Polé­mi­cas sobre inter­na­cio­na­lis­mo y Siria- Borro­ka Garaia

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El inter­na­cio­na­lis­mo, inclui­do el inter­na­cio­na­lis­mo pro­le­ta­rio, supo­ne lisa y lla­na­men­te soli­da­ri­dad acti­va con todos los pro­ce­sos de libe­ra­ción nacio­nal. Supo­ne creer en un mun­do de pue­blos libres y soli­da­rios entre ellos des­car­tan­do la com­pe­ti­vi­dad capi­ta­lis­ta y esque­mas de sumi­sión. Supo­ne empa­ti­zar con la cla­se tra­ba­ja­do­ra de todo el pla­ne­ta en un pro­yec­to de libe­ra­ción social eman­ci­pa­to­rio mun­dial. Pue­blos y per­so­nas libres.

El inter­na­cio­na­lis­mo tam­bién es un con­cep­to apa­sio­nan­te y que ha sido fuen­te de muchos deba­tes den­tro de la izquier­da. Apa­sio­nan­te en rela­ción a que esa soli­da­ri­dad real­men­te supo­ne ter­nu­ra de y entre los pue­blos en un sen­ti­do en mi opi­nión bas­tan­te literal.

De entre los deba­tes más absur­dos que gene­ra cabría des­ta­car esa corrien­te de opi­nión espe­cial­men­te ori­gi­na­da en esta­dos impe­ria­lis­tas don­de se quie­bran dere­chos nacio­na­les como el de la auto­de­ter­mi­na­ción don­de algu­nas izquier­das han lle­ga­do inclu­so a con­tra­po­ner el tér­mino inter­na­cio­na­lis­ta al nacio­na­lis­mo. Eso sí, un nacio­na­lis­mo meta­fí­si­co que son inca­pa­ces de defi­nir con cla­ri­dad pero lo que real­men­te se tra­du­ce de ello es su nega­ción de reali­da­des nacio­na­les y su posi­ción con­tra­ria a pro­yec­tos de
libe­ra­ción nacional.

Con­fun­den inter(entre)-nacionalismo(s) con anti-nacio­na­lis­mo, pero siem­pre des­de la pers­pec­ti­va del gran nacio­na­lis­mo esta­tal del que se sien­ten apén­di­ces, aun­que sea en algu­nos casos de una for­ma invo­lun­ta­ria fren­te a un nacio­na­lis­mo o patrio­tis­mo de libe­ra­ción, fren­te a un nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio en muchos casos. No pue­de exis­tir inter­na­cio­na­lis­mo como el pro­pio tér­mino indi­ca sin nación, no pue­de haber soli­da­ri­dad entre los pue­blos si se nie­ga la exis­ten­cia de estos y si no se da cober­tu­ra a los pro­ce­sos de libe­ra­ción nacio­nal de las nacio­nes opri­mi­das. Y una nación a la que se le nie­ga el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción es una nación opri­mi­da. Eso es un axio­ma fun­da­men­tal de la izquierda.

El impe­ria­lis­mo no es ton­to tam­po­co, en los últi­mos tiem­pos ha inten­ta­do refor­zar ese con­cep­to de nacio­na­lis­mo hacien­do­lo sinó­ni­mo de “radi­ca­li­dad”, “luchas étni­cas”, “gue­rra”, “extre­mis­mo”… mien­tras que el nacio­na­lis­mo de esta­do, el impe­ria­lis­ta, era ocul­ta­do. Posi­ble­men­te el esta­do espa­ñol es uno de los ejem­plos mun­dia­les más cla­ros en ese sen­ti­do don­de no verás prác­ti­ca­men­te a nin­gún ciu­da­dano decla­rar­se nacio­na­lis­ta espa­ñol, cuan­do el nacio­na­lis­mo espa­ñol de carác­ter impe­ria­lis­ta es el eje ver­te­bra­dor del sis­te­ma espa­ñol tan­to para la dere­cha como para la social­de­mo­cra­cia y des­gra­cia­da­men­te aún con mucha influen­cia en sec­to­res de izquier­da inclu­so en los comu­nis­tas y anarquistas.

Otro pun­to de polé­mi­ca ha sido el carác­ter que se le da a ese inter­na­cio­na­lis­mo. Algu­nos sec­to­res de izquier­da cre­yen­do­se en pose­sión de la ver­dad pese a no ser par­tí­ci­pes de pro­ce­sos y de las reali­da­des nacio­na­les de dife­ren­tes pue­blos se creen con el dere­cho y el deber de hacer direc­ción polí­ti­ca sobre esas reali­da­des. Algo así como usar un man­do a dis­tan­cia espe­ran­do que ten­ga algu­na inci­den­cia en una reali­dad en la que no se es par­tí­ci­pe. O en su defec­to uti­li­zar las reali­da­des de otros pue­blos para poten­ciar su agen­da par­ti­cu­lar en su pro­pio con­tex­to. La cues­tión es que no exis­te real­men­te una sola ver­dad. Cada pue­blo y movi­mien­to tie­nen las suyas y están cons­trui­das en pro­ce­sos lar­gos y com­ple­jos. Ver­da­des de las que se pue­de apren­der, con­tras­tar, com­par­tir en mayor o menor medi­da pero muy difi­cil­men­te tener la capa­ci­dad de pro­fun­di­zar de tal mane­ra en ellas como para dar autos de fe. Estas mane­ras peli­gro­sas de enfo­car el inter­na­cio­na­lis­mo esta­rían encua­dra­das más bien en un posi­ble diri­gis­mo e inje­ren­cia de dudo­sa utilidad.

Esto vie­ne a cuen­to en rela­ción a que gran par­te de la izquier­da occi­den­tal (espe­cial­men­te la euro­pea) se encuen­tra divi­di­da y des­orien­ta­da en torno a las reali­da­des ára­bes y los acon­te­ci­mien­tos de los que hemos sido (des)informados en los últi­mos tiem­pos. Y digo hemos sido infor­ma­dos o des­in­for­ma­dos y eso sig­ni­fi­ca en cual­quier caso no vivi­dos. Resul­ta muy com­pli­ca­do ana­li­zar una reali­dad leja­na de la que no se es par­tí­ci­pe y a veces me lla­ma la aten­ción la solem­ni­dad y con­tun­den­cia con la que se habla de cier­tos temas.

Sien­do cons­cien­tes de la difi­cul­tad que esto entra­ña y para­le­la­men­te a lo comen­ta­do creo que habría que ser tam­bién cons­cien­tes de una cosa. Rea­li­zar un esfuer­zo supre­mo de aná­li­sis diri­gi­do en una direc­ción con­cre­ta en el con­tex­to de una ofen­si­va impe­ria­lis­ta mili­tar obje­ti­va­men­te es muni­ción para esos intere­ses impe­ria­lis­tas a par­te de crear des­mo­vi­li­za­ción anti-impe­ria­lis­ta. Siria sería un ejem­plo de ello. La audien­cia a la que son diri­gi­dos esos men­sa­jes ade­más está bajo el man­to de la OTAN en paí­ses socios de ese entra­ma­do y por lo tan­to con capa­ci­dad direc­ta den­tro de sus posi­bi­li­da­des para inter­pe­lar des­de las mis­mas entra­ñas a esos intere­ses impe­ria­lis­tas. Sin embar­go des­de algu­nos ámbi­tos se pone el acen­to y la inten­si­dad en la crí­ti­ca feroz y en algu­nos casos cri­mi­na­li­za­do­ra y difu­sa sobre esos con­tex­tos polí­ti­cos. Nues­tra ver­dad es la ver­dad de la OTAN, esa es nues­tra reali­dad pal­pa­ble y la que pode­mos cam­biar y esa será la mejor apor­ta­ción que pode­mos hacer para mejo­rar situa­cio­nes polí­ti­cas en otros con­tex­tos. Se lle­gó tar­de y mal a Libia, que no ocu­rra lo mis­mo con Siria u otros luga­res en el pun­to de mira.

Como recien­te­men­te afir­ma­ba Juan Duf­flar Amel miem­bro del FDLP pales­tino; Siria es un fren­te de resis­ten­cia a los pla­nes impe­ria­lis­tas-sio­nis­tas. Siria, es un país que­ri­do, un Esta­do que con­si­de­ra­mos tam­bién un fren­te de resis­ten­cia a los pla­nes impe­ria­lis­tas-sio­nis­ta en el Orien­te Medio y una agre­sión mili­tar ten­drá con­se­cuen­cias impre­de­ci­bles para toda la región por la resis­ten­cia a que se pro­duz­ca una situa­ción como la que Occi­den­te y sus alia­dos pro­du­je­ron en Libia para derro­car al gobierno.

Duran­te mi visi­ta a Damas­co pude com­pro­bar que no exis­te un ambien­te de gue­rra en la capi­tal, la gen­te desa­rro­lla nor­mal­men­te su vida coti­dia­na, los comer­cios per­ma­ne­cen abier­tos, las per­so­nas acu­den al tra­ba­jo y ejer­cen sus demás acti­vi­da­des sin nin­gún tipo de limi­ta­cio­nes aun­que exis­ten con­fron­ta­cio­nes entre los que están a favor o en con­tra del actual gobierno, pero no apo­yan una solu­ción de extre­ma vio­len­cia inter­na o exter­na, que pue­da des­es­ta­bi­li­zar al país. (…).Corres­pon­de solo al pue­blo sirio la solu­ción de sus asun­tos internos.

La opo­si­ción exter­na no quie­re el diá­lo­go con el Gobierno por­que se sien­te for­ta­le­ci­da por todo el apo­yo que está tenien­do de Occi­den­te y sec­to­res reac­cio­na­rios ára­bes, pero el pue­blo, a pesar del des­con­ten­to, las caren­cias o las diver­gen­cias que pue­da tener con la ges­tión polí­ti­ca y social del Gobierno sirio no desean una gue­rra civil y se pro­nun­cian por el diá­lo­go y una solu­ción de paz que esti­ma­mos es la vía ade­cua­da para lograr rever­tir el cli­ma de vio­len­cia y alcan­zar un acuer­do sin más derra­ma­mien­to de san­gre o pér­di­das de vidas huma­nas.[+]

Y a mí, per­so­nal­men­te, me da más cre­di­bi­li­dad la pala­bra de sec­to­res en pro­ce­sos reales de libe­ra­ción que la de algu­nos inte­lec­tua­les por muy de izquier­da que sean.

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