Las Farc siguen fuer­tes tras muer­te de ’Cano’, dice la gue­rri­lle­ra holan­de­sa Tan­ja Nij­mei­jer- Pren­sa Rural

Tan­ja Nij­mei­jer con­ce­dio este miér­co­les una entre­vis­ta para la tele­vi­sión publi­ca holandesa.

Afir­mó que ese gru­po arma­do ile­gal sigue sien­do fuer­te a pesar de la muer­te el pasa­do noviem­bre de su máxi­mo líder, ’Alfon­so Cano’.

«Las Farc siguen ade­lan­te sin ’Cano’, ha habi­do muchas accio­nes mili­ta­res des­pués de su muer­te, lo que es una señal de que segui­mos ade­lan­te y de que el final de las Farc está lejos», afir­mó Nij­mei­jer en una entre­vis­ta emi­ti­da este miér­co­les por el canal de tele­vi­sión públi­co holan­dés, NOS.

La cade­na holan­de­sa espe­ci­fi­có que com­pró la entre­vis­ta a un perio­dis­ta colom­biano, del que no ha reve­la­do su iden­ti­dad, el cual habló con la gue­rri­lle­ra en un pun­to no pre­ci­sa­do de la sel­va colom­bia­na a fina­les del pasa­do mes de noviembre.

Mos­tran­do un rifle en sus manos, Nij­mei­jer tam­po­co dudó en defen­der el uso de las armas: «cuan­do estás en la sel­va y con­ti­nua­men­te escu­chas bom­bas, con­ti­nua­men­te escu­chas armas, la úni­ca res­pues­ta es dis­pa­rar», indi­có en correc­to holan­dés, que, aun­que es su idio­ma materno, pro­nun­cia con acen­to colom­biano, ya que inclu­so le cues­ta encon­trar las pala­bras adecuadas.

La gue­rri­lle­ra holan­de­sa se mos­tró en todo momen­to rela­ja­da y con una son­ri­sa en su boca, inclu­so cuan­do reco­no­ció que temió por su vida en noviem­bre de 2010, en el ata­que en el que murió del jefe mili­tar de las Farc, Víc­tor Julio Suá­rez Rojas, alias ’Jor­ge Bri­ce­ño Suá­rez’ o ’Mono Jojoy’.

«Escu­ché las bom­bas que caían muy cer­ca de mi cama y pen­sé que no sobre­vi­vi­ría», comen­tó, y que tras ese ata­que a ese cam­pa­men­to de las Farc «todo había desaparecido».

Res­pal­dan­do en todo momen­to a la orga­ni­za­ción a la que ya per­te­ne­ce des­de casi una déca­da, enfa­ti­zó el carác­ter gene­ro­so del falle­ci­do ’Mono Jojoy’, del que se pien­sa que Tan­ja for­ma­ba par­te de su guar­dia per­so­nal. «Cuan­do caye­ron las pri­me­ras bom­bas, orde­nó que la gen­te tenía que ser eva­cua­da, algo típi­co que carac­te­ri­za­ba a ’Mono Jojoy’, resaltó.

Con un buen aspec­to físi­co que no pare­ce res­pon­der a las duras con­di­cio­nes de la vida en la jun­gla, la gue­rri­lle­ra, de 33 años, apa­re­ce en la entre­vis­ta asea­da y se la ve en algu­nos frag­men­tos rea­li­zan­do tareas sen­ci­llas como el trans­por­te de leña poco pesada.

No es la pri­me­ra vez que Nij­mei­jer reafir­ma su apo­yo a las Farc: «soy una gue­rri­lle­ra de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia y segui­ré sien­do gue­rri­lle­ra has­ta ven­cer o has­ta morir», afir­mó en una entre­vis­ta difun­di­da en 2010 por la emi­so­ra públi­ca ’Radio Neder­land’, poco antes del ata­que en el que falle­ció ’Mono Jojoy’.

En un prin­ci­pio se pen­só que Tan­ja había muer­to en esa mis­ma ope­ra­ción, pero prue­bas de ADN rea­li­za­das a los cadá­ve­res encon­tra­dos lo des­car­ta­ron. Los inten­tos de la fami­lia de Nij­mei­jer de hacer­la desis­tir de su entre­ga a las Farc no han cua­ja­do has­ta aho­ra, y de hecho, en la entre­vis­ta difun­di­da este miér­co­les, la holan­de­sa no ha hecho el menor comen­ta­rio a su fami­lia, que tam­po­co ha que­ri­do reac­cio­nar ante las nue­vas imá­ge­nes de su pariente.

Tan­ja tam­bién ha hecho oídos sor­dos a los ofre­ci­mien­tos del Gobierno colom­biano, que ha seña­la­do en dife­ren­tes oca­sio­nes que, si deci­die­se des­mo­vi­li­zar­se, podría entrar en un pro­ce­so de rein­te­gra­ción ’gene­ro­so’, si se con­fir­ma­se que no ha come­ti­do crí­me­nes de lesa humanidad.

Nij­mei­jer, sobre la que pesa una orden de cap­tu­ra soli­ci­ta­da por Esta­dos Uni­dos, sal­tó a la pren­sa en 2007 cuan­do, tras un bom­bar­deo con­tra uno de los cam­pa­men­tos de las Farc, las Fuer­zas Arma­das encon­tra­ron uno de sus dia­rios con crí­ti­cas sobre la jerar­quía de ese grupo.

EE. UU. la acu­sa, jun­to a otros 17 gue­rri­lle­ros, de car­gos rela­cio­na­dos con el secues­tro de los esta­dou­ni­den­ses Marc Gon­sal­ves, Keith Stan­sell y Tho­mas Howes, come­ti­do en 2003.

Según las auto­ri­da­des colom­bia­nas, Nij­mei­jer, ingre­só a las Farc el 15 de noviem­bre de 2002 tras pasar una tem­po­ra­da en Perei­ra como pro­fe­so­ra de inglés en un colegio.

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