La lar­ga mar­cha (2ª par­te) y la pacien­cia como vir­tud- EHK

El enemi­go avan­za, noso­tros retrocedemos.

El enemi­go se detie­ne, noso­tros le hostigamos.

El enemi­go está ago­ta­do, noso­tros atacamos.

El enemi­go se reti­ra, noso­tros le perseguimos.

Mao

Se ace­le­ran los acon­te­ci­mien­tos. Este es el resul­ta­do del fun­cio­na­mien­to del «libre mer­ca­do» que todos aplau­dían. Cua­tro años des­pués de la pri­me­ra cri­sis, el mun­do va de cabe­za a un nue­vo colap­so, cree­mos que cal­cu­la­do, y no hay nada que pue­de impe­dir­lo. El mer­ca­do se ha ido con­vir­tien­do, inclu­so para sus anti­guos here­jes, en un dios todo­po­de­ro­so, una fuer­za espec­ta­cu­lar capaz de chan­ta­jear a todo y a todos. Como resul­ta­do de ese com­ple­jo entra­ma­do, has­ta impor­tan­tes corrien­tes polí­ti­cas del socia­lis­mo mun­dial ter­mi­na­ron por ren­dir­se ante su cre­cien­te poder.

Millo­nes de per­so­nas van a sufrir las con­se­cuen­cias. El des­em­pleo se dis­pa­ra­rá a cotas no vis­tas des­de la déca­da de 1930. Los nive­les de vida cae­rán en pica­do. Y el resul­ta­do inevi­ta­ble será una inten­si­fi­ca­ción de la lucha de cla­ses en todas par­tes. La cri­sis no es más que el pro­ce­so de tran­si­ción al que el capi­ta­lis­mo se ve abo­ca­do para pre­pa­rar la siguien­te fase de acumulación.

En este terreno de jue­go esta­mos dispu­tan­do el par­ti­do en Eus­kal Herria. Este País no que­da fue­ra de los pará­me­tros del mer­ca­do. Muy al con­tra­rio, tam­bién se ve some­ti­da a sus dic­ta­dos y capri­chos. En este sen­ti­do tene­mos que valo­rar y ana­li­zar qué efec­tos per­ni­cio­sos ha ejer­ci­do sobre el Pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co y sobre sus orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas y mili­ta­res en estos últi­mos años.

En rela­ción a esto, la ofen­si­va del capi­tal en Eus­kal Herria es de tal cali­bre que ha gene­ra­do la nece­si­dad de con­ver­tir al inde­pen­den­tis­mo vas­co en una fuer­za polí­ti­co-social hege­mó­ni­ca como fór­mu­la para fre­nar el ata­que, pri­me­ro, y pasar a la ofen­si­va después.

En tér­mi­nos prác­ti­cos, la visua­li­za­ción del bucle al que se veía some­ti­do el MLNV por par­te de los esta­dos espa­ñol y fran­cés, con la ines­ti­ma­ble ayu­da de las bur­gue­sías regio­na­lis­tas de PNV-UPN, se pro­du­ce duran­te las suce­si­vas rup­tu­ras de los dis­tin­tos pro­ce­sos nego­cia­do­res entre ETA y el Esta­do español.

El MLNV no hace bien sus debe­res. El paro arma­do deja el pro­ce­so nego­cia­dor huér­fano de acto­res capa­ces de lle­var ade­lan­te las exi­gen­cias que mar­can las tre­guas. No exis­tía una masa crí­ti­ca suficiente.

Rotos o debi­li­ta­dos los sen­ta­mien­tos pri­mor­dia­les para for­zar otra posi­ble nego­cia­ción y con la Refor­ma uti­li­zan­do de una mane­ra encu­bier­ta y abier­ta el “esta­do de excep­ción”, los esta­dos pre­ten­den hacer des­apa­re­cer al MLNV como pro­yec­to his­tó­ri­co, su des­truc­ción defi­ni­ti­va. Ya no sería sólo polí­ti­ca sino tam­bién social y con ello for­za­rían de for­ma inexo­ra­ble la derro­ta de la insur­gen­cia armada.

La impo­ten­cia social y polí­ti­ca cre­cien­te ante la pre­sión repre­si­va, fomen­ta­ba la inca­pa­ci­dad de aná­li­sis para no ade­cuar­se a las nue­vas situa­cio­nes, crea­ba des­mo­ra­li­za­ción y se aca­ba­ba implan­tan­do (por la iner­cia de la lucha) en la men­ta­li­dad de las bases del MLNV el con­cep­to de “empa­te infi­ni­to”, lo que en tér­mi­nos mate­ria­lis­tas es radi­cal­men­te anti-dia­léc­ti­co y peli­gro­so para el pro­ce­so de libe­ra­ción pues la pará­li­sis cer­ce­na al blo­que más débil y a quien la padece.

Había que rea­li­zar cam­bios y des­de lue­go en cual­quier tipo de con­fron­ta­ción la divi­sión debi­li­ta a quien la sufre. Es ya una ver­dad del sen­ti­do común lar­ga­men­te cono­ci­da des­de los tiem­pos de Nico­lás Maquia­ve­lo. “Divi­de y rei­na­rás” sen­ten­cia la céle­bre con­sig­na de quie­nes nece­si­tan man­te­ner y repro­du­cir su ejer­ci­cio del poder. Esa pare­ce haber sido la estra­te­gia del gran capi­tal duran­te las últi­mas tres déca­das en todo el mun­do, inclui­da Eus­kal Herria.

La pro­pia velo­ci­dad de los hechos pro­vo­ca que muchos no com­par­tan, entien­dan o visua­li­cen las trans­for­ma­cio­nes ope­ra­das y los ries­gos que conllevan.

Dicho esto, nos encon­tra­mos dos tipos de crí­ti­cas ante el pro­ce­so abierto:

1. La que se ejer­ce des­de el sen­ti­mien­to ape­lan­do a la supues­ta ren­di­ción del MLNV

2. La que de una mane­ra opor­tu­nis­ta, apa­ren­te­men­te sur­gi­da de la razón, se ejer­ce por par­te de aque­llos que recla­man el lle­na­do del vacío crea­do por la insur­gen­cia armada.

Los pri­me­ros tachan de equi­vo­ca­da la línea segui­da por el MLNV en base a la des­apa­ri­ción del fac­tor arma­do. No entran en cues­tio­nes eco­nó­mi­co-socia­les o polí­ti­cas. Man­tie­nen en su pers­pec­ti­va y len­gua­je un men­sa­je abs­trac­to, es decir, no con­cre­tan los pasos a dar en tér­mi­nos prác­ti­cos para enfren­tar­nos a la situa­ción actual. Inde­pen­den­cia y socia­lis­mo lo cubren todo y a todos.

Los segun­dos, aun­que com­par­ten los aspec­tos de los cam­bios ope­ra­dos y saben de los ries­gos, creen que años de inope­ran­cia y erro­res polí­ti­cos se pue­den supe­rar a cor­to pla­zo a base de auto­pro­cla­ma­cio­nes opor­tu­nis­tas o crean­do orga­ni­za­cio­nes par­ti­da­rias, gene­ran­do en esta fase, una ines­ta­bi­li­dad y divi­sión inne­ce­sa­ria que es pre­ci­sa­men­te la que espe­ra el enemi­go. Algu­nos comu­nis­tas vas­cos jue­gan en este cam­po y des­de el res­pe­to les deci­mos que lo que hacen debe par­tir del aná­li­sis de lo con­cre­to y no caer en erro­res que depen­den más de los deseos que de una lec­tu­ra real de lo que acon­te­ce fue­ra y den­tro del MLNV. La lucha con­tra la social­de­mo­cra­cia se hace con la lucha de masas e ideo­ló­gi­ca, no con los llo­ros ni ata­ques a la Izquier­da Abertzale.

La reti­ra­da del esce­na­rio actual de la insur­gen­cia arma­da tie­ne que pro­vo­car un cre­ci­mien­to del teji­do social rebel­de que para los comu­nis­tas aber­tza­les debe supo­ner la crea­ción de una vez por todas de una masa social crí­ti­ca ofen­si­va sufi­cien­te, man­te­nien­do como eje cen­tral de actua­ción el suje­to de cla­se que lle­va ade­lan­te la eman­ci­pa­ción, el Pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co. La labor de los sec­to­res revo­lu­cio­na­rios y sobre todo el de los comu­nis­tas es dar ejem­plo no crí­ti­ca llorona.

Según Grams­ci, la supre­ma­cía de un gru­po social se mani­fies­ta en dos modos, como domi­nio y como direc­ción inte­lec­tual y moral. Un gru­po social es domi­nan­te de los gru­pos adver­sa­rios que tien­de a liqui­dar o a some­ter has­ta con la fuer­za arma­da y es diri­gen­te de gru­pos afi­nes y alea­dos. Un gru­po social pue­de y debe ser diri­gen­te des­de antes de con­quis­tar el poder guber­na­men­tal (ésta es una de las con­di­cio­nes prin­ci­pa­les para la mis­ma con­quis­ta del poder); des­pués, cuan­do ejer­ci­ta el poder… se vuel­ve domi­nan­te pero debe con­ti­nuar sien­do dirigente.

La cri­sis de la hege­mo­nía se mani­fies­ta cuan­do, aun­que man­te­nien­do el pro­pio domi­nio, las cla­ses socia­les polí­ti­ca­men­te domi­nan­tes no logran más ser diri­gen­tes de todas las cla­ses socia­les, o sea no logran resol­ver los pro­ble­mas de toda la colec­ti­vi­dad e impo­ner a toda la socie­dad la pro­pia com­ple­ja con­cep­ción del mun­do. La cla­se social subal­ter­na si logra indi­car con­cre­tas solu­cio­nes a los pro­ble­mas deja­dos irre­suel­tos se vuel­ve diri­gen­te e, incre­men­tan­do su pro­pia cos­mo­vi­sión tam­bién a otros estra­tos socia­les, crea un nue­vo blo­que social, vol­vién­do­se hegemónico.

EHK lle­va tiem­po hablan­do de la nece­si­dad de la masa crí­ti­ca sufi­cien­te. Toda masa crí­ti­ca apa­re­ce tras la acu­mu­la­ción de una masa numé­ri­ca que con la lucha nacio­nal y social, apo­ya­da en la for­ma­ción ideo­ló­gi­ca que se le pro­por­cio­ne, irá adqui­rien­do la capa­ci­dad para dar un sal­to cua­li­ta­ti­vo que la pon­ga rum­bo al com­ba­te defi­ni­ti­vo, exis­ta o no la acti­vi­dad arma­da. El inten­to de rom­per el mar­co y la sub­si­guien­te reac­ción del impe­ria­lis­mo espa­ñol y fran­cés ace­le­ra­rá la marcha.

Lle­ga­rá el momen­to para con­cre­tar rup­tu­ras, situa­cio­nes no pre­vis­tas y tác­ti­cas cam­bian­tes y siem­pre en rela­ción de las con­di­cio­nes obje­ti­vas y la nece­sa­ria masa crí­ti­ca social para hacer impa­ra­ble el sal­to rup­tu­ris­ta. El tiem­po, siem­pre dis­con­ti­nuo, que tie­ne un com­po­nen­te sub­je­ti­vo pue­de cam­biar ver­ti­gi­no­sa­men­te. Lo está hacien­do en todo el mun­do y en Eus­kal Herria.

Apues­ta arries­ga­da pero aún más es no enten­der en qué fase nos encon­tra­mos. Hay que tener pacien­cia, su caren­cia con­du­ce al for­ta­le­ci­mien­to de nues­tros enemi­gos de cla­se y nacionales.

Eus­kal Herria, 5 de diciem­bre del 2011

Eus­kal Herri­ko Komu­nis­tak (EHK)

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