El mito de un Irán “ais­la­do”- Pepe Escobar

Estos días, en medio de una pro­gre­si­va atmós­fe­ra de cri­sis en el Gol­fo Pér­si­co, una peque­ña lec­ción de his­to­ria sobre EEUU e Irán podría ser muy bien algo que el doc­tor nos rece­ta­ra. Ahí van unas cuan­tas notas des­ta­ca­das (o no tan des­ta­ca­das) acer­ca de la rela­ción entre ambos paí­ses a lo lar­go del últi­mo medio siglo:

Verano de 1953: La Agen­cia Cen­tral de Inte­li­gen­cia y la inte­li­gen­cia bri­tá­ni­ca tra­man un com­plot para dar un gol­pe que derro­que a un gobierno demo­crá­ti­ca­men­te ele­gi­do en Irán que inten­ta nacio­na­li­zar la indus­tria del petró­leo del país. En su lugar, colo­can a un autó­cra­ta, el joven Shah del Irán, y a una poli­cía secre­ta que pron­to sería temi­da y odiada.

Gobier­na el país como si de un feu­do repre­si­vo se tra­ta­ra duran­te un cuar­to de siglo, con­vir­tién­do­se en el “baluar­te” de Washing­ton en el Gol­fo Pér­si­co, has­ta que un movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio local le derro­ca en 1979, mar­can­do el comien­zo del gobierno del Aya­to­lá Ruho­llah Kho­mei­ni y los mullahs. Aun­que Jomei­ni y com­pa­ñía no eran en abso­lu­to hom­bres de Washing­ton, en algún sen­ti­do fue gra­cias al gol­pe de 1953 que pudo dar comien­zo su pro­pio lina­je político.

1967: Bajo el pro­gra­ma esta­dou­ni­den­se “Áto­mos por paz”, que el pre­si­den­te Dwight D. Eisenho­wer empe­zó en los años cin­cuen­ta, al Shah se le per­mi­te com­prar para Tehe­rán un reac­tor de inves­ti­ga­ción del tipo de agua lige­ra de cin­co mega­va­tios (reac­tor que, para col­mo de iro­nías, sigue aún jugan­do un papel en la dispu­ta alre­de­dor del pro­gra­ma nuclear iraní).

Las auto­ri­da­des del Depar­ta­men­to de Defen­sa se preo­cu­pa­ron en su momen­to ante la posi­bi­li­dad de que el Shah uti­li­za­ra el “áto­mo de la paz” como base de un futu­ro pro­gra­ma de arma­men­to o de que esos mate­ria­les nuclea­res pudie­ran caer en manos equi­vo­ca­das. “Un suce­sor agre­si­vo del Shah”, se decía en un memo­ran­do del Pen­tá­gono de 1974, “podría con­si­de­rar las armas nuclea­res como el pun­to final nece­sa­rio para esta­ble­cer un domi­nio mili­tar total de Irán sobre la región”. Pero eso no les detu­vo enton­ces a la hora de ins­ti­gar y ayu­dar a la crea­ción de un pro­gra­ma nuclear iraní.

El Shah, al igual que sus suce­so­res islá­mi­cos, defen­dió que tal pro­gra­ma era un “dere­cho” nacio­nal de Irán y soña­ba con un país que pudie­ra obte­ner cuo­tas impor­tan­tes de elec­tri­ci­dad a par­tir de una red de cen­tra­les nuclea­res. Como expu­so un gru­po de com­pa­ñías ener­gé­ti­cas esta­dou­ni­den­ses en la déca­da de los seten­ta: “El Shah del Irán está sen­ta­do sobre una de las mayo­res reser­vas de petró­leo del mun­do. Sin embar­go, está cons­tru­yen­do dos plan­tas nuclea­res y pla­nean­do levan­tar dos más para pro­por­cio­nar elec­tri­ci­dad a su país. Sabe que el petró­leo está ago­tán­do­se, y con él el tiem­po”. Es decir, el pro­gra­ma nuclear esta­dou­ni­den­se fue la géne­sis del ira­ní que aho­ra obse­sio­na tan­to a Washington.

Sep­tiem­bre de 1980: El gober­nan­te ira­quí Sadam Husein lan­za una gue­rra de agre­sión con­tra el Irán de Jomei­ni. En los pri­me­ros años de la déca­da de los ochen­ta se con­vier­te en el hom­bre de Washing­ton, su “baluar­te” en el Gol­fo Pér­si­co, y le ofre­ce­mos nues­tra mano y tam­bién “infor­ma­ción deta­lla­da” sobre des­plie­gues ira­níes y pla­nes tác­ti­cos que le ayu­dan a uti­li­zar sus armas quí­mi­cas más efi­caz­men­te con­tra el ejér­ci­to ira­ní. Oh, y solo para ase­gu­rar que las cosas sal­gan bien, real­men­te bien, la admi­nis­tra­ción de Ronald Reagan deci­de ven­der tam­bién, a hur­ta­di­llas, misi­les y otras armas al Irán de Jomei­ni, una par­te de lo cual lle­gó a cono­cer­se como el “asun­to Irán-Con­tra” que casi logra derri­bar al pre­si­den­te y a sus hom­bres. ¡Éxi­to total!

Mar­zo de 2003: Sadam Husein ya no es, por aho­ra, nues­tro hom­bre en Bag­dad sino un nue­vo “Hitler” que, según pro­cla­man las altas auto­ri­da­des de Washing­ton, tie­ne sin duda un pro­gra­ma de armas nuclea­res que podría hacer que en cual­quier momen­to se ele­ven nubes de cham­pi­ñón sobre las ciu­da­des esta­dou­ni­den­ses. Por tan­to, la admi­nis­tra­ción de Geor­ge W. Bush lan­za una gue­rra de agre­sión con­tra Iraq, que al igual que Irán, suce­de que, en pala­bras del vice­se­cre­ta­rio de defen­sa Paul Wol­fo­witz, “flo­ta sobre un mar de petróleo”.

(Los fun­cio­na­rios de Bush con­fían en que, tras una gue­rra que iba ser una espe­cie de “un paseo de rosas”, van a poder reavi­var la indus­tria petro­lí­fe­ra del país a fin de pri­va­ti­zar­la y uti­li­zar­la para des­truir la Orga­ni­za­ción de Paí­ses Expor­ta­do­res de Petró­leo –OPEP‑, hacien­do caer los pre­cios del petró­leo en los mer­ca­dos mun­dia­les.) Nue­ve años des­pués, un gobierno chií ocu­pa el poder en Bag­dad y es un estre­cho alia­do de Tehe­rán, que ha con­se­gui­do for­ta­le­za e influen­cia en la región gra­cias a la desas­tro­sa ocu­pa­ción de EEUU.

Por tan­to, ahí tie­nen una espe­cie de record inta­cha­ble y difí­cil de encon­trar. En más de 50 años, los diri­gen­tes de EEUU no han hecho nun­ca un movi­mien­to en Irán (o cer­ca de él) que no lle­va­ra a un ines­pe­ra­do y des­agra­da­ble revés. Aho­ra, en Washing­ton, tras años de gue­rra secre­ta con­tra Irán, otra admi­nis­tra­ción está pre­pa­ran­do otra serie de inte­li­gen­tes manio­bras: esta vez se tra­ta de san­cio­nes con­tra el ban­co cen­tral de Irán para para­li­zar la indus­tria del petró­leo del país y par­tir en dos su eco­no­mía, lo que irá segui­do de nadie sabe qué.

Y quie­ro decir hones­ta­men­te y tenien­do en cuen­ta real­men­te la his­to­ria del pasa­do, ¿qué podría salir mal? ¿Un cam­bio de régi­men en Irán? Segu­ro que es como coser y can­tar y, si no se lo creen, veri­fi­quen lo que les cuen­ta un tal Pepe Esco­bar aba­jo, ese fabu­lo­so repor­te­ro iti­ne­ran­te habi­tual de Asia Times Onli­neTom­Dis­patch.

Empe­ce­mos con las líneas rojas. Aquí va la línea roja supre­ma de Washing­ton, direc­ta­men­te des­de la boca del león. Solo en la últi­ma sema­na el secre­ta­rio de defen­sa Leon Panet­ta dijo de los ira­níes: “¿Están inten­tan­do desa­rro­llar armas nuclea­res? No. Pero sabe­mos que tra­tan de desa­rro­llar capa­ci­dad nuclear. Y eso es lo que nos preo­cu­pa. Nues­tra línea roja para Irán es que no desa­rro­llen un arma nuclear. Esa es una línea roja para nosotros”.

¡Qué extra­ña for­ma de con­ti­nuar cam­bian­do esas líneas rojas! Había una vez que la línea roja para Washing­ton era el “enri­que­ci­mien­to” de ura­nio. Aho­ra es, indu­da­ble­men­te, el arma nuclear la que pue­de blan­dir­se. No olvi­den que, des­de 2005, el líder supre­mo ira­ní, el Aya­to­lá Ali Jame­nei, vie­ne hacien­do hin­ca­pié en que su país no está tra­tan­do de fabri­car armas nucleares.

La más recien­te de las Esti­ma­cio­nes de la Inte­li­gen­cia Nacio­nal (NIE, por sus siglas en inglés) sobre Irán de la comu­ni­dad de la inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­se ha sub­ra­ya­do igual­men­te que Irán no está, de hecho, desa­rro­llan­do un arma nuclear (a dife­ren­cia de la capa­ci­dad desa­rro­lla­da que pudie­ra cons­truir una algún día).

Sin embar­go, ¿qué pasa­ría si no hubie­ra “línea roja” sino algo com­ple­ta­men­te dis­tin­to? ¿Qué tal si lo deno­mi­na­mos el lími­te del petrodólar?

¿Apos­tan­do por las sanciones?

Empe­ce­mos por esto: En diciem­bre de 2011, insen­si­ble a las gra­ves con­se­cuen­cias que aca­rrea­ría para la eco­no­mía glo­bal, el Con­gre­so de EEUU –bajo todas las habi­tua­les pre­sio­nes del lobby a favor de Israel (tam­po­co es que las nece­si­ten mucho)- le encas­que­tó un paque­te de san­cio­nes obli­ga­to­rias a la admi­nis­tra­ción de Barack Oba­ma (100 a 0 en el Sena­do y con solo 12 votos “nega­ti­vos” en el Con­gre­so). Entra­rían en mar­cha en el mes de junio y a par­tir de esta fecha EEUU ten­drá que san­cio­nar a los ban­cos y com­pa­ñías de cual­quier ter­cer país que ten­gan tra­tos con el ban­co cen­tral de Irán, lo que sig­ni­fi­ca para­li­zar las ven­tas de petró­leo de ese país. (El Con­gre­so no per­mi­tió hacer “exen­cio­nes”).

¿El obje­ti­vo final? El cam­bio de régi­men -¿qué otra cosa podía ser?- en Tehe­rán. El pro­ver­bial fun­cio­na­rio esta­dou­ni­den­se no iden­ti­fi­ca­do admi­tió tal cosa al Washing­ton Post, y ese perió­di­co publi­có el comen­ta­rio (“El obje­ti­vo de las san­cio­nes de EEUU y del res­to con­tra Irán es el colap­so del régi­men, dijo un alto fun­cio­na­rio de la inte­li­gen­cia de EEUU, ofre­cien­do más acla­ra­cio­nes al decir que la admi­nis­tra­ción Oba­ma está deci­di­da a derro­car al gobierno de Irán, se ha com­pro­me­ti­do a hacer­lo así”). Pero, oops, el perió­di­co tuvo que revi­sar des­pués el escri­to para eli­mi­nar esa emba­ra­zo­sa cita acer­ca del obje­ti­vo. Indu­da­ble­men­te, esa “línea roja” se apro­xi­mó dema­sia­do a la verdad.

El ex pre­si­den­te de la Jun­ta del Esta­do Mayor, el almi­ran­te Mike Mullen, creía que sólo un acon­te­ci­mien­to mons­truo esti­lo con­mo­ción y pavor, que resul­ta­ra total­men­te humi­llan­te para los diri­gen­tes de Tehe­rán, sería lo que pro­vo­ca­ra un autén­ti­co cam­bio de régi­men, y no solo él pen­sa­ba así. Los defen­so­res de accio­nes que van des­de los ata­ques aéreos a la inva­sión (ya sea por EEUU, Israel o una com­bi­na­ción de los dos) han sido y son legión en el Washing­ton neo­con.

Pero cual­quier per­so­na fami­lia­ri­za­da, aun­que sea remo­ta­men­te, con Irán sabe que un ata­que así movi­li­za­ría a la pobla­ción detrás de Jame­nei y el Cuer­po de los Guar­dias Revo­lu­cio­na­rios Islá­mi­cos. En esas cir­cuns­tan­cias, la pro­fun­da aver­sión que sien­ten muchos ira­níes hacia la dic­ta­du­ra mili­tar de los aya­to­lás impor­ta­ría muy poco.

Ade­más inclu­so la opo­si­ción ira­ní apo­ya un pro­gra­ma nuclear pací­fi­co. Es una cues­tión de orgu­llo nacional.

Los inte­lec­tua­les ira­níes, mucho más fami­lia­ri­za­dos con las arti­ma­ñas per­sas que los ideó­lo­gos en Washing­ton, recha­zan total­men­te cual­quier esce­na­rio de gue­rra. Hacen hin­ca­pié en que el régi­men de Tehe­rán, exper­to en las artes del tea­tro per­sa de som­bras, no tie­ne inten­ción de pro­vo­car un ata­que que pudie­ra lle­var a su destrucción.

Por su par­te, sea correc­to o no, los estra­te­gas de Tehe­rán asu­men que Washing­ton demos­tra­rá que no es capaz de lan­zar una nue­va gue­rra en el Gran Orien­te Medio, espe­cial­men­te una que pudie­ra pro­vo­car esca­lo­frian­tes daños cola­te­ra­les en la eco­no­mía mundial.

Mien­tras tan­to, pue­de que se demues­tre que las expec­ta­ti­vas de Washing­ton de que un régi­men duro de san­cio­nes pue­da hacer que los ira­níes cedan terreno, en caso de que no se hun­die­ran, no son más que una qui­me­ra. El giro de Washing­ton se ha cen­tra­do en la supues­ta­men­te desas­tro­sa mega-deva­lua­ción de la mone­da ira­ní, el rial, fren­te a las nue­vas sanciones.

Lamen­ta­ble­men­te para los fans del colap­so eco­nó­mi­co ira­ní, el pro­fe­sor Dja­vad Salehi-Isfaha­ni ha tra­za­do muy deta­lla­da­men­te la natu­ra­le­za a lar­go pla­zo de este pro­ce­so, que los eco­no­mis­tas ira­níes han reci­bi­do con bas­tan­te albo­ro­zo. Des­pués de todo, impul­sa­rá las expor­ta­cio­nes que no sean de petró­leo y ayu­da­rá a la indus­tria local en su com­pe­ti­ción con las bara­tas impor­ta­cio­nes chi­nas. En resu­men: un rial deva­lua­do supo­ne una opor­tu­ni­dad razo­na­ble de redu­cir en estos momen­tos el des­em­pleo en Irán.

Más conec­ta­dos que Google

Aun­que muy pocos en EEUU se han dado cuen­ta, Irán no está pre­ci­sa­men­te “ais­la­do”, aun­que a Washing­ton le gus­ta­ría que así fue­ra. El pri­mer minis­tro pakis­ta­ní Yusaf Raza Gila­ni se ha con­ver­ti­do en fre­cuen­te via­je­ro a Tehe­rán. Pero es un recién lle­ga­do com­pa­ra­do con el jefe de la segu­ri­dad nacio­nal ruso Niko­lai Patrushev, quien recien­te­men­te advir­tió a los israe­líes que no empu­ja­ran a EEUU a ata­car a Irán.

Hay tam­bién que aña­dir al alia­do de EEUU y pre­si­den­te afgano Hamid Kar­zai. En una loya yir­ga (gran con­se­jo) a fina­les de 2011, fren­te a 2.000 líde­res tri­ba­les, hizo hin­ca­pié en que Kabul tenía la inten­ción de acer­car­se aún más a Teherán.

En ese cru­cial table­ro de aje­drez euro­asiá­ti­co, Oleo­ducs­tán, el gaso­duc­to Irán-Pakis­tán (IP) –para des­gra­cia de Washing­ton- es aho­ra un hecho. Pakis­tán nece­si­ta deses­pe­ra­da­men­te ener­gía y sus líde­res han deci­di­do cla­ra­men­te que no están dis­pues­tos a espe­rar has­ta el fin de los tiem­pos para que el eterno pro­yec­to pre­fe­ri­do de Washing­ton –el oleo­duc­to Turkmenistán/​Afganistán/​Pakistán/​India (TAPI)- atra­vie­se Tali­ba­nis­tán.

Inclu­so el minis­tro de exte­rio­res tur­co Ahmet Davu­to­blu visi­tó recien­te­men­te Tehe­rán, aun­que la rela­ción de su país con Irán sea cada vez más ten­sa. Des­pués de todo, la ener­gía anu­la las ame­na­zas en la región. Tur­quía, miem­bro de la OTAN, está ya impli­ca­da en ope­ra­cio­nes clan­des­ti­nas en Siria, alia­da con fun­da­men­ta­lis­tas suníes de núcleo duro en Iraq y –cam­bian­do radi­cal­men­te de opi­nión tras la Pri­ma­ve­ra Ára­be- ha can­jea­do el eje Anka­ra-Tehe­rán-Damas­co por el de Ankara-Riad-Doha.

Inclu­so está pen­san­do en alber­gar com­po­nen­tes del sis­te­ma de defen­sa anti­mi­si­les, que Washing­ton lle­va tan­to tiem­po pla­nean­do, apun­tan­do a Irán.

Todo eso pro­ce­de de un país que acu­ñó la polí­ti­ca exte­rior (Davu­to­glu) de “cero pro­ble­mas con nues­tros veci­nos”. Sin embar­go, las nece­si­da­des de Oleo­ducs­tán son las que las que ponen a cien el cora­zón. Tur­quía está deses­pe­ra­da por acce­der a los recur­sos ener­gé­ti­cos de Irán, y si el gas natu­ral ira­ní lle­ga algu­na vez a Euro­pa Occi­den­tal –algo que los euro­peos ansían desesperadamente‑, Tur­quía será el pri­vi­le­gia­do país de trán­si­to. Los diri­gen­tes de Tur­quía han seña­la­do ya su recha­zo a las nue­vas san­cio­nes de EEUU con­tra el petró­leo iraní.

Y hablan­do de cone­xio­nes, la pasa­da sema­na se pro­du­jo el espec­ta­cu­lar y tea­tral gol­pe diplo­má­ti­co: la gira del pre­si­den­te ira­ní Mah­mud Ahma­di­ne­yad por Lati­noa­mé­ri­ca. Ya pue­den dar la vara los dere­chis­tas esta­dou­ni­den­ses con el eje del mal Tehe­rán-Cara­cas, supues­ta­men­te para pro­mo­ver el “terror” por Lati­noa­mé­ri­ca como tram­po­lín para futu­ros ata­ques con­tra la super­po­ten­cia del nor­te…, pero si vol­ve­mos a la vida real, es otro tipo de ver­dad el que se esconde.

Des­pués de todos estos años, Washing­ton no pue­de aún dige­rir la idea de que ha per­di­do el con­trol, e inclu­so la influen­cia, en esas dos poten­cias regio­na­les sobre las que en otro tiem­po ejer­ció una pro­fun­da hege­mo­nía imperial.

Aña­dan a esto el muro de des­con­fian­za que no ha hecho más que soli­di­fi­car­se des­de la revo­lu­ción islá­mi­ca de 1979 en Irán. Mez­clen una nue­va y mayo­ri­ta­ria­men­te sobe­ra­na Lati­noa­mé­ri­ca empu­jan­do por la inte­gra­ción no solo a tra­vés de los gobier­nos de izquier­da en Vene­zue­la, Boli­via y Ecua­dor, sino a tra­vés de las poten­cias regio­na­les de Bra­sil y Argen­ti­na. Remue­van y ten­drán la opor­tu­na foto de Ahma­di­ne­yad y el pre­si­den­te vene­zo­lano Hugo Chá­vez salu­dan­do al pre­si­den­te nica­ra­güen­se Daniel Ortega.

Washing­ton sigue inten­tan­do colo­car una visión de un mun­do en la cual Irán ha que­da­do total­men­te des­co­nec­ta­do. La por­ta­voz del Depar­ta­men­to de Esta­do Vic­to­ria Nuland actuó de for­ma típi­ca al decir recien­te­men­te: “Irán pue­de que­dar­se inter­na­cio­nal­men­te ais­la­do”. Como sue­le ocu­rrir­les, nece­si­ta con­se­guir infor­ma­ción correcta.

El “ais­la­do” Irán tie­ne 4.000 millo­nes de dóla­res en pro­yec­tos con­jun­tos con Vene­zue­la, inclu­yen­do espe­cial­men­te un ban­co (al igual que Ecua­dor, tie­ne doce­nas de pro­yec­tos pre­vis­tos a par­tir de la cons­truc­ción de plan­tas de ener­gía). Esto ha lle­va­do a la tro­pa de ante todo Israel en Washing­ton a exi­gir a gri­tos que las san­cio­nes se extien­dan a Vene­zue­la. Solo hay un pro­ble­ma: ¿cómo paga­ría enton­ces EEUU sus vita­les impor­tan­tes de petró­leo venezolano?

Mucho se ha habla­do en la pren­sa esta­dou­ni­den­se del hecho de que Ahma­di­ne­yad no visi­tó Bra­sil en esta gira por Lati­noa­mé­ri­ca, pero a nivel diplo­má­ti­co, Tehe­rán y Bra­si­lia siguen sin­cro­ni­za­dos. En lo que se refie­re al dos­sier nuclear en par­ti­cu­lar, la his­to­ria de Bra­sil demues­tra que Irán cuen­ta con la sim­pa­tía de sus dirigentes.

Des­pués de todo, ese país desa­rro­lló –y des­pués aban­do­nó- un pro­gra­ma de armas nuclea­res. En mayo de 2010, Bra­sil y Tur­quía aus­pi­cia­ron un acuer­do de inter­cam­bio de ura­nio para Irán que podría haber des­pe­ja­do el camino en el embro­llo nuclear EEUU-Irán. Sin embar­go, fue inme­dia­ta­men­te sabo­tea­do por Washing­ton. Miem­bro impor­tan­te de los BRICS, el club de las eco­no­mías emer­gen­tes más poten­tes [Bra­sil, Rusia, India, Chi­na y Sudá­fri­ca], Bra­si­lia se opo­ne com­ple­ta­men­te a la estra­te­gia de embargo/​sanciones de EEUU.

Por tan­to, es posi­ble que Irán esté “ais­la­do” de EEUU y Euro­pa Occi­den­tal, pero des­de los BRICS al Movi­mien­to de los No Ali­nea­dos (120 paí­ses miem­bros), tie­ne de su par­te a la mayo­ría del Sur glo­bal. Y des­pués están esos alia­dos incon­di­cio­na­les de Washing­ton, Japón y Corea del Sur, que están aho­ra supli­can­do que se les deje fue­ra del pró­xi­mo boicot/​embargo del ban­co cen­tral de Irán. No es de extra­ñar por­que esas san­cio­nes uni­la­te­ra­les de EEUU se diri­gen tam­bién a Asia. Des­pués de todo, Chi­na, India, Japón y Corea del Sur jun­tos com­pran al menos el 62% de las expor­ta­cio­nes de petró­leo iraníes.

Como es típi­co de la cor­te­sía japo­ne­sa, el minis­tro de finan­zas japo­nés Jun Azu­mi per­mi­tió que el secre­ta­rio del teso­ro de EEUU Timothy Geith­ner tuvie­ra cono­ci­mien­to del pro­ble­ma que Washing­ton le está crean­do a Tokio al depen­der de Irán para el 10% de sus nece­si­da­des de petró­leo. Y pro­me­tió “redu­cir” al menos modes­ta­men­te esa por­ción “tan pron­to como sea posi­ble” para con­se­guir que Washing­ton les deje exen­tos de esas san­cio­nes pero, ya pue­den espe­rar sen­ta­dos. Corea del Sur ha anun­cia­do ya que com­pra­rá el 10% de sus nece­si­da­des petro­le­ras a Irán en 2012.

Otra vez la Ruta de la Seda

Lo más impor­tan­te de todo: el “ais­la­do” Irán pare­ce ser un asun­to supre­mo para la segu­ri­dad nacio­nal de Chi­na, que ha recha­za­do ya sin un par­pa­deo las recien­tes san­cio­nes de Washing­ton. Los occi­den­ta­les pare­cen olvi­dar que el Rei­no del Medio y Per­sia lle­van hacien­do nego­cios duran­te casi dos mile­nios (“¿les sue­na la Ruta de la Seda?”).

Los chi­nos han cerra­do ya un jugo­so acuer­do para desa­rro­llar el mayor cam­po petro­lí­fe­ro de Irán: Yada­va­ran. Está tam­bién el asun­to del sumi­nis­tro del petró­leo del Mar Cas­pio des­de Irán a tra­vés de un oleo­duc­to que se extien­de des­de Kazajs­tán al Oes­te de Chi­na. De hecho, Irán sumi­nis­tra ya no menos del 15% del petró­leo y el gas natu­ral que Chi­na nece­si­ta. En estos momen­tos, Irán es más vital para Chi­na, en lo refe­ren­te a la ener­gía, que la Casa de Saud para EEUU, que impor­ta el 11% de su petró­leo de Ara­bia Saudí.

En reali­dad, Chi­na pue­de ser el ver­da­de­ro gana­dor de las nue­vas san­cio­nes de Washing­ton, por­que es pro­ba­ble que con­si­ga su petró­leo y gas a un pre­cio más bara­to mien­tras que los ira­níes pasan a depen­der más del mer­ca­do chino. De hecho, en estos momen­tos, los dos paí­ses están en medio de unas com­ple­jas nego­cia­cio­nes sobre los pre­cios del petró­leo ira­ní y los chi­nos han esta­do aumen­tan­do las pre­sio­nes al redu­cir lige­ra­men­te sus com­pras energéticas.

Pero todo esto debe­ría haber­se ter­mi­na­do ya en mar­zo, al menos dos meses antes de que entre en vigor la últi­ma ron­da de san­cio­nes esta­dou­ni­den­ses, según los exper­tos en Pekín. Al final, los chi­nos com­pra­rán mucho más gas ira­ní que petró­leo, pero Irán segui­rá sien­do su ter­cer mayor pro­vee­dor de petró­leo, jus­to des­pués de Ara­bia Sau­dí y Angola.

En cuan­to a otros posi­bles efec­tos de las nue­vas san­cio­nes sobre Chi­na, no cuen­ten con ellas. Los empre­sa­rios chi­nos en Irán están com­pran­do coches, redes de fibra ópti­ca y amplian­do el metro de Tehe­rán. El comer­cio, en su doble sen­ti­do, está aho­ra en los 30.000 millo­nes de dóla­res y se espe­ra que suba has­ta los 50.000 en 2015. Ya encon­tra­rán los empre­sa­rios chi­nos algu­na vía para sal­var los pro­ble­mas ban­ca­rios que impo­nen las nue­vas sanciones…

Rusia es otro par­ti­da­rio cla­ve del “ais­la­do” Irán. Se ha opues­to a san­cio­nes más fuer­tes tan­to a tra­vés de las Nacio­nes Uni­das como median­te el paque­te apro­ba­do por Washing­ton con­tra el ban­co cen­tral de Irán. En reali­dad, está a favor de una reduc­ción de las actua­les san­cio­nes de la ONU y ha esta­do tra­ba­jan­do tam­bién en un plan alter­na­ti­vo que pue­da, al menos en teo­ría, lle­var a un acuer­do nuclear don­de todos sal­ven la cara.

En el fren­te nuclear, Tehe­rán ha expre­sa­do su dis­po­si­ción a com­pro­me­ter­se con Washing­ton según las direc­tri­ces del plan que Bra­sil y Tur­quía pre­sen­ta­ron y Washing­ton se car­gó en 2010. Como aho­ra está mucho más cla­ro que para Washing­ton –y cier­ta­men­te para el Con­gre­so- la cues­tión nuclear es secun­da­ria fren­te al cam­bio de régi­men, cual­quier nue­va nego­cia­ción demos­tra­rá ser terri­ble­men­te penosa.

Esto es espe­cial­men­te ver­dad aho­ra que los diri­gen­tes de la Unión Euro­pea se las han arre­gla­do para eli­mi­nar­se a ellos mis­mos de una futu­ra mesa de nego­cia­cio­nes pegán­do­se ellos mis­mos un tiro en sus pies cal­za­dos de Ferra­ga­mo. Como siem­pre, han segui­do dócil­men­te la ini­cia­ti­va de Washing­ton de poner en mar­cha un embar­go al petró­leo de Irán. Como dijo un alto fun­cio­na­rio de la UE al pre­si­den­te del Con­se­jo Nacio­nal EEUU-Irán Tri­ta Par­si, y como diplo­má­ti­cos de la UE me han ase­gu­ra­do en tér­mi­nos no pre­ci­sa­men­te incier­tos, temen que esto pue­da aca­bar sien­do el últi­mo paso antes de la decla­ra­ción de guerra.

Mien­tras tan­to, un equi­po de ins­pec­to­res de la Agen­cia Inter­na­cio­nal de la Ener­gía Ató­mi­ca aca­ba de visi­tar Irán. La AIEA está super­vi­san­do todas las cues­tio­nes nuclea­res en Irán, inclui­da su nue­va plan­ta de enri­que­ci­mien­to de ura­nio en For­dow, cer­ca de la ciu­dad san­ta de Qom, cuya pro­duc­ción empe­za­rá de lleno en junio. La AIEA es posi­ti­va: no hay nada que ten­ga que ver con la fabri­ca­ción de bom­bas. Sin embar­go, Washing­ton (y los israe­líes) con­ti­núan actuan­do como si solo fue­ra una cues­tión de tiem­po, y no hay mucho más sobre eso.

Siguien­do la pis­ta del dinero

Ese tema del ais­la­mien­to ira­ní solo se debi­li­ta cuan­do uno se ente­ra que el país está aban­do­nan­do el dólar en su comer­cio con Rusia a favor de los ria­les y los rublos, una medi­da simi­lar a las que ha pues­to ya en mar­cha en su comer­cio con Chi­na y Japón. En cuan­to a la India, una poten­cia eco­nó­mi­ca de la zona, sus diri­gen­tes tam­bién se nie­gan a dejar de com­prar petró­leo ira­ní, un comer­cio que, a la lar­ga, es igual de impro­ba­ble que se pague en dólares.

La India está ya uti­li­zan­do el yuan con Chi­na, mien­tras que Rusia y Chi­na lle­van comer­cian­do en rublos y yua­nes des­de hace más de un año, mien­tras que Japón y Chi­na están pro­mo­vien­do el comer­cio direc­to en yenes y yua­nes. En cuan­to a Irán con Chi­na, todo el nue­vo comer­cio y las inver­sio­nes con­jun­tas se harán en yua­nes y riales.

Tra­duc­ción, si es que se nece­si­ta­ba algu­na: en el futu­ro pró­xi­mo, con los euro­peos fue­ra de jue­go, no se comer­cia­rá prác­ti­ca­men­te en dóla­res nin­gún petró­leo iraní.

Ade­más, tres miem­bros de los BRICS (Rusia, India y Chi­na), alia­dos de Irán, son los prin­ci­pa­les posee­do­res (y pro­duc­to­res) de oro. Los anto­jos del Con­gre­so esta­dou­ni­den­se no van a afec­tar los com­ple­jos lazos comer­cia­les. En reali­dad, cuan­do el mun­do en desa­rro­llo mira hacia la pro­fun­da cri­sis en que está inmer­so el Occi­den­te atlan­tis­ta, lo que ven es la masi­va deu­da esta­dou­ni­den­se, una fabri­ca­ción de mone­da como si no hubie­ra un maña­na, mon­to­nes de ajus­tes y, des­de lue­go, la euro­zo­na tem­blan­do has­ta sus mis­mos cimientos.

Siga­mos la pis­ta al dine­ro. Deje­mos a un lado, por el momen­to, las nue­vas san­cio­nes con­tra el ban­co cen­tral de Irán que entra­rán en vigor en unos meses, igno­re­mos las ame­na­zas ira­níes de cerrar el Estre­cho de Ormuz (bas­tan­te impro­ba­ble ya que es la prin­ci­pal vía por la que Irán lle­va su pro­pio petró­leo al mer­ca­do), y qui­zá una razón cla­ve, la cre­cien­te cri­sis en el Gol­fo Pér­si­co supo­ne que esta medi­da tor­pe­dea­rá al petro­dó­lar como mone­da mul­ti­uso de cambio.

Al fren­te de la ope­ra­ción mar­cha Irán, y es segu­ro que está des­ti­na­da a un ansio­so Washing­ton, al que mira­rá de arri­ba aba­jo no solo una poten­cia regio­nal sino sus prin­ci­pa­les com­pe­ti­do­res estra­té­gi­cos, Chi­na y Rusia. No es extra­ño que haya tan­tos por­ta­vio­nes diri­gién­do­se jus­to aho­ra hacia el Gol­fo Pér­si­co, aun­que sea el más extra­ño de los enfren­ta­mien­tos: un caso de poder mili­tar des­ple­ga­do con­tra un poder económico.

En este con­tex­to, mere­ce la pena recor­dar que en sep­tiem­bre de 2000 Sadam Husein aban­do­nó el petro­dó­lar como mone­da de pago para el petró­leo ira­quí y se cam­bió al euro. En mar­zo de 2003, Iraq fue inva­di­do y se pro­du­jo el inevi­ta­ble cam­bio de régi­men. Mua­mar Gada­fi de Libia pro­pu­so un dinar de oro tan­to como mone­da común en Áfri­ca como mone­da de pago para los recur­sos ener­gé­ti­cos de su país. Otra inter­ven­ción y otro cam­bio de régi­men a continuación.

Sin embar­go Washington/​OTAN/​Tel Aviv ofre­cen una narra­ti­va dife­ren­te. Las “ame­na­zas” de Irán están en el cora­zón de la cri­sis actual, aun­que estas sean, en reali­dad, la reac­ción de un país ante la gue­rra secre­ta empren­di­da sin cesar con­tra él por EEUU e Israel para pasar aho­ra, des­de lue­go, a una gue­rra eco­nó­mi­ca tam­bién. Son esas “ame­na­zas”, así pro­si­gue la his­to­ria, las que pro­vo­can el aumen­to de los pre­cios del petró­leo y exa­cer­ban por tan­to la actual rece­sión, más que el capi­ta­lis­mo de casino de Wall Street o la deu­da masi­va de EEUU y de Euro­pa. La flor y nata de esos del 1% no tie­nen nada con­tra los altos pre­cios del petró­leo, nada en abso­lu­to, mien­tras se eri­ja a Irán como cul­pa­ble fren­te a la ira popular.

Como seña­la­ba recien­te­men­te Michael Kla­re, exper­to en ener­gía, nos encon­tra­mos en una nue­va era geo-ener­gé­ti­ca que es extre­ma­da­men­te tur­bu­len­ta en el Gol­fo Pér­si­co y en más luga­res. Pero con­si­de­ra tam­bién 2012 como el año del comien­zo de una posi­ble defec­ción masi­va del dólar como mone­da glo­bal pre­fe­ri­da. Cuan­do la per­cep­ción se haga reali­dad, ima­gi­nen el mun­do real –en su mayo­ría el Sur glo­bal- hacien­do las mates nece­sa­rias y empe­zan­do, poco a poco, a hacer nego­cios en sus pro­pias mone­das e invir­tien­do cada vez menos exce­den­tes en bonos del Teso­ro estadounidense.

EEUU siem­pre pue­de con­tar con el Con­se­jo de Coope­ra­ción del Gol­fo (CCG) –Ara­bia Sau­dí, Qatar, Omán, Bah­rein, Kuwait y los Emi­ra­tos Ára­bes Unidos‑, a los que pre­fie­ro lla­mar el Club de la Con­tra­rre­vo­lu­ción del Gol­fo (solo tie­nen que mirar sus actua­cio­nes duran­te la Pri­ma­ve­ra Ára­be). A todos los efec­tos prác­ti­cos geo­po­lí­ti­cos, las monar­quías del Gol­fo son una satra­pía de EEUU.

Sus pro­me­sas de déca­das de uti­li­zar solo el petro­dó­lar les con­vier­te en un apén­di­ce de la pro­yec­ción del poder del Pen­tá­gono a tra­vés del Orien­te Medio. El CENTCOM, des­pués de todo, tie­ne su base en Qatar; la V Flo­ta de EEUU está esta­cio­na­da en Bah­rein. De hecho, en las tie­rras inmen­sa­men­te ricas en recur­sos ener­gé­ti­cos que pode­mos deno­mi­nar como Gran Oleo­ducs­tán –y que el Pen­tá­gono solía lla­mar “arco de ines­ta­bi­li­dad”- que se extien­de a tra­vés de Irán has­ta lle­gar a Asia Cen­tral, el CCG sigue sien­do cla­ve para la men­guan­te hege­mo­nía estadounidense.

Si esto fue­ra una nue­va ver­sión eco­nó­mi­ca de la his­to­ria de Edgar Allan Poe “El pozo y el pén­du­lo”, Irán no sería sino un engra­na­je en una máqui­na infer­nal que va tri­tu­ran­do len­ta­men­te el dólar como mone­da de la reser­va mun­dial. Sin embar­go, es el engra­na­je sobre el que Washing­ton se con­cen­tra aho­ra. Tie­nen el cam­bio de régi­men meti­do en el cere­bro. Todo lo que se nece­si­ta es una chis­pa que encien­da el fue­go (en todas las direc­cio­nes nece­sa­rias –se apre­su­ra uno a aña­dir- para coger por sor­pre­sa a Washington).

Recuer­den la Ope­ra­ción North­woods, ese plan de 1962 ela­bo­ra­do por el Esta­do Mayor del Ejér­ci­to para fin­gir ope­ra­cio­nes terro­ris­tas en EEUU y cul­par de ellas a la Cuba de Fidel Cas­tro. (Fue el pre­si­den­te John F. Ken­nedy quien echó aba­jo la idea). O recuer­den el inci­den­te de Ton­kin en 1964, uti­li­za­do por el pre­si­den­te Lyn­don John­son como jus­ti­fi­ca­ción para ampliar la Gue­rra de Viet­nam. EEUU acu­só a los bar­cos torpe­do nor­viet­na­mi­tas de ata­ques no pro­vo­ca­dos con­tra buques esta­dou­ni­den­ses. Des­pués, se vio cla­ro que uno de los ata­ques nun­ca había teni­do lugar siquie­ra y que el pre­si­den­te había men­ti­do acer­ca del mismo.

No es en abso­lu­to des­ca­be­lla­do ima­gi­nar pro­fe­sio­na­les de núcleo duro de amplio espec­tro den­tro del Pen­tá­gono mon­tan­do un inci­den­te de ban­de­ra fal­sa en el Gol­fo Pér­si­co de un ata­que con­tra Irán (o sen­ci­lla­men­te uti­li­zar­lo para empu­jar a Irán a un error fatal). Con­si­de­ren tam­bién la nue­va estra­te­gia del ejér­ci­to esta­dou­ni­den­se recién des­ve­la­da por el pre­si­den­te Barack Oba­ma, por la cual el cen­tro de aten­ción de Washing­ton se va a tras­la­dar de dos gue­rras falli­das sobre el terreno en el Gran Orien­te Medio al Pací­fi­co (es decir, a China).

Por tan­to, sí, este psi­co­dra­ma más gran­de que la vida que lla­ma­mos “Irán” pue­de ir tan­to sobre Chi­na y el dólar esta­dou­ni­den­se como sobre la polí­ti­ca del Gol­fo Pér­si­co o la inexis­ten­te bom­ba de Irán. La pre­gun­ta que cabe hacer­se es: ¿Qué ruda bes­tia, cuya hora final­men­te ha lle­ga­do, se enca­mi­na hacia Pekín para ver la luz?

Pepe Esco­bar es corres­pon­sal iti­ne­ran­te de Asia Times Onli­ne. Es autor de Glo­ba­lis­tan: How the Glo­ba­li­zed World is Dis­sol­ving into Liquid War (Nim­ble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Bagh­dad during the sur­ge. Su ulti­mo libro es Oba­ma does Glo­ba­lis­tan (Nim­ble Books, 2009). Pue­de con­tac­tar­se con él en: pepeasia@​yahoo.​com

Fuen­te: http://​www​.ati​mes​.com/​a​t​i​m​e​s​/​M​i​d​d​l​e​_​E​a​s​t​/​N​A​1​9​A​k​0​3​.​h​tml

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