Cuan­do el Che enten­dió- Un grano de Maíz

La unión de la Revo­lu­ción Cuba­na y la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na no es un asun­to buro­crá­ti­co, de núme­ros, se tra­ta de la tarea polí­ti­ca y del reto más impor­tan­te de los revo­lu­cio­na­rios hoy.

Foto: Marcelo García/ MINCI, Venezuela

Cuan­do el Che se apro­xi­mó a la expe­rien­cia del Socia­lis­mo Sovié­ti­co, nutri­do con la extra­or­di­na­ria expe­rien­cia de la Revo­lu­ción Cuba­na y dota­do de un ins­tru­men­tal teó­ri­co inmen­so que comen­zó a cons­truir con lec­tu­ras des­de su infan­cia, inme­dia­ta­men­te cap­tó la des­via­ción que allí ocurría.

En ese momen­to den­tro de él hay un for­ce­jeo entre la expe­rien­cia de la Revo­lu­ción Cuba­na y la Sovié­ti­ca, se le mez­clan, se com­ple­men­tan y se recha­zan. Al final le sur­ge níti­da una inter­pre­ta­ción de la nue­va realidad.

No fue fácil la com­pren­sión, el camino de la Revo­lu­ción mun­dial no es lineal, hay mean­dros, retro­ce­sos, extra­víos. La ima­gen que se tenía de la Unión Sovié­ti­ca, desconcertaba.

El cora­je teó­ri­co de la Revo­lu­ción Cuba­na pudo supe­rar el esco­llo y ela­bo­rar una expli­ca­ción: “El sis­te­ma eco­nó­mi­co emplea­do en épo­ca de emer­gen­cia, de penu­ria, el haber hecho de for­ma­cio­nes tác­ti­cas, ver­da­des estra­té­gi­cas, era la fuen­te de la des­via­ción que tar­de o tem­prano con­du­ci­ría el ensa­yo al fracaso.”

La Revo­lu­ción Cuba­na, en su situa­ción, gra­cias a la cali­dad del camino que había reco­rri­do, don­de la con­cien­cia era lo prin­ci­pal, apo­ya­da en el extra­or­di­na­rio tem­ple revo­lu­cio­na­rio de sus líde­res, de su líder, la res­pues­ta deci­di­da de aquel pue­blo pudo supe­rar a la expe­rien­cia Sovié­ti­ca y seguir el camino Revo­lu­cio­na­rio. Es así, toda Revo­lu­ción es hija iné­di­ta de las Revo­lu­cio­nes que la precedieron.

En pala­bras de Fidel, pode­mos resu­mir el pen­sa­mien­to de la Revo­lu­ción Cuba­na, su apor­te a la teo­ría revo­lu­cio­na­ria mun­dial: …”Crear rique­za con la con­cien­cia, no pre­ten­der crear con­cien­cia con la riqueza”.

Este pen­sa­mien­to es el fun­da­men­to de toda la Revo­lu­ción Cuba­na, guía todas sus accio­nes, des­de el Mon­ca­da has­ta los médi­cos internacionalistas.

Cuba hoy, con lo que ha hecho, está ins­cri­ta en la his­to­ria como el esca­lón más ele­va­do del pen­sa­mien­to y la prác­ti­ca revo­lu­cio­na­ria. Ese pue­blo tie­ne el inmen­so honor de ser la socie­dad que ha demos­tra­do al mun­do el camino para la sal­va­ción de la espe­cie, demos­tró que se pue­de vivir en comu­ni­dad, que se come­ten erro­res y se extra­vían rum­bos, pero lo impor­tan­te es con­ti­nuar, per­sis­tir, resis­tir. Nada jus­ti­fi­ca aban­do­nar, o entre­gar­se en los bra­zos del capi­ta­lis­mo, del egoís­mo, de la sali­da indi­vi­dual, tome ésta la for­ma que tome.

Noso­tros en Vene­zue­la esta­mos lla­ma­dos a con­ti­nuar el sen­de­ro, tene­mos la res­pon­sa­bi­li­dad de for­ta­le­cer­lo, de man­te­ner el fue­go y la espe­ran­za. Es nece­sa­rio robus­te­cer los lazos polí­ti­cos con Cuba y con los revo­lu­cio­na­rios del mundo.

Si el río de la reden­ción mun­dial, que se ori­gi­na con Cris­to y Espar­ta­co, del que la Unión Sovié­ti­ca, Cuba y aho­ra Vene­zue­la son par­te, si se trun­ca o pier­de su con­ti­nui­dad his­tó­ri­ca, enton­ces la huma­ni­dad que­da­rá sin espe­ran­za, ya no será posi­ble recons­truir los puen­tes, la espe­cie y la vida pla­ne­ta­ria que­da­rá sumer­gi­da en un labe­rin­to del que será impo­si­ble salir, todos sus cami­nos con­du­ci­rán a la extinción.

La unión de la Revo­lu­ción Cuba­na y la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na no es un asun­to buro­crá­ti­co, de núme­ros, se tra­ta de la tarea polí­ti­ca y del reto más impor­tan­te de los revo­lu­cio­na­rios hoy.

¡Cuba y Venezuela!

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