Lla­ma­mos a movi­li­zar­se el 8 de mar­zo- Ezker Abertzalea

Con moti­vo del Día Inter­na­cio­nal de la Mujer, des­de la Izquier­da Aber­tza­le, EA, Alter­na­ti­ba y Ara­lar rei­vin­di­ca­mos que es un día de cele­bra­ción en las con­quis­tas logra­das y de lucha ante las muchas dis­cri­mi­na­cio­nes que aún debe­mos de supe­rar. Las muje­res y hom­bres que com­po­ne­mos la izquier­da aber­tza­le, EA, Alter­na­ti­ba y Ara­lar alza­mos la voz ante la nece­si­dad de una socie­dad más jus­ta y equi­ta­ti­va, que no logra­re­mos mien­tras no se con­tem­ple el desa­rro­llo real e inte­gral de los dere­chos de las muje­res, como ciu­da­da­nas de pleno dere­cho que somos, dejan­do de ser ciu­da­da­nas de segunda.

Duran­te estos años no hemos deja­do de oír que esta­mos en cri­sis, tér­mino uti­li­za­do por el empre­sa­ria­do con la con­ni­ven­cia de los par­ti­dos que duran­te esos mis­mos años han gober­na­do, para crear y jus­ti­fi­car un retro­ce­so y una pre­ca­ri­za­ción sin pre­ce­den­tes de los dere­chos civi­les y labo­ra­les de la ciu­da­da­nía en su con­jun­to. En un momen­to en el que nos bom­bar­dean con infor­ma­ción y supues­tas solu­cio­nes a una cri­sis que está afec­tan­do dura­men­te a gran­des sec­to­res de la pobla­ción, denun­cia­mos que las muje­res vivi­mos en una situa­ción de cri­sis per­ma­nen­te y estruc­tu­ral. Hoy la cri­sis, que ha afec­ta­do tam­bién a los hom­bres, ha pues­to sobre la mesa la insos­te­ni­bi­li­dad de un sis­te­ma capi­ta­lis­ta y patriar­cal, que ha nega­do antes y des­pués del esta­lli­do finan­cie­ro a las muje­res el ejer­ci­cio pleno de sus derechos.

La cri­sis en torno a los cui­da­dos y la situa­ción de des­igual­dad cró­ni­ca de las muje­res, ocul­ta­da y nin­gu­nea­da por todos los pode­res polí­ti­cos, se ha vis­to agra­va­da por las medi­das neo­li­be­ra­les impul­sa­das por los actua­les gobier­nos de Madrid, Gas­teiz y Nafa­rroa, que ha adop­ta­do medi­das muy res­tric­ti­vas que menos­ca­ban aún más la igual­dad entre muje­res y hom­bres, des­igual­dad que está en la raíz de las estruc­tu­ras socio­eco­nó­mi­cas patriar­ca­les que pade­ce­mos y denun­cia­mos. En este sen­ti­do, las bru­ta­les medi­das de ajus­te están obli­gan­do a las muje­res a pagar el pre­cio más alto de una cri­sis que no han provocado.

Somos cons­cien­tes de que esta mer­ma de las con­di­cio­nes labo­ra­les pue­de agra­var­se, y que, sien­do la ciu­da­da­nía en su con­jun­to quien está sien­do vio­len­ta­da, dicha vio­len­cia es mayor en el caso de las muje­res, en vis­ta de los datos:

El cui­da­do de per­so­nas meno­res y depen­dien­tes recae en su gran mayo­ría en las muje­res, tra­ba­jo éste no remu­ne­ra­do, ni visi­bi­li­za­do, ni valo­ra­do, ni con­tem­pla­do en los cómpu­tos económicos.

La últi­ma refor­ma labo­ral apro­ba­da, es más de lo mis­mo pero peor: el aba­ra­ta­mien­to del des­pi­do y el aumen­to de la pre­ca­rie­dad harán más difí­cil ejer­cer los dere­chos para la con­ci­lia­ción fami­liar: bajas mater­na­les, reduc­ción de jor­na­da, días de libre dis­po­si­ción,… Igual­men­te, se gene­ra­rán altas tasas de tem­po­ra­li­dad y subempleo.

La recien­te­men­te apro­ba­da refor­ma que endu­re­cía los requi­si­tos para el acce­so a las pen­sio­nes, ha gene­ra­do que las jubi­la­das cobren de media pen­sio­nes infe­rio­res a los jubi­lia­dos; a ello aña­di­mos que al exi­gir­se coti­zar más años, muchas muje­res que han hecho un parón en su vida pro­fe­sio­nal para el cui­da­do de hijos e hijas y per­so­nas depen­dien­tes, deja­rán de tener dere­cho a pen­sio­nes contributivas.

La con­ge­la­ción sala­rial afec­ta­rá más dura­men­te a los sala­rios más bajos, es decir, a las mujeres.

Tam­bién los des­pi­dos y recor­tes en el sec­tor públi­co afec­ta­rán más a las muje­res que a los hom­bres, por­que es este sec­tor el que ocu­pa por­cen­tual­men­te a más muje­res y el que más igua­li­ta­ria­men­te les paga.

La no reno­va­ción de las pla­zas de empleo públi­co está pro­vo­can­do la pre­ca­ri­za­ción de las uni­da­des de igualdad.

Muchas de las per­so­nas que se ven abo­ca­das a soli­ci­tar ayu­das de ren­ta bási­ca y a tener que sobre­vi­vir con las ayu­das de los come­do­res socia­les o los ban­cos de ali­men­tos son mujeres.

Y como colo­fón, y ya sin la excu­sa de la cri­sis, el PP ense­ña su ver­da­de­ra cara, refor­man­do la ley del abor­to para impe­dir que las muje­res deci­dan, sin nin­gún tute­la­je sobre su pro­pio cuer­po, la ido­nei­dad de no lle­var a tér­mino su pro­pio embarazo.

Es impres­cin­di­ble, por tan­to, abor­dar la cri­sis estruc­tu­ral que pade­ce­mos des­de hace años des­de una pers­pec­ti­va femi­nis­ta, para impe­dir que el gran peso que recae en las muje­res haga aumen­tar y per­du­rar la injus­ta posi­ción de éstas en la socie­dad. Por ello, y por­que lle­va­mos dema­sia­dos años pagan­do esta cri­sis, des­de la Izquier­da Aber­tza­le, EA, Alter­na­ti­ba y Ara­lar com­par­ti­mos las siguien­tes refle­xio­nes y medi­das para evi­tar que la bre­cha entre géne­ros siga aumentando:

Afir­ma­mos que es impo­si­ble con­ci­liar avan­ces socia­les con el man­te­ni­mien­to de una apues­ta eco­nó­mi­ca neo­li­be­ral. Defen­de­mos una revi­sión del con­cep­to de eco­no­mía, en el que el bien­es­tar de todas las per­so­nas no esté supe­di­ta­do al fun­cio­na­mien­to del mercado.
Es pre­ci­so revi­sar con pers­pec­ti­va de géne­ro qué están supo­nien­do los decre­tos y refor­mas labo­ra­les recien­te­men­te apro­ba­das, para pro­po­ner alter­na­ti­vas de supera­ción des­de la mis­ma perspectiva.
Rei­vin­di­ca­mos un nue­vo con­tra­to social, ale­ja­do de los pará­me­tros divi­di­dos entre públi­co-pri­va­do y pro­duc­ti­vo-impro­duc­ti­vo. Apos­ta­mos por la corres­pon­sa­bi­li­dad, en el sen­ti­do amplio del tér­mino, des­de la pers­pec­ti­va de que el dere­cho al cui­da­do es un asun­to de todas las per­so­nas, hom­bres y muje­res. Debe­mos apos­tar por un nue­vo acuer­do entre hom­bres y muje­res, que nos per­mi­ta com­par­tir el empleo, el cui­da­do, el poder y la toma de decisiones.
Desa­rro­llo de un nue­vo Mar­co Labo­ral Vas­co, que inte­gre de for­ma trans­ver­sal la pers­pec­ti­va de género.

Apos­ta­mos por el impul­so de las uni­da­des de igual­dad dotán­do­las de herra­mien­tas téc­ni­cas, eco­nó­mi­cas y legis­la­ti­vas mayo­res, refor­za­das espe­cial­men­te en los ámbi­tos edu­ca­ti­vos, ins­ti­tu­cio­na­les y laborales.

Plan­tea­mos la refor­ma del dis­cri­mi­na­to­rio régi­men de empleo de hogar, para apos­tar por un mode­lo que reco­noz­ca a las tra­ba­ja­do­ras domés­ti­cas, inclu­yen­do a las muje­res migran­tes sin pape­les, el dere­cho a un sala­rio digno, al des­can­so y a una pro­tec­ción de segu­ri­dad social equi­va­len­te al del res­to de las tra­ba­ja­do­ras. Con­si­de­ra­mos que para esto es nece­sa­ria la revi­sión de la actual ley de extran­je­ría, que per­mi­te la exis­ten­cia de un tra­ba­jo de cui­da­dos ejer­ci­do mayo­ri­ta­ria­men­te por muje­res y mal remunerado.

Des­de la Izquier­da Aber­tza­le, EA, Alter­na­ti­ba y Ara­lar este 8 de Mar­zo, afir­ma­mos que sólo con­se­gui­re­mos una socie­dad equi­ta­ti­va y una Eus­kal Herria demo­crá­ti­ca cuan­do haya un cese de los recor­tes socia­les y labo­ra­les, un cese de la vio­len­cia eco­nó­mi­ca diri­gi­da con­tra las muje­res, y un cese en la nega­ción de los dere­chos civi­les y polí­ti­cos más bási­cos de las mujeres.

Rei­vin­di­ca­mos una Eus­kal Herria don­de las muje­res sea­mos suje­to acti­vo, y nues­tras con­di­cio­nes de vida sean dig­nas. Recla­ma­mos el dere­cho que tene­mos a par­ti­ci­par en todos los ámbi­tos y defen­der nues­tras posi­cio­nes ante todo tipo de discriminaciones.

Este 8M hay mucho por lo que luchar. Por eso des­de la Izquier­da Aber­tza­le, EA, Alter­na­ti­ba y Ara­lar lla­ma­mos a toda la ciu­da­da­nía a que se movi­li­ce con­tra las múl­ti­ples vio­len­cias ejer­ci­das con­tra las muje­res, y por una Eus­kal Herria don­de la igual­dad de opor­tu­ni­da­des y dere­chos sea una reali­dad, una Eus­kal Herria en la que las muje­res sea­mos suje­tos de pro­pio dere­cho. Lla­ma­mos al con­jun­to de la ciu­da­da­nía a par­ti­ci­par en las mani­fes­ta­cio­nes y mar­chas con­vo­ca­das por el movi­mien­to femi­nis­ta que este 8M se desa­rro­lla­rán en nues­tros pue­blos y ciudades.

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