Bolí­var Vive- Luis Britto

Bolí­var vive en su obra. Muer­to en vida está quien no crea. Ape­nas exis­te aquel cuyos tra­ba­jos no le sobre­vi­ven. El crea­dor vive mien­tras su obra sub­sis­te. Tene­mos la dura­ción de nues­tros pro­yec­tos. Se acos­tum­bra el 17 de diciem­bre con­me­mo­rar una vida que pasó. Antes que deplo­rar lo per­di­do, hay que cele­brar lo que perdura.

BOLÍVAR MUERE La bata­lla por la eter­ni­dad es como la que se libra por la vida: pre­ca­ria e ince­san­te. Bolí­var mue­re cada vez que su nom­bre es invo­ca­do con­tra sus ideales.

BOLÍVAR VIVE En los vein­te millo­nes de kiló­me­tros cua­dra­dos que ayu­dó a liberar.

BOLÍVAR MUERE Cada vez que los impe­rios plan­tan ban­de­ras en las exten­sio­nes arre­ba­ta­das a Méxi­co, en el terri­to­rio ocu­pa­do de Puer­to Rico, en la super­fi­cie colo­ni­za­da de las Mal­vi­nas, en las pose­sio­nes toda­vía colo­nia­les o en las inde­pen­di­za­das nomi­nal­men­te pero aún some­ti­das a esta­tu­tos neocoloniales.

BOLÍVAR VIVE En la pro­di­gio­sa geo­gra­fía que guar­da los más abun­dan­tes recur­sos de agua dul­ce, bio­di­ver­si­dad, ener­gía y mine­ra­les del pla­ne­ta; en las nor­mas que con­fie­ren la pro­pie­dad de ellos a nues­tros paí­ses, como el decre­to que el Liber­ta­dor expi­de en Qui­to el 24 de octu­bre de 1829, según el cual “las minas de cual­quier cla­se corres­pon­den a la República”.

BOLÍVAR MUERE Cada vez que una por­ción del cuer­po no reno­va­ble de Amé­ri­ca es nego­cia­da con las trans­na­cio­na­les, entre­ga­da a cam­bio de bara­ti­jas, empe­ña­da para adqui­rir lo super­fluo, dada en pren­da para legi­ti­mar depre­da­cio­nes ambien­ta­les de los mono­po­lios, libra­da a la con­ta­mi­na­ción o el saqueo o pri­va­ti­za­da para la apro­pia­ción exclu­si­va y pri­va­da de empre­sas o de etnias.

BOLÍVAR VIVE En el sin tie­rra, en el sin tra­ba­jo, en el sin techo, en el sin pan, en el mar­gi­na­do, en el exclui­do, en el indo­cu­men­ta­do, en el exi­lia­do, en el escla­vo de la maqui­la, en el espal­da moja­da, en el exi­lia­do, en el secues­tra­do, en el des­apa­re­ci­do, en el fal­so positivo.

BOLÍVAR MUERE En los par­la­men­tos que reti­ran dere­chos socia­les, en los gobier­nos que inmu­ni­zan a las maqui­las con­tra impues­tos y leyes labo­ra­les, en los sin­di­ca­tos ven­di­dos a los patro­nos, en los gre­mios patro­na­les que disi­mu­lan la rela­ción de tra­ba­jo ter­ce­ri­zán­do­la con inter­me­dia­rios fantasmas.

BOLÍVAR VIVE En el artícu­lo 1 de la Cons­ti­tu­ción de la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la, que pro­cla­ma como dere­chos irre­nun­cia­bles de la Nación la inde­pen­den­cia, la sobe­ra­nía, la inmu­ni­dad, la inte­gri­dad terri­to­rial y la auto­de­ter­mi­na­ción nacional.

BOLÍVAR MUERE Cada vez que un juez sen­ten­cia que la sobe­ra­nía de Vene­zue­la no es abso­lu­ta y que la Repú­bli­ca no tie­ne inmu­ni­dad ante jue­ces, árbi­tros y ver­du­gos extranjeros.

BOLÍVAR VIVE Cuan­do nues­tros paí­ses se reti­ran de los orga­nis­mos que some­ten su sobe­ra­nía y sus con­tra­tos de inte­rés públi­co a las sen­ten­cias de depen­den­cias del Ban­co Mun­dial o de jun­tas arbi­tra­les al ser­vi­cio de los consorcios.

BOLÍVAR MUERE En el momen­to en que un gobierno arro­ja sobre su pue­blo una Deu­da impa­ga­ble para cos­tear super­flui­da­des. En el ins­tan­te cuan­do un Poder Legis­la­ti­vo san­cio­na Infa­mes Tra­ta­dos con­tra la Doble Tri­bu­ta­ción, que inmu­ni­zan a las trans­na­cio­na­les con­tra el pago de impues­tos en nues­tros paí­ses y obli­gan al pue­blo a pagar la car­ga tri­bu­ta­ria que los capi­ta­les extran­je­ros elu­den. En la nor­ma tri­bu­ta­ria rece­si­va, que cas­ti­ga a quie­nes ganan poco o nada y exi­me a quie­nes ingre­san fortunas.

BOLÍVAR VIVE Cuan­do nues­tros paí­ses denun­cian fal­sos tra­ta­dos de libre comer­cio, simi­la­res al que el Liber­ta­dor denun­cia el 27 de octu­bre de 1825 en car­ta al vice­pre­si­den­te San­tan­der des­de Poto­sí: «El tra­ta­do de amis­tad y comer­cio entre Ingla­te­rra y Colom­bia tie­ne la igual­dad de un peso que tuvie­ra de una par­te oro y de la otra plo­mo. Ven­di­das estas dos can­ti­da­des vería­mos si eran igua­les. La dife­ren­cia que resul­ta­ra, sería la igual­dad nece­sa­ria que exis­te entre un fuer­te y un débil”.

BOLÍVAR MUERE Cuan­do las dis­po­si­cio­nes de Tra­ta­dos de Libre Comer­cio uná­ni­me­men­te recha­za­dos, como el ALCA, se infil­tran de nue­vo a tra­vés de acuer­dos bila­te­ra­les, Tra­ta­dos de Pro­mo­ción y Pro­tec­ción de Inver­sio­nes, ver­gon­zo­sas cláu­su­las incons­ti­tu­cio­na­les en los con­tra­tos de inte­rés públi­co y acuer­dos de inter­cam­bio mer­can­til con paí­ses que a su vez tie­nen Tra­ta­dos de Libre Comer­cio con los imperios.

BOLÍVAR VIVE En el mili­ciano que toma las armas para impo­ner la sobe­ra­nía popu­lar o defenderla.

BOLÍVAR MUERE Cada vez que en “la cuar­ta par­te del mun­do” que él libe­ró se implan­tan bases mili­ta­res extra­ñas a la región, se sus­cri­ben tra­ta­dos de asis­ten­cia mili­tar al impe­ria­lis­mo, se crean escue­las impe­ria­les de con­tra­in­sur­gen­cia o misio­nes cas­tren­ses para tute­lar nues­tras mili­cias, se finan­cian con fon­dos del Impe­rio des­me­su­ra­das maqui­na­rias mili­ta­res que aten­tan con­tra el equi­li­brio estra­té­gi­co de la región, se libran gue­rras fra­tri­ci­das en el exclu­si­vo inte­rés de las trans­na­cio­na­les, se lan­zan agre­sio­nes pro­gra­ma­das, apo­ya­das y diri­gi­das por los impe­rios, se crean fuer­zas para­mi­li­ta­res para encu­brir el terro­ris­mo de Esta­do, se admi­te la inje­ren­cia de fuer­zas poli­cia­les o para­po­li­cia­les forá­neas, se envían lati­no­ame­ri­ca­nos como car­ne de cañón de tro­pas auxi­lia­res o mer­ce­na­rias para pelear las gue­rras impe­ria­les en los con­fi­nes del mundo.

BOLÍVAR VIVE En el sabo­tea­do Con­gre­so Anfic­tió­ni­co de Pana­má, en su plan de 1826 de “una fede­ra­ción entre Boli­via, el Perú y Colom, más estre­cha que la de los Esta­dos Uni­dos, man­da­da por un pre­si­den­te y vice­pre­si­den­te y regi­da por la cons­ti­tu­ción boli­via­na, que podrá ser­vir para los esta­dos en par­ti­cu­lar y para la fede­ra­ción en gene­ral, hacién­do­se aque­llas varia­cio­nes del caso. La inten­ción de este pac­to es la más per­fec­ta uni­dad posi­ble bajo de una for­ma fede­ral”. El Liber­ta­dor revi­ve en los pro­yec­tos de unión lati­no­ame­ri­ca­na de Eloy Alfa­ro y Cipriano Cas­tro, Augus­to César San­dino, en el Mer­co­sur, en el Alba, en Una­sur, en la Celac, en todos y cada uno de los esfuer­zos de lati­no­ame­ri­ca­nos y cari­be­ños para reco­no­cer­nos como la gran nación que somos y seremos.

BOLÍVAR MUERE En la cons­pi­ra­ción sece­sio­nis­ta de la Cosia­ta, en el des­mem­bra­mien­to de la Gran Colom­bia y de Cen­troa­mé­ri­ca, en las ten­ta­ti­vas de frac­cio­nar nues­tros paí­ses invo­can­do coar­ta­das regio­na­les o étni­cas, en Orga­ni­za­cio­nes No Guber­na­men­ta­les que ope­ran como sub­si­dia­dos laca­yos de poten­cias forá­neas, en el ser­vil pan­ame­ri­ca­nis­mo, en las orga­ni­za­cio­nes cons­ti­tui­das como Minis­te­rios de Colo­nias de los Impe­rios que pre­ten­den mane­jar nues­tros gobier­nos, nues­tros tri­bu­na­les, nues­tras eco­no­mías, nues­tras conciencias.

BOLÍVAR VIVE En los sis­te­mas edu­ca­ti­vos gra­tui­tos para todas las cla­ses socia­les y cen­tra­dos en el apren­di­za­je por la expe­rien­cia y la inves­ti­ga­ción pre­co­ni­za­dos por Simón Rodrí­guez; en la par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca fun­da­da en el cono­ci­mien­to y no en la pro­pie­dad ins­tau­ra­da en la pri­me­ra Cons­ti­tu­ción de Boli­via; en la arti­lle­ría del pen­sa­mien­to que divul­ga, exa­mi­na, cri­ti­ca y debate.

BOLÍVAR MUERE En los sis­te­mas edu­ca­ti­vos con tari­fa sólo para pri­vi­le­gia­dos, tute­la­dos por buro­cra­cias impe­ria­les o cle­ri­ca­les; en el cono­ci­mien­to tra­ta­do como mer­can­cía; en el meca­nis­mo de paten­tes con­ce­bi­do como peni­ten­cia­ría de la escla­vi­tud men­tal, en los medios al ser­vi­cio de intere­ses forá­neos u oli­gár­qui­cos que sólo difun­den con­te­ni­dos fala­ces o importados.

BOLÍVAR VIVE En quien inven­ta, en quien crea, en quien se inte­rro­ga, en quien afa­na la con­cien­cia sobre el enig­ma inago­ta­ble de lo americano.

BOLÍVAR MUERE En quien copia, en quien imi­ta, en quien reme­da, en quien cale­trea, en quien pla­gia, en quien abo­mi­na de su pro­pio ser, en quien claudica.

BOLÍVAR VIVE ¡Viva Bolí­var!

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