Ahora se cumple un año de la detención de cuatro personas en Nafarroa acusadas de gestionar la web Apurtu.org, que fue clausurada por orden de la Audiencia Nacional. Una de ellas, Miguel Angel Llamas, “Pitu”, todavía sigue en prisión, y está dispersado a 500 kilómetros de Iruñea.
Somos personas que trabajamos en el ámbito de la comunicación, muchas de nosotras coincidimos con él en el desarrollo de nuestra labor informativa. En su día ya dijimos que no estábamos de acuerdo con aquellas detenciones, ni con el cierre de la web, y ahora no entendemos cómo siguen manteniendo a Pitu en prisión, máxime cuando todavía no ha sido juzgado. Por eso, solicitamos su libertad inmediata y nos unimos a la manifestación que se celebrará este sábado en Noain (17.30 horas, desde la Casa de Cultura).
Este es el manifiesto en exigencia de libertad para Pitu, una víctima más de la estrategia represiva española que a lo largo de las décadas no ha tenido escrúpulos a la hora de atacar el panorama mediático vasco con cierre de periódicos, radios, revistas y sitios web.
Un secuestro en toda regla que debería ocupar columnas en la prensa internacional y contar con la denuncia de muchos sectores que se desgañitan hablando de la libertad de expresión en lugares lejanos y a miles de kilómetros de distancia pero que en su propio estado ni siquiera merecen unas líneas.
La libertad de prensa y la libertad de expresión son derechos aún no alcanzados en Euskal Herria. El miedo es un sentimiento común y la autocensura es norma a la hora de ponerse a redactar o expresar opiniones que no concuerden con la postura oficial del estado. En un país donde las fotografías son perseguidas , donde la expresión de sentimientos es aplastada, defender el derecho a la libertad de expresión es peligroso, denunciar además los desmanes del estado te da muchos boletos en la ruleta de la represión.
El estado español secuestra a periodistas por informar. Es una verdad objetiva por mucho que maquillen la realidad bajo el paraguas de la “lucha antiterrorista”. En realidad es una lucha terrorista que busca imponer la violencia mediática española, extender el miedo y marcar líneas ideológicas.
Afortunadamente por mucho que les pese la sociedad vasca ha sabido a lo largo de los años responder a esta política del miedo y donde una pluma ha sido quebrada se ha reemplazado por otra, donde un teclado ha sido robado ha aparecido otro y donde un papel ha sido secuestrado, una nueva imprenta ha aparecido. Una lucha y determinación que ha tenido sus costos pero que ha impedido que el miedo gane la partida. Es posible que hayan conseguido en cierta manera que muchas cosas no se digan como deberían de decirse, que todavía existan muchos espacios de debate unidireccional y que hayan moldeado algunas opiniones haciendolas escorar hacia los intereses del estado. Es posible que hayan ganado muchas batallas debido a la fuerza bruta pero la guerra nunca la tendrán ganada mientras haya gente dispuesta a seguir hablando o escribiendo aún con todas las limitaciones. Deberían de saber que el miedo nunca es eterno.