En memo­ria de Fanny Edel­man, volun­ta­ria anti­fas­cis­ta, comu­nis­ta y feminista

Fanny Edel­man, la últi­ma diri­gen­te de la vie­ja guar­dia del Par­ti­do Comu­nis­ta Argen­tino, cuya pre­si­den­cia hono­ra­ria ejer­cía, falle­ció hoy a los 100 años.

Edel­man había par­ti­ci­pa­do en la Gue­rra Civil Espa­ño­la como volun­ta­ria de las Bri­ga­das Inter­na­cio­na­les que lle­ga­ron de todo el mun­do para com­ba­tir el fas­cis­mo y hace pocos meses fue home­na­jea­da por su tra­yec­to­ria polí­ti­ca en el Tea­tro Nacio­nal Cervantes.

Será vela­da has­ta las 22 en Cór­do­ba 3677 y maña­na, antes de ser cre­ma­da en el cemen­te­rio de la Cha­ca­ri­ta, sus cama­ra­das rea­li­za­rán un acto de despedida.

Naci­da como Fanny Jab­covsky el 27 de febre­ro de 1911 ‑en Cór­do­ba- en el seno de una fami­lia de inmi­gran­tes rusos, Fanny Edel­man adop­tó el ape­lli­do de su mari­do para la lucha polí­ti­ca que ini­ció poco des­pues del gol­pe del 6 de sep­tiem­bre 1930 que derro­có a Hipó­li­to Yrigoyen.

Las incli­na­cio­nes cor­po­ra­ti­vas y anti­se­mi­tas del gene­ral José Félix Uri­bu­ru la lle­va­ron a acer­car­se a un gru­po de inte­lec­tua­les de izquier­da entre los que se con­ta­ban Leo­ni­das Bar­let­ta y Alva­ro Yun­que, y en 1934 ingre­só al comunismo.

Para enton­ces ya había tra­ba­ja­do en un taller tex­til, era maes­tra de músi­ca y con­cen­tró su acti­vi­dad mili­tan­te pri­me­ro en soli­da­ri­dad con los pre­sos polí­ti­cos, y lue­go en el Soco­rro Rojo Internacional.

Casa­da en 1936 con Ber­nar­do Edel­man, uno de los diri­gen­tes del gre­mio de la cons­truc­ción que lide­ra­ron una huel­ga de alba­ñi­les, reali­zó colec­tas a favor de la Repú­bli­ca Espa­ño­la y en sep­tiem­bre de 1937 fue movi­li­za­da por el PC jun­to a su mari­do a Valen­cia, para par­ti­ci­par de la defen­sa republicana.

En mayo de 1938 regre­só a la Argen­ti­na con­ver­ti­da ya en una figu­ra feme­ni­na cono­ci­da en el ámbi­to inter­na­cio­nal, y par­ti­ci­pó de movi­mien­tos de apo­yo a la Unión Sovié­ti­ca, Chi­na, Cuba, el gobierno socia­lis­ta del chi­leno Sal­va­dor Allen­de y la revo­lu­ción san­di­nis­ta en Nicaragua.

En 1972, en repre­sen­ta­ción de la Unión de Muje­res Argen­ti­nas, asu­mió la con­duc­ción de la Fede­ra­ción Demo­crá­ti­ca Inter­na­cio­nal de Muje­res, des­de don­de reali­zó acti­vi­da­des en Amé­ri­ca lati­na, Asia y Afri­ca en defen­sa de los dere­chos de géne­ro, e impul­só el Año Inter­na­cio­nal de la Mujer y el Encuen­tro de la ONU en Nai­ro­bi, en 1975.

Tam­bién lle­vó ante la Comi­sión de Dere­chos Huma­nos de la ONU en Gine­bra en 1978 el tes­ti­mo­nio de cien­tos de fami­lia­res y víc­ti­mas del terro­ris­mo de Esta­do en la Argentina.

En el cur­so de su exten­sa vida cono­ció y tra­tó con una gran varie­dad de figu­ras, des­de Anto­nio Macha­do y Miguel Her­nán­dez, has­ta los líde­res sovié­ti­cos y del comu­nis­mo chi­nos, el Che Gue­va­ra y Fidel Castro.

El 16 de mar­zo de este año, Fanny Edel­man fue dis­tin­gui­da con la Orden José Mar­tí, la más alta dis­tin­ción que con­fie­re el Con­se­jo de Esta­do de Cuba.

“La Orden José Mar­tí es de todos los que lucha­mos dura­men­te, pero siem­pre con la espe­ran­za, la ale­gría y la volun­tad de alcan­zar aun­que fue­ra una piz­ca de lo que ha logra­do Cuba en más de 50 años de revo­lu­ción”, dijo la pre­si­den­ta del PC en el acto de entre­ga de la dis­tin­ción, en la emba­ja­da de Cuba en Bue­nos Aires.

En esa cere­mo­nia se leye­ron adhe­sio­nes como la de Hebe de Bona­fi­ni, de Madres de Pla­za de Mayo, y Edel­man tuvo una con­ver­sa­ción tele­fó­ni­ca con el pre­si­den­te de Cuba, Raúl Cas­tro, que la lla­mó para saludarla.

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