«Res­pe­tar los dere­chos de los pre­sos trae­ría un cam­bio evidente»

Ramón Sola en Gara entre­vis­ta a la inter­lo­cu­ción de l@s pres@s pólitic@s vasc@s

¿Cómo está for­ma­do el Colec­ti­vo de Pre­sos y Pre­sas Polí­ti­cos Vas­cos (EPPK)? ¿Cuál es su labor? ¿Cómo se ha ele­gi­do el nue­vo equi­po de interlocución?

Mari­xol IPARRAGIRRE: EPPK lo for­ma­mos los com­pa­ñe­ros que esta­mos encar­ce­la­dos por la lucha por la liber­tad de Eus­kal Herria. En cada fase de la lucha de libe­ra­ción, los pre­sos polí­ti­cos han teni­do una orga­ni­za­ción espe­cial den­tro de la cár­cel. Duran­te el fran­quis­mo y los pri­me­ros años de la tran­si­ción, en las cár­ce­les había miem­bros de dife­ren­tes orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas y arma­das, y enton­ces se reu­nían y orga­ni­za­ban su comu­ni­dad según la orga­ni­za­ción de cada uno. Con el paso de los tiem­pos, la mayo­ría del Colec­ti­vo lo for­ma­ban per­so­nas que tenían que ver con ETA. En la últi­ma déca­da, sin embar­go, a medi­da que la repre­sión se ha recru­de­ci­do, han encar­ce­la­do y cas­ti­ga­do a per­so­nas de orga­ni­za­cio­nes con tareas y ámbi­tos muy dife­ren­tes de la socie­dad. El Colec­ti­vo supo refle­jar en su seno esa reali­dad, como se cons­ta­tó en el deba­te de 2003. La misión prin­ci­pal del Colec­ti­vo es res­pal­dar, garan­ti­zan­do nues­tros dere­chos, ante la admi­nis­tra­ción car­ce­la­ria a quien está encar­ce­la­do a cau­sa de la lucha en favor de Eus­kal Herria y dar­le opor­tu­ni­dad de con­ti­nuar con su acción polí­ti­ca por enci­ma de los lími­tes que impo­ne la cár­cel, pro­fun­di­zan­do en la edu­ca­ción per­so­nal y ayu­dán­do­le a man­te­ner el nexo con Eus­kal Herria.

Jon OLARRA: Nues­tro com­pro­mi­so polí­ti­co no aca­ba en pri­sión, a nues­tra medi­da con­ti­nua­mos la lucha en favor de nues­tro pue­blo, orga­ni­za­dos en el Colec­ti­vo. Den­tro del deba­te que ini­cia­mos en octu­bre de 2011, ade­más de con­cre­tar la línea polí­ti­ca y reno­var la orga­ni­za­ción, hemos vis­to que es nece­sa­rio reno­var a los miem­bros que serán la voz del Colec­ti­vo para res­pon­der a los nue­vos tiem­pos y situa­cio­nes. Han sido ele­gi­dos inter­lo­cu­to­res del Colec­ti­vo Mikel Albi­su, Mari­xol Ipa­rra­gi­rre y Lorentxa Gimon en el Esta­do fran­cés, y Jon Ola­rra, Xabier Ale­gria y Ana­bel Egues en el Esta­do espa­ñol. Y otros cator­ce com­pa­ñe­ros, sie­te en cada esta­do, han sido nom­bra­dos como gru­po ane­xo a la inter­lo­cu­ción. Tam­bién hemos nom­bra­do un Gru­po de Apo­yo para garan­ti­zar el carác­ter de agen­te de la inter­lo­cu­ción fue­ra de la cárcel.

¿Los pre­sos han reci­bi­do con opti­mis­mo este nue­vo tiempo?

Mikel ALBISU: Den­tro de la cár­cel esta­mos habi­tua­dos a fil­trar con el tamiz de la dis­tan­cia los sen­ti­mien­tos inme­dia­tos, sean de ale­gría o de tris­te­za. Nadie ten­drá más ganas que noso­tros de salir de la cár­cel. Y nadie sabrá mejor que noso­tros qué lleno de difi­cul­ta­des está ese camino de sali­da. Hemos soli­do reci­bir con ale­gría y espe­ran­za cada paso dado en la lucha de libe­ra­ción. Y tam­bién hemos toma­do así este de aho­ra. Nos hemos dado cuen­ta per­fec­ta- men­te de que quie­nes han iden­ti­fi­ca­do el con­flic­to con el final de ETA se encuen­tran esco­ci­dos, que están enfa­da­dos y, aún más, asus­ta­dos con los pasos ade­lan­te dados por la izquier­da aber­tza­le y por la lucha de libe­ra­ción. Pare­ce que esto les lle­va a que­rer tor­pe­dear el pro­ce­so y la nue­va era del modo que sea. Y para todos esos que apa­re­cen como enemi­gos de la reso­lu­ción, pare­ce que no hay mejor pie­za de caza que noso­tros, los pre­sos polí­ti­cos vas­cos, para lograr ese objetivo.

Ana­bel EGUES: Cas­ti­gán­do­nos a noso­tros, les gus­ta­ría cas­ti­gar a la ciu­da­da­nía vas­ca y, a ser posi­ble, hacer des­ca­rri­lar el pro­ce­so. La madu­rez que han mos­tra­do la izquier­da aber­tza­le y el con­jun­to de la ciu­da­da­nía vas­ca en estos meses nos lle­va a mirar el nue­vo tiem­po toda­vía con mayor espe­ran­za. Con una espe­ran­za sose­ga­da e imper­tur­ba­ble. Reci­bi­mos los desa­fíos de este nue­vo tiem­po con res­pon­sa­bi­li­dad y con hones­ti­dad. Son tiem­pos de dar pasos impor­tan­tes para for­ta­le­cer la con­cien­cia nacio­nal y acti­var fuer­zas para mate­ria­li­zar los dere­chos que nos corres­pon­den, y esta­mos dis­pues­tos a vol­car el capi­tal del Colec­ti­vo en esa dirección.

¿La deci­sión toma­da por ETA el pasa­do 20 de octu­bre cam­bia inevi­ta­ble­men­te el pun­to de vis­ta de EPPK?

M.I: No es solo la deci­sión de ETA lo que lle­va a cam­biar el pun­to de vis­ta de EPPK. La refle­xión hecha por toda la izquier­da aber­tza­le, y tam­bién por noso­tros, trae con­si­go cam­biar el pun­to de vis­ta de las rei­vin­di­ca­cio­nes en torno a los pre­sos y el pun­to de vis­ta del Colec­ti­vo. No es nin­gún secre­to que en los ante­rio­res pro­ce­sos de diá­lo­go o nego­cia­ción los gobier­nos ponían el tema de los pre­sos enci­ma de la mesa para no afron­tar las raí­ces del con­flic­to polí­ti­co. Aho­ra está ocu­rrien­do todo lo con­tra­rio: obs­ta­cu­li­zan­do el tema de los pre­sos están inten­tan­do poner­le freno al proceso.

J.O: La deci­sión de ETA ha crea­do un nue­vo esce­na­rio para todos. Ha sido una con­se­cuen­cia más en el com­pro­mi­so con la apues­ta polí­ti­ca, no ha lle­ga­do de la noche a la maña­na. Saber que el tes­ti­go de la lucha de libe­ra­ción está en manos de toda la ciu­da­da­nía vas­ca, más que un cam­bio de pun­to de vis­ta requie­re un nivel de res­pon­sa­bi­li­dad pare­jo, y por supues­to tam­bién nos influ­ye direc­ta­men­te a noso­tros. Más que nun­ca, uti­li­zan al Colec­ti­vo como rehén polí­ti­co, nos quie­ren usar como mone­da de cam­bio, para esce­ni­fi­car una victoria.

El Colec­ti­vo fir­mó el Acuer­do de Ger­ni­ka el pasa­do 25 de setiem­bre. ¿Qué valor le con­ce­den de cara al futuro?

M.A: Ese pac­to nos ense­ña dón­de poner los pri­me­ros pila­res en el sue­lo pos­te­rior a la supera­ción del con­flic­to. El Acuer­do es un pun­to de par­ti­da, una herra­mien­ta de tra­ba­jo efi­caz de cara a la acu­mu­la­ción de fuer­zas, res­pon­de a una nece­si­dad y remar­ca la nece­si­dad de un acuer­do polí­ti­co que ten­ga por fina­li­dad la reso­lu­ción del con­flic­to, así como el com­pro­mi­so de hacer­lo respetar.

A.E: El Acuer­do de Ger­ni­ka es para noso­tros el prin­ci­pal refe­ren­te polí­ti­co en la direc­ción de la reso­lu­ción demo­crá­ti­ca, y bus­ca una adhe­sión social y polí­ti­ca amplia. Hay que seguir exten­dién­do­lo y for­ta­le­cién­do­lo para con­se­guir que el Esta­do se sumer­ja en el reco­rri­do de la reso­lu­ción demo­crá­ti­ca, para poner en vías de solu­ción un con­flic­to que no tie­ne 50 años, sino al menos 500. El Colec­ti­vo tie­ne su lugar ahí de modo natu­ral y por eso tam­bién noso­tros fir­ma­mos el acuer­do. En cuan­to a la situa­ción de los pre­sos, el Acuer­do defien­de nues­tros dere­chos sin chantajes.

¿Cuá­les son las situa­cio­nes más duras que viven actual­men­te los pre­sos? ¿Y de qué son consecuencia?

M.I: Como meras per­so­nas y como pre­sos y pre­sas polí­ti­cos, tene­mos vul­ne­ra­dos nues­tros dere­chos bási­cos. Reco­no­cen nues­tra esen­cia polí­ti­ca en la medi­da en que nos cas­ti­gan de modo colec­ti­vo, al tiem­po que nos nie­gan nues­tra iden­ti­dad y nues­tras nece­si­da­des polí­ti­cas. Las situa­cio­nes más extre­mas son cono­ci­das, y por enci­ma de todo la de los com­pa­ñe­ros que sufren enfer­me­da­des gra­ves. Ahí está tam­bién la situa­ción de quie­nes han aca­ba­do la con­de­na y se les alar­ga injus­ta­men­te. Está la dis­per­sión, una medi­da que nos afec­ta a todos en una u otra medi­da. Para los pre­sos, lo más duro es ver sufrir a nues­tros fami­lia­res y amigos.

J.O: En el caso de los pre­sos polí­ti­cos vas­cos, los cas­ti­gos aña­di­dos se apli­can per se, por­que el obje­ti­vo es des­truir­nos, si no es posi­ble polí­ti­ca­men­te, debi­li­tán­do­nos físi­ca­men­te. Los dise­ña­do­res y eje­cu­to­res de la polí­ti­ca car­ce­la­ria con­tra los pre­sos polí­ti­cos vas­cos tie­nen muy cla­ro qué están hacien­do. ¡Ahí están, por tan­to, nues­tras gra­ves urgen­cias, las urgen­cias de nues­tro pueblo!

¿Por dón­de habría que empe­zar a cam­biar la polí­ti­ca carcelaria?

M.A: La polí­ti­ca car­ce­la­ria res­pon­de a una estra­te­gia de opre­sión. Corres­pon­de a los esta­dos des­ac­ti­var esa estruc­tu­ra opre­so­ra. Des­ac­ti­var todas las medi­das de excep­ción y res­pe­tar los dere­chos que nos corres­pon­den a los pre­sos trae­ría por sí mis­mo un cam­bio evi­den­te. En la medi­da en que en esta fase hemos hecho una apues­ta por afron­tar el con­flic­to des­de una pers­pec­ti­va demo­crá­ti­ca, es impres­cin­di­ble tam­bién que la polí­ti­ca car­ce­la­ria se ajus­te a eso. Tene­mos que hacer­les ver que lo que ha sido una herra­mien­ta de gue­rra es inacep­ta­ble ya de aquí en ade­lan­te. Pero saben que has­ta el paso más peque­ño que den ali­men­ta­ría el pro­ce­so e impul­sa­ría el nue­vo esce­na­rio, ¡ese es la quid de la cuestión!

A.E: Aho­ra mis­mo hemos reci­bi­do la deci­sión del Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal espa­ñol, ves­ti­da con un dis­fraz jurí­di­co, en la que se da por bue­na la medi­da para man­te­ner secues­tra­dos sin ver­güen­za algu­na a cer­ca de 80 com­pa­ñe­ros des­de 2006. Con esta deci­sión, Espa­ña ha dado un paso ade­lan­te en el ata­que con­tra los pre­sos, y eso cuan­do le exi­gían tomar otra direc­ción la situa­ción polí­ti­ca, la deci­sión de la izquier­da aber­tza­le, nues­tra socie­dad y las voces inter­na­cio­na­les. Es un paso en con­tra del pro­ce­so abier­to. Un ata­que fron­tal con­tra la pala­bra y la volun­tad de este pue­blo, en la medi­da en que ampa­ran la cade­na per­pe­tua y for­ta­le­cen la pro­pia polí­ti­ca car­ce­la­ria. A tra­vés de estas pala­bras que­rría­mos hacer lle­gar el abra­zo y el áni­mo más enér­gi­co a todos los lucha­do­res que lle­van enci­ma ese encar­ce­la­mien­to lar­go y duro.

¿El asun­to de los pre­sos tie­ne prio­ri­dad en el pro­ce­so de reso­lu­ción general?

J.O: Sien­do el obje­ti­vo la auto­de­ter­mi­na­ción y la amnis­tía, los temas que habrá que afron­tar y solu­cio­nar, se quie­ra o no, para resol­ver el con­flic­to están cla­ra­men­te defi­ni­dos: las raí­ces del con­flic­to y las con­se­cuen­cias del con­flic­to. En esa direc­ción, sería un paso impres­cin­di­ble empe­zar des­de hoy mis­mo a sacar a la calle a los pre­sos y devol­ver a casa a los hui­dos. Supon­dría un paso cua­li­ta­ti­vo en el con­jun­to de la reso­lu­ción del con­flic­to político.

M.I: Dar sali­das a las con­se­cuen­cias del con­flic­to es algo que colo­ca­mos en la pri­me­ra fase del pro­ce­so demo­crá­ti­co, enten­dien­do que impul­sa el pro­ce­so polí­ti­co y le abre nue­vas opor­tu­ni­da­des. Por tan­to, sien­do la prio­ri­dad solu­cio­nar el con­flic­to, resol­ver la situa­ción de los pre­sos debe­ría ser vis­to por todos los agen­tes ‑inclui­dos los gobier­nos de Espa­ña y Fran­cia- como un apo­yo para avan­zar en esa direc­ción. EPPK está tra­ba­jan­do con ese espíritu.

¿Cómo ve el Colec­ti­vo la rei­vin­di­ca­ción de la amnis­tía? ¿Cuál es su opi­nión sobre las decla­ra­cio­nes de man­da­ta­rios espa­ño­les afir­man­do que no caben amnis­tías o indul­tos colectivos?

M.A: Los man­da­ta­rios espa­ño­les bus­can exten­der la des­ilu­sión en la ciu­da­da­nía vas­ca. Quie­ren pudrir el plan­tea­mien­to de que des­blo­quean­do la situa­ción de los pre­sos el pro­ce­so toma­ría un camino ade­cua­do e irre­ver­si­ble hacia la reso­lu­ción defi­ni­ti­va. Inten­tan fre­nar como pue­dan la velo­ci­dad del pro­ce­so. Pien­san que los pre­sos somos una herra­mien­ta apro­pia­da para ello, como rehe­nes del Esta­do. Están esce­ni­fi­can­do que en vez de pasar por una puer­ta ten­dre­mos que pasar por un embu­do con una boca cada vez más estre­cha, tan estre­cha que es impo­si­ble que una per­so­na pase por ella sin incli­nar­se y arro­di­llar­se. Pero por el momen­to, dicien­do qué no harán ellos y agrian­do y hacien­do cada día más intra­ga­ble la rece­ta de lo que ten­dría­mos que hacer noso­tros, lo úni­co que están logran­do es difi­cul­tar y debi­li­tar su posición.

A.E: Somos par­ti­da­rios de la amnis­tía, pero será esté­ril igual que en 1977 si no se enca­ran las razo­nes del con­flic­to polí­ti­co, y por eso deci­mos que el pro­ce­so es inte­gral. La amnis­tía pue­de ser un pro­ce­so diná­mi­co has­ta lograr la situa­ción demo­crá­ti­ca en la que se acep­te el dere­cho a deci­dir. La amnis­tía la alcan­za­re­mos en la medi­da en que el pro­ce­so avan­ce, ¡aho­ra que empie- cen de una vez por des­blo­quear las situa­cio­nes más graves!

¿Cómo y para cuán­do se con­tem­pla la excar­ce­la­ción de los pre­sos? Da la impre­sión de que se ha ins­ta­la­do un deba­te sobre si la sali­da sería indi­vi­dual o colec­ti­va. ¿EPPK acep­ta­ría la fór­mu­la emplea­da en Irlan­da, es decir, una sali­da colec­ti­va mate­ria­li­za­da caso a caso?

M.I: La per­so­na pre­sa tie­ne una res­pon­sa­bi­li­dad enor­me a la hora de pro­yec­tar su excar­ce­la­ción, por la pro­pia espe­ran­za y decep­ción que gene­ra ese sue­ño que se mate­ria­li­za­rá algu­na vez. Los años de cár­cel y la edad de cada uno son tam­bién fac­to­res a tener en cuen­ta. Por lo que res­pec­ta a EPPK, no hay sali­das indi­vi­dua­les; cuan­do un pre­so que es miem­bro de EPPK sale solo, sale sien­do tam­bién un com­po­nen­te de un colec­ti­vo. Hemos hecho fren­te a la cár­cel y hemos desa­rro­lla­do ahí nues­tra mili­tan­cia sien­do miem­bros de un colec­ti­vo, y tam­bién sien­do miem­bros de un colec­ti­vo cru­za­re­mos la puer­ta a la libertad.

J.O: Toman medi­das colec­ti­vas con­tra EPPK agi­tan­do la fal­se­dad del tra­ta­mien­to indi­vi­dua­li­za­do. Habrá que des­ac­ti­var la situa­ción actual, y la solu­ción será colec­ti­va o no será. En Irlan­da lle­ga­ron al momen­to de res­pon­der a esa pre­gun­ta en otras con­di­cio­nes. Des­pués del acuer­do polí­ti­co de Vier­nes San­to, por tan­to des­pués de levan­tar la impo­si­ción polí­ti­ca, una comi­sión inter­na­cio­nal inde­pen­dien­te ana­li­zó cuán­do y cómo sería la sali­da a la calle del colec­ti­vo. En nues­tro caso, tene­mos que for­mar nues­tro pro­pio mode­lo. Siguien­do el esque­ma de nego­cia­ción de Anoe­ta, noso­tros esta- mos situa­dos en el espa­cio nego­cia­dor entre la orga­ni­za­ción arma­da y los esta­dos, y un acuer­do amplio trae­rá la sali­da a la calle. Exten­de­mos nues­tro reco­no­ci­mien­to a ETA en lo refe­ren­te a los pasos que pue­da dar, en el espa­cio que corres­pon­de a su carril, sobre la situa­ción de los pre­sos y las excarcelaciones.

La acti­tud del PP y del Gobierno espa­ñol se corres­pon­de con esque­mas y estra­te­gias vie­jas, pero ¿cómo se le pue­de hacer cambiar?

M.A: Está cla­ro que están encas­ti­lla­dos en el esque­ma vencedores/​vencidos y que no hay ras­tro alguno de inten­ción de mover­se en una fase que pue­da traer la reso­lu­ción. Están actuan­do con esque­mas vie­jos en una situa­ción nue­va. Sin embar­go, es evi­den­te el des­gas­te polí­ti­co en Eus­kal Herria de los par­ti­dos que han uti­li­za­do o defen­di­do la estra­te­gia repre­si­va. El enemi­go que­rrá esce­ni­fi­car una reso­lu­ción de medio pelo y lo nues­tro es defi­nir las ver­da­de­ras raí­ces del con­flic­to polí­ti­co y sos­te­ner­las fir­me­men­te para lle­var a nues­tro pue­blo has­ta las puer­tas de la independencia!

A.E: Des­de la cár­cel reafir­ma­mos que el com­pro­mi­so que tene­mos con el pro­ce­so de libe­ra­ción es total. Median­te las ini­cia­ti­vas en la calle hay que dejar cada vez más des­nu­da esa acti­tud de quie­nes están atrin­che­ra­dos en el no. Tam­bién des­de el ámbi­to inter­na­cio­nal habrá más de un par de ojos miran­do con mucha aten­ción a todo lo que está ocu­rrien­do, y eso pue­de dar­le un gran impul­so al proceso.

¿Cómo valo­ra EPPK la capa­ci­dad de movi­li­za­ción y el com­pro­mi­so mos­tra­do por la socie­dad vas­ca, con la mani­fes­ta­ción del 7 de enero y en general?

J.O: Ha sido un rega­lo inme­jo­ra­ble para comen­zar el año. Con admi­ra­ción y con orgu­llo, ha sido una exhi­bi­ción enor­me. No pode­mos más que aplau­dir­la. Sin embar­go, la feli­ci­dad no nos cie­ga, por­que la ausen­cia de algu­nos agen­tes que­dó muy paten­te en Bil­bo, y des­de enton­ces la posi­ción polí­ti­ca de quie­nes se nega­ron a estar ahí está muy debi­li­ta­da. Sien­do satis­fac­to­ria una movi­li­za­ción de ese tama­ño, es impres­cin­di­ble seguir tra­ba­jan­do, orga­ni­zán­do­se cada uno en las estruc­tu­ras de su localidad.

M.I: Ver miles y miles de vas­cos en Bil­bo nos lle­ga de ale­gría. Gra­cias al com­pro­mi­so de esos miles y miles y con el tra­ba­jo acu­mu­la­do en años ha naci­do el movi­mien­to Herri­ra. Pue­blo a pue­blo y barrio a barrio, empu­jan­do todos jun­tos, con­se­gui­re­mos hacer­se mover lo que aho­ra pare­ce inamovible.

¿Exis­te un sen­ti­mien­to de ansie­dad en torno a la espe­ran­za de salir a la calle? ¿Qué dirían a los fami­lia­res a este respecto?

M.A: Hay que des­te­rrar tan­to la des­es­pe­ran­za como la espe­ran­za cie­ga, las dos. Sabe­mos por qué nos detu­vie­ron, sabe­mos por qué nos apli­can este bru­tal régi­men car­ce­la­rio y sabe­mos tam­bién que nues­tra liber­tad está estre­cha­men­te uni­da a la supera­ción de la situa­ción de opre­sión que vive Eus­kal Herria. Nos saca­rá el pueblo.

A.E: ¿Qué decir a los fami­lia­res? Que vamos ade­lan­te jun­tos en este camino. ¿Cómo íba­mos a hacer fren­te a esta situa­ción sin ellos? Más que decir­lo, nues­tra opi­nión sobre por dón­de va el pro­ce­so de libe­ra­ción la ven refle­ja­da los fami­lia­res en noso­tros. En eso tene­mos una gran res­pon­sa­bi­li­dad, tra­ba­jan­do nues­tra mili­tan­cia polí­ti­ca y pro­fun­di­zan­do en nues­tra edu­ca­ción per­so­nal, inclu­so en las con­di­cio­nes más difí­ci­les. La liber­tad es nues­tro nor­te, y des­de el momen­to en que nos encar­ce­la­ron pre­pa­ra­mos nues­tra men­te en esa direc­ción. «Quien vive entre tinie­blas sue­ña con la luz».

¿Qué están pidien­do con­cre­ta­men­te cuan­do rei­vin­di­can el dere­cho a par­ti­ci­par en un pro­ce­so de resolución?

M.I: Somos par­te y con­se­cuen­cia del con­flic­to polí­ti­co, y por eso rei­vin­di­ca­mos el dere­cho de par­ti­ci­par en el pro­ce­so como colec­ti­vo. Nos tie­nen cau­ti­vos en la cár­cel por nues­tro com­pro­mi­so polí­ti­co, y en con­se­cuen­cia rei­vin­di­ca­mos el dere­cho a par­ti­ci­par en la reali­dad de nues­tro pue­blo como colec­ti­vo. Por eso recla­ma­mos el esta­tus polí­ti­co, para rea­li­zar nues­tra labor polí­ti­ca en las con­di­cio­nes más ade­cua­das posi­bles. Mien­tras está pre­so, cada uno de noso­tros hace esfuer­zos por par­ti­ci­par en la vida polí­ti­ca de nues­tro pue­blo, pero nues­tra rei­vin­di­ca­ción va más lejos, en la calle que­re­mos seguir sien­do acti­vos políticos.

J.O: Tene­mos que ser repa­tria­dos a Eus­kal Herria due­ños de todos los dere­chos, pone­mos al ser­vi­cio del pue­blo lo que somos y lo que tene­mos, por­que cree­mos que tene­mos qué decir. Todo el mun­do habla de noso­tros, de qué polí­ti­ca nos tie­nen que apli­car, de qué urgen­cias tene­mos, de qué situa­ción vivi­mos… cuan­do nadie lo sabe mejor que noso­tros; con la inter­lo- cución tene­mos voz propia.

En este nue­vo tiem­po se han hecho peti­cio­nes con­cre­tas de liber­tad para quie­nes están enfer­mos o con la con­de­na cum­pli­da. Tam­bién se ha hecho una peti­ción de repa­tria­ción para todos. ¿Por qué aho­ra? ¿Y qué tipo de res­pues­ta se ha recibido?

M.I: La peti­ción la hemos hecho ofi­cial­men­te todos los miem­bros del Colec­ti­vo, por­que nos ha pare­ci­do un momen­to opor­tuno para que los gober­nan­tes den pasos en torno a las situa­cio­nes extre­mas que se viven den­tro del Colec­ti­vo. Jun­to a ello, esas peti­cio­nes han sido una demos­tra­ción de la volun­tad y la deter­mi­na­ción que tene­mos de par­ti­ci­par en un pro­ce­so de reso­lu­ción. Hacien­do esas peti­cio­nes hemos ten­di­do una mano a los esta­dos. No han que­ri­do coger­la. Si en Espa­ña nos han res­pon­di­do que no, en Fran­cia ni siquie­ra eso. Sor­pren­den­te­men­te, pare­ce que tie­nen sin deci­dir qué hacer con la cues­tión de los pre­sos en el camino hacia la reso­lu­ción del con­flic­to, y lejos de cam­biar de direc­ción siguen pro­fun­di­zan­do en la vía repre­si­va. Esas peti­cio­nes las depo­si­ta­mos cada mes en cada cárcel.

A.E: Por nues­tra par­te, hemos lle­va­do a cabo un perio­do de lucha entre los días 9 y 13 de enero en todas las cár­ce­les, por un lado para defen­der esas ini­cia­ti­vas lan­za­das a final de año y por otro para secun­dar la movi­li­za­ción popu­lar gene­ral de Bilbo.

La Asam­blea Nacio­nal fran­ce­sa ha apro­ba­do la opción de acer­car a los pre­sos. ¿Cómo valo­ran, en gene­ral, la posi­ción de Fran­cia en este terreno?

M.A: Fran­cia ha cum­pli­do al pie de la letra los mode­los que se le hacen lle­gar des­de las auto­ri­da­des car­ce­la­rias espa­ño­las: ais­la­mien­to, dis­per­sión, ale­ja­mien­to, siem­pre ajus­ta­do al sis­te­ma car­ce­la­rio fran­cés, que es dife­ren­te al espa­ñol. La acti­tud de Fran­cia es más bur­da. Hace tiem­po que dejó de ser una mera com­par­sa de los espa­ño­les. Ocul­ta la repre­sión con­tra el terri­to­rio vas­co que tie­ne bajo su domi­nio afir­man­do que el pro­ble­ma vas­co es algo que corres­pon­de al Esta­do espa­ñol. Aun­que no hay que per­der la espe­ran­za de sor­pre­sa, no pare­ce que, más allá de decla­ra­cio­nes, Fran­cia ten­ga inten­ción de lide­rar la solu­ción al pro­ble­ma de los presos.

A.E: Polí­ti­cos de todos los par­ti­dos de Lapur­di, Behe Nafa­rroa y Zube­roa apa­re­cen preo­cu­pa­dos con el tema de los pre­sos y tam­bién con la reso­lu­ción del con­flic­to. El con­ti­nuo tra­ba­jo de hor­mi­ga de los gru­pos de apo­yo a los pre­sos y los logros que han con­se­gui­do son para qui­tar­se el som­bre­ro. Y los cam­bios de posi­ción que han con­se­gui­do del Esta­do fran­cés, aun­que sean meras decla­ra­cio­nes, dejan al Gobierno del PP cada vez más ais­la­do en su acti­tud. En cual­quier caso, no pode­mos con­cluir sin decir que lo que valen son los pasos y las acciones.

¿Creen que los esta­dos pue­den uti­li­zar la cues­tión de los pre­sos para defor­mar, retra­sar o inclu­so pudrir el pro­ce­so de resolución?

M.A: En las res­pues­tas recien­tes que­da bas­tan­te cla­ro que esa es la tác­ti­ca que ha pues­to en mar­cha el Esta­do espa­ñol, al menos, en este momen­to. Están usan­do la cues­tión de algu­nas víc­ti­mas como arma arro­ja­di­za con­tra la fuer­te deman­da de la ciu­da­da­nía vas­ca en torno a los pre­sos, quie­ren poner a las víc­ti­mas como barri­ca­da en la direc­ción de la reso­lu­ción, en la espe­ran­za de que fre­na­rán así la embes­ti­da en favor de los pre­sos y que el pro­ce­so enca­lla­rá o se sal­drá de sus raí­les. Qui­zás que­rrán así ganar tiem­po para res­pon­der a las raí­ces del con­flic­to y bus­car la solu­ción, ponien­do a la izquier­da aber­tza­le en situa­ción incó­mo­da. En cual­quier caso, no es una acti­tud responsable.

J.O: Como tie­nen mie­do a dar pasos polí­ti­cos, bus­can retra­sar dar pasos en el terreno de los pre­sos. Sin embar­go, saben que tar­de o tem­prano les lle­ga­rá el momen­to de ir a las bases del con­flic­to. Esto les da la opor­tu­ni­dad de avan­zar en su dis­cur­so ideo­ló­gi­co, con­ge­lan­do el pro­ce­so y vacián­do­lo de con­te­ni­do… Ahí se pue­de ubi­car el Pac­to de Esta­do fir­ma­do en el Par­la­men­to espa­ñol por PP, PSOE y PNV. Está en las manos de todos no dejar que se pudra la nue­va era his­tó­ri­ca que se ha abier­to en Eus­kal Herria. Hay que unir­se a esta lucha cada día, afron­tan­do el desa­fío todos jun­tos con fuer­za, con ilu­sión y con ganas, por­que los pasos de hoy son las nue­vas opcio­nes de maña­na. Es bási­co man­te­ner viva una fuer­te diná­mi­ca popu­lar. Ahí están las movi­li­za­cio­nes de mar­zo, hayan sido por los dere­chos de la mujer, por la ofi­cia­li­dad del eus­ka­ra o la exi­to­sa huel­ga gene­ral de los tra­ba­ja­do­res. Noso­tros secun­da­mos todas esas rei­vin­di­ca­cio­nes de denun­cia, y lla­ma­mos a que sean cada vez más pode­ro­sas y más eficaces.

¿Han teni­do algún con­tac­to con los gober­nan­tes espa­ño­les o franceses?

M.I: No. Las últi­mas rela­cio­nes direc­tas se pro­du­je­ron en el con­tex­to del pro­ce­so de 2006. Apro­ve­chan­do esta entre­vis­ta, hace­mos un lla­ma­mien­to a los res­pon­sa­bles de los dos gobier­nos, el fran­cés y el espa­ñol, para que se reúnan con la inter­lo­cu­ción de EPPK y abor­de­mos el res­pe­to a nues­tros dere­chos y su mate­ria­li­za­ción. Les empla­za­mos a que actúen con serie­dad, a que tomen con­tac­to con noso­tros. Res­pe­tan­do nues­tros dere­chos demo­crá­ti­cos bási­cos, nos tie­nen lis­tos para hablar y para dar pasos, tene­mos el man­da­to de EPPK.

Es evi­den­te que la polí­ti­ca car­ce­la­ria no ha hecho des­apa­re­cer el Colec­ti­vo. Sin embar­go, ¿cuán­to daño ha sufri­do? Hay muchos pre­sos, una dis­per­sión enor­me, gra­ves casos de ais­la­mien­to, 62 pre­sos lle­van más de 20 años en pri­sión… ¿Qué efec­to tie­ne todo ello?

A.E: Man­te­ner­nos fir­mes es nues­tra mayor vic­to­ria. La cohe­ren­cia polí­ti­ca ha traí­do como cos­te la pér­di­da de la pro­pia vida de algu­nos com­pa­ñe­ros, y eso pro­vo­ca dolor en todos noso­tros. El peso de la inde­fen­sión es gran­de, en las situa­cio­nes de ais­la­mien­to, en las kun­das [tras­la­dos], y qué decir de cuan­do tie­nes la con­de­na a pun­to de aca­bar y te dicen que no sal­drás, o cuan­do estás enfer­mo y no reci­bes la aten­ción médi­ca que nece­si­tas… Que la fami­lia ten­ga que sopor­tar los efec­tos de la dis­per­sión, cada kiló­me­tro que hacen, los ries­gos de la carre­te­ra… todo eso nos pro­vo­ca mucho dolor.

M.A: Los núme­ros de este sufri­mien­to son cada vez más cono­ci­dos gra­cias al tra­ba­jo con­ti­nuo de los gru­pos de soli­da­ri­dad con los pre­sos. En cuan­to al Colec­ti­vo, el ata­que que sufre es enor­me, y hace 30 años nadie hubie­ra creí­do que aguan­ta­ría el cha­pa­rrón puni­ti­vo que le ha caí­do enci­ma. Tan­to la dis­per­sión como los ata­ques que han reci­bi­do los gru­pos de soli­da­ri­dad con los pre­sos y los abo­ga­dos han deja­do al Colec­ti­vo en situa­ción de inde­fen­sión más de una vez. Pero EPPK está vivo, ha resis­ti­do. El Gobierno espa­ñol no quie­re que la libe­ra­ción de los pre­sos qui­te cre­di­bi­li­dad y afee el rela­to que quie­ren cons­truir, y teme tam­bién ver tra­ba­jan­do en la calle por la liber­tad de Eus­kal Herria a toda la expe­rien­cia polí­ti­ca y la capa­ci­dad que tie­nen ence­rra­da entre los muros de las cárceles.

¿Qué hay del deba­te ini­cia­do en seno del Colec­ti­vo? ¿Para cuán­do se espe­ran las conclusiones?

J.O: El Colec­ti­vo es un ser vivo, par­te de la izquier­da aber­tza­le, par­te de un pue­blo, y en con­se­cuen­cia está siem­pre en un deba­te polí­ti­co per­ma­nen­te y diná­mi­co. Con esta entre­vis­ta esta­mos dan­do a cono­cer un paso impor­tan­te a nivel orga­ni­za­ti­vo; la desig­na­ción de la repre­sen­ta­ción e inter­me­dia­ción del Colec­ti­vo. Pre­ci­sa­men­te, reno­var el modo de orga­ni­za­ción de EPPK ha sido el obje­ti­vo de la pri­me­ra fase del deba­te. En un segun­do gol­pe dare­mos a cono­cer ante la socie­dad vas­ca las con­clu­sio­nes polí­ti­cas, en esta mis­ma pri­ma­ve­ra. El deba­te está sien­do impor­tan­te, por­que hemos teni­do capa­ci­dad de lle­var­lo ade­lan­te por enci­ma de obs­tácu­los y de seve­ras con­di­cio­nes represivas.

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