Ante el anun­cio de ETA: amnis­tía, dere­chos polí­ti­cos y auto­de­ter­mi­na­ción para Eus­kal Herria- Red Roja

Comu­ni­ca­do de Red Roja

Me qui­ta­rán las armas
y con las manos defenderé
la casa de mi padre;
me cor­ta­rán las manos
y con los bra­zos defenderé
la casa de mi padre;
me dejarán
sin brazos,
sin hombros
y sin pechos,
y con el alma defenderé
la casa de mi padre.

Me mori­ré,
se per­de­rá mi alma,
se per­de­rá mi prole,
pero la casa de mi padre
seguirá
en pie.

Gabriel Aresti

Lamen­ta­mos más aún el dis­cur­so de la izquier­da ins­ti­tu­cio­nal, por cons­ti­tuir una defen­sa del supues­to “Esta­do de dere­cho” espa­ñol y de las vías polí­ti­cas mera­men­te institucionales.

Defen­der que la paz ha lle­ga­do a Eus­kal Herria es defen­der la tesis de los repre­so­res, de los Esta­dos espa­ñol y fran­cés, que siem­pre han decla­ra­do que la úni­ca vio­len­cia exis­ten­te en Eus­kal Herria era la de ETA.

Red Roja denun­cia, pues, que decir que la paz ha lle­ga­do a Eus­kal Herria es decir una autén­ti­ca fala­cia. Lo que ha lle­ga­do ha sido un anun­cio por par­te de una de las par­tes impli­ca­das en el con­flic­to arma­do. Des­de este anun­cio, sabe­mos que una de las par­tes que usa­ban la vio­len­cia para la con­se­cu­ción de sus obje­ti­vos polí­ti­cos ya no lo hará más. La vio­len­cia de la otra par­te, en cam­bio, sigue exis­tien­do exac­ta­men­te igual que antes.

Cien­tos de per­so­nas siguen sien­do pri­sio­ne­ras del Esta­do, sin más deli­to que desa­rro­llar libre­men­te su mili­tan­cia polí­ti­ca. Otras muchas, que sí han sido cul­pa­das de accio­nes arma­das, pade­cen con­de­nas por enci­ma de lo esti­pu­la­do en la ley espa­ño­la y a cien­tos de kiló­me­tros de su tie­rra, con­tra­vi­nien­do tam­bién las pro­pias legis­la­cio­nes espa­ño­la e inter­na­cio­nal. Los Esta­dos espa­ñol y fran­cés no han cesa­do en nin­gún momen­to su per­se­cu­ción polí­ti­ca. Una Ley de Par­ti­dos con cla­ras remi­nis­cen­cias fas­cis­tas sigue intac­ta. Bata­su­na, Segi y orga­ni­za­cio­nes simi­la­res con­ti­núan ile­ga­li­za­das. Líde­res como Arnal­do Ote­gi per­ma­ne­cen en pri­sión. No se res­pe­ta el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción. Las fuer­zas de ocu­pa­ción espa­ño­las, el ejér­ci­to y la guar­dia civil siguen ins­ta­la­dos en sue­lo vasco.

La paz no ha lle­ga­do a Eus­kal Herria. El actual régi­men espa­ñol, cla­ra­men­te here­de­ro del fran­quis­mo, se ha apre­su­ra­do a con­me­mo­rar a las “víc­ti­mas de ETA”, sin nece­si­dad de mati­zar que entre ellas figu­ran tor­tu­ra­do­res como Meli­tón Man­za­nas Gon­zá­lez o el almi­ran­te fas­cis­ta Luis Carre­ro Blan­co. Sin embar­go, ni siquie­ra se ha abier­to un pro­ce­so para res­ti­tuir el honor de los cien­tos de víc­ti­mas aber­tza­les del Esta­do espa­ñol y sus fuer­zas para­po­li­cia­les (GAL, Bata­llón Vas­co Espa­ñol y otros) en este con­flic­to, en muchas oca­sio­nes autén­ti­cos héroes de la cau­sa obre­ra y popu­lar, como José Miguel Arga­la, Josu Mugu­ru­za, San­tia­go Brouard, Ángel Otae­gi, Juan Pare­des Manot Txi­ki, José Anto­nio Lasa Arós­te­gui, José Igna­cio Zaba­la Artano y muchos otros. Tam­po­co se ha hecho el menor esfuer­zo por acla­rar los miles de casos de tor­tu­ra que se pro­du­cen en las comi­sa­rías y casas cuar­te­les cada año.

No pue­den dar­nos lec­cio­nes de moral aque­llos que bom­bar­dean ciu­da­des libias o afga­nas des­de el cie­lo, ven­den armas a Israel y some­ten a medio pla­ne­ta a los rigo­res del ham­bre y la explo­ta­ción. Ellos son los pri­me­ros terro­ris­tas, y la paz una palo­ma rodea­da de bui­tres. Fer­nán Gómez la dis­tin­guió de la “Vic­to­ria”; Alfon­so Sas­tre, de la “paci­fi­ca­ción”. Des­de Red Roja apos­ta­mos por un final nego­cia­do del con­flic­to vas­co, en el que el Esta­do espa­ñol se com­pro­me­ta a res­pe­tar el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción, así como a reti­rar la ley de par­ti­dos y a decre­tar una jus­ta amnis­tía para l@s pres@s polític@s vasc@s.

Espe­ra­mos que el cam­bio de estra­te­gia por par­te de la izquier­da inde­pen­den­tis­ta vas­ca per­mi­ta una mayor acu­mu­la­ción de fuer­zas en el camino hacia la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo, con­fia­mos en que l@s aber­tza­les logren incre­men­tar su hege­mo­nía entre el pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co y reno­va­mos el puen­te de soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta que siem­pre nos ha u

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