Infor­me Polí­ti­co de Red Roja. Octu­bre de 2011

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El capi­tal, tra­ba­jo muer­to, devo­ra la vida.

La lucha por des­truir el capi­ta­lis­mo y por el socia­lis­mo es el úni­co camino. No hay mar­cha atrás.

Infor­me Polí­ti­co de Red Roja. Octu­bre de 2011

I. La cri­sis del capi­ta­lis­mo, gue­rra social con­tra la cla­se obre­ra y los pueblos.

La cri­sis gene­ral del capi­ta­lis­mo, con su epi­cen­tro en la UE y en EE.UU., se pro­fun­di­za y se amplia, sobre todo en los paí­ses peri­fé­ri­cos de la UE como el Esta­do espa­ñol. Cada día es más evi­den­te que los esta­dos mayo­res de la bur­gue­sía y sus gobier­nos – más ple­ga­dos a sus intere­ses que nun­ca – saben per­fec­ta­men­te que el capi­ta­lis­mo no tie­ne, al menos por aho­ra, solu­ción algu­na a su cri­sis estruc­tu­ral. La bar­ba­rie es el hori­zon­te que se pre­pa­ra para la cla­se obre­ra y los pue­blos, inclu­so si el capi­tal es capaz de encon­trar algu­na vía de recu­pe­ra­ción que irá segui­da de otra cri­sis aún mayor. El capi­ta­lis­mo, que es esen­cial­men­te una rela­ción social, no se hun­di­rá por sí sólo. Es pre­ci­so des­truir­lo y cons­truir la alternativa.

El mar­co gene­ral de la actual fase del capi­ta­lis­mo, cada vez más níti­da­men­te per­fi­la­do, se carac­te­ri­za por una gran des­truc­ción y con­cen­tra­ción de capi­tal, por la inten­si­fi­ca­ción de los enfren­ta­mien­tos inter­im­pe­ria­lis­tas en su lucha por los mer­ca­dos y por las mate­rias pri­mas y, sobre todo, por la bru­tal ofen­si­va con­tra la cla­se obre­ra en los paí­ses del cen­tro del sis­te­ma y con­tra los pue­blos de la peri­fe­ria (Iraq, Yugos­la­via, Afga­nis­tán, Libia…y los que ven­drán) para robar­les sus recursos[1].

Día tras día los agre­so­res com­prue­ban que sus ofen­si­vas mili­ta­res diri­gi­das a expo­liar los recur­sos natu­ra­les de los pue­blos no sólo no resuel­ven la cri­sis, sino que los duros com­ba­tes de la resis­ten­cia popu­lar con­vier­ten a sus gue­rras impe­ria­les en cié­na­gas para sus tro­pas, que obtie­nen la des­truc­ción y la matan­za como úni­co sal­do real.

Mien­tras tan­to, la lucha de cla­ses arre­cia en el cen­tro del sis­te­ma. El pro­gra­ma gene­ral que los impe­ria­lis­mos euro­peo y esta­dou­ni­den­se están deci­di­dos a impo­ner por enci­ma de todo, a tra­vés de sus repre­sen­tan­tes polí­ti­cos de todos los pela­jes, es el ata­que en todos los fren­tes a los dere­chos labo­ra­les y socia­les de la cla­se obre­ra y capas popu­la­res. Su obje­ti­vo cen­tral es apun­ta­lar la com­pe­ti­ti­vi­dad de las mul­ti­na­cio­na­les euro­peas en un mer­ca­do capi­ta­lis­ta don­de la com­pe­ten­cia es feroz y las con­tra­dic­cio­nes inter­im­pe­ria­lis­tas se agudizan.

Los gran­des cen­tros de poder del capi­tal y sus gobier­nos saben per­fec­ta­men­te que la deu­da es la con­se­cuen­cia y no la cau­sa de la cri­sis. La tasa de ganan­cia no ha hecho más que caer des­de los años 70 del siglo pasa­do y no se recu­pe­ró, ni siquie­ra de la mano de las gran­des inno­va­cio­nes en las tec­no­lo­gías de la comu­ni­ca­ción, ni con los espec­ta­cu­la­res des­cu­bri­mien­tos de nue­vos mate­ria­les de fina­les del siglo XX. La ato­nía de la acu­mu­la­ción y la caí­da en la inver­sión pro­duc­ti­va y las «solu­cio­nes espa­cia­les» – como las des­lo­ca­li­za­cio­nes o la libre cir­cu­la­ción de capi­ta­les – expli­can la hiper­tro­fia del sec­tor finan­cie­ro. La sobre­acu­mu­la­ción de capi­ta­les que no encon­tra­ban inver­sión ren­ta­ble en la pro­duc­ción de bie­nes y ser­vi­cios se ha diri­gi­do hacia los cana­les de la valo­ri­za­ción fic­ti­cia de los acti­vos finan­cie­ros. Las enor­mes bur­bu­jas inmo­bi­lia­rias y finan­cie­ras no han hecho más que pos­po­ner el esta­lli­do de la cri­sis, ampli­fi­cán­do­la de for­ma espec­ta­cu­lar y colo­can­do su epi­cen­tro en los cen­tros impe­ria­les del sis­te­ma, la UE y EE.UU.

La enor­me des­truc­ción de teji­do pro­duc­ti­vo y de empleo, que no ha hecho más que empe­zar y que es con­se­cuen­cia direc­ta de la cri­sis estruc­tu­ral del capi­ta­lis­mo, es la prin­ci­pal cau­sa del défi­cit y de la deu­da públi­ca. Pero en el capi­ta­lis­mo, la ampli­tud y la velo­ci­dad de la des­truc­ción de empre­sas depen­den de su for­ta­le­za o debi­li­dad en la com­pe­ten­cia con otras empre­sas. Por ello, otra de las cau­sas de fon­do por las que se incre­men­ta la deu­da en el Esta­do espa­ñol – al igual que ocu­rre con Gre­cia, Por­tu­gal e Irlan­da – es la enor­me debi­li­dad de los sec­to­res eco­nó­mi­cos hoy fun­da­men­ta­les, la cons­truc­ción y el turis­mo, tras la gran des­truc­ción de teji­do indus­trial, mine­ro, agrí­co­la y gana­de­ro impues­ta para la entra­da en la UE. Todos los Esta­dos en pro­ce­so de “res­ca­te” son com­pra­do­res netos de los mono­po­lios ale­ma­nes y fran­ce­ses, cuyos ban­cos sumi­nis­tra­ron los cré­di­tos para que se pro­du­je­ra el fabu­lo­so endeu­da­mien­to pri­va­do (has­ta el 50% del PIB ascien­de la deu­da del sec­tor inmo­bi­lia­rio en el Esta­do español).

A la caí­da de los ingre­sos del Esta­do como pro­duc­to de la des­truc­ción de empre­sas, hay que aña­dir la deu­da con­traí­da por los gobier­nos para bene­fi­cio del capi­tal. El escar­nio mayor es que uti­li­cen el pre­tex­to de la deu­da – insi­nuan­do que somos unos mani­rro­tos y que gas­ta­mos lo que no tene­mos – para cum­plir su gran obje­ti­vo: dejar redu­ci­do a la mise­ria todo lo públi­co, pri­va­ti­zar lo ren­ta­ble e impo­ner sala­rios y con­di­cio­nes de tra­ba­jo semi­es­cla­vas como las que vie­nen sufrien­do, resul­ta­do de las polí­ti­cas de ajus­te des­de los años ochen­ta, las tra­ba­ja­do­ras y los tra­ba­ja­do­res de paí­ses peri­fé­ri­cos, para sal­dar las deu­das de sus gobiernos.

Que el défi­cit y la deu­da públi­ca no son más que el pre­tex­to para per­pe­trar un ata­que con­ti­nua­do y sin pre­ce­den­tes con­tra la cla­se obre­ra lo demues­tra el hecho de que en todos los paí­ses de la UE – inde­pen­dien­te­men­te de su nivel de deu­da – se están toman­do medi­das seme­jan­tes: retra­so en la edad de jubi­la­ción y dis­mi­nu­ción de las pen­sio­nes, aumen­to de los impues­tos indi­rec­tos, reduc­ción del sala­rio y des­pi­dos masi­vos de emplea­dos públi­cos, recor­tes en las pres­ta­cio­nes socia­les y, sobre todo cam­bios en las leyes labo­ra­les des­ti­na­dos a ase­gu­rar que los patro­nos impo­nen sin “tra­ba” algu­na las con­di­cio­nes de tra­ba­jo, los con­tra­tos, los sala­rios y los despidos.

El escán­da­lo mayor es que el défi­cit públi­co y la deu­da han sido agra­va­dos por deci­sio­nes polí­ti­cas de los gobier­nos, antes del PP y des­pués por el PSOE, que han ido diri­gi­das, sin excep­ción, a dis­mi­nuir los ingre­sos del Esta­do pro­ve­nien­tes de impues­tos sobre el capi­tal y las ren­tas más altas. Por ejem­plo a las ren­tas supe­rio­res a los 300.000 euros al año se les han redu­ci­do los impues­tos en los últi­mos 15 años en un 37% y se hace caso omi­so al enor­me frau­de fis­cal (25% del PIB, 10 pun­tos por enci­ma de la media de la UE), con­cen­tra­do en estos mis­mos gru­pos. Des­de el pun­to de vis­ta del gas­to el resul­ta­do es el mis­mo. El dine­ro públi­co se des­ti­na a finan­ciar el pozo sin fon­do de la ban­ca pri­va­da (180.000 millo­nes de euros en 2010, más los miles de millo­nes que se pre­pa­ran para pri­va­ti­zar las cajas de Aho­rro) y a sub­ven­cio­nar de mil mane­ras a los gran­des mono­po­lios (empre­sas inmo­bi­lia­rias y auto­mo­vi­lís­ti­cas). El gas­to mili­tar públi­co emplea­do en la com­pra del arma­men­to más sofis­ti­ca­do para ani­qui­lar pue­blos como el afgano o el libio no cesa de aumen­tar (30.000 millo­nes de euros en los últi­mos meses). Tam­po­co paran de incre­men­tar­se la finan­cia­ción a la Igle­sia y a sus estruc­tu­ras edu­ca­ti­vas (10.000 millo­nes de euros al año), a la Casa Real o a las diver­sas poli­cías y Guar­dia Civil.

En resu­men, pre­ten­den que el défi­cit y la deu­da incre­men­ta­da por polí­ti­cas des­ti­na­das a engor­dar las arcas pri­va­das, polí­ti­cas mili­ta­res cri­mi­na­les, repre­sión o finan­cia­ción de pará­si­tos como la monar­quía o la igle­sia, sean paga­dos por las tra­ba­ja­do­ras y tra­ba­ja­do­res y las cla­ses populares.

II. Una monu­men­tal ofen­si­va ideológica.

Las épo­cas de cri­sis son momen­tos de gran ines­ta­bi­li­dad y de alto ries­go para las cla­ses domi­nan­tes. Son momen­tos de medi­das vio­len­tas, de des­truc­ción de empre­sas menos com­pe­ti­ti­vas y de gran­des opor­tu­ni­da­des de ganan­cia para otras, aun­que todas están de acuer­do en redu­cir sala­rios e inten­si­fi­car la explo­ta­ción. Momen­tos en que se inten­si­fi­can los enfren­ta­mien­tos a muer­te entre las dife­ren­tes frac­cio­nes del capi­tal, se recon­fi­gu­ra la estruc­tu­ra de poder interno, se crean nue­vas for­mas de domi­na­ción y sus gobier­nos no tie­nen más reme­dio que arran­car­se las más­ca­ras de legi­ti­mi­dad tras las que ocul­ta­ban su esen­cia opresora.

La demo­cra­cia par­la­men­ta­ria apa­re­ce con cla­ri­dad ante las cla­ses popu­la­res como la dic­ta­du­ra del capi­tal. El paro masi­vo, la caí­da brus­ca de las con­di­cio­nes de vida y la des­apa­ri­ción de las pres­ta­cio­nes socia­les lle­van a las mayo­rías a per­ci­bir con cla­ri­dad que el Esta­do ya no es más, ni aún el simu­la­cro, “del Bien­es­tar” sino el estric­to ins­tru­men­to de cla­se de la bur­gue­sía para opri­mir y repri­mir a la cla­se obre­ra y para ase­gu­rar – median­te inter­ven­cio­nes mili­ta­res paga­das con dine­ro de los tra­ba­ja­do­res – su acce­so bara­to y con­tro­la­do a las mate­rias primas.

En estos momen­tos, para el capi­tal, es vital mini­mi­zar la movi­li­za­ción social y con­ju­rar el ries­go de que la cla­se obre­ra y los pue­blos orga­ni­za­dos com­pren­dan que lo impor­tan­te no es el par­ti­do que gobier­ne, sino la cla­se social que ten­ga el poder. En defi­ni­ti­va, su obje­ti­vo prio­ri­ta­rio es evi­tar que los pue­blos asu­man que es impo­si­ble uti­li­zar el Esta­do bur­gués con­tra los intere­ses de las cla­ses domi­nan­tes y que no hay camino alguno para que exis­ta un gobierno de izquier­das en la UE.

La for­ma en la que PSOE y PP aca­ban de rea­li­zar la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal, vio­len­tan­do las más ele­men­ta­les reglas demo­crá­ti­cas, y el con­te­ni­do del nue­vo artícu­lo 135 de la Cons­ti­tu­ción, la obli­ga­to­rie­dad de redu­cir el gas­to social públi­co en 70.000 millo­nes anua­les para cum­plir los obje­ti­vos del défi­cit y el esta­ble­ci­mien­to de la “prio­ri­dad abso­lu­ta del pago de la deu­da y de sus intere­ses sobre cual­quier otra par­ti­da de gas­to”, refle­jan con cla­ri­dad todas las valo­ra­cio­nes que se hacen en el párra­fo anterior[2]. Lo que encien­de para ellos todas las alar­mas es que estas mis­mas valo­ra­cio­nes – que hace unos meses podrían haber sido acu­sa­das de tre­men­dis­mo – han pasa­do a ser expre­sio­nes fre­cuen­tes en con­ver­sa­cio­nes de cen­tro de tra­ba­jo o de barrio popu­lar, y lo que es más peli­gro­so, en con­sig­nas corea­das en mani­fes­ta­cio­nes multitudinarias.

Era impo­si­ble que argu­men­tos jus­ti­fi­ca­to­rios como que son medi­das abs­trac­tas y sin efi­ca­cia prác­ti­ca, des­ti­na­das tran­qui­li­zar a los “mer­ca­dos”, fue­ran creí­bles para las cla­ses popu­la­res a pesar de todo el des­plie­gue mediá­ti­co uti­li­za­do. Los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras vamos sabien­do que lo que tran­qui­li­za a los mer­ca­dos, nos ate­rro­ri­za a nosotr@s. Sobre todo cuan­do la Refor­ma Cons­ti­tu­cio­nal va acom­pa­ña­da con algo tan bru­tal­men­te con­cre­to como la pro­lon­ga­ción inde­fi­ni­da del enca­de­na­mien­to (nun­ca mejor dicho) de con­tra­tos tem­po­ra­les o el man­te­ni­mien­to del con­tra­to de apren­di­za­je has­ta los 30 años. Estos hechos se incor­po­ran a la con­cien­cia popu­lar y se per­ci­be que se tra­ta del enési­mo ata­que de los últi­mos tiem­pos, que se está acom­pa­ñan­do de bru­ta­les recor­tes en la sani­dad y en la edu­ca­ción públi­cas y de que no es nada fren­te a lo que van a hacer.

El capi­ta­lis­mo, sus gobier­nos y sus ins­ti­tu­cio­nes son, en momen­tos de cri­sis, más vul­ne­ra­bles que nun­ca, si se acom­pa­ña del auge cons­cien­te y orga­ni­za­do de la lucha obre­ra y popu­lar. Saben que ante las dimen­sio­nes de la cri­sis, la anar­quía esen­cial que pre­si­de el com­por­ta­mien­to del capi­tal, agu­di­za­da en momen­tos de “sál­ve­se quien pue­da”, y la inevi­ta­ble res­pues­ta al bru­tal ata­que que están obli­ga­dos a per­pe­trar con­tra la cla­se obre­ra, el ries­go de una situa­ción revo­lu­cio­na­ria es real.

Su estra­te­gia ante la impa­ra­ble movi­li­za­ción social se cons­tru­ye en varias direcciones:

l Poten­ciar movi­li­za­cio­nes de carác­ter espon­tá­neo, des­or­ga­ni­za­do y des­pro­vis­to de alter­na­ti­va polí­ti­ca anti­ca­pi­ta­lis­ta, apo­yan­do deci­di­da­men­te des­de los medios de comu­ni­ca­ción aque­llas orga­ni­za­cio­nes que pro­mue­van rei­vin­di­ca­cio­nes for­ma­les y que no cues­tio­nen la estruc­tu­ra del poder.

l Evi­tar que sur­ja un movi­mien­to sufi­cien­te­men­te orga­ni­za­do que pro­pug­ne cam­bios radi­ca­les, que cues­tio­ne las ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do, de la UE y la OTAN, y que vaya intro­du­cien­do en la con­cien­cia de las masas la per­cep­ción que no hay espe­ran­za algu­na den­tro del capi­ta­lis­mo y de que es pre­ci­so colo­car en el hori­zon­te la nece­si­dad de tomar el poder y cons­truir la úni­ca alter­na­ti­va real, el socialismo.

l Dejar el sufi­cien­te espa­cio a orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas, como IU o el Par­ti­do de la Izquier­da Euro­pea (PIE), que per­si­guen obje­ti­vos inal­can­za­bles como la refor­ma de la UE, la emi­sión de euro­bo­nos para aba­ra­tar el cos­te de la deu­da, la huma­ni­za­ción de las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les con medi­das de aumen­to del gas­to social, la demo­cra­ti­za­ción de las ins­ti­tu­cio­nes, etc. En defi­ni­ti­va incen­ti­var el papel his­tó­ri­co de la social­de­mo­cra­cia des­ti­na­do a anes­te­siar la com­ba­ti­vi­dad de la cla­se obre­ra y la radi­ca­li­dad de la lucha popu­lar con el obje­ti­vo de cons­truir “otro mun­do posi­ble” sin des­truir ni el capi­ta­lis­mo, ni el esta­do que le sir­ve y sin tomar el poder.

l Cri­mi­na­li­zar y repri­mir a las orga­ni­za­cio­nes que no se someten.

III. Las con­di­cio­nes de la lucha en el Esta­do español.

III. 1. El nue­vo con­tex­to abier­to tras el 15M

Ante la cons­ta­ta­ción reite­ra­da de la ausen­cia de volun­tad y de la inca­pa­ci­dad de la izquier­da ins­ti­tu­cio­nal, polí­ti­ca y sin­di­cal, para ser­vir de cau­ce al enor­me males­tar social que se vie­ne ges­tan­do en los últi­mos años, y ante la debi­li­dad y dis­per­sión del sin­di­ca­lis­mo alter­na­ti­vo y de las orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas de la izquier­da cohe­ren­te, la movi­li­za­ción popu­lar ha toma­do las calles.

Lo ha hecho de for­ma con­tra­dic­to­ria en los con­te­ni­dos y con dife­ren­te inten­si­dad en las diver­sas ciu­da­des y pue­blos del Esta­do español.

Si bien los medios de comu­ni­ca­ción y las fuer­zas polí­ti­cas de la bur­gue­sía se han esfor­za­do en resal­tar y aplau­dir con­te­ni­dos como “su carác­ter apo­lí­ti­co”, “ni de izquier­das ni de dere­chas”, aque­llos obje­ti­vos con­cer­nien­tes exclu­si­va­men­te a la refor­ma de la Ley Elec­to­ral o a las lis­tas abiertas,..etc, lo cier­to es que la reali­dad, que no es aje­na a la pre­sen­cia en el movi­mien­to de la mayor par­te de las orga­ni­za­cio­nes anti­ca­pi­ta­lis­tas, les ha desbordado.

El con­te­ni­do de cla­se irrum­pía masi­va­men­te el 19 de junio, poco más de un mes des­pués del 15M, en movi­li­za­cio­nes de cien­tos de miles de per­so­nas en las prin­ci­pa­les ciu­da­des, sobre todo en Bar­ce­lo­na y Madrid. Lo hacía de la mejor mane­ra posi­ble, pro­fun­di­zan­do en el carác­ter asam­blea­rio y uni­ta­rio, seña­lan­do cla­ra­men­te el obje­ti­vo “Con­tra el capi­ta­lis­mo y su cri­sis”, enfren­tan­do todas las con­tra-refor­mas adop­ta­das has­ta enton­ces, denun­cian­do la pri­va­ti­za­ción de los ser­vi­cios públi­cos, los desahu­cios, los des­pi­dos, etc.

En con­tras­te, es indis­pen­sa­ble seña­lar la debi­li­dad y la con­fu­sión que pre­si­die­ron las “acam­pa­das del 15M” en Eus­kal Herría, ocu­rri­das inme­dia­ta­men­te des­pués e igno­ran­do la espec­ta­cu­lar vic­to­ria elec­to­ral de Bildu.

Otras movi­li­za­cio­nes masi­vas, abso­lu­ta­men­te impen­sa­bles en pleno mes de agos­to, como las pro­du­ci­das con­tra el des­alo­jo de la Pla­za de Cata­lu­ña y de la Puer­ta del Sol y la repre­sión con­si­guien­te, la impre­sio­nan­te e iné­di­ta mani­fes­ta­ción anti­cle­ri­cal con­tra la visi­ta del Papa y su finan­cia­ción con dine­ro públi­co, las poten­tes movi­li­za­cio­nes de Cata­lu­ña con­tra los recor­tes en la sani­dad, las mani­fes­ta­cio­nes del 1 de sep­tiem­bre en dife­ren­tes ciu­da­des “Con­tra la Refor­ma y con­tra la Cons­ti­tu­ción Capi­ta­lis­ta Monár­qui­ca y nega­do­ra de los dere­chos nacio­na­les de los pue­blos”, las mani­fes­ta­cio­nes el pasa­do 18 de sep­tiem­bre en dece­nas de ciu­da­des del esta­do con el lema “Ban­que­ros y polí­ti­cos, sacad vues­tras manos de los ser­vi­cios públi­cos”, o las recien­tes y poten­tes huel­gas y movi­li­za­cio­nes con­tra los recor­tes en la ense­ñan­za en muchos pun­tos del Esta­do, mues­tran que efec­ti­va­men­te se está acu­mu­lan­do mate­rial alta­men­te inflamable.

Una carac­te­rís­ti­ca gene­ral de toda esta esca­la­da de movi­li­za­cio­nes masi­vas es la ausen­cia cla­mo­ro­sa en las con­vo­ca­to­rias de las siglas mayo­ri­ta­rias, CC.OO. y UGT, excep­to en las huel­gas de la ense­ñan­za en las que las asam­bleas de docen­tes han des­bor­da­do a las buro­cra­cias sindicales.

Fren­te al hecho obje­ti­vo de que la movi­li­za­ción avan­za en la calle, con la par­ti­ci­pa­ción mayo­ri­ta­ria de tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras, en los cen­tros de tra­ba­jo pre­do­mi­na el des­áni­mo y el mie­do. Esta situa­ción, fren­te a la que se da en otros paí­ses como Gre­cia, está direc­ta­men­te rela­cio­na­da con la hege­mo­nía de unos sin­di­ca­tos que han hecho del entre­guis­mo y la “paz social” sus señas de identidad.

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III.2. El len­to y com­ple­jo avan­ce del sin­di­ca­lis­mo alter­na­ti­vo en la recons­truc­ción del sin­di­ca­lis­mo de clase.

Ante la ofen­si­va gene­ral del capi­ta­lis­mo y de sus gobier­nos es pre­ci­so seña­lar que el desa­rro­llo de la cla­se anta­go­nis­ta como «cla­se para sí» avan­za muy len­ta­men­te. Lo que mar­ca el color gene­ral del cua­dro es pre­ci­sa­men­te la debi­li­dad del fac­tor sub­je­ti­vo y la hege­mo­nía ideo­ló­gi­ca de las cla­ses domi­nan­tes sobre las cla­ses populares.

Nada se pue­de espe­rar de las buro­cra­cias sin­di­ca­les de CC.OO y UGT, cóm­pli­ces direc­tos de la patro­nal y del gobierno en el debi­li­ta­mien­to del movi­mien­to obre­ro con sus polí­ti­cas de “pac­to social”.

El sin­di­ca­lis­mo alter­na­ti­vo, pese a los pro­gre­sos que se están pro­du­cien­do en la con­fluen­cia pro­gra­má­ti­ca y en la rea­li­za­ción de con­vo­ca­to­rias uni­ta­rias, avan­za len­ta­men­te en la cons­tru­ción de la uni­dad de acción. Más difi­cul­ta­des encuen­tra aún su coin­ci­den­cia con la izquier­da sin­di­cal de nacio­na­li­da­des como Eus­kal Herria y Galicia.

Red Roja emi­tió un Comu­ni­ca­do sobre “la reu­nión sin­di­cal del 17 de sep­tiem­bre y la recons­truc­ción del sin­di­ca­lis­mo alternativo”[3] en la que tras cons­ta­tar “la enor­me dis­tan­cia que con­ti­nua exis­tien­do entre la bru­tal ofen­si­va del capi­tal con­tra la cla­se obre­ra y sec­to­res popu­la­res – que ape­nas se ha ini­cia­do – y que pre­ten­de liqui­dar todas las con­quis­tas his­tó­ri­cas del movi­mien­to obre­ro en mate­ria de dere­chos labo­ra­les y de pro­tec­ción social – y la capa­ci­dad de res­pues­ta de cla­se”, apun­ta­ba lo siguiente:

“El nue­vo con­tex­to pues­to en esce­na tras el 15M, aún con todas sus con­tra­dic­cio­nes, abre nue­vas posi­bi­li­da­des de for­ta­le­ci­mien­to de la lucha popu­lar en el que es nece­sa­rio y posi­ble for­ta­le­cer los con­te­ni­dos de lucha de clase.

Red Roja, cons­cien­te de que la uni­dad en la lucha es nues­tro úni­co arma, apo­ya­rá en cada terri­to­rio las movi­li­za­cio­nes con­vo­ca­das para el 29 de sep­tiem­bre y el 3 de octu­bre, así como las que se están orga­ni­zan­do para el 15 de octu­bre. Así mis­mo seña­la­mos la enor­me impor­tan­cia que tie­ne que las con­vo­ca­to­rias de movi­li­za­cio­nes coin­ci­dan en el tiempo.

Red Roja apos­ta­rá deci­di­da­men­te por favo­re­cer el indis­pen­sa­ble acer­ca­mien­to entre dife­ren­tes posi­cio­nes y por hacer posi­ble en cada terri­to­rio el cli­ma de con­fian­za y de uni­dad impres­cin­di­ble para que la arti­cu­la­ción entre el sin­di­ca­lis­mo alter­na­ti­vo y el movi­men­to popu­lar sir­van de cau­ce efec­ti­vo al sen­ti­mien­to y a la volun­tad de lucha que ya se está mani­fes­tan­do y que cre­ce­rá ante los nue­vos ata­ques que vendrán.

Las enor­mes dimen­sio­nes de la gue­rra social que el capi­ta­lis­mo y los gobier­nos a su ser­vi­cio per­pe­tran con­tra la cla­se obre­ra y con­tra los pue­blos, agu­di­za­da por la más que pro­ba­ble vic­to­ria del PP en las pró­xi­mas elec­cio­nes gene­ra­les, nos exi­ge que la uni­dad, des­de posi­cio­nes de cla­se y de com­ba­te, pase por enci­ma de cual­quier otra con­si­de­ra­ción y nos colo­que a la altu­ra de las cir­cuns­tan­cias que la más ele­men­tal cohe­ren­cia de cla­se nos demanda”.

En defi­ni­ti­va, la Huel­ga Gene­ral no es sólo una con­sig­na. Lo fun­da­men­tal es pre­pa­rar las con­di­cio­nes para que cuan­do se dé, repre­sen­te un avan­ce en el nivel de orga­ni­za­ción y de con­cien­cia de la cla­se obre­ra, a sabien­das de que la Huel­ga Gene­ral no es la solu­ción ante las dimn­sio­nes de la gerrra social que enfren­ta­mos. Es, será, un momen­to en un pro­ce­so de acu­mu­la­ción de fuer­zas, de desa­rro­llo de la con­cien­cia de cla­se, que nos debe pre­pa­rar para lle­gar a la siguien­te en mejo­res con­di­cio­nes, incor­po­ran­do a más tra­ba­ja­do­ras y tra­ba­ja­do­res y sec­to­res popu­la­res, en el seno de una gue­rra lar­ga con­tra el capi­ta­lis­mo como sis­te­ma general.

Mien­tras tan­to, las luchas con­cre­tas o sec­to­ria­les, como las impor­tan­tes movi­li­za­cio­nes por la ense­ñan­za y la edu­ca­ción públi­cas, con­tra las hipo­te­cas y por el dere­cho a la vivien­da, o las que se dan en dife­ren­tes empre­sas y sec­to­res ..etc, deben pasar de ser luchas par­cia­les y ais­la­das, a cobrar pleno sen­ti­do como par­te en un movi­mien­to gene­ral de lucha anti­ca­pi­ta­lis­ta obre­ra y popu­lar y, solo en esa medi­da, como esla­bo­nes del pro­ce­so de acu­mu­la­ción de fuerzas.

III. 3. El caso Bate­ra­gu­ne. Una nue­va sen­ten­cia de un pri­bu­nal espa­ñol con­tra el pue­blo vasco.

Comu­ni­ca­do de red Roja. http://​www​.redro​ja​.net/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​c​o​m​u​n​i​c​a​d​o​s​/​5​0​9​-​u​n​a​-​n​u​e​n​a​-​s​e​n​t​e​n​c​i​a​-​d​e​-​u​n​-​t​r​i​b​u​n​a​l​-​d​e​-​e​x​c​e​p​c​i​o​n​-​e​s​p​a​n​o​l​-​c​o​n​t​r​a​-​e​l​-​p​u​e​b​l​o​-​v​a​sco

IV. Las elec­cio­nes del 20N y el avan­ce de la pro­pues­ta pro­gra­má­ti­ca común.

IV. Las elec­cio­nes del 20N y el avan­ce de la pro­pues­ta pro­gra­má­ti­ca común.

El ade­lan­ta­mien­to elec­to­ral ha sido impues­to por los esta­dos mayo­res de la bur­gue­sía espa­ño­la e inter­na­cio­nal a un Gobierno PSOE que ha dila­pi­da­do todos los res­tos de cre­di­bi­li­dad que pudie­ra haber teni­do para las capas popu­la­res y que ya no les sir­ve para imple­men­tar los dra­co­nia­nos pro­gra­mas de ajus­te en mate­ria de rela­cio­nes labo­ra­les, de recor­te de sala­rios y de pen­sio­nes, de avan­ce en las pri­va­ti­za­cio­nes de lo que que­da de sec­tor públi­co y de liqui­da­ción de pres­ta­cio­nes socia­les que están preparados.
La Refor­ma Cons­ti­tu­cio­nal ha sido el sím­bo­lo más evi­den­te de su enor­me debi­li­dad. Como decía­mos en nues­tro comu­ni­ca­do 4: “Zapa­te­ro y Rubal­ca­ba han deci­di­do mar­char­se lle­van­do has­ta sus últi­mas con­se­cuen­cias el papel his­tó­ri­co de la social­de­mo­cra­cia, y del PSOE en par­ti­cu­lar, ser­vir de mam­po­rre­ros al capi­tal. Su pro­pues­ta de nue­vo artícu­lo 135 de la Cons­ti­tu­ción podría pare­cer un esper­pen­to y has­ta un hara­ki­ri polí­ti­co: pocas sema­nas antes de las elec­cio­nes deci­den eje­cu­tar una de las pro­pues­tas estre­lla del PP dejan­do a su can­di­da­to con cara de póker en abso­lu­to fue­ra de jue­go. Podría pare­cer­lo, si no fue­ra por­que ya no pue­de ocul­tar­se una reali­dad que es cada vez más del domi­nio públi­co: no hay mar­gen para los mati­ces polí­ti­cos en un capi­ta­lis­mo que se deba­te en una cri­sis gene­ral sin salida”.

Las elec­cio­nes gene­ra­les del pró­xi­mo 20N lle­gan en un momen­to en el que la cre­di­bi­li­dad del sis­te­ma polí­ti­co, inclu­yen­do la pro­pia Cons­ti­tu­ción de 1978 está bajo míni­mos. La más que pre­vi­si­ble vic­to­ria del PP se pro­du­ci­rá por el hun­di­mien­to del voto de izquier­da que tenía el PSOE y por la inca­pa­ci­dad de IU de cons­ti­tuir­se en refe­ren­te del males­tar social y la movi­li­za­ción popu­lar. El peno­so epi­so­dio de su con­de­na a IU-Extre­ma­du­ra por no haber vota­do a favor del PSOE para “cerrar el paso a la dere­cha”, jun­to a las decla­ra­cio­nes de sus líde­res ofre­cién­do­se, una vez más, a apo­yar al PSOE o su nega­ti­va a cues­tio­nar a la direc­ción de CC.OO., son ejem­plos recien­tes que con­fir­man su inca­pa­ci­dad abso­lu­ta para eri­gir­se en alter­na­ti­va alguna.

Red Roja plan­tea que la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral, enten­di­da como un arma más en la lucha revo­lu­cio­na­ria, sólo tie­ne sen­ti­do cuan­do la movi­li­za­ción de masas ha reco­no­ci­do a un deter­mi­na­do refe­ren­te polí­ti­co y no por auto­pro­cla­ma­ción. Enten­de­mos que la enor­me diver­si­dad polí­ti­ca de los pue­blos del Esta­dos espa­ñol, prin­ci­pal­men­te la deri­va­da del hecho nacio­nal, pero no sólo por él, y la varie­dad de expe­rien­cias de lucha que ha pro­du­ci­do una gran plu­ra­li­dad en la izquier­da polí­ti­ca, sin­di­cal y social, exi­ge que ese refe­ren­te polí­ti­co sea uni­ta­rio y se arti­cu­le como un Fren­te o Bloque.

Por esas mis­mas razo­nes el pro­ce­so de cons­truc­ción de ese Blo­que debe, inevi­ta­ble­men­te, [de] rea­li­zar­se des­de la base, cons­tru­yén­do­se como expre­sión de la volun­tad uni­ta­ria expre­sa­da en la lucha obre­ra y popu­lar y reco­no­ci­do por la misma.

Esas cir­cuns­tan­cias no se dan y Red Roja no se pre­sen­ta­rá a las elec­cio­nes, enten­dien­do que el gas­to de recur­sos y de esfuer­zos que exi­ge una cam­pa­ña elec­to­ral no tie­ne sen­ti­do emplear­los en con­se­guir unos cuan­tos miles de votos, máxi­me cuan­do la lucha social entra en momen­tos álgi­dos y todas las fuer­zas son pocas. Todo ello sin olvi­dar la vigen­cia de una drás­ti­ca legis­la­ción repre­si­va, una Ley de Par­ti­dos que exclu­ye a deter­mi­na­das fuer­zas del jue­go polí­ti­co o elec­to­ral y una Audien­cia Nacio­nal que encar­ce­la a diri­gen­tes como Otegi.

No par­ti­mos de nin­gún puris­mo anti-elec­to­ral, aun­que que sabe­mos que el pro­ce­so está tru­ca­do en esen­cia, que sir­ve exclu­si­va­men­te a la legi­ti­ma­ción ins­ti­tu­cio­nal de los intere­ses de la bur­gue­sía y esta­mos convencid@s de que las con­di­cio­nes para la trans­for­ma­ción social se engen­dran por la lucha de masas. La par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral de una fuer­za real, reco­no­ci­da como tal por la cla­se obre­ra y capas popu­la­res, pue­de ser un ins­tru­men­to más de lucha, si se dan esas condiciones.

Por el con­tra­rio, Red Roja sí «par­ti­ci­pa­rá» en las elec­cio­nes. En un momen­to tan gra­ve como el actual, cuan­do los par­ti­dos polí­ti­cos ins­ti­tu­cio­na­les se dis­fra­zan de opo­nen­tes para mejor ven­der su mer­can­cía, enten­de­mos que es pre­ci­so des­en­mas­ca­rar­les, hablar con la gen­te de las cau­sas reales de los desas­tres que nos caen enci­ma, de sus ver­da­de­ros res­pon­sa­bles y del pro­gra­ma alter­na­ti­vo. Vamos a hacer­lo en las asam­bleas popu­la­res, en las fábri­cas, en las uni­ver­si­da­des, en los luga­res de reu­nión de barrios y pue­blos. Y lo que es más impor­tan­te vamos a invi­tar a todo tipo de orga­ni­za­cio­nes que com­par­tan en líneas gene­ra­les ese pro­gra­ma común, que no es patri­mo­nio nues­tro por­que ha sido ya pro­pues­to en pla­ta­for­mas uni­ta­rias de todo tipo, a que lo expli­quen con noso­tras y nosotros.

Cree­mos que con ello con­tri­bui­mos a rea­li­zar lo más urgen­te: for­ta­le­cer la con­cien­cia popu­lar y mos­trar que exis­ten alter­na­ti­vas que serán posi­bles en la medi­da que la lucha, la orga­ni­za­ción y la movi­li­za­ción social las haga suyas.

5 de octu­bre de 2011

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[1] Un aná­li­sis gene­ral más deta­lla­do pue­de encon­trar­se en el Infor­me Polí­ti­co apro­ba­do por la Asam­blea Gene­ral de Red Roja del mes de julio de 2011 http://​www​.redro​ja​.net/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​d​o​c​u​m​e​n​t​o​s​/​4​7​1​-​a​r​t​i​c​u​l​a​r​-​l​a​-​r​e​s​i​s​t​e​n​c​i​a​-​c​o​n​s​t​r​u​i​r​-​p​o​d​e​r​-​p​o​p​u​lar

[2] El Comu­ni­ca­do de Red Roja “Una Cons­ti­tu­ción con­tra el pue­blo” pue­de con­sul­tar­se en http://​www​.redro​ja​.net/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​c​o​m​u​n​i​c​a​d​o​s​/​4​8​0​-​l​a​-​c​o​n​s​t​i​t​u​c​i​o​n​-​c​o​n​t​r​a​-​e​l​-​p​u​e​blo

[3] El Couni­ca­do pue­de ver­se en: http://​www​.redro​ja​.net/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​c​o​m​u​n​i​c​a​d​o​s​/​5​1​5​-​c​o​m​u​n​i​c​a​d​o​-​d​e​-​r​e​d​-​r​o​j​a​-​s​o​b​r​e​-​l​a​-​r​e​u​n​i​o​n​-​s​i​n​d​i​c​a​l​-​d​e​l​-​1​7​-​d​e​-​s​e​p​t​i​e​m​b​r​e​-​y​-​l​a​-​r​e​c​o​n​s​t​r​u​c​c​i​o​n​-​d​e​l​-​s​i​n​d​i​c​a​l​i​s​m​o​-​d​e​-​c​l​ase

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