Des­en­mas­ca­ra­da la «liber­tad» de pren­sa en EE.UU.- Pepe Escobar

La sema­na pasa­da, el perio­dis­ta inde­pen­dien­te Sam Hus­sei­ni fue a una con­fe­ren­cia de pren­sa del prín­ci­pe Tur­ki al-Fai­sal de Ara­bia Sau­dí en el Club Nacio­nal de la Pren­sa de Washing­ton, del cual Hus­sei­ni es miem­bro. Enton­ces hizo algo que es extra­ño en la cul­tu­ra mediá­ti­ca cor­po­ra­ti­va en EE.UU. Se con­du­jo como un ver­da­de­ro perio­dis­ta e hizo una pre­gun­ta dura, per­ti­nen­te, sin nin­gún tipo de res­tric­cio­nes. Es la siguien­te, como la repro­du­ce el blog de Husseini:

Qui­sie­ra saber qué legi­ti­mi­dad tie­ne su régi­men, señor. Usted se pre­sen­ta ante noso­tros como repre­sen­tan­te de uno de los regí­me­nes más auto­crá­ti­cos, misó­gi­nos, sobre la faz de la tie­rra. Human Rights Watch y otros infor­man de tor­tu­ras, deten­ción de acti­vis­tas, habéis aplas­ta­do el levan­ta­mien­to demo­crá­ti­co en Bah­réin, tra­tas­teis de derro­car el levan­ta­mien­to demo­crá­ti­co en Egip­to y por cier­to con­ti­nuáis opri­mi­do a vues­tro pro­pio pue­blo. ¿Qué legi­ti­mi­dad tie­ne su régi­men, fue­ra de miles de millo­nes de dóla­res y armas? [1]

El prín­ci­pe Tur­ki, ex jefe supre­mo de la inte­li­gen­cia sau­dí, ex ami­go del líder de al Qai­da, Osa­ma bin Laden, ex emba­ja­dor sau­dí en EE.UU., reac­cio­nó con un cam­bio de tema [2].

Si esto hubie­ra ocu­rri­do en Medio Orien­te, Hus­sei­ni habría sido debi­da­men­te secues­tra­do por la inte­li­gen­cia sau­dí, tor­tu­ra­do y eli­mi­na­do. Pre­gun­tad a los res­tos del coro­nel Mua­mar Gada­fi. Por mucho menos –por decir en alta voz en una reu­nión de la Liga Ára­be que el rey Abdu­llah era un trai­dor por alen­tar al gobierno de Geor­ge W Bush para que inva­die­ra Iraq– la Casa de Saud hizo todo lo posi­ble –duran­te años– para ase­gu­rar la eli­mi­na­ción de Gadafi.

Tur­ki mues­tra todas las cre­den­cia­les demo­crá­ti­cas regis­tra­das de la Casa de Saud. Se refie­re al empu­je por la demo­cra­cia en el mun­do ára­be como “Pro­ble­mas árabes”.

Des­pués de la pre­gun­ta a Turki

Según Hus­sei­ni, el mis­mo día de la con­fe­ren­cia de pren­sa, reci­bió una “car­ta que me infor­ma de que esta­ba sus­pen­di­do del Club Nacio­nal de la Pren­sa ‘debi­do a su con­duc­ta duran­te una con­fe­ren­cia de pren­sa’. La car­ta, fir­ma­da por el direc­tor eje­cu­ti­vo del club, William McCa­rren, me acu­sa de vio­lar reglas que prohí­ben ‘con­duc­ta o len­gua­je albo­ro­ta­dor o indecoroso’.”

Hus­sei­ni, direc­tor de comu­ni­ca­cio­nes del Ins­ti­tu­to por la Vera­ci­dad Públi­ca, que refle­ja el perio­dis­mo crí­ti­co de todo el mun­do, es un hom­bre cal­ma­do, pen­sa­ti­vo, con cre­den­cia­les impe­ca­bles. La acu­sa­ción no solo es fal­sa, es direc­ta­men­te patética.

¿Fue un caso ais­la­do? Obvia­men­te no. De vuel­ta a enero de 2009, al mis­mo Club Nacio­nal de Pren­sa, duran­te una con­fe­ren­cia de pren­sa de la enton­ces minis­tra de exte­rio­res israe­lí Tzi­pi Liv­ni. Cuan­do a Liv­ni le hicie­ron una pre­gun­ta difí­cil –tam­bién Hus­sei­ni– cor­ta­ron el micró­fono, y la con­fe­ren­cia ter­mi­nó abrup­ta­men­te. Mi cáma­ra, Sebas­tian Pitus­can, esta­ba con­mi­go [3].

Así fun­cio­na real­men­te el tan ala­ba­do mito de la “liber­tad de pren­sa” en EE.UU. Si se rea­li­za la tarea de un ver­da­de­ro perio­dis­ta, dicien­do la ver­dad al poder, no se pue­de asis­tir a con­fe­ren­cias de pren­sa en la Casa Blan­ca, el Pen­tá­gono o el Depar­ta­men­to de Esta­do. Ni siquie­ra te admi­ti­rán en el edificio.

Si alguien es un fun­cio­na­rio de un “alia­do valio­so” –como la Casa de Saud o el régi­men en Israel– es segu­ro que obten­drá un púl­pi­to libre de pre­gun­tas en cual­quier sitio que quie­ra, espe­cial­men­te si su inglés es fluido.

Pero si alguien es un fun­cio­na­rio de un régi­men “cana­lla”, lo mejor que le pue­de pasar es que le humi­llen en públi­co, como le ocu­rrió al pre­si­den­te ira­ní Mah­mud Ahma­di­ne­yad en la Uni­ver­si­dad Colum­bia en Nue­va York. Espe­cial­men­te si no habla inglés y la mayor par­te de lo que dice se pier­de en la traducción.

Por otra par­te, si alguien es un perio­dis­ta via­je­ro de los medios cor­po­ra­ti­vos de EE.UU., pue­de hacer lo que le ven­ga en gana.

Por ejem­plo: duran­te la cri­sis finan­cie­ra asiá­ti­ca, en 1997 y 1998, fui a innu­me­ra­bles con­fe­ren­cias de pren­sa en las que perio­dis­tas esta­dou­ni­den­ses lle­va­dos con ese obje­ti­vo inti­mi­da­ban a los diri­gen­tes asiá­ti­cos como si fue­ran un mon­tón de hoo­li­gans (los perio­dis­tas, no los diri­gen­tes). Chi­cas des­pa­bi­la­das recién sali­das de una escue­la insig­ni­fi­can­te de perio­dis­mo tra­ta­ron al enton­ces pri­mer minis­tro mala­sio Mahathir Moha­mad como si fue­ra un vio­la­dor de niños, por­que había esta­ble­ci­do con­tro­les de capital.

Resul­tó que Mahathir tenía razón, ya que Mala­sia superó la cri­sis mucho antes que aque­llos, como Indo­ne­sia, Tai­lan­dia y Corea del Sur que se rin­die­ron a los horren­dos ajus­tes del Fon­do Mone­ta­rio Internacional.

En 1989, estu­dian­tes chi­nos que pro­tes­ta­ban en la Pla­za Tia­nan­men fue­ron vito­rea­dos por los medios esta­dou­ni­den­ses como héroes que resis­tían a la tira­nía. En 2011, estu­dian­tes esta­dou­ni­den­ses que pro­tes­ta­ban en todo el país con­tra la tira­nía finan­cie­ra son “flo­jos”, “hijuepu­tas”, las dos cosas, o son direc­ta­men­te criminalizados.

Los medios cor­po­ra­ti­vos de EE.UU. no podrían admi­tir que la repre­sión en la Pla­za Tah­rir por poli­cías anti­dis­tur­bios egip­cios es exac­ta­men­te lo mis­mo que la repre­sión en Nue­va York, Oakland, Portland o Bos­ton por poli­cías anti­dis­tur­bios estadounidenses.

Toda­vía no se oye ni una pala­bra de la OTAN sobre el esta­ble­ci­mien­to de una zona de exclu­sión aérea “huma­ni­ta­ria” sobre una selec­ción de sitios de Ocu­pad en ciu­da­des de EE.UU. Toda­vía con­sul­tan con la Casa de Saud.

Notas

1. Vea el blog aquí.

2. Video aquí.

3. El inter­cam­bio se ve aquí.

Pepe Esco­bar es autor de “Glo­ba­lis­tan: How the Glo­ba­li­zed World is Dis­sol­ving into Liquid War ” (Nim­ble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Bagh­dad during the sur­ge ”. Su últi­mo libro es “ Oba­ma does Glo­ba­lis­tan ” (Nim­ble Books, 2009). Pue­de con­tac­tar­se con él en: pepeasia@​yahoo.​com .

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Fuen­te: http://​www​.ati​mes​.com/​a​t​i​m​e​s​/​M​i​d​d​l​e​_​E​a​s​t​/​M​K​2​2​A​k​0​1​.​h​tml

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