Car­ta al her­mano y cama­ra­da Julián Con­ra­do- Dax Toscano

Qui­to, 24 de enero de 2012

Que­ri­do her­mano, ami­go, ¡Cama­ra­da!

Recuer­do que fue en la déca­da de los ochen­ta del siglo pasa­do cuan­do mi padre me hizo escu­char por vez pri­me­ra las can­cio­nes del can­tor del pue­blo, Alí Pri­me­ra. El pri­mer álbum que escu­che con aten­ción fue “Al pue­blo lo que es del César”. Yo tenía para ese enton­ces unos 8 o 9 años. Nací en el año 1974, déca­da en la cual Amé­ri­ca del Sur fue víc­ti­ma de las bru­ta­les dic­ta­du­ras fas­cis­tas pla­ni­fi­ca­das por EEUU y eje­cu­ta­das por sus gori­las. Más ade­lan­te mi padre lle­vó a casa el álbum “Abre­bre­cha” a tra­vés del cual cono­cí a Bolí­var con la mara­vi­llo­sa “Can­ción Boli­va­ria­na”. Lue­go de un tiem­po des­cu­brí algu­nos dis­cos más del can­tor del pue­blo, los mis­mos que lue­go los haría par­te de mi colec­ción des­po­ján­do­le a mi padre de ese mate­rial. Él, no se moles­tó. Tal vez sin­tió que era lo más apro­pia­do dejar que se fue­ran esos mate­ria­les para seguir con­so­li­dan­do mi con­cien­cia revo­lu­cio­na­ria a tra­vés de la músi­ca. Cla­ro que no fue­ron los úni­cos dis­cos, en ese enton­ces de ace­ta­to, que le des­po­jé. Inti­lli­ma­ni, Qui­la­pa­yún, Víc­tor Jara, Sil­vio Rodrí­guez, Pablo Mila­nés, Pie­ro, Facun­do Cabral iban lle­nan­do mi “colec­ción”, mien­tras que el lugar don­de de mi padre guar­da­ba la músi­ca lati­no­ame­ri­ca­na iba que­dan­do vacío. Más ade­lan­te me puse medio román­ti­co y empe­cé a des­po­jar­le de los dis­cos de Rober­to Car­los o José José, pero ese es otro cuento.
Aho­ra, hacien­do un balan­ce de esos años, lle­go a la con­clu­sión que me hice revo­lu­cio­na­rio gra­cias a la músi­ca. Gra­ba­ba case­tes con varie­dad de intér­pre­tes y can­tau­to­res. Le ponía mucho empe­ño a esa tarea. Fue Alí Pri­me­ra, Car­los Pue­bla, Sil­vio Rodrí­guez, Víc­tor Jara, Patri­cio Manns, Mer­ce­des Sosa entre tan­tos y tan­tas, quie­nes me hicie­ron con­cien­ciar sobre la explo­ta­ción social, la opre­sión, la per­se­cu­ción de las dic­ta­du­ras, la vora­ci­dad del impe­ria­lis­mo yan­qui y, sobre todo, del com­ba­te de los pue­blos por su liberación.
Para ese enton­ces esta­ba muy pen­dien­te de la situa­ción revo­lu­cio­na­ria en El Sal­va­dor, la patria de Roque Dal­ton. Pare­cía, que al igual que en Nica­ra­gua, la revo­lu­ción iba a triunfar.
Nica­ra­gua, ase­dia­da por los cri­mi­na­les impe­ria­lis­tas, resis­tía vic­to­rio­sa la agre­sión de la admi­nis­tra­ción del actor de cuar­ta cate­go­ría Ronald Reagan, quien a tra­vés de sus mer­ce­na­rios, finan­cia­dos con el dine­ro de la dro­ga, ata­ca­ba al pue­blo de Sandino.
Mi sue­ño era, en aque­lla épo­ca, cono­cer Cuba. Cuan­do juga­ba con la pelo­ta en el patio de mi casa siem­pre ima­gi­na­ba encuen­tros entre EEUU y Cuba, en los que por supues­to siem­pre salía derro­ta­da la selec­ción grin­ga. Era la for­ma de expre­sar mi antimperialismo.
Ya en el año 1992, cuan­do en Mia­mi la mafia con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria de la gusa­ne­ra alis­ta­ba male­tas para retor­nar a la isla por­que ima­gi­na­ban nar­co­ti­za­dos la caí­da de la Revo­lu­ción, tuve la opor­tu­ni­dad de via­jar a la patria de José Mar­tí, de Cami­lo, de Fidel y del Che. Por supues­to que el Che era argen­tino, pero tam­bién cubano, con­go­lés, boli­viano, peruano por­que era un inter­na­cio­na­lis­ta revolucionario.
Mi cuar­to esta­ba lleno de posters del Che. Ya en ese enton­ces me había apro­pia­do de sus obras esco­gi­das en 9 tomos que mi padre, muy pacien­te­men­te, ter­mi­nó cediéndome.
Al escri­bir­te estas pala­bras, me doy cuen­ta cuan­to mi padre apor­tó en mi for­ma­ción polí­ti­ca. ¡Gra­cias, vie­jo querido!
En la déca­da de los noven­ta el lla­ma­do “socia­lis­mo real” se vino aba­jo. Vi con asco como muchos que se decían comu­nis­tas se pasa­ban al ban­do de nues­tros enemi­gos y como muchos empe­za­ban a dejar de hablar de la revo­lu­ción y a ven­der­se por un pues­to en los par­la­men­tos burgueses.
En Cuba vi la dure­za del blo­queo, la situa­ción real­men­te era difí­cil, pero al mis­mo tiem­po tam­bién apre­cié la valen­tía de ese pue­blo digno y sobe­rano, así como la genial direc­ción polí­ti­ca de Fidel.
Lue­go via­je varias veces a Cuba, que toda­vía hoy, pese a sus difi­cul­ta­des, cons­ti­tu­ye un faro que ilu­mi­na a los pue­blos de Amé­ri­ca y el mun­do. Con ella esta­mos y esta­re­mos por la cons­truc­ción del socia­lis­mo, por el que luchó el Che y con­ti­núa luchan­do Fidel.
La bata­lla en la cual pude apre­ciar la for­ta­le­za de Cuba fue la lucha por el retorno de Elián Gon­zá­lez. ¡Cuán­ta entre­ga!, ¡cuán­ta dedi­ca­ción! sin arre­drar­se, sin clau­di­car un solo momen­to. Pron­to los cin­co héroes encar­ce­la­dos en EEUU por luchar con­tra el terro­ris­mo tam­bién retor­na­ran a su patria. Así lo dijo Fidel y así será. René, Anto­nio, Gerar­do, Fer­nan­do, Ramón un abra­zo fuer­te her­ma­nos revolucionarios.
Así actúa el impe­ria­lis­mo que­ri­do Julián con quie­nes como tú, luchan por un mun­do mejor. Por ello se ensa­ña­ron con Simón Tri­ni­dad y lo con­de­na­ron a 60 años de pri­sión. Ese hom­bre, como dijo Jor­ge Enri­que Bote­ro, es de ver­dad de hierro.
¡Qué ejem­plo de seres huma­nos! ¡Gra­cias her­ma­nos por su dignidad!
Eso ele­va toda­vía más la moral para el com­ba­te y la lucha por un mun­do mejor.
A fina­les de la déca­da de los 90 gana las elec­cio­nes Hugo Chá­vez. ¡Que efer­ves­cen­cia revo­lu­cio­na­ria! ¡Qué ale­gría her­mano! Fuku­ya­ma y sus secua­ces del Pen­tá­gono que pre­ten­die­ron ven­der sus teo­rías del fin de la his­to­ria, una vez más que­da­ban en ridículo.
Ya para ese enton­ces mi for­ma­ción polí­ti­ca se había acre­cen­ta­do. Mi odio hacia el impe­ria­lis­mo se hizo más fuer­te y mi amor por la cau­sa del pue­blo, del socia­lis­mo más profunda.
Fue en el año 2006 cuan­do tuve opor­tu­ni­dad de con­tac­tar con el mar­xis­ta vas­co Iña­ki Gil de San Vicen­te. Un impres­cin­di­ble, como diría Ber­tolt Brecht. Aun­que él no es hom­bre que acep­ta home­na­jes, Iña­ki es mi maes­tro. A él debo mi for­ma­ción polí­ti­ca y huma­na actual. Una anéc­do­ta her­mano: algu­na vez le pro­pu­se par­ti­ci­par en un con­cur­so de ensa­yos polí­ti­cos, el pre­mio creo era de unos mil dóla­res y yo ani­mo­so le escri­bo dicién­do­le que de segu­ro él lo gana­ría. Su res­pues­ta fue que un ver­da­de­ro comu­nis­ta no mer­can­ti­li­za su cono­ci­mien­to. ¡Qué lec­ción polí­ti­ca y de vida cama­ra­da! Lue­go nos cono­ci­mos per­so­nal­men­te, él pudo via­jar a Qui­to y nos mon­ta­ron una per­se­cu­ción tenaz las fuer­zas repre­si­vas. Y los sica­rios de tin­ta inven­tan­do his­to­rias fal­sas. Fue una gran expe­rien­cia, por­que en medio de la ten­sión, él man­tu­vo la cal­ma y siguió la acti­vi­dad que tenía­mos pre­vis­ta. Mili­tan­te vas­co, mar­xis­ta-leni­nis­ta, boli­va­riano. Así es Iñaki.
Fue en la pri­me­ra déca­da del 2000 que empe­cé a acer­car­me a uste­des que­ri­do her­mano. No tenía sino cono­ci­mien­tos super­fi­cia­les de la lucha revo­lu­cio­na­ria en Colom­bia. Cuan­do era un niño, las accio­nes que más me impac­ta­ron fue­ron las lle­va­das a cabo por el M‑19. Vaga­men­te ten­go recuer­dos de las imá­ge­nes tele­vi­si­vas cuan­do el ejér­ci­to tomó el Pala­cio de Jus­ti­cia para supues­ta­men­te “libe­rar” a la gen­te en poder de un coman­do gue­rri­lle­ro del M‑19. Hoy ya sabe­mos que fue un cri­men per­pe­tra­do por el Esta­do colombiano.
La ima­gen de Cami­lo Torres tam­bién esta­ba pre­sen­te entre noso­tros. Pero, te soy hones­to, casi nada sabía de las FARC-EP.
En el año 2005 nació mi hijo Fidel Cami­lo, este 26 de enero cum­ple 7 años. Es un buen niño, tie­ne muy lin­dos sen­ti­mien­tos y aho­ra le gus­ta mucho la músi­ca faria­na. Es mi ins­pi­ra­ción, mi todo. Me gus­tó mucho la letra de tu can­ción “Alre­de­dor del amor”. Me hace pen­sar en mi hijo siem­pre y en la nece­si­dad de aca­bar con esta por­que­ría de sis­te­ma capi­ta­lis­ta. “Qui­sie­ra ver la tie­rra dan­do vuel­tas como un cara­me­lo, mirar los niños con una son­ri­sa de sabor a miel…” Muy lin­da Julián, gra­cias por esa canción.
Enton­ces, trans­cu­rri­dos 3 años des­de su naci­mien­to, el ejér­ci­to cri­mi­nal colom­biano, con apo­yo de los grin­gos y del sio­nis­mo israe­lí, lan­zó un cobar­de ata­que a un cam­pa­men­to de las FARC-EP en Angos­tu­ra, terri­to­rio ecua­to­riano. El coman­dan­te Raúl Reyes fue ase­si­na­do con­jun­ta­men­te con otros gue­rri­lle­ros y un gru­po de estu­dian­tes mexi­ca­nos. Los cri­mi­na­les de Uri­be y San­tos se rego­ci­ja­ban. Su podre­dum­bre huma­na se cono­ció a tra­vés de sus men­ti­ras, de su ale­vo­sía, de su cobar­día, de su cinismo.
Cuan­do eso suce­dió, muchos te die­ron por muer­to. Inclu­so escri­bí un artícu­lo en el cual seña­la­ba, en una pri­me­ra ver­sión del mis­mo, que tú tam­bién habías sido ase­si­na­do. El muer­to era el ecua­to­riano Fran­klin Aisa­lla, con quien te con­fun­die­ron que­ri­do ami­go. Mi artícu­lo se titu­ló: “EEUU diri­ge los crí­me­nes per­pe­tra­dos por el Esta­do colom­biano”. Fue en ese momen­to de ten­sión en el que, al ver la pre­po­ten­cia grin­ga y de la oli­gar­quía colom­bia­na, me acer­co más a las FARC-EP.
Antes había vis­to con mucho agra­do el docu­men­tal de Pablo Ale­jan­dro e Ybes Villon, “Cin­cuen­ta años de mon­te”. Por acá un com­pa­ñe­ro me hizo lle­gar una revis­ta Resis­ten­cia Inter­na­cio­nal, la cual la leí com­ple­ti­ca. Comen­cé la bús­que­da de mate­ria­les de video y encon­tré cosas muy intere­san­tes en el trans­cur­so de estos años. “Gue­rri­lla Girl”, “Río Chi­qui­to”, “El Plan Colom­bia”, “El bai­le rojo” docu­men­tal don­de se hace una expli­ca­ción de los ase­si­na­tos per­pe­tra­dos por el Esta­do colom­biano con­tra los mili­tan­tes de la Unión Patriótica.
En un via­je a la her­ma­na Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la pre­sen­cié el “estreno” del docu­men­tal “FARC-EP La insur­gen­cia del siglo XXI”. Ya para ese momen­to, debi­do a mi acti­vi­dad como perio­dis­ta había podi­do entre­vis­tar a Jesús San­trich y Rodri­go Gran­da. ¡Qué exce­len­te expe­rien­cia cama­ra­da! Para ellos mi abra­zo fra­terno, que­ri­do Julián. Igual para Iván Már­quez, para Lucía. La modes­tia, la ale­gría per­ma­nen­te que irra­dia vida, la cer­te­za en la vic­to­ria popu­lar, es lo que les caracteriza.
San­trich, te cuen­to Julián, es otro de mis gran­des maes­tros. Me encan­ta la poe­sía que escri­be y la pacien­cia que tie­ne para ense­ñar las cosas. Mucho he apren­di­do a tra­vés de ustedes.
A las gue­rri­lle­ras y gue­rri­lle­ros faria­nos les guar­do siem­pre en mi corazón.
Una de las cosas que más me ha impac­ta­do es la entre­vis­ta que hicie­ra Dick Ema­nuel­son a Luce­ro Pal­me­ra, la bellí­si­ma Luce­ro, como diría Simón Tri­ni­dad. Muy lin­da, ejem­plo de la mujer faria­na. Con­vic­cio­nes pro­fun­das y una impli­ca­ción tenaz en la lucha. Y no es un caso excep­cio­nal, en la Inter­net encon­tré una entre­vis­ta a Cath­ri­ne Millér, que fue ase­si­na­da en el cam­pa­men­to de Raúl. ¡Qué lin­das pala­bras de la cama­ra­da! Ella expli­ca­ba el amor gue­rri­lle­ro, ese amor ver­da­de­ro que no está intere­sa­do en ropas finas, en cosas super­fi­cia­les, sino en la lucha por un mun­do mejor. Como la de tu can­ción “Con el mis­mo amor”, dedi­ca­do a tu estre­lli­ta gue­rri­lle­ra, la mis­ma que he dedi­ca­do a mi compañera.
Enton­ces mi her­mano que­ri­do empie­zo a pro­fun­di­zar en el estu­dio de la his­to­ria de Colom­bia y de la insur­gen­cia revo­lu­cio­na­ria. Y me doy cuen­ta de la terri­ble gue­rra que el Esta­do colom­biano lle­va ade­lan­te con­tra uste­des. ¡Cuán­ta men­ti­ra! ade­más. ¡Cuán­to enga­ño! sobre las FARC-EP, hermano.
Escri­bí un libri­to que dedi­que a Manuel, a Iván y a Raúl ejem­plo de com­ba­tien­tes revo­lu­cio­na­rios. Se lla­ma “La Indus­tria mediá­ti­ca, la alie­na­ción y los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción revo­lu­cio­na­ria en Amé­ri­ca Lati­na”, don­de des­mon­to algu­nas patra­ñas mediá­ti­cas y pro­pa­gan­dís­ti­cas con­tra la insur­gen­cia faria­na. Hoy estoy escri­bien­do un libri­to exclu­si­va­men­te sobre el terro­ris­mo mediá­ti­co con­tra las FARC-EP.
Mise­ra­bles son quie­nes difun­den tan­ta mier­da con­tra las y los revo­lu­cio­na­rios farianos.
Las FARC-EP a más de cons­ti­tuir un ejem­plo de con­se­cuen­cia e impli­ca­ción con la cau­sa de la revo­lu­ción y el socia­lis­mo, son ejem­plo en el res­ca­te de la memo­ria his­tó­ri­ca, de nues­tros insig­nes lucha­do­res y lucha­do­ras. Son arte como lo demues­tran las her­mo­sas pin­tu­ras de Inti Mala­wi o tus can­cio­nes, las de Cris­tian Pérez, las de Lucas Igua­rán y las poe­sías de Jesús San­trich. Son, asi­mis­mo, par­te fun­da­men­tal en la ela­bo­ra­ción de un cuer­po teó­ri­co-polí­ti­co indis­pen­sa­ble para com­pren­der nues­tra reali­dad, pero sobre todo para trans­for­mar­la. Eso lo demues­tran los aná­li­sis que per­ma­nen­te­men­te han rea­li­za­do los Coman­dan­tes Alfon­so Cano, Iván Már­quez o Timo­león Jimé­nez, como en su épo­ca lo hicie­ra Jaco­bo Are­nas. Las FARC-EP son al mis­mo tiem­po un ejér­ci­to revo­lu­cio­na­rio que lucha con­tra el enemi­go núme­ro uno del géne­ro humano, los EEUU, como dije­ra el Che. Manuel Maru­lan­da, el vie­jo que­ri­do, Jor­ge Bri­ce­ño, el que­ri­do Mono Jojoy, fue­ron gran­des estra­te­gas polí­ti­co-mili­ta­res, inven­ci­bles como lo fue el gran gene­ral Vo Ngu­yen Giap.
Todo esto, que­ri­do her­mano, ade­más de otras cosas, han for­ta­le­ci­do mi deci­sión de estar jun­to a la insur­gen­cia colom­bia­na, con mi apo­yo soli­da­rio, pese a que tam­bién nos pre­ten­den cri­mi­na­li­zar. No hacer­lo, sería clau­di­car fren­te al mie­do y al dis­cur­so de los opre­so­res. Yo estoy con uste­des, des­de mi trin­che­ra de com­ba­te, el perio­dis­mo y la acti­vi­dad aca­dé­mi­ca. Como se dice, con uste­des esta­mos pa las que sea.
Aho­ra estas pasan­do por una situa­ción difí­cil. Lo lamen­ta­ble es que dicha situa­ción es el resul­ta­do de acuer­dos rea­li­za­dos entre el gobierno cri­mi­nal colom­biano diri­gi­do por San­tos y el gobierno de Chá­vez. Igual situa­ción pasó el cama­ra­da Joa­quín Pérez Bece­rra quien está reclui­do en una cár­cel colom­bia­na, a quien se le hacen acu­sa­cio­nes que nada tie­nen que ver con la reali­dad. Estos mise­ra­bles fas­cis­tas del régi­men colom­biano cri­mi­na­li­zan la lucha social. Hoy quie­ren a toda cos­ta que te extra­di­ten a Colom­bia para de segu­ro lue­go man­dar­te a EEUU, don­de sus amos. Ellos, los res­pon­sa­bles de los fal­sos posi­ti­vos, de rela­cio­nes per­ma­nen­tes y no ter­mi­na­das con las fuer­zas para­mi­li­ta­res que ellos mis­mos finan­cia­ron y apo­ya­ron, auto­res de crí­me­nes de lesa huma­ni­dad, vin­cu­la­dos al nar­co­trá­fi­co y subor­di­na­dos al impe­ria­lis­mo quie­ren acu­sar­te a ti, can­tor del pue­blo, lucha­dor social, de lo que ellos hacen. ¡Mise­ra­bles!
La soli­da­ri­dad ha sido evi­den­te en tu defen­sa. Esos mise­ra­bles fas­cis­tas pen­sa­ron que ibas a que­dar­te solo. No es así cama­ra­da. Esta­mos con­ti­go. De mi par­te, cuen­tas con todo mi apo­yo her­mano. Estoy segu­ro que ven­ce­re­mos. ¡Tie­nen que poner­te en liber­tad y con­ce­der­te el asi­lo político!
Resis­te Julián, aun­que sé que no es nece­sa­rio decir­te esto, por­que tú estás en el sitial del ser humano nue­vo del que habló el CHE. Eso sí, ¡cuí­da­te mucho!
Y muy pron­to, cuan­do estés libre, de segu­ro nos encon­tra­re­mos para con­ver­sar y dar­te un fuer­te abra­zo. Te pido, si te es posi­ble, le escri­bas un men­sa­je a mi peque­ño hijo Fidel Cami­lo, quien a sus sie­te años ya cono­ce de la insur­gen­cia colom­bia­na y de segu­ro, con los prin­ci­pios y valo­res revo­lu­cio­na­rios que cons­cien­te­men­te vaya for­jan­do a lo lar­go de su vida, harán de él un mili­tan­te comu­nis­ta. Él tam­bién te man­da un fuer­te abrazo.
Has­ta pron­to que­ri­do Julián. Y no dejes de com­po­ner tus mara­vi­llo­sas can­cio­nes y tu lin­da músi­ca. “La tie­rra tie­ne que girar alre­de­dor del amor y la jus­ti­cia va a brillar”.

¡Hemos jura­do ven­cer, venceremos! 


Dax Tos­cano Segovia

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