Los mons­truos hacen mons­truo­si­da­des- Flo­ren Aoiz

Evi­den­te, ¿no? Tan evi­den­te como sen­ci­lla y dra­má­ti­ca expli­ca­ción de los suce­sos que aca­ba­ron con la vida de Íñi­go Caba­cas. Se crea un cuer­po poli­cial bajo la lógi­ca de la per­se­cu­ción y el con­trol social, se adies­tra «pro­fe­sio­nal­men­te» para par­tir la cara de quien sea con­si­de­ra­do enemi­go polí­ti­co, se dota a sus miem­bros de total impu­ni­dad y se les pre­sen­ta como héroes de la «lucha con­tra el terro­ris­mo» ofre­cién­do­les ade­más ven­ta­jas eco­nó­mi­cas. Ya tie­nes un mons­truo. Es cues­tión de tiem­po des­cu­brir que tie­ne vida pro­pia y que hace mons­truo­si­da­des tan­to cuan­do quien supues­ta­men­te lo con­tro­la lo quie­re como cuan­do esto no es así. Es lo que tie­ne crear un mons­truo: hace mons­truo­si­da­des por­que ha sido pro­gra­ma­do para hacerlas.

Los inten­tos de bus­car expli­ca­cio­nes, jus­ti­fi­ca­cio­nes o excu­sas para encua­drar hechos como los de Bil­bo fallan estre­pi­to­sa­men­te si son inca­pa­ces de afron­tar esta cues­tión de fon­do. El para­dig­ma del suce­so excep­cio­nal es tan absur­do que ni siquie­ra Ares ha sido capaz de man­te­ner­lo, al citar una y otra vez a ETA en su paté­ti­co inten­to de elu­dir res­pon­sa­bi­li­da­des. El recur­so a la pala­bra mági­ca colo­ca el deba­te don­de real­men­te debe estar, en la exis­ten­cia de una estra­te­gia repre­si­va que bus­ca su ancla­je como supues­ta res­pues­ta a una acción arma­da que ya, sen­ci­lla­men­te, no existe.

La repre­sión nece­si­ta pre­sen­tar­se como con­se­cuen­cia pre­ci­sa­men­te por­que no lo es. Por eso nece­si­tan des­ple­gar tan­tas ope­ra­cio­nes de encu­bri­mien­to. Para ocul­tar lo que todo el mun­do ve, que des­apa­re­ci­das las supues­tas cau­sas, los efec­tos per­ma­ne­cen inal­te­ra­bles, si no no acentuados.

Ares ape­la a una ETA que no actúa para jus­ti­fi­car una vio­len­ta acción poli­cial que, por supues­to, sigue exis­tien­do. Por des­gra­cia, para algu­nas men­tes embru­te­ci­das por tan­tos años de lobo­to­mía, la mera refe­ren­cia a ETA supo­ne colo­car a Caba­cas en el cam­po de los que en el fon­do, se lo han bus­ca­do. La per­ver­si­dad y la baje­za que supo­ne acti­var esos meca­nis­mos nos da una ima­gen de la cata­du­ra de cier­tos tipa­rra­cos, algo que por otra par­te no va a sor­pren­der­nos a estas altu­ras. Y es que los mons­truos cre­ci­dos a la som­bra del «anti­te­rro­ris­mo» siguen cam­pan­do a sus anchas.

Mien­tras no se pon­ga fin a esta iner­cia, en tan­to no se afron­te la domes­ti­ca­ción y civi­li­za­ción del mons­truo, mejor dicho, de todos los mons­truos, el ries­go segui­rá ame­na­zan­do la vida social.

Por eso no pode­mos limi­tar­nos a seña­lar las res­pon­sa­bi­li­da­des de quie­nes, al menos en teo­ría, lle­van las rien­das de la fie­ra en los últi­mos tiem­pos. No fue­ron ellos quie­nes lo crea­ron ni quie­nes lo han ges­tio­na­do duran­te tan­to tiem­po con­vir­tién­do­lo en lo que hoy es. Algu­nos que aho­ra callan y miran para otro lado o has­ta cul­pan al PSOE tie­nen mucho que expli­car a nues­tra socie­dad. Y ten­drían que com­pro­me­ter­se en la nece­sa­ria mar­cha atrás.

No se tra­ta de cómo un cuer­po poli­cial repri­me a la gen­te que pro­tes­ta o sim­ple­men­te cele­bra algo, sino de poner fin a la acción repre­si­va. El deba­te no es pelo­tas de goma sí o no. El deba­te es poli­cía civil o cuer­po repre­si­vo anti­so­cial. Este es el reto a afron­tar si que­re­mos que estos hechos nun­ca vuel­van a ocurrir.

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