Por qué hay que anu­lar la deu­da ile­gí­ti­ma- Damien Millet y Eric Toussaint

La cri­sis sacu­de a la Unión Euro­pea has­ta sus cimien­tos. Para muchos paí­ses la soga de la deu­da públi­ca se cie­rra en torno a sus cue­llos, pre­sos de los mer­ca­dos finan­cie­ros. Con la com­pli­ci­dad acti­va de los gobier­nos, de la Comi­sión euro­pea, del Ban­co Cen­tral Euro­peo y del FMI, las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras que ori­gi­na­ron la cri­sis espe­cu­lan con las deu­das de los Esta­dos y exi­gen el reem­bol­so al pre­cio de una aus­te­ri­dad sal­va­je. Se ha lan­za­do una ofen­si­va bru­tal con­tra una serie de dere­chos eco­nó­mi­cos y socia­les de la mayo­ría de la población.

La reduc­ción de los défi­cit públi­cos no debe hacer­se redu­cien­do los gas­tos públi­cos socia­les, sino por medio del incre­men­to de los ingre­sos fis­ca­les, la lucha con­tra el frau­de fis­cal y gra­van­do más el capi­tal, las tran­sac­cio­nes finan­cie­ras, el patri­mo­nio y las ren­tas de los ricos. Para redu­cir el défi­cit es nece­sa­rio tam­bién redu­cir radi­cal­men­te los gas­tos pro­du­ci­dos por el reem­bol­so de la deu­da públi­ca, cuya par­te ile­gí­ti­ma se debe anu­lar. El recor­te de los gas­tos debe apli­car­se tam­bién al pre­su­pues­to mili­tar, así como a los gas­tos social­men­te inú­ti­les y peli­gro­sos para el medio ambien­te. A cam­bio es fun­da­men­tal incre­men­tar los gas­tos socia­les, en par­ti­cu­lar para paliar los efec­tos de la depre­sión eco­nó­mi­ca. Tam­bién se deben incre­men­tar los gas­tos en las ener­gías reno­va­bles y en deter­mi­na­das infra­es­truc­tu­ras como los trans­por­tes públi­cos, los cen­tros edu­ca­ti­vos o los cen­tros públi­cos de salud. Una polí­ti­ca de relan­za­mien­to por la deman­da públi­ca y por la deman­da de la mayo­ría de los hoga­res tam­bién gene­ra­rá una mayor recau­da­ción de impues­tos. Pero, más allá, la cri­sis debe ser la opor­tu­ni­dad de rom­per con la lógi­ca capi­ta­lis­ta y de rea­li­zar un cam­bio radi­cal de socie­dad. La nue­va lógi­ca que hay que cons­truir debe­rá dar la espal­da al pro­duc­ti­vis­mo, incluir el fac­tor eco­ló­gi­co, erra­di­car las dife­ren­tes for­mas de opre­sión (racis­mo, patriar­ca­do…) y pro­mo­ver la pro­pie­dad común.

Para eso es nece­sa­rio cons­truir un amplio fren­te anti­cri­sis, tan­to a esca­la euro­pea como local, con el fin de agru­par las ener­gías para crear una rela­ción de fuer­zas favo­ra­ble a la pues­ta en prác­ti­ca de solu­cio­nes radi­ca­les cen­tra­das en la jus­ti­cia social y cli­má­ti­ca. La rea­li­za­ción de una audi­to­ría de la deu­da públi­ca efec­tua­da bajo con­trol ciu­da­dano, com­bi­na­da con una sus­pen­sión uni­la­te­ral y sobe­ra­na del reem­bol­so de la deu­da públi­ca, per­mi­ti­rá lle­gar a la anu­la­ción o repu­dio de la par­te ile­gí­ti­ma de la deu­da públi­ca y a una fuer­te reduc­ción del res­to de la deuda.

En pri­mer lugar no hay que man­te­ner las leal­ta­des a la deu­da deci­di­das por los acree­do­res, en par­ti­cu­lar debi­do a las seve­ras con­tra­par­ti­das que impli­can. El plan de reduc­ción de una par­te de la deu­da grie­ga que se ha pues­to en mar­cha en mar­zo de 2012 se con­di­cio­na a la apli­ca­ción de otra dosis de medi­das que piso­tean los dere­chos eco­nó­mi­cos y socia­les de la pobla­ción grie­ga y la sobe­ra­nía del país (1). Según un estu­dio rea­li­za­do por la Troi­ka, a pesar de la reduc­ción de la deu­da con­ce­di­da por los acree­do­res pri­va­dos, el endeu­da­mien­to públi­co de Gre­cia lle­ga­rá ¡al 164% del PIB en 2013! (2). Por lo tan­to hay que denun­ciar la ope­ra­ción de reduc­ción de la deu­da grie­ga tal como se está hacien­do en la actua­li­dad y opo­ner una alter­na­ti­va: la anu­la­ción de la deu­da, es decir, su repu­dio por par­te del país deu­dor, es un acto sobe­rano uni­la­te­ral muy fuerte.

¿Por qué el Esta­do endeu­da­do debe redu­cir radi­cal­men­te su deu­da públi­ca pro­ce­dien­do a la anu­la­ción de las deu­das ile­gí­ti­mas? En pri­mer lugar por razo­nes de jus­ti­cia social, y ade­más por razo­nes eco­nó­mi­cas que todos y cada uno pue­den com­pren­der y hacer suyas. Para salir bien de la cri­sis no es sufi­cien­te el relan­za­mien­to de la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca gra­cias a la deman­da públi­ca y de las fami­lias. Por­que si nos con­for­ma­mos con ese tipo de polí­ti­ca del relan­za­mien­to uni­da a una refor­ma fis­cal redis­tri­bu­ti­va, los ingre­sos fis­ca­les suple­men­ta­rios serían absor­bi­dos amplia­men­te por el reem­bol­so de la deu­da públi­ca. Las con­tri­bu­cio­nes que se impon­drían a los más ricos y a las gran­des empre­sas pri­va­das se com­pen­sa­rían con lar­gue­za con la ren­ta que sacan de las obli­ga­cio­nes del Esta­do de las cua­les son, con mucho, los prin­ci­pa­les posee­do­res y bene­fi­cia­rios (razón por la cual no quie­ren oír hablar de anu­la­ción de la deuda).

Por lo tan­to está cla­ro que es nece­sa­rio anu­lar una gran par­te de la deu­da públi­ca. La ampli­tud de esa anu­la­ción depen­de­rá del gra­do de con­cien­cia de la pobla­ción víc­ti­ma del sis­te­ma de la deu­da (a ese nivel, la audi­to­ría ciu­da­da­na desem­pe­ña un papel cru­cial), de la evo­lu­ción de la cri­sis eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca y sobre todo de las rela­cio­nes de fuer­za con­cre­tas que se cons­tru­yan en la calle, en las pla­zas públi­cas y en los cen­tros de tra­ba­jo a tra­vés de las movi­li­za­cio­nes actua­les y futu­ras. En algu­nos paí­ses como Gre­cia, Por­tu­gal, Irlan­da y Hun­gría, la cues­tión de la anu­la­ción de la deu­da es un asun­to de ple­na actua­li­dad. Para Espa­ña e Ita­lia está a pun­to de ser­lo. Y pron­to este tema será un pun­to cen­tral del deba­te polí­ti­co en muchos países.

Las nacio­nes que ya están some­ti­das al chan­ta­je de los espe­cu­la­do­res, del FMI y de otros orga­nis­mos como la Comi­sión Euro­pea, con­vie­ne que recu­rran a una mora­to­ria uni­la­te­ral del reem­bol­so de la deu­da públi­ca. Esta pro­pues­ta se hizo popu­lar en los paí­ses más afec­ta­dos por la cri­sis. A fina­les de noviem­bre de 2010 en Dublín, una encues­ta rea­li­za­da a 500 per­so­nas indi­ca­ba que el 57% de los irlan­de­ses encues­ta­dos se pro­nun­ció a favor de sus­pen­der el pago de la deu­da (default, en inglés) antes que por la ayu­da de emer­gen­cia del FMI y de Bru­se­las. «Default!, say the peo­ple» (¡Sus­pen­sión!, dice el pue­blo) titu­la­ba el Sun­day Inde­pen­dent, prin­ci­pal sema­na­rio de la isla. Una mora­to­ria uni­la­te­ral de ese tipo debe com­bi­nar­se con la rea­li­za­ción de una audi­to­ría ciu­da­da­na de las deu­das públi­cas que debe per­mi­tir que se sumi­nis­tren a la opi­nión públi­ca las prue­bas y los argu­men­tos nece­sa­rios para repu­diar la par­te de la deu­da iden­ti­fi­ca­da como ile­gí­ti­ma. Como ha mos­tra­do en CADTM en varias publi­ca­cio­nes, el dere­cho inter­na­cio­nal y el dere­cho interno de los paí­ses ofre­cen una base legal para una acción de ese tipo, sobe­ra­na y unilateral.

La audi­to­ría tam­bién debe per­mi­tir que se deter­mi­nen las diver­sas res­pon­sa­bi­li­da­des en el pro­ce­so de endeu­da­mien­to y que se exi­ja que los res­pon­sa­bles, tan­to nacio­na­les como inter­na­cio­na­les, rin­dan cuen­tas ante la jus­ti­cia. En todos los casos par­ti­cu­la­res es legí­ti­mo que las ins­ti­tu­cio­nes pri­va­das y las per­so­nas de altas ren­tas que poseen los títu­los de esas deu­das sopor­ten la car­ga de la anu­la­ción, por­que tie­nen una amplia res­pon­sa­bi­li­dad en la cri­sis, de la que por aña­di­du­ra se han bene­fi­cia­do. El hecho de que deban sopor­tar esa car­ga solo es una vuel­ta jus­ta hacia una mayor jus­ti­cia social. Por lo tan­to es impor­tan­te crear un regis­tro de los posee­do­res de títu­los con el fin de indem­ni­zar de entre ellos a las per­so­nas con ren­tas bajas y medias.

Si la audi­to­ría demues­tra la exis­ten­cia de deli­tos rela­cio­na­dos con el endeu­da­mien­to ile­gí­ti­mo, sus auto­res debe­rán ser con­de­na­dos con seve­ri­dad a pagar las repa­ra­cio­nes y no se les debe per­mi­tir que se libren de las penas de cár­cel en fun­ción de la gra­ve­dad de sus actos. Hay que lle­var ante la jus­ti­cia a las auto­ri­da­des que asu­mie­ron prés­ta­mos ilegítimos.

En cuan­to a las deu­das que no estén afec­ta­das de ile­gi­ti­mi­dad según la audi­to­ría, con­ven­dría impo­ner un esfuer­zo a los acree­do­res en tér­mi­nos de reduc­ción del stock y de las tasas de inte­rés, así como una amplia­ción del perío­do de reem­bol­so. Tam­bién sería útil rea­li­zar una dis­cri­mi­na­ción posi­ti­va a favor de los peque­ños posee­do­res de títu­los de deu­da públi­ca que habría que reem­bol­sar de for­ma nor­mal. Por otro lado, la par­te del pre­su­pues­to del Esta­do des­ti­na­da al reem­bol­so de la deu­da debe­rá tener un tope en fun­ción de la sol­ven­cia eco­nó­mi­ca, la capa­ci­dad de los pode­res públi­cos de reem­bol­sar y el carác­ter irre­du­ci­ble de los gas­tos socia­les. Pode­mos ins­pi­rar­nos en lo que hizo Ale­ma­nia des­pués de la Segun­da Gue­rra Mun­dial: El acuer­do de Lon­dres de 1953, que con­sis­tía en par­ti­cu­lar en redu­cir el 62% del stock de la deu­da ale­ma­na, esti­pu­la­ba que la rela­ción entre el ser­vi­cio de la deu­da y los ingre­sos de las expor­ta­cio­nes no debía sobre­pa­sar el 5% (3). Se podría esta­ble­cer una ratio de este tipo: la suma asig­na­da al reem­bol­so de la deu­da no pue­de exce­der el 5% de los ingre­sos del Estado.

Tam­bién es nece­sa­rio crear un mar­co legal para evi­tar que se repi­ta la cri­sis que empe­zó en 2007 – 2008: prohi­bi­ción de socia­li­zar las deu­das pri­va­das, obli­ga­ción de orga­ni­zar una audi­to­ría per­ma­nen­te de la polí­ti­ca de endeu­da­mien­to públi­co con par­ti­ci­pa­ción ciu­da­da­na, impres­crip­ti­bi­li­dad de los deli­tos rela­cio­na­dos con el endeu­da­mien­to ile­gí­ti­mo, anu­la­ción de las deu­das ile­gí­ti­mas, adop­ción de la regla de oro de que los gas­tos públi­cos que per­mi­ten garan­ti­zar los dere­chos huma­nos fun­da­men­ta­les son irre­du­ci­bles y están por enci­ma de los gas­tos rela­ti­vos al reem­bol­so de la deuda…

Los cami­nos alter­na­ti­vos no faltan.

Notas 

(3) Véa­se http://​www​.cadtm​.org/​L​e​-​C​A​D​T​M​-​d​e​non…

(2) Véa­se Les Echos, http://​www​.lese​chos​.fr/​e​c​o​n​o​m​i​e​-​pol… . Ver tam­bién Reuters, http://​www​.reuters​.com/​a​r​t​i​c​l​e​/​2​012…

(3) Éric Tous­saint, Ban­que mon­dia­le…, op. cit., capí­tu­lo 4.

Damien Millet (pro­fe­sor de Mate­má­ti­cas, por­ta­voz de CADTM Fran­ce, www​.cadtm​.org ) y Eric Tous­saint (doc­tor en Cien­cias Polí­ti­cas, pre­si­den­te de CADTM Bél­gi­ca, miem­bro del Con­se­jo cien­tí­fi­co de ATTAC Fran­ce) han escri­to AAA , Audit, Annu­la­tion, Autre poli­ti­que , Seuil, 2012. Tam­bién diri­gie­ron el libro colec­ti­vo La Det­te ou la Vie, Aden-CADTM, 2011, que reci­bió el pre­mio del Libro Polí­ti­co en la Feria del Libro Polí­ti­co de Liè­ge en 2011. 

Fuen­te: http://​www​.cadtm​.org/​P​o​u​r​q​u​o​i​-​a​n​n​u​l​e​r​-​l​a​-​d​e​tte

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *