[Video] La dig­ni­dad de Calle 13

- En cur­si­va y negri­tas, frag­men­tos de la can­ción, Latinoamérica.

Calle 13 es un dis­pa­ra­dor de ges­tos entra­ña­bles aje­nos a la razón especulativa.Calle 13, es sabiduría.

La encon­tra­mos en su poe­sía y en su músi­ca que ele­va expo­nen­cial­men­te las raí­ces de los pue­blos Lati­no­ame­ri­ca­nos. No son una indi­vi­dua­li­dad. Son un noso­tros que valo­ra la mul­ti­pli­ci­dad de América.

Calle 13, ¿es un dúo? ¿Son dos indi­vi­duos? No.

Son la expre­sión de millo­nes de ame­ri­ca­nos silen­cia­dos. A veces, mani­pu­la­dos para crear un espa­cio, dolo­ro­so, para dis­cri­mi­nar a sus igua­les. El o los Dio­ses de una supues­ta civi­li­za­ción sus­ten­ta­da en la anti­gua Gre­cia los pri­vó de una rique­za exis­ten­cial, ani­qui­la­da por la razón impe­rial de las filo­so­fías que desa­rro­lla­ron los pen­sa­do­res con­se­cuen­tes con los intere­ses de los due­ños del poder, aun­que muchas veces dije­ran opo­ner­se al mismo.

Llá­men­se como se lla­men: feu­da­lis­mo, monar­quías, repúblicas…bananeras, imperiales.

Soy lo que sobra de lo que se robaron”

Los con­quis­ta­do­res baja­ron de los bar­cos. Sus des­cen­dien­tes, frac­tu­ra­dos cul­tu­ral­men­te por este éxo­do de Euro­pa hacia Amé­ri­ca, fue­ron inca­pa­ces­de interpretar:

(Soy)“…lo que san­gra den­tro de tus venas” (…) ‚“soy un peda­zo de tie­rra que vale la pena”

E inca­pa­ces de nutrir­se de estas raí­ces (aun­que se ali­men­ta­ron de los nutrien­tes de ellas) y, a la vez, valo­rar posi­ti­va­men­te la diver­si­dad de los Pue­blos Originarios.

Pero no son “el enemi­go”. Son sólo víc­ti­mas de un pro­yec­to colo­nial que colo­ni­zó sus men­tes, sus cuer­pos y sus deseos. La tra­di­ción judeo/​cristiana los inha­bi­li­tó para reco­no­cer­se como inte­gran­tes de una Gran y Diver­sa Cul­tu­ra Americana.

La espi­na dor­sal de mi pla­ne­ta es mi cordillera”

Fue­ron títe­res sin cabe­za ni pasión. Muchos, ins­tru­men­tos para decons­truir a san­gre y fue­go la pasión ame­ri­ca­na. Fue­ron inva­so­res ase­si­nos incons­cien­tes (dejo a un cos­ta­do a los cóm­pli­ces del colo­nia­lis­mo deve­ni­do impe­ria­lis­mo) que ani­qui­la­ron a “los dife­ren­tes”, sin reco­no­cer que se ani­qui­la­ban a si mismo.

Soy Amé­ri­ca Lati­na, un pue­blo sin pier­nas, pero que camina”

No es una casua­li­dad que en el cono sur, en las ori­llas del Río de la Pla­ta, se ori­gi­na­ran el tan­go y la milon­ga urbana.

Es cau­sa­li­dad gene­ra­da por la deso­la­ción del inmi­gran­te que repro­du­jo en tér­mi­nos de arte su mise­ra­bi­li­dad de no ser. Ese inmi­gran­te, en la mayo­ría de los casos casi anal­fa­be­to, esta­ba con­di­cio­na­do por la frus­tra­ción, por la inca­pa­ci­dad para mane­jar su destino.

Tu no pue­des com­prar el vien­to… el sol… el calor…la lluvia…”

Tu no pue­des com­prar mi alegría…mí dolor…mi vida.”

Fue un autén­ti­co cal­do de cul­ti­vo para repro­du­cir en las futu­ras gene­ra­cio­nes las con­di­cio­nes ideo­ló­gi­cas que per­pe­túen un obje­ti­vo don­de lo indi­vi­dual aplas­ta a lo colec­ti­vo (la tie­rra pro­pia; la casa pro­pia; los hijos uni­ver­si­ta­rios). La fami­lia como enti­dad que se opo­ne a las otras fami­lias. Son como el dra­gón que comien­za por comer­se la cola. No son un pro­duc­to, son sub­pro­duc­tos. Es el“tan­go que me hicis­te mal y sin embar­go te quiero”.

Este Tan­go (y no sólo el Tan­go) resue­na en Calle 13. Sién­ten­se y escu­chen, con aper­tu­ra aje­na a las con­ven­cio­nes aca­dé­mi­cas, las vibra­cio­nes que gene­ra su can­ciónLati­noa­mé­ri­ca.

Somos lo que somos a pesar de noso­tros mis­mos, y de “los otros”. Y tam­bién resue­nan las Vida­las, Gua­ra­ñas, Can­dom­bes, Gua­ji­ros, Meren­gues, Son, Sal­sa y toda la rique­za de los rit­mos Afro americanos.

soy lo que sos­tie­ne…” (…) “si se derrum­ba yo lo reconstruyo”

Es la per­sis­ten­cia del vue­lo del Cón­dor sobre Los Andes. Sin des­can­sos ni anestesias.

Sin pri­sa, pero sin pau­sas. Cono­ce­do­res de que toda noche con­du­ce a un ama­ne­cer. La bri­sa devie­ne vien­to cuando:

vamos dibu­jan­do el camino”

Y“Soy el vien­to que pei­na mi cabello”

Me deten­go. Pero recuer­den que:

tu no pue­des com­prar mi vida”

Si lo inten­tan, el Cón­dor y, has­ta los gorrio­nes, devo­ra­rán sus tripas.

No pien­so releer el tex­to. Podría ten­tar­me con apre­tar Supr.

Mejor,

sen­ci­lla­men­te,

Calle 13 es Lati­noa­mé­ri­ca,o vice­ver­sa.

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