Opo­si­ción social en la era de inter­net: «Mili­tan­tes» de compu­tado­ra e inte­lec­tua­les públi­cos- James Petras

Ponen­cia invi­ta­da para ser leí­da en el «Sim­po­sio sobre el regre­so a lo públi­co». Patro­ci­na­do por la Cáma­ra de inge­nie­ros eléc­tri­cos. Anka­ra, Tur­quía, 9 – 10 de diciem­bre de 2011.

Intro­duc­ción

La rela­ción de la tec­no­lo­gía infor­má­ti­ca (TI), y más espe­cí­fi­ca­men­te el inter­net, con la polí­ti­ca es una cues­tión cen­tral para los movi­mien­tos socia­les con­tem­po­rá­neos. Como muchos avan­ces cien­tí­fi­cos pre­vios, las inno­va­cio­nes de la TI tie­nen un pro­pó­si­to dual: por un lado, han ace­le­ra­do el flu­jo glo­bal de capi­tal, espe­cial­men­te del capi­tal finan­cie­ro, y han faci­li­ta­do la «glo­ba­li­za­ción» impe­ria­lis­ta. Por el otro lado, inter­net ha ser­vi­do para pro­veer fuen­tes de aná­li­sis crí­ti­co alter­na­ti­vo al igual que una mejor comu­ni­ca­ción para movi­li­zar a los movi­mien­tos populares.

La indus­tria TI gene­ró una nue­va cla­se de mul­ti­mi­llo­na­rios, des­de Sili­con Valley en Cali­for­nia has­ta Ban­ga­lo­re, en India. Estos tuvie­ron un rol cen­tral en la expan­sión del colo­nia­lis­mo eco­nó­mi­co median­te el con­trol mono­pó­li­co en diver­sas esfe­ras del flu­jo de infor­ma­ción y el entretenimiento.

Para­fra­sean­do a Marx «el inter­net se ha con­ver­ti­do en el opio de los pue­blos». Jóve­nes y vie­jos, emplea­dos y des­em­plea­dos pasan horas miran­do pasi­va­men­te espec­tácu­los, por­no­gra­fía, video-jue­gos, artícu­los de con­su­mo y has­ta «noti­cias», ais­la­dos de otros ciu­da­da­nos, com­pa­ñe­ros de trabajo.

En muchos casos, el «exce­so» de noti­cias en inter­net lo ha satu­ra­do, absor­bien­do tiem­po y ener­gía y dis­tra­yen­do a los «obser­va­do­res» de la refle­xión y acción. De la mis­ma mane­ra en que las noti­cias esca­sas y ten­den­cio­sas dis­tor­sio­nan la con­cien­cia popu­lar, dema­sia­dos men­sa­jes por inter­net pue­den inmo­vi­li­zar la acción de los ciudadanos.

Inter­net, deli­be­ra­da­men­te o no, ha «pri­va­ti­za­do» la vida polí­ti­ca. Inclu­so muchos acti­vis­tas poten­cia­les creen que el envío de mani­fies­tos a otros indi­vi­duos es un acto polí­ti­co, olvi­dan­do que sólo la acción públi­ca, inclu­yen­do con­fron­ta­cio­nes con sus adver­sa­rios en espa­cios públi­cos, en los cen­tros de las ciu­da­des y en el cam­po, son la base de las trans­for­ma­cio­nes políticas.

TI y capi­tal financiero

Recor­de­mos que el ímpe­tu ori­gi­nal por el cre­ci­mien­to de «TI» pro­vino de las exi­gen­cias de las gran­des ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras, ban­cos de inver­sio­nes y agen­tes espe­cu­la­ti­vos que que­rían mover de un país a otro, de una empre­sa a otra, de una com­mo­dity a otra, miles de millo­nes de dóla­res y euros sola­men­te opri­mien­do una tecla.

La tec­no­lo­gía de inter­net fue la fuer­za motriz del cre­ci­mien­to de la glo­ba­li­za­ción al ser­vi­cio del capi­tal finan­cie­ro. De algu­na mane­ra la TI tuvo un rol fun­da­men­tal en el des­en­ca­de­na­mien­to de las dos cri­sis finan­cie­ras glo­ba­les de la déca­da pasa­da (2001−2002, 2008 – 2009). La bur­bu­ja de las accio­nes de TI de 2001 fue el resul­ta­do de la pro­mo­ción espe­cu­la­ti­va de las «fir­mas de soft­wa­re» sobre­va­lua­das y des­vin­cu­la­das de la «eco­no­mía real». La cri­sis finan­cie­ra glo­bal de 2008 – 2009 y su con­ti­nua­ción hoy en día, fue indu­ci­da por el paque­te compu­tari­za­do de frau­de finan­cie­ro y por las hipo­te­cas inmo­bi­lia­rias sin fon­dos sufi­cien­tes. Las «vir­tu­des» de inter­net, su rapi­dez para trans­mi­tir infor­ma­ción en el con­tex­to del capi­ta­lis­mo espe­cu­la­ti­vo se con­vir­tió en uno de los fac­to­res con­tri­bu­yen­tes a la peor cri­sis capi­ta­lis­ta des­de la Gran Depre­sión de la déca­da del 30.

La demo­cra­ti­za­ción de internet

El inter­net se vol­vió acce­si­ble a las masas como un mer­ca­do comer­cial y lue­go se expan­dió a otros usos, socia­les y polí­ti­cos. Más impor­tan­te aún se vol­vió un medio para infor­mar al públi­co sobre la explo­ta­ción y el saqueo de los paí­ses y de los pue­blos por los ban­cos mul­ti­na­cio­na­les. Expu­so las men­ti­ras de las gue­rras impe­ria­lis­tas de EE.UU. y la U.E. en Medio Orien­te y el Sudes­te Asiático.

Inter­net se con­vir­tió en un terreno en dispu­ta, una nue­va for­ma de lucha de cla­ses, en la que for­man par­te los movi­mien­tos pro-demo­cra­cia y de libe­ra­ción nacio­nal. Los prin­ci­pa­les movi­mien­tos y líde­res de la lucha arma­da en las mon­ta­ñas de Afga­nis­tán, los acti­vis­tas pro-demo­cra­cia de Egip­to, los movi­mien­tos estu­dian­ti­les de Chi­le e inclu­so los movi­mien­tos por la vivien­da de la gen­te pobre en Tur­quía, depen­den del inter­net para infor­mar­le al res­to del mun­do sobre sus luchas, pro­gra­mas, repre­sión esta­tal y vic­to­rias popu­la­res. Inter­net conec­ta las luchas popu­la­res a tra­vés de las fron­te­ras nacio­na­les ‑es un arma cla­ve para crear un nue­vo inter­na­cio­na­lis­mo que con­tra­rres­te la glo­ba­li­za­ción capi­ta­lis­ta y las gue­rras imperiales.

Para­fra­sean­do a Lenín, pode­mos sos­te­ner que el socia­lis­mo del siglo XXI pue­de ser resu­mi­do en la ecua­ción: «soviets más inter­net = socia­lis­mo participativo».

Inter­net y polí­ti­cas de clase

Debe­mos recor­dar que las téc­ni­cas de infor­ma­ción compu­tari­za­da no son «neu­tra­les» ‑su impac­to polí­ti­co depen­de de los usua­rios y los super­vi­so­res que deter­mi­nan a quién y a qué intere­ses de cla­se ser­vi­rán. En tér­mi­nos más gene­ra­les el inter­net debe ser con­tex­tua­li­za­do en rela­ción con su inser­ción en el espa­cio público.

Inter­net ha ser­vi­do para movi­li­zar a miles de tra­ba­ja­do­res en Chi­na y cam­pe­si­nos en India con­tra explo­ta­do­res cor­po­ra­ti­vos y pro­mo­to­res inmo­bi­lia­rios. Pero la gue­rra aérea compu­tari­za­da se con­ver­ti­do en el arma ele­gi­da por la OTAN para bom­bar­dear y des­truir la Libia inde­pen­dien­te. Los dro­nes nor­te­ame­ri­ca­nos que matan civi­les en Pakis­tán y Yemen están diri­gi­dos por «inte­li­gen­cia» compu­tari­za­da. La ubi­ca­ción de los gue­rri­lle­ros colom­bia­nos y los bom­bar­deos aéreos leta­les están compu­tari­za­dos. En otras pala­bras, la tec­no­lo­gía infor­má­ti­ca tie­ne un uso dual: en la libe­ra­ción popu­lar y en la con­tra­rre­vo­lu­ción imperialista.

Neo­li­be­ra­lis­mo y espa­cio público

En el deba­te sobre «espa­cio públi­co» se ha asu­mi­do a menu­do que «públi­co» sig­ni­fi­ca mayor inter­ven­ción esta­tal en bene­fi­cio del bien­es­tar de la mayo­ría; mayor regu­la­ción del capi­ta­lis­mo y mayor pro­tec­ción del medio ambien­te. En otras pala­bras, los acto­res «públi­cos» benig­nos se con­tra­po­nen a las fuer­zas explo­ta­do­ras del mer­ca­do privado.

En el con­tex­to del auge de la ideo­lo­gía y las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les, muchos auto­res pro­gre­sis­tas defien­den el argu­men­to sobre la «deca­den­cia de la esfe­ra públi­ca». Este argu­men­to pasa por alto el hecho de que la esfe­ra públi­ca ha incre­men­ta­do su rol en la socie­dad, eco­no­mía y polí­ti­ca en bene­fi­cio del capi­tal, espe­cial­men­te del capi­tal finan­cie­ro y de los inver­so­res extran­je­ros. La «esfe­ra públi­ca», espe­cí­fi­ca­men­te el esta­do, es mucho más intru­si­vo en la socie­dad civil como una fuer­za repre­si­va, par­ti­cu­lar­men­te a medi­da que las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les aumen­tan la des­igual­dad. Debi­do a la inten­si­fi­ca­ción y pro­fun­di­za­ción de la cri­sis finan­cie­ra, la esfe­ra públi­ca (el esta­do) ha asu­mi­do un rol masi­vo en el res­ca­te de los ban­cos en bancarrota.

Debi­do al défi­cit fis­cal en gran esca­la cau­sa­do por la eva­sión impo­si­ti­va de la cla­se capi­ta­lis­tas, el gas­to de las gue­rras colo­nia­les y los sub­si­dios públi­cos a las gran­des empre­sas, la esfe­ra públi­ca (esta­do) impo­ne pro­gra­mas de «aus­te­ri­dad», con un con­te­ni­do de cla­se, recor­tan­do el pre­su­pues­to social y per­ju­di­can­do a emplea­dos públi­cos, jubi­la­dos y emplea­dos asalariados.

La esfe­ra públi­ca dis­mi­nu­yó su rol en el sec­tor pro­duc­ti­vo de la eco­no­mía. Sin embar­go, el sec­tor mili­tar ha cre­ci­do con la expan­sión de las gue­rras impe­ria­les y coloniales.

La cues­tión bási­ca sub­ya­cen­te en cual­quier deba­te sobre la esfe­ra públi­ca y la opo­si­ción social no son ni la deca­den­cia ni el cre­ci­mien­to sino más bien los intere­ses de cla­se que defi­nen el rol de la esfe­ra públi­ca. Bajo el neo­li­be­ra­lis­mo, la esfe­ra públi­ca está orien­ta­da a usar el teso­ro del esta­do para finan­ciar res­ca­tes de ban­cos, mili­ta­ris­mo y una mayor inter­ven­ción del esta­do poli­cial. Una esfe­ra públi­ca diri­gi­da por la opo­si­ción social (tra­ba­ja­do­res, agri­cul­to­res, pro­fe­sio­na­les, emplea­dos) amplia­ría las acti­vi­da­des en rela­ción a salud, edu­ca­ción, pen­sio­nes, medio ambien­te y empleo.

El con­cep­to de la «esfe­ra públi­ca tie­ne dos caras opues­tas (como Jano): la del capi­tal y lo mili­tar, y la del trabajo/​oposición social. El rol del inter­net está tam­bién suje­to a esta dua­li­dad: por un lado faci­li­ta los movi­mien­tos de capi­tal a gran esca­la y las inter­ven­cio­nes mili­ta­res impe­ria­lis­tas; y por el otro lado, pro­vee un flu­jo rápi­do de infor­ma­ción para movi­li­zar a la opo­si­ción social. La cues­tión bási­ca es: ¿qué tipo de infor­ma­ción se trans­mi­te, a qué acto­res polí­ti­cos y con qué intere­ses sociales?

Inter­net y opo­si­ción social: La ame­na­za de repre­sión estatal

Para la opo­si­ción social inter­net es, pri­me­ro y ante todo, una fuen­te vital de infor­ma­ción alter­na­ti­va crí­ti­ca para edu­car y movi­li­zar el «públi­co» ‑espe­cial­men­te entre la corrien­te de opi­nión pro­gre­sis­ta- líde­res, pro­fe­sio­na­les, diri­gen­tes sin­di­ca­les y cam­pe­si­nos, mili­tan­tes y acti­vis­tas. El inter­net es la alter­na­ti­va a los medios capi­ta­lis­tas de masas y la pro­pa­gan­da, una fuen­te de noti­cias e infor­ma­ción que trans­mi­te mani­fies­tos y que infor­ma a los acti­vis­tas de sitios de acción públi­ca. Debi­do al rol pro­gre­sis­ta que tie­ne el inter­net como ins­tru­men­to de la opo­si­ción social es vigi­la­do por el apa­ra­to esta­tal poli­cial y repre­si­vo. Por ejem­plo, en EE.UU. más de 800.000 fun­cio­na­rios tra­ba­jan en la agen­cia poli­cial «Home­land Secu­rity» (Segu­ri­dad Nacio­nal) espian­do miles de millo­nes de men­sa­jes e‑mail, faxes y lla­ma­dos tele­fó­ni­cos hechos por millo­nes de ciu­da­da­nos de EE.UU. Otro asun­to es cuán efi­cien­te es la vigi­lan­cia de tone­la­das de infor­ma­ción dia­ria. Pero el hecho es que inter­net no es una «fuen­te libre y segu­ra de infor­ma­ción, deba­te y dis­cu­sión». Cuan­to más efi­cien­te resul­te inter­net como herra­mien­ta de movi­li­za­ción de los movi­mien­tos socia­les opues­tos al esta­do colo­nial e impe­rial, mayo­res son las posi­bi­li­da­des de inter­ven­ción del esta­do poli­cial con el pre­tex­to de «com­ba­tir el terrorismo».

Inter­net y lucha con­tem­po­rá­nea: ¿Tie­ne un carác­ter revolucionario?

Es cru­cial reco­no­cer la impor­tan­cia de inter­net como deto­nan­te de cier­tos movi­mien­tos socia­les al igual que la rela­ti­vi­za­ción de su sig­ni­fi­ca­do general.

Inter­net ha teni­do un rol vital en difun­dir y movi­li­zar las «pro­tes­tas espon­tá­neas» como la de los «indig­na­dos», mayor­men­te des­em­plea­dos sin afi­lia­ción en Espa­ña y los mani­fes­tan­tes que par­ti­ci­pan en «Ocu­par Wall Street». En otros casos, por ejem­plo, las huel­gas gene­ra­les en Ita­lia, Por­tu­gal, Gre­cia y en otros paí­ses las con­fe­de­ra­cio­nes sin­di­ca­les han teni­do un papel cen­tral y el inter­net, un impac­to secundario.

En paí­ses con alto nivel de repre­sión como Egip­to, Túnez y Chi­na, el inter­net ha teni­do un rol cen­tral en la difu­sión de la acción públi­ca y en la orga­ni­za­ción de las pro­tes­tas masi­vas. Sin embar­go, el inter­net no ha con­du­ci­do a nin­gu­na revo­lu­ción exi­to­sa ‑pue­de infor­mar, pro­veer un foro de deba­te y movi­li­zar, pero no pue­de pro­por­cio­nar lide­raz­go ni orga­ni­za­ción que sus­ten­te acción polí­ti­ca ni mucho menos una estra­te­gia para tomar el poder del esta­do. La ilu­sión que algu­nos gurús del inter­net pro­mue­ven de que la acción «compu­tari­za­da» reem­pla­za la nece­si­dad de un par­ti­do polí­ti­co dis­ci­pli­na­do ha demos­tra­do ser fal­sa: inter­net pue­de faci­li­tar un movi­mien­to pero solo la opo­si­ción social orga­ni­za­da pue­de pro­veer la direc­ción tác­ti­ca y estra­té­gi­ca de un movi­mien­to con­tra la repre­sión esta­tal y en pos de luchas exitosas.

En otras pala­bras, inter­net no es un «fin en sí mis­mo» ‑la pos­tu­ra auto-com­pla­cien­te de los ideó­lo­gos de inter­net al levan­tar el estan­dar­te de una nue­va era de infor­ma­ción «revo­lu­cio­na­ria» pasa por alto el hecho de que los pode­res de la OTAN, Israel y sus alia­dos y clien­tes aho­ra usan inter­net para infil­trar virus que des­equi­li­bren la eco­no­mía, para sabo­tear pro­gra­mas de defen­sa y pro­mo­ver levan­ta­mien­tos étni­co-reli­gio­sos. Israel infec­tó con virus el pro­gra­ma nuclear sin fines de gue­rra de Irán; EE.UU., Fran­cia y Tur­quía inci­ta­ron a la opo­si­ción social cipa­ya en Libia y Siria. Para resu­mir, inter­net es un medio no un fin en sí mis­mo. For­ma par­te de la esfe­ra públi­ca, cuyos pro­pó­si­tos y resul­ta­dos están deter­mi­na­dos por la estruc­tu­ra de cla­ses en la que se halla inserto.

Con­clu­sio­nes: «Mili­tan­tes de compu­tado­ra» e inte­lec­tua­les públicos

La opo­si­ción social está defi­ni­da por la acción públi­ca: la pre­sen­cia de colec­ti­vos en reunio­nes polí­ti­cas, indi­vi­duos que se expre­san en reunio­nes públi­cas, acti­vis­tas que se mani­fies­tan en pla­zas públi­cas, mili­tan­tes sin­di­ca­les que con­fron­tan a los emplea­do­res, gen­te pobre que exi­ge vivien­das y ser­vi­cios públi­cos de las auto­ri­da­des públicas…

Expre­sar­se en una reu­nión públi­ca, for­mu­lar ideas, pro­gra­mas, pro­po­ner pla­nes y estra­te­gias a tra­vés de la acción polí­ti­ca defi­ne el rol del inte­lec­tual públi­co. Sen­tar­se fren­te al escri­to­rio de una ofi­ci­na, en esplén­di­do ais­la­mien­to, envian­do cin­co mani­fies­tos por minu­to defi­ne a un «mili­tan­te de compu­tado­ra». Es una for­ma de seu­do-mili­tan­cia que aís­la el mun­do de las accio­nes. La mili­tan­cia de compu­tado­ra es un acto ver­bal inac­ti­vo, de acti­vis­mo sin con­se­cuen­cias, una revo­lu­ción inven­ta­da por la men­te. El inter­cam­bio de comu­ni­ca­cio­nes por inter­net se vuel­ve un acto polí­ti­co cuan­do está conec­ta­do a movi­mien­tos socia­les y públi­cos que desa­fían el poder; que nece­sa­ria­men­te invo­lu­cra ries­gos para el inte­lec­tual públi­co: de ata­ques de la poli­cía en espa­cios públi­cos y revan­chas eco­nó­mi­cas en la esfe­ra pri­va­da. Los acti­vis­tas de compu­tado­ra no arries­gan nada y logran poco. Los inte­lec­tua­les públi­cos conec­tan el des­con­ten­to pri­va­do de los indi­vi­duos con el acti­vis­mo social del colec­ti­vo. El crí­ti­co aca­dé­mi­co va a un lugar de acción, habla y regre­sa a la ofi­ci­na de la uni­ver­si­dad. El inte­lec­tual públi­co habla y se sus­ten­ta en un com­pro­mi­so polí­ti­co y edu­ca­ti­vo de lar­go pla­zo con la opo­si­ción social en la esfe­ra públi­ca por medio de inter­net y fren­te a los encuen­tros cotidianos.

Artícu­lo ori­gi­nal: http://​petras​.lahai​ne​.org/​?​p​=​1​880 – Tra­du­ci­do por Sil­via Ara­na para Rebe­lión. Revi­sa­do por La Haine

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