Salu­do de las FARC-EP a los pue­blos del mundo

Des­de Colom­bia, nación que pau­la­ti­na­men­te se yer­gue con­tra la polí­ti­ca neo­li­be­ral del Esta­do, el salu­do fra­ter­nal de los gue­rri­lle­ros de las FARC a los pue­blos del mun­do, a sus orga­ni­za­cio­nes en lucha por la dig­ni­dad huma­na, y a los ami­gos que anhe­lan la solu­ción polí­ti­ca del con­flic­to que se desa­rro­lla en este espa­cio de Bolí­var y Manuel Maru­lan­da. Agra­de­ce­mos su soli­da­ri­dad con el empe­ño jus­to de un pue­blo que resis­te a las impo­si­cio­nes de las trans­na­cio­na­les y de un gobierno apá­tri­da, que ávi­dos de ganan­cias, pre­ca­ri­zan el nivel de vida de los colom­bia­nos, arra­san la sobe­ra­nía y des­tru­yen el medio ambien­te. Esta lucha hace par­te de la movi­li­za­ción cre­cien­te de la indig­na­ción mun­dial con­tra los des­afue­ros y vora­ci­dad del capi­tal financiero.

Los gobier­nos de Washing­ton y Bogo­tá han recu­rri­do al uso des­pro­por­cio­na­do de la fuer­za, a la tec­no­lo­gía y al empleo a fon­do de sus fábri­cas de des­in­for­ma­ción, en un vano inten­to de barrer el esco­llo que repre­sen­ta­mos como pue­blo en armas a sus ambi­cio­nes exa­cer­ba­das de saqueo de recur­sos, en un momen­to de cri­sis, ago­nía y senec­tud del sis­te­ma capi­ta­lis­ta mun­dial. Gra­cias por su soli­da­ri­dad con nues­tra orga­ni­za­ción insurgente.

Hemos afron­ta­do momen­tos difí­ci­les, sí, como la recien­te caí­da en com­ba­te del coman­dan­te Alfon­so Cano, pero el per­tre­cho moral de la soli­da­ri­dad de los pue­blos, el alien­to de sus movi­li­za­cio­nes, nos man­tie­ne ergui­dos en una lucha jus­ta que per­si­gue inde­pen­den­cia, jus­ti­cia, huma­ni­dad y un nue­vo orden social.

Sólo ejér­ci­tos ague­rri­dos ‑decía Bolí­var, el Liber­ta­dor- son capa­ces de sobre­po­ner­se a los pri­me­ros infaus­tos suce­sos de una cam­pa­ña. Las FARC, lejos de estar con­for­ma­das por sol­da­dos biso­ños o sin con­cien­cia, reite­ran y refren­dan con la san­gre de los caí­dos, su com­pro­mi­so ineluc­ta­ble de seguir adelante.

Cuan­do el capi­ta­lis­mo decré­pi­to nau­fra­ga hoy en su cri­sis sis­té­mi­ca, nadie debe aflo­jar. Las movi­li­za­cio­nes de indig­na­ción con­tra la tira­nía finan­cie­ra que estre­me­cen al mun­do, deben gene­ra­li­zar­se. Pero para sal­var la huma­ni­dad y la vida del pla­ne­ta es nece­sa­ria la arti­cu­la­ción de las luchas dis­per­sas, la con­for­ma­ción de un cen­tro coor­di­na­dor, de una van­guar­dia colec­ti­va, con una estra­te­gia común que des­plie­gue la gran ban­de­ra de la huma­ni­dad y la justicia.

Los gobier­nos revo­lu­cio­na­rios y las orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas y socia­les de los pue­blos, tie­nen qué hacer. Cuen­ten con las FARC en esta lucha jus­ta por una alter­na­ti­va anti capitalista.

Secre­ta­ria­do del Esta­do Mayor Cen­tral de las FARC – EP

Mon­ta­ñas de Colom­bia, enero de 2012

Colombian army bombs FARC camp

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