio­nes colec­ti­vas, fin de la ter­ce­ri­za­ción y pre­ca­ri­za­ción, con­di­cio­nes de géne­ro. No es casual que sean par­te de los temas irre­duc­ti­bles sobre los cua­les la bur­gue­sía, sus polí­ti­cos y ana­lis­tas labo­ra­les recha­zan toda modi­fi­ca­ción a la vie­ja Ley neoliberal.

Las misio­nes y un con­jun­to de polí­ti­cas de públi­cas vie­nen a des­ta­car innu­me­ra­bles aspec­tos que gene­ral­men­te son deja­dos de por fue­ra del deba­te labo­ral, que en el movi­mien­to obre­ro par­ti­cu­lar­men­te sue­le cir­cuns­cri­bir­se sólo a los obre­ros indus­tria­les, los sin­di­ca­tos y las orga­ni­za­cio­nes de tra­ba­ja­do­res ya esta­ble­ci­das, pero se olvi­dan o man­tie­nen en segun­do plano una gran masa de pro­le­ta­rios des­em­plea­dos, jor­na­le­ros, tra­ba­ja­do­res de la cons­truc­ción, tra­ba­ja­do­ras de ser­vi­cios, y sec­to­res de pro­le­ta­rios en situa­ción ines­ta­ble de empleo. Los mis­mos hechos del desa­rro­llo capi­ta­lis­ta y del pro­ce­so boli­va­riano ponen a la orden del día el pro­ble­ma del sala­rio y su cons­tan­te mer­ma por efec­to de las leyes eco­nó­mi­cas de explo­ta­ción, ante lo que es nece­sa­rio eri­gir otras con­di­cio­nes socia­les y de dere­cho popular.

Median­te ley habi­li­tan­te está pre­vis­ta la pro­mul­ga­ción de una nue­va Ley Orgá­ni­ca del Tra­ba­jo para el 1° de mayo de 2012, de acuer­do con el anun­cio hecho por el Pre­si­den­te Chá­vez en el mes de enero, por lo que se ins­ta­la­ron diver­sas dis­cu­sio­nes de tra­ba­ja­do­res sin­di­ca­li­za­dos y orga­ni­za­cio­nes popu­la­res prin­ci­pal­men­te por todo el país, con varia­das opi­nio­nes sobre los temas cen­tra­les, fre­cuen­te­men­te deta­llan­do con­tra­dic­cio­nes con res­pec­to a la prác­ti­ca sobre la lucha labo­ral, y suje­cio­nes a la polí­ti­ca sin­di­cal de cúpu­las y manio­bras. A pesar del reco­no­ci­do refor­mis­mo que rodea la redac­ción y ase­so­ría de tal ley, el gran méri­to de Chá­vez está en lle­var ade­lan­te su eje­cu­ción. La dere­cha acu­sa que se toman atri­bu­cio­nes peli­gro­sas para la socie­dad, inde­pen­dien­te­men­te de la inter­pre­ta­ción que a eso pue­da dár­se­le, lo cier­to es que eje­cu­ta sus lla­ma­mien­tos, influ­yen­do en la deter­mi­na­ción del pue­blo para salir ade­lan­te. De otra mane­ra en las actua­les con­di­cio­nes no habría refor­ma algu­na que fue­ra posi­ble dado el for­ce­jeo y el labe­rín­ti­co andar de tan­tas posi­cio­nes. Podrá decir­se misa, pero esta­mos ante un hecho con­cre­to don­de los pro­le­ta­rios tene­mos el deber de luchar.

Den­tro de este esce­na­rio legal la refor­ma o pro­pues­ta de nue­va ley tie­ne un tiem­po lími­te has­ta que aspi­ren las facul­ta­des habi­li­tan­tes, estan­do ade­más con­di­cio­na­das por: 1° el for­ma­to de con­sul­ta (a los tra­ba­ja­do­res, tra­ba­ja­do­ras y empre­sas), 2° comi­sión pre­si­den­cial, y 3° deci­sión pre­si­den­cial (se desa­rro­lla una pro­pues­ta de con­sul­ta popu­lar, pero has­ta el momen­to no encuen­tra eco en las ins­tan­cias deci­so­rias). Con un sello de iden­ti­dad seme­jan­te al res­to de refor­mas y misio­nes decre­ta­das, obje­ti­va­men­te no será una ley comu­nis­ta, ni tam­po­co socia­lis­ta, aun­que es impor­tan­te que se afian­ce en expre­sio­nes de rum­bo socia­lis­ta, sino una ley de con­te­ni­dos pro­gre­sis­tas, revo­lu­cio­na­rios y popu­la­res que gol­pea­rá el prin­ci­pio de las máxi­mas ganan­cias, pero no con­tra la ganan­cia capi­ta­lis­ta en sí y el sus­ten­to de la pro­pie­dad privada.

Una ley ple­na­men­te socia­lis­ta o comu­nis­ta sería prác­ti­ca­men­te inapli­ca­ble en el con­tex­to social gene­ral, el mal esta­ría en el auto­en­ga­ño ase­gu­ran­do que ten­dría­mos una lega­li­dad socia­lis­ta y una eco­no­mía domi­na­da por el capi­tal. Pues no debe­mos olvi­dar que con­ta­mos con una estruc­tu­ra de Esta­do y socie­dad capi­ta­lis­ta, afec­ta­da por vie­jas cri­sis polí­ti­cas, socia­les y eco­nó­mi­cas, pero vive mien­tras las rela­cio­nes socia­les gene­ra­les domi­nan­tes sean sos­te­ni­das por la pro­pie­dad pri­va­da y la ley de acu­mu­la­ción de capital.

No nece­si­ta­mos gol­pes de pecho, ni caer­nos a pasión por­que no nos cua­dren las fichas, entre el pue­blo dis­tin­gui­mos esta ver­dad, sabe­mos esto: 1.- que el sal­do de la refor­ma labo­ral será pro­fun­da­men­te posi­ti­vo para la pobla­ción tra­ba­ja­do­ra y los des­em­plea­dos o en con­di­ción de sub­em­pleo, 2.- que aún fal­ta enfren­tar­la con la reali­dad y luchar por ella, 3.- que encon­tra­rá medios que poten­cien nues­tras luchas, 4.- así como ten­drá sus lími­tes fija­dos cuan­do el inte­rés del patrón jue­gue su rol ya des­de el hecho de seguir deten­tan­do en sus manos la pro­pie­dad, el mono­po­lio del empleo y la dis­tri­bu­ción de la plus­va­lía, 5.- que como toda refor­ma en los mar­cos del Esta­do, tie­nen cadu­ci­dad cuan­do las nue­vas olas de acu­mu­la­ción de capi­tal pros­pe­ren y las cla­ses domi­nan­tes que no han deja­do de ser­lo, levan­ten cabe­za, hayan con­se­gui­do el des­gas­te social al que tan­to apues­tan o que apro­ve­chen la ley para un desa­rro­llo eco­nó­mi­co en que el pro­le­ta­ria­do siga sien­do su eterno subor­di­na­do, 6.- que así mis­mo per­mi­te des­ple­gar un nue­vo esce­na­rio de revo­lu­ción demo­crá­ti­ca que abre las pers­pec­ti­vas de revo­lu­ción por el socialismo.

La efi­ca­cia de la ley ten­drá mejor o peor suer­te que las otras refor­mas por­que eso igual­men­te se cir­cuns­cri­be a un pano­ra­ma social con­cre­to aun­que cam­bian­te, sin dejar de ser una palan­ca más al ser­vi­cio de la cla­se pro­le­ta­ria para ele­var su con­cien­cia, orga­ni­za­ción y lucha. Esto nos lla­ma a con­si­de­rar que en efec­to la trans­for­ma­ción revo­lu­cio­na­ria debe­rá abrir­se paso.

Espe­cial­men­te valio­sas están resul­tan­do las obser­va­cio­nes pun­tua­les des­de las bases sin­di­ca­les que ponen denun­cia sobre los dis­tin­tos ins­tru­men­tos de los patro­nes y las debi­li­da­des orgá­ni­cas del pro­le­ta­ria­do para hacer­les fren­te, la atroz explo­ta­ción que per­sis­te en el cam­po, la indus­tria pes­que­ra, el tra­ba­jo feme­nino e infan­til, manu­fac­tu­ras, talle­res y tra­ba­ja­do­res “inde­pen­dien­tes”, tra­ba­ja­do­res del esta­do que les son trans­gre­di­dos sus dere­chos, y otras gran­des empre­sas pri­va­das, así como el lla­ma­do al res­ca­te de dere­chos que son hur­ta­dos has­ta la fecha.

Cla­ra­men­te no ema­na­rá una ley labo­ral sobre la regla­men­ta­ción de rela­cio­nes socia­les socia­lis­tas, no se eli­mi­na­rá por decre­to la explo­ta­ción capi­ta­lis­ta por más que algu­nos román­ti­cos hagan sus cuen­tas ame­na­zan­do que si no es así todas las con­quis­tas socia­les se aca­ba­rían; sin embar­go toma un carác­ter pro­gre­sis­ta, anti­oli­gár­qui­co y anti­im­pe­ria­lis­ta, que muy pron­to lle­va­rá a nue­vos con­flic­tos estra­té­gi­cos y coyun­tu­ra­les fren­te a los mono­po­lios y el capi­tal finan­cie­ro nati­vos o mun­dia­les por lo que sub­ra­ya en con­tra de estos y lo que aún les per­mi­ti­rá hacer o des­ha­cer. La ten­den­cia que es impor­tan­te asen­tar en la nue­va ley es que remar­que el res­guar­do del pro­le­ta­ria­do y sus dere­chos, que reafir­me la pre­sión a la redis­tri­bu­ción de la plus­va­lía hacia el pro­le­ta­ria­do y todo el pue­blo, que nos enca­rri­le en una lucha más abier­ta con­tra los bur­gue­ses y la pro­pie­dad pri­va­da, que sume fuer­zas para las elec­cio­nes, que de esta suer­te garan­ti­ce el avan­ce del país y las ins­ti­tu­cio­nes revo­lu­cio­na­rias que se requie­ran para plas­mar nue­vos cam­bios socia­les, lo cual en par­te le corres­pon­de, pero sobre todo es tarea del movi­mien­to obre­ro y revo­lu­cio­na­rio dar­le esta fisonomía.

La ley debe ser una puer­ta abier­ta al pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio, es jus­to que refle­je la defen­sa de múl­ti­ples dere­chos socia­les y huma­nos de los tra­ba­ja­do­res. Una idea del refor­mis­mo (con már­ge­nes de poder buro­crá­ti­co y empre­sa­rial) ase­gu­ra que no habría más nece­si­dad de los sin­di­ca­tos u otras for­mas de orga­ni­za­ción y cier­to con­trol en las empre­sas, bajo la argu­cia de que sus intere­ses están bien defen­di­dos por arri­ba. Las y los lucha­do­res deben poner a recau­do ese peli­gro como el del estan­ca­mien­to de los dere­chos en un mar­co de lega­li­dad sin fun­cio­na­mien­to o res­trin­gi­da a los logros actua­les. La ley debe diri­gir­se a dete­ner los ape­ti­tos de enri­que­ci­mien­to, de ganan­cias super­mi­llo­na­rias, de expo­lia­ción del pue­blo, por con­si­guien­te rei­vin­di­ca una cober­tu­ra pro socia­lis­ta. El dis­cur­so pro­le­ta­rio debe ser su pala­bra y su acción. Que las asam­bleas se armen de la men­ta­li­dad de cla­se y asu­man defi­ni­cio­nes cla­ras aún a sabien­das de que nos encon­tra­mos en una coyun­tu­ra que da sólo para una par­te de rei­vin­di­ca­cio­nes pero que sí per­mi­te con­so­li­dar pila­res de trans­for­ma­ción de las rela­cio­nes impe­ran­tes en la medi­da que pre­do­mi­na la gran pro­pie­dad privada.

El pro­le­ta­ria­do tie­ne nece­si­dad de ges­tar sus pro­pios movi­mien­tos y luchas, sus gran­des pro­ble­mas socia­les se ven refor­za­dos por su dis­per­sión y en algu­nos casos por con­tro­les no que no per­mi­te madu­rar, mul­ti­pli­car y diver­si­fi­car sus for­mas de orga­ni­za­ción. Esta labor es com­pa­ti­ble con el pro­ce­so, aún más, es vital para su con­so­li­da­ción y mar­cha ascen­den­te, en pri­mer plano le toca­rá meter a la dis­cu­sión y for­ma­ción de la con­cien­cia colec­ti­va de cla­se, los pasos logra­dos en la nue­va LOT y la per­ti­nen­cia de la orga­ni­za­ción revo­lu­cio­na­ria de toda la clase.

Los revo­lu­cio­na­rios, los sin­di­ca­lis­tas patrio­tas, socia­lis­tas, los pro­le­ta­rios cons­cien­tes, apo­yan esta nue­va ley del tra­ba­jo de cara a posi­cio­nar­se en ella, no cabe espe­rar que sim­ple­men­te se ven­gan nue­vos dere­chos, recur­sos y rei­vin­di­ca­cio­nes, hay que apo­yar­se en el sen­ti­do de ele­var la poli­ti­za­ción de la cla­se, de entrar al deba­te nacio­nal, de abrir la dis­cu­sión sobre nues­tro papel, la socie­dad actual y cómo con­so­li­dar gran­des cam­bios socialistas.

Los tex­tos labo­ra­les más fir­mes, los dis­cur­sos pro­le­ta­rios del dere­cho más cla­ros no se con­so­li­da­rán si no van arro­pa­dos de con­cre­ción y líneas media­tas e inme­dia­tas con­tun­den­tes, de par­ti­ci­pa­ción acti­va de las bases en el ejer­ci­cio de la ley, así como requie­ren de las rela­cio­nes polí­ti­cas cons­truc­ti­vas del pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio. La jor­na­da como su con­cre­ción en la nue­va LOT es un impor­tan­te paso ade­lan­te, un triun­fo inocul­ta­ble para el pro­le­ta­ria­do y pue­blo vene­zo­lano, arro­ja for­mas espe­cí­fi­cas del tra­ba­jo polí­ti­co, da pie a dis­tin­guir la prác­ti­ca revo­lu­cio­na­ria que se pre­ci­sa entre la cla­se obre­ra. Sus reper­cu­sio­nes reba­san sus fron­te­ras, pro­pi­nan­do un duro gol­pe a la polí­ti­ca neo­li­be­ral explo­ta­do­ra y sus prin­ci­pa­les meca­nis­mos. Sien­do un refe­ren­te y pun­to de apo­yo, es una mues­tra feha­cien­te de que hay nece­si­dad de impul­sar la revo­lu­ción socia­lis­ta aquí como en todo el mun­do, con­sig­na que debe­mos empu­ñar con fuer­za. Los hechos de estas jor­na­das insis­ten en impul­sar orga­ni­za­ción y lide­raz­gos que con­tri­bu­yan a este pro­pó­si­to en la defen­sa de los intere­ses cla­sis­tas del pue­blo y su proletariado.

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