Aná­li­sis de la secre­ta­ría de polí­ti­cas eco­nó­mi­cas de LAB

PRESUPUESTOS GENERALES DE LA CAV PARA EL 2012

La polí­ti­ca de recor­tes pre­su­pues­ta­rios impues­ta en toda la Unión Euro­pea ha deja­do en evi­den­cia que la sali­da de la cri­sis no cons­ti­tu­ye el obje­ti­vo prio­ri­ta­rio de los pode­res polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos. Los com­pro­mi­sos adop­ta­dos con la esta­bi­li­dad pre­su­pues­ta­ria y la reduc­ción del gas­to públi­co no sólo han demos­tra­do ser una opción fra­ca­sa­da para remon­tar la actual coyun­tu­ra, sino que ade­más han pro­vo­ca­do un dete­rio­ro de la eco­no­mía que nos con­du­ce a una segun­da rece­sión. A pesar de ello, gobier­nos de dife­ren­te signo polí­ti­co insis­ten en apli­car medi­das diri­gi­das a satis­fa­cer intere­ses que muy poco tie­nen que ver con las nece­si­da­des de la pobla­ción en gene­ral y de los sec­to­res socia­les más des­fa­vo­re­ci­dos y cas­ti­ga­dos por la crisis.

Esta orien­ta­ción pre­su­pues­ta­ria de cor­te res­tric­ti­vo tam­bién pare­ce haber­se ins­ta­la­do en el Gobierno Vas­co sos­te­ni­do por PSE-PSOE y PP. En con­cre­to, éste es el ter­cer año con­se­cu­ti­vo que el eje­cu­ti­vo de Patxi López pre­sen­ta un pro­yec­to de pre­su­pues­tos con un volu­men de gas­tos infe­rior al apro­ba­do para el año precedente.

Aun­que el eje­cu­ti­vo de Lakua es per­fec­ta­men­te cons­cien­te de los efec­tos rece­si­vos que pro­vo­ca su polí­ti­ca pre­su­pues­ta­ria, las cuen­tas públi­cas ela­bo­ra­das por el gobierno para 2012 con­tem­plan un gas­to total de 10.499 millo­nes de euros, lo que supo­ne un recor­te de 100,3 millo­nes res­pec­to al pre­su­pues­to apro­ba­do para el año 2011.

Ade­más, el gobierno ha opta­do por no ago­tar el techo máxi­mo de gas­to per­mi­ti­do para cum­plir con el obje­ti­vo de défi­cit fija­do en el 1,3% del PIB y que equi­val­dría a 926 millo­nes de euros, es decir, apro­xi­ma­da­men­te 44 millo­nes más que el défi­cit asu­mi­do por el gobierno.

Es cier­to que los cri­te­rios de esta­bi­li­dad pre­su­pues­ta­ria vie­nen impues­tos por los com­pro­mi­sos adop­ta­dos en el seno de la UE. Tam­bién la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la (refor­ma­da bajo la pre­sión de las poten­cias euro­peas, el BCE, y el chan­ta­je de los mer­ca­dos) impe­di­rá en bre­ve incu­rrir en défi­cit estruc­tu­ral. Pero el gobierno de Lakua ha deci­di­do apli­car estos cri­te­rios de dis­ci­pli­na fis­cal con mayor rigor del exi­gi­do, y ello a pesar de tener el ratio de endeu­da­mien­to auto­nó­mi­co más bajo de todo el Esta­do (el 7,9% del PIB fren­te al 12,6% de media estatal).

Las medi­das de ajus­te pre­vis­tas para 2012, cuyos efec­tos se acu­mu­la­rán a las de años ante­rio­res, harán caer un 1% el gas­to pre­su­pues­ta­do. Aho­ra bien, para tener una visión más exac­ta del esfuer­zo res­tric­ti­vo rea­li­za­do por el gobierno la com­pa­ra­ción debe­ría rea­li­zar­se sin tener en cuen­ta el gas­to de per­so­nal (ya que se con­si­de­ra un cos­te fijo) y el mon­tan­te dedi­ca­do a las obras del TAV (pues­to que está finan­cia­do por el gobierno cen­tral). Así con­si­de­ra­do el recor­te pre­su­pues­ta­do ascien­de a un 3,73%.

Com­pro­ba­mos así que en lugar de poner el sec­tor públi­co al ser­vi­cio de la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca, se opta por seguir pro­fun­di­zan­do en la apli­ca­ción de polí­ti­cas de recor­te en un momen­to muy deli­ca­do, tal y como demues­tra la situa­ción de estan­ca­mien­to en la que entró nues­tra eco­no­mía en el ter­cer tri­mes­tre del año. Pre­ci­sa­men­te, la caí­da del gas­to públi­co ha sido res­pon­sa­ble en gran par­te de este empeo­ra­mien­to de la evo­lu­ción económica.

Para ven­cer esta obse­sión por aco­me­ter el ajus­te del pre­su­pues­to por el lado del gas­to es urgen­te abor­dar una ambi­cio­sa refor­ma fis­cal que per­mi­ta aumen­tar la recau­da­ción, pero en cla­ve de jus­ti­cia fis­cal y no gra­van­do más a quie­nes menos tie­nen. En defi­ni­ti­va, hay que mejo­rar la pro­gre­si­vi­dad del sis­te­ma tri­bu­ta­rio y eli­mi­nar los pri­vi­le­gios que dis­fru­tan las ren­tas más ele­va­das, los ingre­sos del capi­tal y los bene­fi­cios empresariales.

A modo de ejem­plo des­ta­ca­mos que las hacien­das fora­les de Ara­ba, Biz­kaia y Gipuz­koa deja­rán de ingre­sar cer­ca de 435 millo­nes de euros en con­cep­to de bene­fi­cios fis­ca­les a las empre­sas. Con esa can­ti­dad se podrían doblar los recur­sos des­ti­na­dos a la ren­ta de garan­tía de ingre­sos, la pres­ta­ción com­ple­men­ta­ria de vivien­da y las ayu­das de emer­gen­cia, y toda­vía sobra­rían 95 millo­nes más.
En esta sen­ti­do, con­si­de­ra­mos opor­tuno denun­ciar tam­bién el pac­to fis­cal alcan­za­do por PNV y PP para tra­tar de obs­ta­cu­li­zar aque­llas refor­mas que per­mi­ti­rían esta­ble­cer un sis­te­ma fis­cal más redis­tri­bu­ti­vo y solidario.

En todo caso, el gobierno de Patxi López ha ele­gi­do la peor de las opcio­nes para cua­drar las cuen­tas públi­cas del pró­xi­mo ejer­ci­cio, dan­do la espal­da a los pro­ble­mas que debe­rían enca­be­zar su agen­da de prio­ri­da­des: el des­em­pleo y las duras con­di­cio­nes de vida que atra­vie­san los colec­ti­vos más afec­ta­dos por la cri­sis y la pobreza.

Lakua inten­ta ador­nar su lamen­ta­ble polí­ti­ca pre­su­pues­ta­ria afir­man­do que la gene­ra­ción de empleo cons­ti­tu­ye su mayor preo­cu­pa­ción; pero esta retó­ri­ca hue­ca no vie­ne ava­la­da por el pro­yec­to de Pre­su­pues­tos Gene­ra­les ela­bo­ra­do para 2012.

La crea­ción de empleo debe­ría venir de la mano de la inver­sión públi­ca; sin embar­go, las inver­sio­nes dis­mi­nu­yen un 2,2%. Y si des­con­ta­mos el efec­to del TAV, cuya finan­cia­ción en reali­dad pro­ce­de del gobierno cen­tral, des­cu­bri­mos que el esfuer­zo inver­sor rea­li­za­do por Lakua se verá redu­ci­do en un 9,2% con res­pec­to al apro­ba­do para 2011.

Por cier­to, mere­ce la pena hacer un parén­te­sis para des­ta­car que el pro­yec­to del TAV no sólo no se ha vis­to afec­ta­do por la seve­ra dis­ci­pli­na pre­su­pues­ta­ria, sino todo lo con­tra­rio. En el ejer­ci­cio 2012 se des­ti­na­rán a estas obras 350,7 millo­nes de euros, dota­ción que repre­sen­ta un incre­men­to del 27,3% res­pec­to a lo pre­su­pues­ta­do para 2011. No debe­mos pasar por alto que el TAV ha levan­ta­do una amplia opo­si­ción social por tra­tar­se de una infra­es­truc­tu­ra de dudo­sa uti­li­dad social, incier­ta via­bi­li­dad eco­nó­mi­ca y gran impac­to medioambiental.

Vol­vien­do a la cues­tión del empleo debe­mos recor­dar que, según los datos publi­ca­dos por el Eus­tat (rela­ti­vos al ter­cer tri­mes­tre de 2011), en el últi­mo año se han des­trui­do alre­de­dor de 21.400 pues­tos de tra­ba­jo en la CAV. El paro no ha deja­do de cre­cer y, según las mis­mas fuen­tes, la cifra de des­em­pleo aumen­tó en 19.000 per­so­nas con res­pec­to al año ante­rior. Esta situa­ción ha ele­va­do a 36.000 el núme­ro de hoga­res con todos sus miem­bros en paro.

Por otro lado, a medi­da que la cri­sis se pro­lon­ga y dis­mi­nu­yen las opor­tu­ni­da­des para encon­trar empleo, las situa­cio­nes de paro tien­den a cro­ni­fi­car­se y las pres­ta­cio­nes se ago­tan. Según los ser­vi­cios públi­cos de empleo, de cada 100 per­so­nas regis­tra­das como para­das en la CAV hay 44 que no reci­ben nin­gún tipo de pres­ta­ción por desempleo.

Lle­ga­dos a este pun­to tam­bién debe­mos cri­ti­car el cinis­mo del que hace gala el gobierno cuan­do dice que su prio­ri­dad más urgen­te será la de aten­der a las per­so­nas más des­pro­te­gi­das y man­te­ner los actua­les esque­mas de pro­tec­ción social. Con­vie­ne indi­car que el Depar­ta­men­to de Empleo y Asun­tos Socia­les impul­so una refor­ma que ha endu­re­ci­do los requi­si­tos para per­ci­bir la Ren­ta de Garan­tía de Ingre­sos, des­ti­na­da a cubrir los gas­tos bási­cos para la super­vi­ven­cia de las per­so­nas sin ingre­sos; una refor­ma que fue apro­ba­da en el par­la­men­to con los votos de PSE y PP. Pero no con­for­me con esto el gobierno de Lakua vuel­ve a ensa­ñar­se con el colec­ti­vo más vul­ne­ra­ble, y aho­ra pre­ten­de redu­cir en un 8% la cuan­tía de esta pres­ta­ción social.

Por tan­to, mien­ten des­ca­ra­da­men­te cuan­do dicen que se com­pro­me­ten a garan­ti­zar las pres­ta­cio­nes socia­les bási­cas y la ofer­ta de ser­vi­cios públi­cos. Tras suce­si­vos años recor­tan­do el pre­su­pues­to resul­ta gro­tes­co afir­mar que se van a rea­li­zar nue­vos ajus­tes sin afec­tar a la pres­ta­ción de ser­vi­cios públi­cos bási­cos. Es impo­si­ble man­te­ner los mis­mos ser­vi­cios públi­cos con una dota­ción pre­su­pues­ta­ria cada vez más pequeña.

De la mis­ma for­ma, resul­ta inve­ro­sí­mil que se pue­da con­ti­nuar redu­cien­do el pre­su­pues­to sin debi­li­tar el gas­to social, sobre todo si tene­mos en cuen­ta que más del 70% del gas­to públi­co está des­ti­na­do a obje­ti­vos de natu­ra­le­za social.

Pero no nos deje­mos enga­ñar ante la ima­gen de unos pre­su­pues­tos apa­ren­te­men­te «socia­les». El ele­va­do por­cen­ta­je de gas­to que los pre­su­pues­tos del Gobierno Vas­co dedi­ca a fines socia­les es fru­to del repar­to com­pe­ten­cial entre la admi­nis­tra­ción del Esta­do y la auto­nó­mi­ca. La mayo­ría de las com­pe­ten­cias trans­fe­ri­das al Gobierno Vas­co son de mar­ca­do carác­ter social (sólo edu­ca­ción y sani­dad absor­ben el 57% del pre­su­pues­to), pero exis­te un amplio catá­lo­go de com­pe­ten­cias «no asu­mi­das» que son ejer­ci­das por Esta­do y cuyo mon­tan­te prác­ti­ca­men­te repre­sen­ta la mitad de los Pre­su­pues­tos Gene­ra­les del Esta­do. Lógi­ca­men­te estos gas­tos no figu­ran en las cuen­tas de la CAV, aun­que ten­ga­mos que con­tri­buir a sos­te­ner dichas car­gas a tra­vés del Cupo que paga­mos al Estado.

Ade­más del recor­te del gas­to social y de las pres­ta­cio­nes des­ti­na­das a las per­so­nas más nece­si­ta­das, Lakua pre­ten­de con­se­guir más «aho­rros» adi­cio­na­les ata­can­do las con­di­cio­nes labo­ra­les y sala­ria­les del per­so­nal al ser­vi­cio de la admi­nis­tra­ción auto­nó­mi­ca. Y ya se sabe que la evo­lu­ción de los sala­rios en el sec­tor públi­co cons­ti­tu­ye una refe­ren­cia a imi­tar en las empre­sas privadas.

Has­ta aho­ra el gobierno había deci­di­do sus­pen­der con carác­ter gene­ral las sus­ti­tu­cio­nes de per­so­nal para cubrir bajas o por acu­mu­la­ción de tareas. Aho­ra ha radi­ca­li­za­do su pos­tu­ra y pre­ten­de rea­li­zar una regu­la­ción de empleo públi­co encu­bier­ta, amor­ti­zan­do pues­tos de tra­ba­jo que que­den vacan­tes por jubi­la­cio­nes. Ade­más de los recor­tes de per­so­nal, los sala­rios se vol­ve­rán man­te­ner con­ge­la­dos un año más.

Estas medi­das, ade­más de agra­var las con­di­cio­nes labo­ra­les del per­so­nal al ser­vi­cio de la admi­nis­tra­ción auto­nó­mi­ca y pro­vo­car una nue­va mer­ma de poder adqui­si­ti­vo, tam­bién supon­drán un dete­rio­ro aña­di­do de los ser­vi­cios públi­cos. Por tan­to, el gobierno incum­ple su pro­me­sa de man­te­ner los ser­vi­cios públi­cos, avan­zan­do así hacia el pro­gre­si­vo debi­li­ta­mien­to de lo que cons­ti­tu­ye uno de los pila­res bási­cos de cual­quier esta­do social de derecho.

Por el con­tra­rio, todo pare­ce indi­car que las pro­pues­tas de Con­fe­bask sí han deja­do su impron­ta en la ela­bo­ra­ción de estos pre­su­pues­tos. Sin duda la patro­nal se sen­ti­rá reco­no­ci­da al com­pro­bar que el pre­su­pues­to para 2012 reco­ge entre sus obje­ti­vos redu­cir el tama­ño del sec­tor públi­co y sitúa como prio­ri­ta­rias aque­llas polí­ti­cas que fomen­tan el incre­men­to de la pro­duc­ti­vi­dad y la competitividad.
En defi­ni­ti­va, patro­nal y gobierno com­par­ten el mis­mo patrón de cre­ci­mien­to, un mode­lo erró­neo y orien­ta­do a poten­ciar la deman­da exter­na, aun­que sea a cos­ta de depri­mir la deman­da inter­na, ya que los cos­tes sala­ria­les y el gas­to social son con­si­de­ra­dos un las­tre para la com­pe­ti­ti­vi­dad. Por esa razón se adop­tan medias diri­gi­das a dis­ci­pli­nar a la cla­se tra­ba­ja­do­ra y a redu­cir los cos­tes labo­ra­les (sala­ria­les y socia­les), deci­sio­nes que ter­mi­nan soca­van­do la ren­ta dis­po­ni­ble, debi­li­tan­do la deman­da inter­na y final­men­te des­tru­yen­do empleo.

Por últi­mo, el gobierno de Lakua ha adver­ti­do que la actual cri­sis eco­nó­mi­co-finan­cie­ra ha pro­vo­ca­do una rup­tu­ra con el com­por­ta­mien­to pre­vio de la eco­no­mía, y los nive­les de cre­ci­mien­to ya no vol­ve­rán a ser los de antes. En su opi­nión este hecho ame­na­za la sos­te­ni­bi­li­dad de las finan­zas públi­cas y ten­drá un fuer­te impac­to en la polí­ti­ca pre­su­pues­ta­ria de las admi­nis­tra­cio­nes públicas.

De esta mane­ra el gobierno nos anti­ci­pa cuá­les son sus inten­cio­nes para el futu­ro, y avi­sa que en ade­lan­te «la des­apa­ri­ción de los défi­cit va a nece­si­tar del ajus­te estruc­tu­ral». En defi­ni­ti­va, que apues­tan por man­te­ner los recor­tes actua­les de for­ma per­ma­nen­te, aun cuan­do se remon­te el actual ciclo negativo.

Gas­teiz, 20 de diciem­bre de 2011.

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