El man­te­ni­mien­to o des­man­te­la­mien­to del Esta­do del Bien­es­tar- Vice­nç Navarro

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La mal lla­ma­da cri­sis del euro está afec­tan­do pro­fun­da­men­te los Esta­dos del Bien­es­tar de los paí­ses de la Euro­zo­na y muy en par­ti­cu­lar de los paí­ses peri­fé­ri­cos de la zona mone­ta­ria tales como Gre­cia, Por­tu­gal, Irlan­da y Espa­ña. Antes de dis­cu­tir como la cri­sis afec­ta a tales paí­ses tene­mos que ana­li­zar las carac­te­rís­ti­cas de tales paí­ses a los que se con­si­de­ra, en par­te, res­pon­sa­bles de la mal lla­ma­da cri­sis del euro.

Vea­mos pues qué tie­nen en común los paí­ses peri­fé­ri­cos de la Euro­zo­na (Espa­ña, Gre­cia, Por­tu­gal e irlan­da). Y el deta­lle más impor­tan­te es que todos ellos han esta­do gober­na­dos por dic­ta­du­ras ultra­de­re­chis­tas (Espa­ña, Por­tu­gal y Gre­cia) o gobier­nos con­ser­va­do­res auto­ri­ta­rios (Irlan­da), en la mayo­ría del perio­do post II Gue­rra Mun­dial has­ta los años 80. Con­se­cuen­cia de ello todos ellos tie­nen Esta­dos repre­si­vos, poco redis­tri­bu­ti­vos, y esca­sa­men­te socia­les. Tie­nen por ejem­plo el núme­ro de poli­cias por 10.000 habi­tan­tes mayor de la UE-15 (el gru­po de paí­ses de la Unión Euro­pea más desa­rro­lla­dos eco­nó­mi­ca­men­te) y, a la vez, el menor por­cen­ta­je de la pobla­ción adul­ta tra­ba­jan­do en su Esta­do del Bien­es­tar. Tie­nen tam­bién las mayo­res des­igual­da­des de la Unión Euro­pea. Vea­mos los datos.

Los ingre­sos al Esta­do como por­cen­ta­je del PIB en el año 2009 fue, según Euros­tat, el 34% en Espa­ña, el 37% en Gre­cia, el 39% en Por­tu­gal y el 34% en Irlan­da, por­cen­ta­jes, todos ellos, mucho meno­res que el pro­me­dio de la UE-15 44% y mucho menos que el de Sue­cia el 54%, sien­do este últi­mo el que tie­ne mayo­res ingre­sos al Esta­do (ver cua­dro 1).

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El gas­to social como por­cen­ta­je del PIB fue tam­bién, según Euros­tat, en 2008 el 22,7% en Espa­ña, el 25,9% en Gre­cia., el 24,3% en Por­tu­gal y el 22,1% en Irlan­da, por­cen­ta­jes, todos ellos, mucho meno­res que el pro­me­dio de la UE-15 27% y mucho menos que el de Sue­cia 29,3% que tie­ne el gas­to públi­co social más ele­va­do de la UE-15 (ver cua­dro 2).

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El empleo públi­co (la mayo­ría del cual per­te­ne­ce a los ser­vi­cios del Esta­do del Bien­es­tar) como por­cen­ta­je de la pobla­ción adul­ta es, de nue­vo, según Euros­tat en Espa­ña el 9%, en Gre­cia el 14% (debi­do al ele­va­do núme­ro de per­so­nal en las fuer­zas arma­das), en Por­tu­gal el 7% y en Irlan­da el 12%. Todos ellos, de nue­vo, por­cen­ta­jes meno­res que el exis­ten­te en el pro­me­dio de la UE-15 15% y mucho menos que en Sue­cia, que es el 25% (ver cua­dro 3).

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Estos datos mues­tran que, míre­se como se mire, el sec­tor públi­co, inclu­yen­do su Esta­do del Bien­es­tar, está muy poco desa­rro­lla­do en estos paí­ses, con un gas­to públi­co, inclu­yen­do un gas­to públi­co social, y un empleo públi­co (pre­do­mi­nan­te­men­te en los ser­vi­cios del Esta­do del Bien­es­tar) muy bajo. Las con­ti­nuas obser­va­cio­nes de los pen­sa­do­res con­ser­va­do­res y libe­ra­les espa­ño­les que afir­man que el Esta­do en Espa­ña está hiper­tro­fia­do no se corres­pon­den con el aná­li­sis de datos. Tales decla­ra­cio­nes per­te­ne­cen más al terreno ideo­ló­gi­co que al terreno cien­tí­fi­co. Tie­nen poca cre­di­bi­li­dad, a pesar de la cual, se repro­du­cen con gran fre­cuen­cia en los medios de información.

Las des­igual­da­des socia­les elevadas

Otra carac­te­rís­ti­ca de estos paí­ses es el des­cen­so del por­cen­ta­je de las ren­tas del tra­ba­jo sobre la ren­ta nacio­nal en los últi­mos 20 años. Así, en Espa­ña, tal por­cen­ta­je ha dis­mi­nui­do del 69% al 61, un des­cen­so más nota­ble que en el pro­me­dio de la Unión Euro­pea que bajó del 69,7% al 64,6% (datos de AMECO, de la Comi­sión Euro­pea) (ver cua­dro 4).

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Ello ha con­tri­bui­do a un cre­ci­mien­to de las des­igual­da­des muy nota­ble, que ha sido esca­sa­men­te corre­gi­da por las inter­ven­cio­nes fis­ca­les. En reali­dad, la polí­ti­ca fis­cal de tales paí­ses es muy regre­si­va. Espa­ña es un ejem­plo de ello. La pobre­za según los datos de Euros­tat sería un 24% de la ciu­da­da­nía si las trans­fe­ren­cias públi­cas del Esta­do a la ciu­da­da­nía no exis­tie­ran en Espa­ña. Una vez se inclu­yen estas trans­fe­ren­cias, la pobre­za baja a solo un 20% de la pobla­ción. Es decir, que estas trans­fe­ren­cias tie­nen un impac­to reduc­tor muy limi­ta­do, solo 4 pun­tos, com­pa­ra­do con 9 pun­tos en la UE-15 (que pasa de 25 a 16) y 14 pun­tos en Sue­cia (que pasa de 27 a 13) (ver cua­dro 5).

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Esto expli­ca que Espa­ña sea uno de los paí­ses de la UE-15 con mayor tasa de pobre­za y una tasa de reduc­ción de la pobre­za menor. El coefi­cien­te de Gini (que mide las des­igual­da­des de un país, sien­do mayo­res a medi­da que el núme­ro es más ele­va­do) mues­tra que Espa­ña es uno de los paí­ses que tie­ne un Gini más alto (31,3 com­pa­ra­do con 29,2 en el pro­me­dio de la UE-15) (ver cua­dro 6).

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¿Por qué la polí­ti­ca fis­cal es tan regre­si­va en estos paí­ses? El caso de España

Cuan­do un país (como estos paí­ses peri­fé­ri­cos de la Euro­zo­na) ha sido gober­na­do por gran­des perio­dos de tiem­pos por las fuer­zas con­ser­va­do­ras, nos encon­tra­mos con una reali­dad muy pre­de­ci­ble. Las ren­tas deri­va­das del capi­tal son gra­va­das mucho menos que las ren­tas deri­va­das del tra­ba­jo. Vemos, por ejem­plo, que un tra­ba­ja­dor de la manu­fac­tu­ra, que es el tra­ba­ja­dor mejor paga­do en cual­quier país entre los tra­ba­ja­do­res, paga ya el 74% del nivel de gra­va­ción que tie­ne su homo­lo­go en Sue­cia, el país que tie­ne mayor car­ga fis­cal. El tra­ba­ja­dor de la manu­fac­tu­ra del pro­me­dio de la UE-15 paga alre­de­dor del 88% de su homó­lo­go en Sue­cia. En cam­bio, el 1% de ren­ta supe­rior que deri­va la mayo­ría de sus ren­tas del capi­tal, paga úni­ca­men­te el 20% (en teo­ría, por­que en la prác­ti­ca es un núme­ro menor, el 10%) de lo que paga su homó­lo­go en Sue­cia. El pro­me­dio de la UE-15 es un 70%. Se pue­de ver con estos datos el ses­go enor­me­men­te regre­si­vo de la polí­ti­ca fis­cal en Espa­ña, una situa­ción que se repi­te en aque­llos otros paí­ses. La regre­si­vi­dad de su polí­ti­ca fis­cal es la cau­sa de la pobre­za de sus esta­dos. Si la polí­ti­ca fis­cal de Espa­ña fue­ra la mis­ma que Sue­cia, ello con­tri­bui­ría a que se ingre­sa­ran 200.000 millo­nes de euros más de los que se ingre­sa al Esta­do aho­ra. Con este dine­ro podrían crear­se 5 millo­nes de pues­tos de tra­ba­jo más, invir­tien­do en los ser­vi­cios públi­cos del Esta­do del Bien­es­tar, de mane­ra tal de que en lugar de un adul­to de cada diez tra­ba­jan­do en estos ser­vi­cios fue­ra uno de cada cua­tro como en Sue­cia. Tal crea­ción de pues­tos de tra­ba­jo eli­mi­na­ría el des­em­pleo en Espa­ña que es pre­ci­sa­men­te de 5 millo­nes de para­dos (ver cua­dro 7).

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¿Qué ha ido ocu­rrien­do en España?

En los últi­mos quin­ce años la polí­ti­ca fis­cal se ha ido hacien­do inclu­so más regre­si­va debi­do a una baja­da de impues­tos lle­va­da a cabo por los suce­si­vos gobier­nos que ha bene­fi­cia­do pre­do­mi­nan­te­men­te a las ren­tas de capi­tal y a las ren­tas supe­rio­res. Esta reduc­ción de impues­tos ha crea­do un défi­cit públi­co estruc­tu­ral que ha esta­do ocul­ta­do has­ta el año 2007 por la expan­sión de los ingre­sos al Esta­do, con­se­cuen­cia de la bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria. El aumen­to del gas­to públi­co duran­te la bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria se debía exclu­si­va­men­te al aumen­to de los ingre­sos al Esta­do, con­se­cuen­cia del cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co pero sin que cam­bia­se la regre­si­vi­dad del sis­te­ma fis­cal, el cual, en reali­dad, se acentuó.

Cuan­do explo­tó la bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria, apa­re­ció con toda la cru­de­za el défi­cit públi­co estruc­tu­ral cau­sa­do por la baja­da de impues­tos, al cual se aña­dió la baja­da de ingre­sos al Esta­do con­se­cuen­cia de la baja­da de la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca. El défi­cit públi­co estruc­tu­ral lo creó la reduc­ción de impues­tos y no, como los pen­sa­do­res con­ser­va­do­res y libe­ra­les acen­túan, por un inexis­ten­te exce­si­vo gas­to públi­co. De ahí el error de inten­tar resol­ver el défi­cit a base de redu­cir el gas­to públi­co, inclu­yen­do el gas­to públi­co social. De ahí, ello se dedu­ce, lo enor­me­men­te equi­vo­ca­das que son las polí­ti­cas públi­cas de aus­te­ri­dad pues se basan en unos supues­tos erróneos.

La reduc­ción del défi­cit públi­co del esta­do a cos­ta del aumen­to del défi­cit públi­co social

Esta reduc­ción del défi­cit del esta­do a cos­ta de aumen­tar el défi­cit de gas­to públi­co social ha sido una cons­tan­te en la épo­ca demo­crá­ti­ca en Espa­ña. Tal como está indi­can­do al prin­ci­pio del artícu­lo, el gas­to públi­co social por habi­tan­te es muy bajo en Espa­ña. Es el más bajo de la UE-15. De ahí que la dife­ren­cia de gas­to públi­co social por habi­tan­te entre Espa­ña y el pro­me­dio de la UE-15 sea la más ele­va­da de tal comu­ni­dad. En el año 1995, era de 1.793 uni­da­des de poder de com­pra (es decir, euros estan­da­ri­za­dos por su poder de com­pra, uni­dad uti­li­za­da para homo­lo­gar la capa­ci­dad adqui­si­ti­va del euro en paí­ses de dis­tin­to nivel de rique­za eco­nó­mi­ca). Este défi­cit aumen­tó con­si­de­ra­ble­men­te, alcan­zan­do la ele­va­da cifra de 2.256 upc en 2001, per­ma­ne­cien­do en este nivel has­ta 2004, cuan­do, resul­ta­do de un cre­ci­mien­to muy nota­ble del gas­to públi­co social duran­te el pri­mer perio­do del gobierno socia­lis­ta, des­cen­dien­do a 1.845 upc en 2007, défi­cit que, por cier­to, era inclu­so mayor que en 1997.

La cau­sa de este enor­me cre­ci­mien­to del défi­cit social de Espa­ña ver­sus el pro­me­dio de la UE-15 se debe a que el Esta­do espa­ñol a fin de dis­mi­nuir el défi­cit públi­co del esta­do, trans­fi­rió fon­dos de los sec­to­res del esta­do del bien­es­tar (aumen­tan­do el défi­cit social) a las arcas del esta­do, para ambos su défi­cit públi­co (ver cua­dro 8).

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En una situa­ción seme­jan­te el esta­do espa­ñol ha esta­do redu­cien­do su défi­cit públi­co a base de aumen­tar el défi­cit social de España.

Las cau­sas de la cri­sis económica

El des­cen­so de las ren­tas del tra­ba­jo a lo cual hice refe­ren­cia al prin­ci­pio del artícu­lo ha sig­ni­fi­ca­do en Espa­ña y en los otros paí­ses cita­dos ante­rior­men­te, un des­cen­so de la deman­da que ha gene­ra­do un cre­ci­mien­to del endeu­da­mien­to pri­va­do, endeu­da­mien­to que ha bene­fi­cia­do al capi­tal finan­cie­ro. Cuan­do la bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria se colap­só, tal cré­di­to des­apa­re­ció, con­tri­bu­yen­do con ello a la enor­me reduc­ción de la deman­da en el sec­tor pri­va­do que gene­ró la rece­sión, des­tru­yén­do­se gran can­ti­dad de empleo.

Por otra par­te, la con­cen­tra­ción de las ren­tas en los sec­to­res supe­rio­res, ren­tas pro­ce­den­tes del capi­tal, hizo que las inver­sio­nes finan­cie­ras se cen­tra­ran, no tan­to en las áreas pro­duc­ti­vas que esta­ban estan­ca­das debi­do a la fal­ta de deman­da, sino en las áreas espe­cu­la­ti­vas como en el sec­tor inmo­bi­lia­rio. De ahí el com­ple­jo ban­ca-sec­tor inmo­bi­lia­rio-indus­tria de la cons­truc­ción que fue el motor de la eco­no­mía duran­te los últi­mos 20 años.

La solu­ción a esta reali­dad es rever­tir el cre­ci­mien­to de las des­igual­da­des median­te el aumen­to de los sala­rios, de la pro­tec­ción social, y del gas­to públi­co social, a fin de aumen­tar la deman­da. Este aumen­to del gas­to públi­co tie­ne que deri­var de una refor­ma fis­cal que corri­ja su regre­si­vi­dad y el défi­cit de ingre­sos al Esta­do. No es cier­to, en este aspec­to, que el Esta­do espa­ñol viva por enci­ma de sus posi­bi­li­da­des. En reali­dad el PIB per cápi­ta es el 94% del pro­me­dio de la UE-15. En cam­bio, su gas­to públi­co social por habi­tan­te no es el 94% del pro­me­dio de la UE-15 sino el 72%. Si fue­ra el 94% el Esta­do espa­ñol se gas­ta­ría 66.000 millo­nes de euros más en finan­ciar el sub­fi­nan­cia­do Esta­do del Bien­es­tar espa­ñol. No es cier­to por lo tan­to que el Esta­do del Bien­es­tar esté más desa­rro­lla­do que lo que los recur­sos en Espa­ña per­mi­ten. Antes al con­tra­rio, el Esta­do del Bien­es­tar en Espa­ña es pobre aun­que el país ya es rico.

El cre­ci­mien­to del des­em­pleo con­se­cuen­cia y cau­sa del pro­ble­ma económico

El enor­me cre­ci­mien­to del des­em­pleo en Espa­ña es una de las con­se­cuen­cias de la ralen­ti­za­ción eco­nó­mi­ca resul­ta­do del des­cen­so de la deman­da. Al bajar la deman­da, baja la pro­duc­ción de bie­nes y con­su­mos, y el empre­sa­rio nece­si­ta menos tra­ba­ja­do­res y si pue­de, lo hace. Y eso es lo que pasa en Espa­ña. En con­tra de lo que sos­tie­nen las tesis neo­li­be­ra­les, el des­em­pleo cre­ce más rápi­da­men­te en aque­llos paí­ses en que es más fácil des­pe­dir a los tra­ba­ja­do­res como es el caso de EE.UU., Irlan­da y Espa­ña. A mayor des­re­gu­la­ción de los mer­ca­dos de tra­ba­jo, mayor es el cre­ci­mien­to del des­em­pleo. No es por casua­li­dad que uno de los paí­ses don­de el des­em­pleo ha cre­ci­do menos ha sido Ale­ma­nia don­de el mer­ca­do labo­ral está alta­men­te regu­la­do y don­de los sin­di­ca­tos son fuer­tes. La coges­tión de las empre­sas en aquel país expli­ca que las empre­sas ale­ma­nas hayan res­pon­di­do a la baja­da de la deman­da de sus pro­duc­tos median­te la reduc­ción de la jor­na­da de tra­ba­jo en lugar de la eli­mi­na­ción de pues­tos de trabajo.

Hay que sub­ra­yar que la tasa de cre­ci­mien­to del des­em­pleo es un con­cep­to dis­tin­to al de la tasa de des­em­pleo, dis­tin­ción que debe hacer­se aun­que rara­men­te se hace. Espa­ña tie­ne no sólo una tasa de cre­ci­mien­to del des­em­pleo muy ele­va­do, sino tam­bién una tasa de des­em­pleo muy ele­va­da. Y ello como con­se­cuen­cia del esca­so desa­rro­llo de su esta­do del bien­es­tar, tema y cau­sa que no apa­re­ce en los medios ni en el deba­te polí­ti­co. Recuér­de­se que en Espa­ña, sólo uno de cada diez adul­tos tra­ba­ja en el esta­do del bien­es­tar. En Sue­cia es uno de cada cua­tro. Si fue­ra en Espa­ña uno de cada cua­tro habría cin­co millo­nes de pues­tos de tra­ba­jo más eli­mi­nan­do con ello el desempleo.

Cri­sis financiera

La dis­mi­nu­ción de las ren­tas del tra­ba­jo ha crea­do la nece­si­dad de que la mayo­ría de las fami­lias (que deri­van sus ingre­sos de las ren­tas del tra­ba­jo) se ten­gan que endeu­dar pro­fun­da­men­te, lo cual ha sido muy bene­fi­cio­so para la ban­ca. En reali­dad, el gran cre­ci­mien­to de la ban­ca se debe a la reduc­ción de la capa­ci­dad adqui­si­ti­va de la pobla­ción, con­se­cuen­cia de la dis­mi­nu­ción de sus ren­tas. Hay una rela­ción empí­ri­ca bien esta­ble­ci­da entre la dis­mi­nu­ción de la capa­ci­dad adqui­si­ti­va de la pobla­ción y el cre­ci­mien­to de la ban­ca. Por otra par­te, la con­cen­tra­ción de las ren­tas en el capi­tal y la insu­fi­cien­te ren­ta­bi­li­dad de la eco­no­mía pro­duc­ti­va resul­ta­do de la dis­mi­nu­ción de la deman­da, expli­ca que las ren­tas supe­rio­res (que deri­van sus ingre­sos de la ren­ta del capi­tal) invier­tan más en acti­vi­da­des espe­cu­la­ti­vas (como en el sec­tor inmo­bi­lia­rio) que en los sec­to­res pro­duc­ti­vos. Este es el ori­gen de la bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria basa­da en el com­ple­jo ban­ca­rio inmo­bi­lia­rio indus­tria de la cons­truc­ción que fue el motor del cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co en Espa­ña, así como en EE.UU., en la Gran Bre­ta­ña y en Irlan­da, los paí­ses que tie­nen mayo­res des­igual­da­des de ren­ta y mayor con­cen­tra­ción de las rique­zas (inclu­yen­do rentas).

La bur­bu­ja inmo­bi­lia­ria creó una situa­ción arti­fi­cial de rique­za, aumen­tan­do los ingre­sos al esta­do y duran­te el gobierno socia­lis­ta, el incre­men­to del gas­to públi­co social. Este incre­men­to dio pie a la reduc­ción de los impues­tos que favo­re­cie­ron pre­do­mi­nan­te­men­te a las ren­tas del capi­tal y a las ren­tas supe­rio­res, faci­li­tan­do toda­vía más la con­cen­tra­ción de las ren­tas. Pero tal reduc­ción de los impues­tos tam­bién deter­mi­nó el incre­men­to del défi­cit estruc­tu­ral del esta­do, défi­cit que que­dó ocul­to detrás del cre­ci­mien­to de ingre­sos debi­do a la favo­ra­ble situa­ción eco­nó­mi­ca crea­da por la bur­bu­ja inmobiliaria.

En este perio­do se creó la situa­ción para­dó­ji­ca de que el esta­do que deja­ba de ingre­sar fon­dos como con­se­cuen­cia de bajar los impues­tos a la bur­gue­sía finan­cie­ra, tenía que lue­go pedir pres­ta­do el mis­mo dine­ro que había depo­si­ta­do en la banca.

De esta mane­ra, la deu­da públi­ca fue aumen­tan­do a medi­da de que el esta­do tenía que pedir pres­ta­do dine­ro de los ban­cos (a unos intere­ses altos), el mis­mo dine­ro que había deja­do de reco­ger como resul­ta­do de haber redu­ci­do sus impues­tos. El endeu­da­mien­to del esta­do bene­fi­ció, pues tam­bién a la ban­ca y a los sec­to­res del capi­tal finan­cie­ro que vie­ron redu­cir sus impues­tos a la vez que aumen­ta­ron los intere­ses de la deu­da públi­ca que tal capi­tal com­pra­ba con los dine­ros obte­ni­dos en la reduc­ción de sus dine­ros. En un círcu­lo vir­tuo­so para las ren­tas del capi­tal, a cos­ta de las ren­tas del tra­ba­jo y con la ayu­da del esta­do que fue cóm­pli­ce en el desa­rro­llo de tal círcu­lo. En reali­dad, según el pro­pio FMI el 50% del défi­cit públi­co estruc­tu­ral se debió a la reduc­ción de los impuestos.

Aho­ra bien, este défi­cit públi­co estruc­tu­ral que­da­ba ocul­to bajo un supe­rá­vit en las cuen­tas del esta­do. Pero cuan­do la bur­bu­ja esta­lló el défi­cit apa­re­ció en toda su dimen­sión. Es más, éste cre­ció muy rápi­da­men­te con­se­cuen­cia de la gran des­truc­ción de empleo. En Espa­ña la mayo­ría de impues­tos pro­ce­den del tra­ba­jo más que del capi­tal. De ahí que cuan­do el empleo bajó, y bajó muy rápi­da­men­te el défi­cit del esta­do cre­ció (ver cua­dro 9).

cuadro9

Este incre­men­to del défi­cit públi­co se inten­ta redu­cir median­te los recor­tes de gas­to públi­co, inclu­yen­do del gas­to públi­co social. El argu­men­to que se uti­li­za para jus­ti­fi­car tales recor­tes es que no pode­mos vivir por enci­ma de nues­tras posi­bi­li­da­des, lo cual no es cier­to. Es fácil de mos­trar que Espa­ña tie­ne los recur­sos con los cua­les corre­gir el enor­me défi­cit de gas­to públi­co en las trans­fe­ren­cias y ser­vi­cios públi­cos del esta­do del bien­es­tar. Espa­ña no es un país pobre. En reali­dad, su PIB por habi­tan­te es ya el 94% del pro­me­dio de la UE-15, sino sólo el 72%.

Es decir, Espa­ña se gas­ta 66.000 millo­nes de euros menos de los que se debie­ra gas­tar para alcan­zar los nive­les que nos corres­pon­den por el nivel de rique­za que tene­mos. Estos datos mues­tran que el esta­do en Espa­ña tie­ne los recur­sos. Lo que ocu­rre es que no los reco­ge. Y ahí está el problema.

Los recor­tes son inne­ce­sa­rios y contraproducentes

Den­tro de esta situa­ción, la cri­sis se está inten­tan­do resol­ver median­te recor­tes de gas­to públi­co que dis­mi­nu­yen toda­vía más la deman­da y por lo tan­to, con­tri­bu­yen a la rece­sión. Pero, tales recor­tes, tam­bién incre­men­tan las des­igual­da­des socia­les. Por ejem­plo, el Esta­do ha con­ge­la­do las pen­sio­nes con lo cual inten­ta aho­rrar 1.200 millo­nes de euros. Pero a la vez ha eli­mi­na­do el impues­to sobre el patri­mo­nio (2.100 millo­nes), ha redu­ci­do los impues­tos de suce­sio­nes (2.552 millo­nes) y ha baja­do los impues­tos de las per­so­nas que ingre­san más de 120.000 euros al año (más de 2.500 millo­nes). Los recor­tes en la sani­dad públi­ca que inten­tan aho­rrar 6.000 millo­nes de euros, podrían haber­se evi­ta­do anu­lan­do la baja­da de impues­tos de socie­da­des de las gran­des empre­sas que fac­tu­ran más de 150 millo­nes de euros al año y que repre­sen­tan sólo el 0,12% de todas las empre­sas (5.300 millo­nes de euros).

Los recor­tes en sani­dad, edu­ca­ción y ser­vi­cios socia­les que inten­tan aho­rrar 25.000 millo­nes de euros, podrían haber­se evi­ta­do corri­gien­do el frau­de fis­cal de por ejem­plo las gran­des for­tu­nas, la ban­ca y gran­des empre­sas que fac­tu­ran más de 150 millo­nes de euros al año, que según los pro­pios téc­ni­cos de la Agen­cia Tri­bu­ta­ria espa­ño­la repre­sen­tan 44.000 millo­nes de euros (ver Vice­nç Nava­rro, Juan Torres y Alber­to Gar­zón, Hay alter­na­ti­vas. Pro­pues­tas para crear empleo y bien­es­tar en España).

No es cier­to, por lo tan­to, que estos recor­tes ten­gan que hacer­se debi­do a la pre­sión de los mer­ca­dos. O por que Bru­se­las lo exi­ja o por que Mer­kel y Sar­kozy lo deman­den. Lo que tales agen­tes exte­rio­res están pre­sio­nan­do es a que se reduz­ca el défi­cit, pero no dicen o exi­gen como redu­cir este défi­cit. Esto se deci­de a nivel del Esta­do espa­ñol. En reali­dad, lo que esta­mos vien­do hoy en Espa­ña es que la ban­ca y la gran patro­nal están toman­do la cri­sis como excu­sa para redu­cir el gas­to públi­co social y la pro­tec­ción social.

La dilu­ción de la democracia

Lo que esta­mos vien­do es la enor­me influen­cia de la ban­ca y en menor medi­da de la patro­nal, sobre el Esta­do espa­ñol. Y que, en alian­za con la ban­ca y la gran patro­nal de los otros paí­ses de la Euro­zo­na y de la Unión Euro­pea, están for­zan­do unas polí­ti­cas que sig­ni­fi­can un ata­que fron­tal al Esta­do del Bien­es­tar. Tal alian­za expli­ca que se haya apro­ba­da nada menos que una refor­ma de la Cons­ti­tu­ción en cues­tión de 48 horas sin nin­gu­na par­ti­ci­pa­ción popu­lar (habién­do­se­le nega­do la posi­bi­li­dad de que exis­ta un refe­rén­dum) que al for­zar el equi­li­brio pre­su­pues­ta­rio ten­drá un enor­me impac­to nega­ti­vo de la cali­dad de vida y bien­es­tar social de la pobla­ción espa­ño­la. En Espa­ña, y con­se­cuen­cia del enor­me poder de aque­llos gru­pos, la reduc­ción del défi­cit del Esta­do, siem­pre se ha hecho a cos­ta de redu­cir el Esta­do del Bien­es­tar. Ocu­rrió con la entra­da de Espa­ña en el euro, tal como lo he indi­ca­do en una sec­ción anterior.

Un tan­to igual está ocu­rrien­do aho­ra, en que son las cla­ses popu­la­res, que son las que uti­li­zan más el Esta­do del Bien­es­tar, las que están pagan­do el cos­te de “sal­var” el euro. En reali­dad, el défi­cit del Esta­do ten­dría que redu­cir­se más len­ta­men­te y, a base, sobre todo, de hacer una refor­ma fis­cal que, ade­más de eli­mi­nar el frau­de fis­cal, for­za­ra a las ren­tas del capi­tal y las ren­tas supe­rio­res a que con­tri­bu­ye­ran lo que con­tri­bu­yen sus homó­lo­gos en la UE-15. El hecho de que esto no ocu­rra se debe al enor­me poder que estos gru­pos han teni­do y con­ti­núan tenien­do sobre el Esta­do español.

¿Es posi­ble hacer estas refor­mas en la Unión Europea?

Para con­tes­tar esta pre­gun­ta hay que com­pren­der lo que moti­vó el esta­ble­ci­mien­to de la mone­da úni­ca: el euro. Y ello fue el colap­so del tra­ta­do de Bret­ton Woods, que ha situa­do al dólar como la mone­da de refe­ren­cia en el comer­cio inter­na­cio­nal. El Pre­si­den­te Nixon deci­dió anu­lar tal tra­ta­do que bene­fi­cia­ba pre­do­mi­nan­te­men­te a las mone­das nacien­tes, el yen japo­nés y el mar­co ale­mán. De ahí que el Pre­si­den­te Nixon deci­die­se que el valor del dólar (que el con­si­de­ra­ba que esta­ba sobre­va­lo­ra­do) fluc­tua­se según el mer­ca­do de las mone­das que creó una gran ines­ta­bi­li­dad en el gobierno. De ahí que se crea­ra la Unión Euro­pea con una mone­da úni­ca: el euro. Con ello se ter­mi­nó la vola­ti­li­dad de las mone­das y con ello la capa­ci­dad de espe­cu­la­ción en base a esta variabilidad.

Pero la mane­ra como se creó el euro esta­ble­ció las bases para que sur­gie­ra la espe­cu­la­ción sobre la deu­da públi­ca. Una ins­ti­tu­ción cla­ve en la crea­ción del euro fue el Ban­co Cen­tral Euro­peo, el cual, por extra­ño que parez­ca, no es un Ban­co Cen­tral, sino en la prác­ti­ca un lobby de la ban­ca y muy en espe­cial de la ban­ca ale­ma­na. Ello expli­ca que cuan­do impri­me dine­ro lo pre­sa pre­do­mi­nan­te­men­te a los ban­cos y no a los esta­dos. En reali­dad, éstos, a tra­vés de sus Ban­cos Cen­tra­les, no pue­den impri­mir dine­ro, con el cual com­pran su pro­pia deu­da. En el dise­ño del euro, el esta­do tie­ne que pedir pres­ta­do dine­ro a los ban­cos, pagan­do unos intere­ses que pue­den lle­gar a ser enor­mes (como un 7,5%). Esto sig­ni­fi­ca dos cosas. Una es que los esta­dos están total­men­te des­pro­te­gi­dos, depen­dien­do de los bancos.

El otro pro­ble­ma es la enor­me varia­bi­li­dad de intere­ses de la deu­da públi­ca, lo cual da pie para una espe­cu­la­ción. De ahí que la espe­cu­la­ción en con­tra de la deu­da públi­ca es inevi­ta­ble y afec­ta­rá a todos los paí­ses de la Euro­zo­na. Comen­zó en Gre­cia, con­ti­nuó con Irlan­da, des­pués Por­tu­gal, más tar­de en Espa­ña e Ita­lia, aho­ra Fran­cia y pron­to Ale­ma­nia. El pro­ble­ma de la deu­da públi­ca no es la deu­da públi­ca sino la via­bi­li­dad de los esta­dos de poder defen­der­se fren­te a las esta­fas espe­cu­la­ti­vas de la ban­ca (lla­ma­da mer­ca­dos financieros).

Esta es la con­se­cuen­cia del enor­me domi­nio por par­te del capi­tal finan­cie­ro de las ins­ti­tu­cio­nes de la Eurozona.

Esta influen­cia deter­mi­nó que se pro­mo­vie­ra una visión de las cau­sas de la cri­sis, atri­bu­yen­do el estan­ca­mien­to eco­nó­mi­co y aumen­to del des­em­pleo a una exce­si­va rigi­dez del mer­ca­do labo­ral, exce­si­va gene­ra­ción de los bene­fi­cios socia­les y un exce­si­vo gas­to público.

Esta inter­pre­ta­ción de la cri­sis y del mer­ca­do lla­ma­do pro­ble­ma de la deu­da públi­ca se ha con­ver­ti­do en dog­ma, repro­du­ci­do y pro­mo­vi­do por los forums del capi­tal finan­cie­ros, los think tanks pró­xi­mos y los medios que le son afines.

Como con­se­cuen­cia de esta inter­pre­ta­ción de la cri­sis, los gobier­nos que com­par­ten tal visión (que son la mayo­ría) han esta­do desa­rro­llan­do polí­ti­cas que han con­sis­ti­do en des­re­gu­lar los mer­ca­dos labo­ra­les, en redu­cir el gas­to públi­co social y redu­cir los bene­fi­cios socia­les y laborales.

Tales polí­ti­cas públi­cas han bene­fi­cia­do en la Euro­zo­na enor­me­men­te a las ren­tas empre­sa­ria­les a cos­ta de las ren­tas labo­ra­les. Duran­te el perio­do 1999 – 2006, los bene­fi­cios empre­sa­ria­les aumen­ta­ron un 33,2% en la media de la UE-15 y un 36,6% en la zona euro. Mien­tras, los cos­tes labo­ra­les aumen­ta­ron sólo un 18,2%. Una situa­ción inclu­so más acen­tua­da se da en Espa­ña don­de duran­te el mis­mo perio­do 1999 – 2006, las empre­sas vie­ron aumen­tar sus bene­fi­cios netos un 73% (más del doble de la media de la UE-15, un 33%. Mien­tras que los cos­tes labo­ra­les aumen­ta­ron duran­te este mis­mo perio­do sólo un 3,7% (cin­co veces menos que en la UE-15, un 18,2%).

Las con­se­cuen­cias de estas políticas

Resul­ta­do de estas polí­ti­cas, hemos esta­do vien­do duran­te estos años un gran cre­ci­mien­to de las ren­tas del capi­tal, una dis­mi­nu­ción de las ren­tas del tra­ba­jo, un cre­ci­mien­to de la dis­per­sión sala­rial, un incre­men­to de la regre­si­vi­dad fis­cal y una dis­mi­nu­ción de los bene­fi­cios socia­les y labo­ra­les. Todo ello ha deter­mi­na­do un gran aumen­to de las des­igual­da­des socia­les, alcan­zan­do unos nive­les que han gene­ra­do un des­con­ten­to mayo­ri­ta­rio entre la pobla­ción de los paí­ses de la Euro­zo­na. Un pro­me­dio del 79% seña­lan su recha­zo al nivel de des­igual­da­des alcan­za­do en la Eurozona.

Solu­cio­nes

En con­tra de lo que se cree, las solu­cio­nes son fáci­les de ver. El hecho de que no se lle­ven a cabo son polí­ti­cas. El Ban­co Cen­tral Euro­peo debie­ra ser un Ban­co Cen­tral que, como hace el Fede­ral Reser­ve Board, tuvie­ra como obje­ti­vo, no sólo con­tro­lar la infla­ción, sino tam­bién esti­mu­lar el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co, con la habi­li­dad de impri­mir dine­ro y com­prar bonos públi­co en los esta­dos, ayu­dan­do a los esta­dos y cola­bo­ran­do en el esta­ble­ci­mien­to de los eurobonos.

Pero la solu­ción pasa tam­bién por una redis­tri­bu­ción masi­va de las ren­tas, a base de un cre­ci­mien­to de los sala­rios de la pro­tec­ción social y del gas­to públi­co con el cual crear empleo, esti­mu­lan­do el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co, rea­li­zan­do unas refor­mas fis­ca­les profundas.

Ello debie­ra estar acom­pa­ña­do con el esta­ble­ci­mien­to de bonos públi­cos que garan­ti­za­ran la dis­po­ni­bi­li­dad de cré­di­to a las per­so­nas y a las empre­sas pro­duc­ti­vas y con eli­mi­na­ción de la acti­vi­dad espe­cu­la­ti­va de las bancas.

Qué debie­ra hacer­se en la UE:

• Fle­xi­bi­li­zar el pac­to de Estabilidad

• Trans­for­mar el Ban­co Cen­tral Euro­peo en un ban­co cen­tral euro­peo con el esta­ble­ci­mien­to de euro­bo­nos y com­pra de la deu­da públi­ca de sus Estados

• Bajar los intere­ses del Ban­co Cen­tral Euro­peo (BCE) y cam­biar su man­da­to para incluir el estí­mu­lo del cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co, como hace el Fede­ral Reser­ve Board

• Hacer per­der la auto­no­mía del BCE, hacién­do­le res­pon­sa­ble (accoun­ta­ble) al Par­la­men­to Euro­peo. Sus actas debe­rían ser públicas.

• Incre­men­tar el pre­su­pues­to del gobierno euro­peo has­ta alcan­zar un míni­mo del 7% del PIB euro­peo (como habían pro­pues­to los sin­di­ca­tos euro­peos cuan­do la Unión Euro­pea se esta­ble­ció. Gene­rar impues­tos a nivel euro­peo basa­do en las tran­sac­cio­nes finan­cie­ras que pue­dan dar pie a la espe­cu­la­ción, des­in­cen­ti­van­do tales prácticas

• Coor­di­nar las polí­ti­cas eco­nó­mi­cas y fis­ca­les con el esta­ble­ci­mien­to de una direc­ción polí­ti­ca res­pon­sa­ble de la con­ver­gen­cia de cier­tos impues­tos sobre el capital

• Desa­rro­llar polí­ti­cas de pleno empleo a nivel europeo

• Desa­rro­llar una legis­la­ción que faci­li­te el desa­rro­llo de con­ve­nios colec­ti­vos a nivel euro­peo. Se nece­si­ta un Pac­to Social a nivel de la UE

• Desa­rro­llar unos dere­chos socia­les y labo­ra­les como con­di­ción de pertenencia

• Hacer una refor­ma de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas democratizándolas

Cam­bios que debie­ran hacer­se para poder corre­gir el défi­cit social de España:

• Una refor­ma fis­cal pro­fun­da, pro­gre­si­va que per­mi­ta un aumen­to muy nota­ble del gas­to públi­co para gas­tar­nos en la infra­es­truc­tu­ra social del país lo que nos corres­pon­de por el nivel de desa­rro­llo eco­nó­mi­co que tene­mos (PIB per cáp. 94% del pro­me­dio de la UE-15; gas­to públi­co per cáp. sólo el 72% del pro­me­dio de la UE-15). Eli­mi­nar el frau­de fiscal.

• Con­si­de­rar el Esta­do del Bien­es­tar como una inver­sión y no como un con­su­mo. El Esta­do del Bien­es­tar como crea­dor de rique­za y de empleo.

• Faci­li­tar la inte­gra­ción de la mujer en el mer­ca­do de tra­ba­jo median­te, entre otras polí­ti­cas públi­cas, el desa­rro­llo de una infra­es­truc­tu­ra de ser­vi­cios públi­cos (escue­las de infan­cia y ser­vi­cios de aten­ción a per­so­nas dis­ca­pa­ci­ta­das) de ayu­da a las fami­lias (el 4º pilar del bien­es­tar como se pro­pu­so en el año 2000). Hay que faci­li­tar que la tasa de par­ti­ci­pa­ción de la mujer alcan­ce el por­cen­ta­je de los paí­ses nór­di­cos: tra­ba­jo quie­re decir rique­za y la mujer está dis­cri­mi­na­da en Espa­ña y está subutilizada.

• Una mayor regu­la­ción de los mer­ca­dos labo­ra­les no per­mi­tien­do la apa­ri­ción de sec­to­res de sala­rios bajos y faci­li­tan­do en momen­tos de rece­sión la reduc­ción de horas de tra­ba­jo en lugar de pues­tos de trabajo.

• Fle­xi­bi­li­zar el mer­ca­do inmo­bi­lia­rio, gra­van­do has­ta un 5% del pre­cio de la pro­pie­dad en bases anua­les a las vivien­das vacías, for­zan­do que entren en el mer­ca­do inmo­bi­lia­rio al difi­cul­tar que per­ma­nez­can vacías. Tal como ha indi­ca­do Dean Baker (el eco­no­mis­ta más exper­to en temas inmo­bi­lia­rios del mun­do) este gra­va­men en Espa­ña aumen­ta­ría inme­dia­ta­men­te el núme­ro de vivien­das dis­po­ni­bles, bajan­do los precios.

• Eli­mi­nar las deduc­cio­nes por pro­pie­dad y esti­mu­lar el alquier. La pro­pie­dad es uno de los ele­men­tos que aña­de más rigi­dez al mer­ca­do laboral.

• Hacer los cam­bios polí­ti­cos que con­vier­tan el sis­te­ma espa­ñol en un sis­te­ma pro­por­cio­nal favo­re­cien­do la par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca de la mayo­ría de la ciu­da­da­nía. Las encues­tas seña­lan que la pobla­ción favo­re­ce la expan­sión del Esta­do del Bien­es­tar en can­ti­dad y cali­dad mayor que las pro­pues­tas por las Cor­tes españolas.

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